BENY  MORÉ

Beny Moré en el Hollywood Palladium de los Ángeles durante el año de 1958,

allí fue acompañado por la Orquesta de Tito Puente

Foto de ©Chico Sesma

 

 

 

Por Walter Germán Magaña S.

waltermagana@hotmail.com

Miembro Fundador de Herencia Latina

Cali - Colombia

 

 

 

Beny MoréSu verdadero nombre fue Bartolomé Maximiliano Moré.  Cantante, compositor y director de banda.  Nació el 24 de agosto de 1919 en el barrio Pueblo Nuevo de Santa Isabel de Las Lajas, una pequeña población ubicada a 49 kilómetros de Cienfuegos, Cuba.  Sin lugar a dudas uno de los más geniales artistas de la música popular cubana.  Conocido como “El Bárbaro Del Ritmo”, se destacó en la interpretación de casi todos los géneros musicales bailables cubanos de su tiempo.  Ha sido el modelo a seguir de muchos cantantes de la salsa.

 

 

Sus antepasados

 

Era descendiente de familia de reyes, de Gundo, quien era hijo de un rey de una tribu del Congo, y es el tatarabuelo de Beny More, quien fue capturado, siendo niño, en las playas africanas por traficantes de esclavos.  En Santa Isabel de Las Lajas fue vendido a un latifundista llamado Ramón Paredes por lo que al niño lo llamaron Ta Ramón Gundo Paredes.  Luego es vendido a Doña Susana Benítez.  Posteriormente al conde Moré, dueño de la Central La Santísima Trinidad, de Santa Isabel de Las Lajas y pasa a llamarse Ta Ramón Gundo Moré.  Gundo se emancipa y muere liberto a los 94 años.

 

Ta Ramón Gundo Moré tuvo relaciones con Julia Moré (esclava propiedad del conde Moré) de su progenie nació la bella Julia que fue seducida por el coronel Simeón Armenteros y Calvo, coronel del ejército mambí, con quien tiene seis hijos: Patricia, Bernabé, Tomás, Felipa, Chiquitica y Sofía.  Patricia fue la primera de las hijas, que por no haber sido reconocida por su padre lleva el apellido Moré de su madre.  Patricia tuvo relaciones con un rico español y tuvo cuatro hijos: Ofelia, Felipe, Julia y Virginia Secundina (madre de Bartolomé Maximiliano).  El padre no los reconoció, por lo que llevan el apellido Moré de su madre.

 

A los 18 años, Virginia Secundina Moré tiene un hijo con Silvestre Gutiérrez al que llamó Bartolomé Maximiliano Moré, que lleva el apellido de su madre.  Bartolomé es el mayor de dieciocho hermanos.  Inicialmente la familia reside en el barrio Pueblo Nuevo y después se trasladan a la Guinea donde transcurren los años de la infancia y la adolescencia de Bartolomé.  Junto con su hermano Teodoro repartían el tiempo del día entre asistir a la escuela y dedicarse al trabajo del campo, así llegaron hasta el cuarto grado.  Porque en 1930, ante la precaria situación económica de la numerosa familia, Bartolomé Maximiliano y su hermano Teodoro abandonan definitivamente la escuela, impulsados por el deseo de ayudar a su madre en el sustento del resto de sus hermanos, dedicándose a las labores del campo: chapear, sembrar y recolectar productos agrícolas.

 

 

De niño a adulto

 

El propio Bartolomé, aseguró que siempre tuvo vocación por la música: “Yo creo que empecé a cantar cuando me quitaron los pañales, por lo menos así yo me veo en mis recuerdos, cantando desde muy niño”.  Su madre confirma que desde pequeño le gustó mucho la música.  Dice su madre que con seis años buscaba una tabla y un carrete de hilo, ataba el hilo a la tabla y decía que eran las cuerdas de una guitarra.  De esta forma fabricó su primera guitarra con apenas seis años.  Su hermano Teodoro participaba en el conjunto que Beny montó muy pequeño, con machetes y clavos como instrumentos.  Las latas de leche condensada hacían las veces de bongóes.

 

En 1935, con 16 años, forma parte del primer grupo musical serio, en compañía de algunos trovadores de la localidad y fueron muy solicitados para ofrecer serenatas. A pesar de no saber nada de música, se compró una guitarra que no sabía tocar.  Se va con su hermano Teodoro a cortar caña en el central Jaronú y conoce a Castellanos y Víctor Landa (tresero), quienes le ayudan a iniciarse en la ejecución de la guitarra.  Con el dinero que ganó y los ahorros de Teodoro compró su primera guitarra de calidad en el pueblo de Morón.

