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CHARLIE PALMIERI Y SU DUBONEY
Por Néstor Emiro Gómez Ramos Miembro Fundador de Herencia Latina Queens - Nueva York
En la Historia de la música latina en los Estados Unidos encontramos etapas tan profundamente marcadas por las huellas de quienes tanto contribuyeron a su conformación, que es completamente imposible referirse a ellas sin que se tenga la necesidad absoluta de acudir al inmenso valor aportado por ellos.
Es el caso preciso de la etapa conocida como “La época de la Pachanga” y sus dos más grandes forjadores: Johnny Pacheco y Charlie Palmieri. En efecto, dentro de las grandes virtudes que Charlie logró acumular durante su gran trayectoria musical como maestro, instrumentista, arreglista y director de orquesta, hay que agregar también su capacidad para trazar los senderos por donde debía transitar la música latina, no solo en los Estados Unidos, sino también en el mundo. Su liderazgo musical en esta época fue plenamente reconocido, tanto por las grandes multitudes que abarrotaban los sitios de baile de la Gran Manzana, los miles de fanáticos que cada día aumentaban el crecimiento de la corriente avasalladora del nuevo ritmo, como por los medios de comunicación.
Así lo registra el periódico La Prensa en muchos de los artículos publicados en 1961, a propósito de un concurso de Pachanga que organizó ese año, motivado por el furor que despertó esta nueva expresión musical en la ciudad de Nueva York
En un trabajo que apareció en la edición de La Prensa de Nueva York del día Lunes 5 de Abril de 1961 en la página 4, y titulado: “Afirma que la Pachanga con “Brinquito” Nació en el Bronx”, se pueden leer los siguientes apartes:
“…Charlie Palmieri y su orquesta integrada por gente joven que ponen todo el calor que requiere la interpretación de una Pachanga, y Johnny Pacheco y sus Muchachos Charangueros son, hoy por hoy, los directores de orquestas hispanas mejor cotizados en el ambiente artístico.
Palmieri es un joven de 32 años de edad, nacido en esta ciudad, de padres puertorriqueños, que ya a los siete años de edad estaba arrancando notas musicales de un piano. Fue discípulo del profesor Zorrilla, donde en un conservatorio de Música aprendió la técnica y la teoría de la música. Formó parte luego de orquestas de renombre internacional como las de Tito Puente, Xavier Cugat, Tito Rodríguez, Pupi Campo, Moncho Usera, Rafael Muñoz y otras ya desaparecidas.
En 1954 decidió organizar su propia organización musical que se popularizó por las interpretaciones de los ritmos del Mambo, el Cha cha chá, la Rumba y los nunca olvidados boleros. En su orquesta se encontraba también Johnny Pacheco quien con su “flauta mágica” contribuía a aumentar la legión de admiradores de la nueva orquesta. Hace solamente dos años que su orquesta se especializa en la interpretación de la Pachanga.
Ofrece versión sobre el origen de la Pachanga
Palmieri sustenta la versión de que la Pachanga comenzó a popularizarse en el Bronx. Fue en este condado de Nueva York en donde nació la coreografía que hoy caracteriza al popular baile. En su mente está aún fresca la ocasión en que un Club llamado “El Tritón” su orquesta lanzó al aire las notas de la composición “La Pachanga” y los bailarines, muchachos adolescentes, comenzaron a bailar la pieza dando “brinquitos”. El baile gustó y esa noche tuvieron que repetir la pieza varias veces para acallar el clamor de los presentes.
De “El Tritón”, la coreografía que caracteriza al hoy conocido ritmo de la Pachanga, pasó al “Caravana Club”, localizado en la calle 149 y la avenida Brook, también en le Bronx. Es en ese club donde hoy día se dan cita los bailadores de Pachanga para disfrutar de las interpretaciones que hacen las más conocidas orquestas de la colonia hispana. Tal es el clamor de la juventud por la interpretación de ese nuevo ritmo que, la administración de dicho Club ha escogido el día del miércoles de todas las semanas para que los amantes de la Pachanga se den cita allí a bailar el candente ritmo a los acordes de Pacheco y su Charanga o Charlie Palmieri y su orquesta Duboney, los máximos intérpretes del ritmo. Estas orquestas alternan con otras, no menos populares, para el deleite de todos los que invaden los amplios salones de ese Club nocturno. “
Quizás el mérito más grande que tiene la Pachanga neoyorkina es haber comenzado una nueva etapa para la música latina en los Estados Unidos, con las grandes transformaciones que produjo en el estilo de la sonoridad tímbrica, el formato orquestal, el carácter de festividad popular, la dinámica juvenil y su proyección internacional, entre muchos otros elementos. La Pachanga newyorkina fue la primera manifestación musical hispana en expresar la ideología del movimiento juvenil norteamericano, reclamando una presencia protagónica en lo social y cultural. Es la expresión musical latina donde aparece por primera vez, la distinción entre vieja y nueva generación.