 

Al año siguiente, en 1936, se va a La Habana, a probar suerte.  Llega donde su tío Tomás Armenteros con quien se dedica a vender frutas y yerbas medicinales en el Mercado Único de la capital.  Flaco y desgarbado, deambulaba despreocupado e insaciable en busca de su oportunidad.  A los seis meses regresa a Santa Isabel de Las Lajas donde se encuentra con su entrañable hermano Teodoro y juntos se trasladan a la central Jaguayal, cerca de Ciego de Ávila, a cortar caña.  Después se van para Central Vertientes trabajando de nuevo en el corte de caña.

 

En 1939 Bartolomé y su hermano Teodoro enferman de fiebre palúdica y el médico les recomienda cambiar de lugar de trabajo.  Bartolomé ahora se encuentra trabajando de carretillero suplente en el central y alterna su trabajo con las serenatas haciendo parte del Conjunto Avance, formado en unión de sus amigos Horacio Landa, Enrique Benítez, Cheo Casanovas, Mayombe y otros.  Por supuesto, Bartolomé era el cantante.  Con dos de los integrantes de este conjunto: Enrique Benítez y Cheo Casanovas, forma posteriormente un trío de voces y guitarras en Camagüey

 

Su Comienzo en el arte musical

 

En 1940 llega a La Habana por segunda vez.  Durante cuatro años vive como puede, tocando y cantando en bares y cafés del puerto de La Habana y en los Aires Libres del Paseo del Prado.  Pasa el sombrero y dice “Coopere con el artista cubano”.  En los restaurantes lo echaban a la calle para que no molestara a la clientela.  De día ayudaba a vender, en el mercado, con el tío, hermano de su madre, con quien vivía aquí en La Habana y de noche recorría las calles.

 

 

 

A comienzos de los 40, en la emisora CMQ comienza a radiarse un programa llamado “La Corte Suprema del Arte”, en el que concursan todo tipo de artistas.  Los que triunfan son contratados por empresarios, que en la mayoría de los casos los explotaban.  Los otros que no tenían tanta suerte, en su participación en el concurso eran cortados de forma brusca y humillante por medio del toque de una campana.  Bartolomé se presenta al concurso que animaban Germán Pinelli y José Antonio Alonso.  Apenas empieza a cantar le tocan la campana.  Más tarde volvió a participar en este programa y en esta ocasión ganó el primer premio.  Cantaba a dúo por las calles junto con un compañero llamado Anselmo.

 

En 1943, ingresó al Sexteto Fígaro de Lázaro Cordero, agrupación con la cual realiza sus primeras presentaciones radiales como cantante en la emisora CMZ.  En 1944 debuta en la Emisora Mil Diez, con un gran éxito, actuando con el Septeto Cauto que dirigía el reconocido tresero Mozo Borgellá, entonces empezó a cantar dos veces por semana; este fue su primer trabajo estable.  Allí se le presentó la oportunidad de sustituir a Miguel Matamoros en su Conjunto.  Ya por este tiempo, Matamoros había ampliado el famoso trío al formato de conjunto.  También por este tiempo, Siro Rodríguez, del Trío Matamoros, lo había escuchado cantar en el Bar El Temple, causándole una gran impresión.

 

 

Con El Conjunto Matamoros

 

De acuerdo al licenciado Amín E. Nasser, autor del libro “Beny Moré”, en 1944 Bartolomé Moré actuaba con el Septeto Cauto de Mozo Borgellá.  Entonces el ingreso de Bartolomé al conjunto Matamoros sucedió cuando al regreso de un viaje, el conjunto tenía una presentación en la emisora Mil Diez, pero Miguel se encontraba afónico, entonces habla con Mozo Borgellá, para que le prestara uno de los cantantes, siendo designado Bartolomé.  Esto fue lo relató al respecto el propio Miguel Matamoros:

 

Bartolo siempre fue un gran muchacho. Recuerdo que lo conocí allá por 1944 cuando yo dirigía el Conjunto Matamoros, que formé en el Hotel Nacional en 1942. Me gustó su voz; la manejaba a las mil maravillas y hacía con ella lo que le venía en ganas.

 

El Conjunto Matamoros en ese momento estaba integrado por Miguel, Siro y Cueto en las voces; Ramón Dorca en el piano; José Macías y José Quintero en las trompetas; Cristóbal Mendive en el contrabajo y Agustín Gutiérrez en el bongó (uno de los primeros bongoseros del Sexteto Habanero).  Al ingresar Bartolomé pasó a ser la voz prima en sustitución de Miguel, quien tenía a su cargo la dirección del conjunto.

 

El 21 de junio de 1945 el Conjunto Matamoros con el genial Bartolomé Moré arribaron a la capital de México, para cumplir contratos de actuaciones en la radio, en la importante emisora XEW, teatros, como el Alameda y cabarets entre estos los dos más famosos de la época: el Montparnasse y el legendario Río Rosa.  Aquí en la capital azteca cosecharon grandes éxitos.  Al regreso de la agrupación para La Habana, en el mes de septiembre del mismo 1945, Bartolomé decide quedarse en México, estadía que duraría cinco años consiguiendo la consagración como cantante al lado de su compatriota el pianista Dámaso Pérez Prado.  Esto fue lo que relató Miguel Matamoros:

 

Cuando nos dispusimos a regresar de México, Bartolo me pidió permiso para quedarse allí. Iba a casarse con una muchacha mexicana llamada Juana –Juana Bocanegra Durán[1]que trabajaba de enfermera. Por supuesto que le di mi consentimiento. Lo dejamos allá y creo que estuvo unos tres años por México, llegando a cantar con la orquesta de Dámaso Pérez Prado.

 

Bartolomé al solicitar permiso a Miguel, Siro y Rafael, para quedarse es este último quien le aconsejó cambiar su nombre artístico, pues en México les llaman “bartolos” a los burros.  Así surgió la sugerencia de Rafael Cueto: “Recuerda que en México le dicen Bartolo a los burros. Quédate, pero cámbiate el nombre”, a lo cual él respondió: “Desde hoy, me llamaré Beny, Beny Moré”.  Beny se casó con Juana Bocanegra Durán el 25 de agosto de 1945; el padrino de la boda fue el cantante mexicano Miguel Aceves Mejía.  Juana trabajaba como enfermera en la clínica del cantante y doctor mexicano Alfonso Ortiz Tirado.  Cuando Juana, la enfermera de Querétaro, asistió al último Festival Internacional Beny Moré, contó la historia de la siguiente manera: “Como le gustaba mucho la música de Beny Goodman y yo sabía que iba a ser un gran artista, decidí combinar lo de Beny con el Moré”.

 

El Conjunto Matamoros con Beny Moré hizo diez grabaciones junto a las voces de Siro y Cueto, en discos de 78 r.p.m. en Cuba entre septiembre de 1944 y junio de 1945, (antes de partir hacia México) destacándose como voz líder sólo en el número “Ofrenda Criolla(Guillermo Rodríguez Fiffé y F. Fernández), los otros temas, interpretado por el trío de voces de Siro, Cueto y Bartolomé, son: Seré Dichoso” (Ramón Dorca), “¿Qué Será Eso?” (A. Delachaux y Siro Rodríguez), “La Ruina Del Bohío” (M. Matamoros), “Mexicanita Veracruzana” (Rafael Enrizo), “Buenos Hermanos” (M. Matamoros), “La Cazuelita” (Hermenegildo Cárdenas), “Penicilina” (Abelardo Valdés), “Me La Llevo” (Rafael Cueto) y “Se Va A Morir” (M. Matamoros).  El propio Bartolomé reconocería más adelante que lo más emocionante de su carrera musical había sido escuchar, por primera vez, su voz grabada.

 

 

Alcanza el éxito en México

 

Después de tomar la decisión de establecerse en México, y antes de casarse, Beny se quedó a la deriva.  Visitaba con frecuencia a Clemente “Chicho” Piquero, un bongosero cubano que se encontraba radicado en la capital del país azteca desde 1942, quien le brindaba almuerzo y comida y, algunas veces hasta la dormida.  Se encontraba sin dinero, ya había vendido el pasaje de regreso a Cuba que le había dejado Miguel Matamoros.  Su amigo “Chicho” le había conseguido una habitación en una casa de huéspedes muy barata a donde se mudó.  Los días transcurrían y el porvenir se vislumbraba poco prometedor, pues no conseguía una sola actuación.  Entonces Clemente Piquero le consigue con el secretario general del Sindicato de Músicos, que controlaba las artes y la música de México, un permiso para actuar legalmente.  Con la autorización se presenta ante Pancho Aguirre, dueño del Cabaret Río Rosa, quien le dio a Beny Moré la oportunidad de realizar su primera actuación por su cuenta.  Allí en ese cabaret conoce, al que se convertiría en su entrañable amigo, Lalo Montané y por primera vez acoplan sus voces interpretando una canción de Matamoros.