Si nos dedicáramos con especial interés a revisar cuidadosamente toda la literatura que se publicó en periódicos y revistas de principios de los 60s, sobre el fenómeno musical e impacto que produjo la Pachanga newyorkina, encontraríamos curiosidades como la persistente reiteración en calificar a la Pachanga newyorkina con adjetivos que van desde “el movido ritmo”, “el nuevo y enloquecedor ritmo”,"el arrebatador baile”, hasta el más insistentemente utilizado como “el rejuvenecedor ritmo”. Todo para indicar que la Pachanga es un ritmo propio de la gente joven, precisamente para diferenciarla de la música que predominó en la etapa anterior a la Pachanga, la cual estaría representando la música de las viejas generaciones.
Ahora bien, Charlie no solamente fue un excelente intérprete del piano. También logró trascender el marco histórico para convertirse en una de las figuras más influyentes en la formación musical tanto de la propia como de la nueva generaciones. Al respecto, resulta bien ilustrativa la experiencia que nos contó el pianista y director musical de la orquesta de Héctor Lavoe por más de 15 años, Gilberto “El Pulpo” Colon Jr., cuando recibía clases de piano del maestro Palmieri en los años 70 y 71. Colon Jr. nos comentó sobre Charlie Palmieri, lo siguiente:
“…”No solamente me enseño en el piano sino que él me estaba dando consejos como un padre a un hijo. Las lecciones con Charlie siempre eran de 6 a 7, y me hacia llegar a la casa a las 5. Me daba lecciones de piano en el segundo piso donde él vivía. Era una casa de otro, no era casa propia de él. Y el rentaba un segundo piso y tenía un piano de 8 pies que tomaba el espacio de la casa completa.
El me hacia llegar a las cinco y solamente me cobraba para la lección de 6 a 7. Pero a las 7, cuando se terminaba la lección, yo me tenía que quedar hasta las 7 y media. Ahí rompía a darme diferentes sugerencias preguntándome qué estaba haciendo, si estaba haciendo lo correcto, si estaba en drogas. Me nutrí mi sentido espiritual.
La clase mía empezaba de 6 a 7. A las 5 terminaba la lección con Pete Rodríguez, el pianista del Boogaloo. ¡El Tomaba lecciones con Charlie Palmieri! La clase de él era de 4 a 5. A las 7 y media empezaba con él, Tony Pabón. El trompetista, ¡tomaba lecciones con Charlie! Y como de 8 a 9, otro pianista que murió, Héctor Rivera.. Todos los que estudiaron con Charlie fueron tremendos pianistas.”
La enorme dimensión musical que Charlie Palmieri llegó a ostentar, mostrando su brillante talento en todos los escenarios donde se presentaba, no ha sido únicamente reconocida entre las distintas comunidades que han disfrutado de su música en los Estados Unidos y el área del Caribe. Su gran prestigio también se extendió por todo centro y Suramérica, llegando incluso a tener resonancia hasta en el Japón y Europa.
Colombia le ha profesado siempre una gran admiración, desde la época en que se dio a conocer con la charanga Duboney. En la caribeña ciudad de Barranquilla, todavía se recuerda y se bailan canciones que se consideran clásicas dentro del extenso repertorio de la Duboney como “Palmieri y la Duboney”, “Bronx Pachanga USA”, “Son de Pachanga”, “Oh-Oh-Oh-Oh-Oh-Eh-Ah”, “Galletana” y muchas más.
Por eso en el año 1982, cuando se anunció de la visita a Barranquilla de la orquesta “La Perfecta” de Eddie Palmieri, con la actuación especial de Charlie, se despertó una tremenda expectativa, por cuanto era la primera vez que se presentaba la oportunidad de ver en persona a los hermanos Palmieri, actuando en una misma noche, y acompañados por figuras de renombre como Víctor Paz, José Rodríguez, Ismael Quintana, Nicky Marrero, Charlie Cotto, Charlie Santiago, Eddie Resto y otros, que en una magistral actuación, deleitaron plenamente a la audiencia que se dio cita esa noche inolvidable.