 

En este punto, hay divergencias entre sus biógrafos, pero es seguro que realiza sus primeras grabaciones en México en 1946 a dúo con Lalo Montané, conocidos como el Dúo Antillano, con el respaldo de la Orquesta del cubano Arturo Núñez.  De acuerdo al escritor mexicano Marcos Salazar Gutiérrez, citado por Cristóbal Díaz Ayala: “Beny grabó con la orquesta de Arturo Núñez y haciendo dúo con Lalo Montané (el Dueto Fantasma) varias grabaciones para el sello Columbia, pero como ya Beny era artista exclusivo de la RCA Víctor, salieron como Dueto Antillano cantando Lalo y Homero.”  Entre los números figuran “Pensamiento” (que es en realidad un medley de los temas: “Pensamiento, Soy Lucumí, El Fiel Enamorado”), “Tengo Para Ti” (Arturo Núñez), “Siguiéndote” (Humberto Suárez), “Mira Que Eres Linda” (Julio Brito) y “La Sitierita” (Rafael Ortiz).  También tiene la oportunidad de hacer cine con la ayuda de la actriz y bailarina Ninón Sevilla, y en este año 1946, aparece en la película “Carita De Cielo”, y más adelante en otras.

 

En 1947, Humberto Cané organiza un conjunto con Silvestre Méndez y otros músicos, que según Marcos Salazar, estaba conformado por “Florecita” (Oscar Velasco O’Farril) y Manolo Berrío en las trompetas, el propio Cané en el bajo, Ramón Dorca en el piano, Chico Piquero en el bongó, Modesto en la percusión y Juancito Núñez en la segunda voz.  Cané le habla de Beny al director artístico de la RCA Víctor de México, Mariano Rivera Conde, y este le da vía para grabar seis números en 1947; pegando los son-montunos: “¿Hasta Cuando?”, “Seboruco” y “Puntillita” y las guarachas “Merengue Pa’ Ti” y “¡Como Gozo!”, realizadas probablemente en ese año, aunque se afirma que algunas de ellas en 1948.  No obstante, Beny Moré firma un contrato como artista exclusivo y se convierte en el cantante de las agrupaciones que por este tiempo están bajo la producción del sello.  Por circunstancias que se desconocen, se considera que la primera grabación de Beny con la RCA Víctor de México, la realiza con la orquesta de Mariano Mercerón, en abril de 1947, con el bolero-son “Me Voy Pal’ Pueblo” (Mercedes Valdés) y el son-montuno “Manzanillo” (José Carbó Menéndez).

 

El contrato que firma Beny Moré con el director artístico de la RCA, Mariano Rivera Conde, es para usarlo como cantante “comodín”, con varias orquestas del sello: Mariano Mercerón, Rafael de Paz, Chucho Rodríguez y sobre todo, la de Pérez Prado.  Por esta razón, cuando se quiere hacer un seguimiento cronológico de sus canciones se encuentra con la dificultad de que en un mismo periodo de tiempo se encuentran grabaciones con distintas orquestas del sello.

 

 

Beny Moré.

Foto de la Jiribilla.com

 

Pero la carrera musical de Beny saltó a la cima cuando en 1948 se produce el encuentro con el genial pianista cubano Dámaso Pérez Prado, artífice de la expansión del mambo.  Con la orquesta de Pérez Prado, además de grabar una gran cantidad de números, realizó exitosas giras.  Para Beny constituyó una excelente oportunidad, de un lado, el mambo lo lanza definitivamente a la fama, y por otro lado, trabajar con uno de los músicos vanguardistas de la época, que dirigía una big band, fue una experiencia que habría de servirle para estructurar en un futuro su propia banda.  Para Pérez Prado, encontrar un cantante de la calidad de Beny ayudó mucho en su éxito y en la difusión del sonido rítmico del mambo.

 

Entrando en detalles, se debe destacar que las dos grabaciones iniciales de Beny con Pérez Prado, las guarachas: “Viejo Cañengo” (Héctor González) y “El Suave” (H. Pou), no tenían la fuerza que después se desarrollaría cuando el mambo entra en su mayor esplendor.  Esto se confirma porque entre 1948 y 1951 Beny Moré continuó realizando grabaciones con las diferentes agrupaciones de la compañía RCA Víctor, quedando el registro de su voz espaldado musicalmente por las orquestas de Mariano Mercerón, Rafael De Paz y Chucho Rodríguez.