Nosotros aprovechamos la ocasión para charlar con Charlie, quien muy gentilmente nos concedió unas declaraciones sobre su trayectoria, y cuya parte correspondiente al proceso de formación de su Charanga Duboney queremos compartir con los lectores de Herencia Latina. Hemos querido traer esta historia, en razón de la importancia que adquiere, ya que allí Charlie aclara muchos aspectos referentes a la forma como sucedieron los hechos de la conformación de su primer grupo de charanga.
Entrevista a Charlie Palmieri el 6 de Agosto de 1982
Néstor Gómez. (N.G): Amigos queremos aprovechar la presencia en Barranquilla de las estrellas de la salsa como son Charlie Palmieri que hoy 6 de Agosto están haciendo su presentación en Barranquilla. Vamos a escuchar el saludo de Charlie.
Charlie Palmieri (Ch. P).: Encantado de estar aquí contigo en la Tremenda y aquí estoy cuidándome un dedo que se me viró tocando el set. Tú sabes.
N.G.: ¿Inicialmente queremos saber donde nació Charlie y en que época?
Ch.P.: Yo nací, en Nueva York. Y la época fue la era de la rumba y el tango; el pasodoble. Yo nací en el 1927. Yo tengo 54 años ahora. Le llevo nueve, casi diez años a mi hermano Eddie. Eddie tiene 45. El cual, en Diciembre cumple 46. Y los estudios empezaron a los siete años con un cubano que se llama Ramón García. Después de eso fui a la…, en cuestión de la música, estudie en el conservatorio de Nueva York por cuatro años. Después de eso, tuve maestros privados. Estudié en la Juilliard, famosa escuela de música en Nueva York por año y medio. Estudié cuatro años con Harry Chuzana composición, arreglos, armonía. Estudié cuatro años con Marvin Vans y naturalmente, tu sabes, estudie más la música clásica, pero no era para ser un músico clásico. Era simplemente para ser un mejor músico en nuestra música. Y desde esa época he sido maestro. He enseñado en el colegio de la ciudad de Nueva York por años. Enseñé en la Escuela Superior en Nueva York. Y también enseñé en el colegio de Brooklyn College. Ahí más o menos tienes una idea de las cosas que yo he hecho. Aparte de tocar con ciertas orquestas antes de empezar la mía. La orquesta mía ahora va a cumplir treinta años. Yo empecé mi orquesta en el 53, después que dejé a Pupi Campo, y Pupi Campo fue la última orquesta en la cual yo fui pianista. Fui músico, parte integrante, antes de ser director de mi propia orquesta. Trabajé con Pupi, trabajé con Javier Cugat, trabajé con Tito Rodríguez. Trabajé muchos años con Tito Puente... Trabajé con Seracio Osorio. Trabajé con Rafael Muñoz. Trabajé con Moncho Usera y un montón de orquestas, las cuales, cogió doce años antes de ser yo director de orquesta. Ahí lo cubro Todo.
Pedro Lara (P.L): ¿Charlie, en tu familia hay antecedentes de músicos?
Ch.P.: No, mi mamá decidió que quería que yo fuera pianista y como soy el mayor. Eddie nació cuando yo tenía casi diez años. En otras palabras, ya a los seis o los siete años... No a lo seis. A lo seis yo tocaba de oreja, pero a los siete me puse a estudiar porque tenia el talento de coger melodías a lo seis años, la cual estudié. Tres o cuatro años antes de Eddie nacer.
N.G.: Al principio, en su formación, usted tuvo mucha vinculación con la música conocida como clásica. Pero en su mente estaba la idea, la inclinación hacia la música del área del caribe?
Ch. P.: Eso eran los estudios nada más. Yo tenía una oreja para coger melodías populares, cantantes. En esos tiempos. El tiempo mío era Daniel Santos, Bobby Capó, Melodías de Noro Morales —que ya tenía su orquesta— y todos los artistas de esa era que yo oía sus melodías en la radio y los tocaba sin música. Eso, aparte de estudiar música, también tocaba de oreja. Siempre había concursos en los cuales yo tocaba y yo era aficionado desde los ocho años, hasta que yo toqué con mi primera orquesta, Seracio Solo, a los trece años. Ya yo era músico con tarjeta de la Unión. Profesional con tarjeta de la Unión. Era bien chiquitico y me tenían que poner el libro de teléfonos para tocar el piano.
P.L.: ¿Charlie usted es de descendencia italiana?
Ch. P.: Mi familia, somos Sicilianos. Entonces, se fueron de Italia. Después de eso se fueron a Francia, a Córcega, mi familia. Y ahi…, yo tengo familia que son Palmieri de Colombia. Los cuales eran dos hermanos; salieron de la guerra de Napoleón, la revolución francesa, y un bote llegó a Suramérica y el otro llegó a Puerto Rico porque había una tormenta. Así dice la Historia de nosotros. De los cuales, el bote que llegó a Puerto Rico, parte de Domingo Palmieri, el gran tatarabuelo de nosotros. Muchos años atrás. Pues de ahí fue donde nació mi papá y vio a mi abuela en la playa y se casaron y...
N.G.: ¿Entonces la inclinación hacia la música latina le viene a Charlie directamente es por los lados de Puerto Rico?
Ch. P.: Mi familia, somos puertorriqueños desde el mil…, vamos a decir…, desde el mil ochocientos ochenta, o algo por ahí. Ya mi familia toda, de parte de mi mamá y de mi papá, han sido puertorriqueños o son puertorriqueños. Los únicos dos gringos en la familia inmediata…, no nuestros hijos porque mis hijos son americanos. Yo tengo tres y Eddie tiene cinco. Pero nosotros dos, Eddie y yo fuimos los únicos dos que nacimos en los Estados Unidos. La familia de mi mamá no quería que mi papá se casara con ella y la mandaron para Nueva York, por lo cual mi papá la siguió y se quedaron allá veintiséis años. Y ahí nacimos nosotros.
N.G.; Y ahora pasando ya a otro tópico más histórico, nos podría decir Charlie, una vez que está vinculado aun grupo profesionalmente, como surgió la idea de la creación de la charanga Duboney?
Ch. P.: Bueno la charanga fue en esta forma, yo tenía conjunto. Ya yo había empezado mi conjunto en el 54, en el cual yo usaba trompetas. Entonces yo tenía mi grupo que viajaba por todos los Estados Unidos, yo tenía un sexteto. Pero uno iba a trabajar cuatro semanas afuera, llegaba a Nueva York. Trabajaba en Chicago seis semanas, dos semanas, venia para Nueva York. Nueva York era la base, por lo cual, en uno de los viajes, en el intermedio de los trabajos, Dioris Valladares me llamó, él sabia que yo… me dice: “mira Charlie yo se que tu estas en la ciudad. Vas a salir la semana que viene pero, por favor, esta noche ven a ayúdame que mi pianista se enfermó”. Entonces yo le dije a él, como no y toqué con él. El conguero de la orquesta era un muchacho que se llamaba Johnny Pacheco. Tocaba conga y tumbadora. Bien flaquito, bien alto y se cortaba el pelo, ahora tiene mucho pelo, pero antes se cortaba el pelo bien, bien córtico. Y hombre, yo creo que no podía tener mas de 19 ó 20 años. La cosa fue que cuando tocaba la otra orquesta que era de trompetas nada más. Pues, yo oía una flauta. Cada vez que yo miraba la orquesta notaba que alguien estaba tocando flauta y era que Johnny estaba practicando detrás de la tarima, con la orquesta de Wilfredo Figueroa. Y él tocaba en el cuarto como estamos ahora en el cuarto éste, en el camerino. Pues él practicaba con el sonido de la orquesta de la tarima. Lo cual yo fui e investigué el sonido y estaba bien sorprendió porque él tocaba flauta de cinco llaves, y esa es la flauta exquisita para una charanga. Entonces así, como estábamos en la misma banda esa noche, pues nos hicimos grandes amigos y, se me quedó en la mente. Entonces, cuando se fue la trompeta mía Mario Cora con Cortijo… Yo lo había utilizado a él como batería, pero se fue la trompeta, entonces lo moví de batería a flauta. Y entonces ahí fue donde empezó el filing y el aspecto charangueado. Empezamos a tocar todo… y sin violines. Teníamos una charanga, pero sin violines, y a los seis meses empezamos a trabajar en un lugar en Nueva York muy famoso que se llama El Palladium. Y ahí los domingos el sexteto causó una sensación porque era muy diferente a lo que estaba pasando con las otras orquestas. Y eso ocurrió para poner los violines, el chelo y eso, y empezar la charanga Duboney.