 

Las grabaciones realizadas con Mariano Mercerón, fueron las primeras que darían a conocer internacionalmente la voz de Beny Moré, entre 1948 y 1949 se destacan entre otras: el mambo “La Televisión”, la guaracha “Parece Que Va A Llover”, el danzón “Las Posadas”, el son-montuno “Dinero No Más”, la guaracha-mambo “Ya Son Las Doce”, el bolero “Loca Pasión” y el son-montuno “Sopa De Pichón”.

 

Pero el gran Dámaso Pérez Prado se consolida como el artífice de una de las revoluciones musicales más significativas del siglo XX con el impulso que le dio al mambo y la voz que el ilustre Beny Moré le imprimió, en las grabaciones del nuevo ritmo, colaboró en la configuración mundial a partir de 1949.  Son muestra de los éxitos con Pérez Prado: “Mangolele”,  “Será La Negra”, “Rabo Y Oreja”, “La Múcura”, “Tú, Solo Tú”, “Babarabatiri”, “Dolor Carabalí”, “A Romper El Coco”, “Pachito E’ Ché”, “Tocineta”, “Ana María”, “La Cocaleca”, “Batiri  RCA”, “¿Qué Te Parece Cholito?”, “Guajiro”, “Mambo Eté”, “Locas Por El Mambo”, “¿Qué Te Pasa José?”, “María Cristina”, “Mamboletas” y “Anabacoa” entre otros.

 

Beny Moré con en acompañamiento de la gran orquesta del maestro Rafael De Paz interpreta los temas más populares de su carrera musical, por lo menos son los números que más aparecen en una gran cantidad de recopilaciones.  Grabados entre julio de 1949 y diciembre de 1951, se destacan entre otros: “El Bobo De La Yuca” (Marcos Perdomo), “La Culebra” (Obdulio Morales), “San Fernando” (Lucho Bermúdez), “¿Dónde Estabas Tú?” (Ernesto Duarte Brito), “Yo No Fui” (Consuelo Velásquez), “El Marranito” (Aarón González), “Mambeando” (Silvestre Méndez), “¿Qué Pasará?” (Arsenio Rodríguez), “¡Ah, Bárbara!” (Miguel Ángel Valladares), “Mata Sigüaraya” (Lino Frías), “Yiri Yiri Bon” (Silvestre Méndez), “Bonito Y Sabroso” (Beny Moré) y “Qué Aguante” (Beny Moré).

 

En 1951, Beny Moré con el acompañamiento de la orquesta de Chucho Rodríguez, graba números como: “Mi Chiquita Quiere Guarachar” (Andrés Díaz), “¡Qué Cinturita!” (o “Cinturita”) (Walfrido Guevara) y “Que Se Me Caigan Los Dientes” (Chema Dávila).  Realizó dos inmortales boleros a dúo con el cantante mexicano Tony Camargo, con el acompañamiento de la orquesta de Chucho Rodríguez y que, además, son de su autoría: “Esta Noche, Corazón” y “Sin Razón Ni Justicia”.

 

 

Beny Moré. Foto de la Jiribilla.com

 

No obstante, su contrato de exclusividad con la RCA, es realmente con el acople de su voz a la de Lalo Montané, que el “Dueto Antillano” o “Dueto Fantasma”, es muy solicitado por los dueños de centros nocturnos de la capital mexicana para presentaciones.  Según lo manifestó el propio Montané, ambos podían indistintamente asumir la voz prima o la segunda, lo cual es una prueba elocuente de la calidad vocal como del acople que lograron cristalizar.  Para este tiempo Beny ya había compuesto una serie de números populares, como: “Desdichado” (o “Bardo”), “Rumberos de Ayer” y “Ensalada De Mambo” interpretados junto a Lalo Montané.  De otros compositores grabaron números de gran trascendencia como: “A Media Noche” (Pablo Cairo), “Encantado De La Vida” (Justi Barreto), y “Mucho Corazón” (Emma Elena Valdelamar).  Igualmente todas las grabaciones fueron realizadas en 1951, demostrando una copiosa actividad musical en ese año.

 

En el periodo comprendido entre 1948 y 1951, mientras grababa con las distintas agrupaciones mencionadas en la capital mexicana, también participa en las películas “Carita De Cielo”, “Novia A La Medida”, “En Cada Puerto Un Amor” y “Fuego En La Carne”.  A finales de 1951 emprende el regreso a Cuba.