Cortesía de David Cantrell
N.G.: ¿En que año concretamente comenzó?
Ch.P.: Eso fue en el 1958, después que yo vine de Chicago. Yo viví en Chicago tres años. Realmente dos años, y en el 58, cuando regresé a Nueva York, ahí fue cuando empezó la Charanga Duboney
N.G. ¿Muy bien la ilustración, podríamos decir que fue una época en que comenzaba la música latina a incursionar fuertemente en Nueva York?
Ch.P.: Bueno, de los más que me excitó en la vida musical mía fue haciendo…, porque yo he tenido muchos grupos y muchas orquestas. Pero, formando la Charanga Duboney fue lo mas excitante de todas las cosas que yo he hecho. Simplemente porque era una música que a mi me gustaba. Me gustaba mucho el danzón cubano. La cual es todavía mi música favorita. Y las charangas eran las que elaboraban en ese género. La Aragón, Fajardo, La Sensación, Arcaño, Las Maravillas de Arcaño, ese era el género. Y yo siempre lo oía. Y cuando empezamos la orquesta Duboney, pues fue como tener un niño nuevo, tú sabes, un bebé nuevo. Estábamos muy excitados. Sabíamos que las posibilidades…, simplemente, porque era tan diferente a la música que Nueva York estaba tocando. Todas las orquestas eran de brass y no había ninguna charanga en todos los Estados Unidos. Mas que, empezando esa idea, nos excitó tanto y tanto que sabíamos… aunque el primer año no fue tan exitoso como creíamos. Pero sabíamos que iba a romper y rompió cuando grabamos el primer LP que se llamaba Charanga, con United Artist. Y después de eso, fue historia.
N.G.: ¿Quiere decir que la primera charanga que existió en Nueva York fue la Charanga Duboney?
Ch. P.: La primera Charanga comercial, porque había una charanga del profesor, maestro y buen amigo mío, el difunto, señor Gilberto Valdez había formado una en Nueva York. Pero, se quedó estrictamente en la cuestión de danzones. Y tocaba en un club cubano en el Bronx que se llamaba el Tropicana, al cual yo iba a verlo. La mía fue realmente la segunda. Pero desde el punto comercial…, porque yo empecé a tocar las pachangas y todo eso. Y no solo eso que cuando yo empecé con la Charanga, ya Gilberto Valdez no tenia ninguna. Entonces, cuando yo la empecé, realmente, era la primera Charanga comercial en los Estados Unidos.
N.G.: ¿Que significa la expresión Duboney?
Ch.P.: Duboney era porque…, simplemente, es un nombre. Ahora tienen un nombre que es un virus. Pero en ese tiempo, como yo la escribo era D-u-b-u-n-e-y, era porque a mi me gustaba el sonido de la orquesta Siboney. Pero había dos orquestas Siboney, una en Puerto Rico de Pepito Torres y había otra en Cuba también. Entonces para no copiar y estar en eso de cogerle el nombre a otra orquesta, pues, un amigo mío que se llamaba Dubón, era el vecino mío en el Bronx. Se llamaba el señor Dubón, del cual yo hice bueno. La Duboney. Fue una palabra que no existía, pero se hizo famosa.
N.G.: ¿Si recuerda Charlie que músicos formaban parte de la orquesta cuando se formó?
Ch.P.: La orquesta original empezó con Wito González en el bajo, que cantaba. Pacheco, que cantaba. Joe Rodríguez. Yo en el piano y Tommy López en la conga, el cual, después de un rato se fue con mi hermano, La Perfecta.
P.L.: Charlie, cuál es el presente de la orquesta de Charlie Palmieri. Aquí en Colombia tenemos poca información de lo que esta haciendo Charlie ahora mismo.
Ch.P.: Bueno hace tres años que yo me mudé para Puerto Rico. La orquesta que esta tocando aquí hoy en La Tremenda es la orquesta de mi hermano de Nueva York. El me llamó, vamos para Colombia. Yo nunca había venido a Colombia. Yo toqué aquí en Barranquilla en el 1966. Pero vine por una noche nada más. Tocamos con los Melódicos de Caracas y me llevaron para atrás enseguida. No disfruté el pueblo, la ciudad. Ahora, la orquesta mía esta en Puerto Rico. Creemos que tenemos una buena orquesta. Yo rompí la orquesta en Nueva York cuando me fui a mudar allá, a Puerto Rico. La orquesta de Nueva York no existe, pero la de Puerto Rico ahora no se llama Duboney. Ahora se llama Charlie Palmieri y el Combo Gigante de Puerto Rico. Ese es el nuevo nombre. Tocamos salsa siempre. Es básicamente como la orquesta que estamos viendo esta noche de mi hermano.
N.G.: En la época en que la Duboney comenzó a trabajar alrededor de la música de la Pachanga. ¿Qué otras agrupaciones estilo charanga surgieron a hacerle la competencia a Charlie?
Ch.P.: Después que empezamos la Charanga. Un año después Pacheco formó su Charanga. Realmente, él tuvo un hit en disco antes que yo. Porque él se fue adelante, se fue con los Discos Alegre, con el cual grabó el LP que incluyó el número Macorina. Ese fue un número muy importante en el sentido que, después del LP de nosotros Charanga, el número de Pacheco fue un hit bien grande. A los tres meses, United Artist quería que yo grabara música hawaiana. Música del mundo entero y ponerlo en charanga, a lo cual yo no quería hacerlo. Entonces me fui de United Artist. Y la compañía Alegre, después de tres meses de grabar a Pacheco, entonces me grabó a mi. Nosotros hicimos un LP que se llama “Pachanga en El Caravana Club”, el cual fue un éxito tremendo y nos puso en el mapa. Entonces ese si, con el LP de Charanga que tenia, más ese LP, entonces ahora Charlie Palmieri estaba en el negocio.
N.G. ¿Cuántos Larga Duración grabó Palmieri con la charanga Duboney?
Ch.P.: Bueno con la charanga grabamos como seis o siete. Pero yo he grabado con mis orquestas, diferentes sonidos. Con alegre All Star yo he grabado más de 35.
Charlie continúa contándonos muchos aspectos de su vida y obra musical, pero hemos querido traer solo esta narración, como un homenaje a su nombre, porque ella representa una época de grandes transformaciones en la Historia de la música latina en Nueva York, y en la que Charlie tuvo una importante participación. Esta es una forma de recordar la grandeza de este insigne músico, en el vigésimo aniversario de su lamentable y sensible fallecimiento. ¡Charlie, tu legado aun continúa vigente!
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C L U B T R I T O N S
Sitio del Club Tritons 961 Southern Boulevad, Hunts Point
Calle 163 y la Avenida Westchester. Aquí funcionó el Club Tritón
Muchos de los Clubes musicales latinos del sur del Bronx abrieron en antiguos teatros de comedia o de cine irlandeses y judíos. Como el viejo teatro Spooner – la casa del club Tritons en los 1950s - Este antiguo teatro tiene su propia historia. La compañía financiera de la actriz Cecilia Spooner fue la “renombrada del Bronx” y su casa de Southern Boulevard ganó especial notoriedad en 1913. Spooner y su administrador fueron arrestados enfrente de una gran multitud por producir y protagonizar un juego indecente sobre trata de blancas.
Por los años 1950s, cuando el Club Tritons abrió aquí, su vecino de al lado fue uno de los clubes de música latina más populares de la ciudad. El Club Triton fue establecido por un grupo de amigos locales, simplemente buscando por un lugar para mantener fiestas privadas. Salió para jugar un papel clave en al música latina en Nueva York. El director de banda Orlando Marín recuerda: “Había un equipo llamado “The Sparks”, el cual era básicamente un club social, pero tenían un equipo de stickball… de ese grupo fue que se organizó el Tritons. Los Sparks se juntaron y con el tiempo, como pasa con todos los negocios, 2 o 3 de los muchachos permanecieron con él desde entonces. El Club Tritons tiene una tremenda historia. Allí fue donde nació La Pachanga.”
Fue aquí donde pacheco comenzó a hacer los movimientos del baile con su banda de Charanga en la tarima, en el Tritons, comenzó la locura del baile de la Pachanga en 1960.
En los comienzos de los 60s, muchos de los más grande nombres en la música latina tocaban allá con bastante frecuencia. Al Santiago, el propietario de la tienda de discos Alegre, y del sello de grabaciones Alegre organizó a todos los directores de bandas para tocar aquí todos los martes y así nacieron las Estrellas Alegre. Con el tiempo, el Tritons se mudó a la avenida Longwood, donde lo compró el boxeador Carlos Ortiz y llegó a ser El Tropicoro. El teatro Spooner llegó a ser casa de cine el cual operó hasta 1970s.
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