 

 

Beny regresa a Cuba

 

En 1952, ya se encuentra en Cuba, con el deseo de triunfar en su propia tierra.  Entonces inicia la conquista musical de su isla en Santiago de Cuba, donde se reencuentra con Mariano Mercerón, quien de inmediato lo invita para actuar en la Cadena Oriental de Radio, emisora de alcance nacional en Cuba.  Es cuando el locutor y presentador Ibrahim Urbino, lo bautiza como “El Bárbaro del Ritmo”.  En este año, realiza grabaciones con el acompañamiento de la Orquesta Oriental de Mariano Mercerón como: “Candelina Alé” (Quico Cruz), “Qué Bandolera”, (Ramón Cabrera), “La Chola” (Justi Barretto), “Demasiado Santa” (Quico Cruz), “Salomón” (María Calderón), “Fiesta De Tambores” (M. Mercerón) y “Esto Sí Es Coco” (Enrique Benítez).  Más tarde partió nuevamente rumbo a México, donde siguió su ascendente vida artística por unos meses.

 

En este mismo año, 1952, Beny Moré volvió definitivamente de nuevo a Cuba, esta vez se traslada a La Habana e ingresa a trabajar con el pianista, arreglista, compositor y director de orquesta Bebo Valdés en la emisora RHC Cadena Azul, desde la cual se transmitía diariamente el programa del “Batanga”, ritmo recién ideado por Bebo.  Tal programa deja de salir al aire el 12 de septiembre de ese año.

 

Entre septiembre de 1952 y hasta agosto de 1953 graba con el arreglista, compositor y director de orquesta Ernesto Duarte Brito.  Entre los registros fonográficos que realizaron juntos se encuentran, entre otros temas: “Ma Clotilde” (Ernesto Duarte B.), “Adiós Palma Soriano” (Ramón Cabrera), “Miguel” (Ernesto Duarte B.), “Magdalena” (Ary Macedo Y Ayrton Amorín), “El Brujo De Trinidad” (Beny Moré), “Las Mujeres De Mi Tierra” (Justi Barretto), “No Deben De Llorar” (Enrique Benítez), “Cómo Fue” (Ernesto Duarte B.), “Compay Seboruco” (Parmenio Salazar), “Amor Sin Fe” (Beny Moré), “Guatánamo” (Ramón Cabrera), “Aunque Jamás Me Mires” (José Slater Badán), “Buena, Bonita Y Barata” (Beny Moré), “Cha Cha Chá” (Ernesto Duarte B.), “Bombón De Pollo” (Enrique Benítez), “No Me Vayas A Engañar” (Oswaldo Farrés), “Provocadora” (Ramón Cabrera) y “Por Ser Como Tu Eres” (José Slater Bedan).

 

 

Beny Moré y La Banda Gigante

 

En noviembre de 1953, Beny Moré funda y debuta en la dirección de su orquesta La Banda Gigante.  Fueron sus fundadores los músicos: Eduardo Cabrera “Cabrerita”, en el piano; Alfredo “Chocolate” Armenteros, “Rabanito” y Corbacho, en las trompetas; Miguel Franca, Santiaguito Peñalver, Roberto Barreto, Celso Gómez y Virgilio Bizama, en los saxofones; José Miguel, en el trombón, Alberto Limonta, en el contrabajo; Rolando Laserie, en la batería; Clemente “Chicho” Piquero, en el bongó; “Tabaquito”, en la tumbadora; y en los coros Fernando Álvarez y Enrique Benítez.

 

 

Beny Moré y La Banda Gigante. Foto de la Jiribilla.com

 

La trayectoria artística de Beny es paralela a la evolución del son a través de todos los formatos instrumentales que en diferentes épocas acogieron el género: dúos, tríos (el Trío Matamoros es considerado la síntesis del son), septetos, conjuntos (con el de Matamoros inició grabaciones), y, por último en México se integra a diversas big band, recordemos que allí, trabaja al lado del gran arreglista y pianista Pérez Prado, con quien descubre un universo musical más amplio y rico en comparación con las limitaciones propias de los formatos pequeños y es entonces que cuando decide formar su propia agrupación mantiene la sonoridad y posibilidades que le brinda una big band.

 

Las primeras grabaciones de Beny con la Banda Gigante, realizadas el 11 de noviembre de 1953, en discos de 78 r.p.m., fueron: el son-montuno “Bahía De Manzanillo” (Ramón Cabrera), la guaracha-swing grabada en vivo, “Devuélveme El Coco” (Beny Moré), y los boleros “Tú Me Sabes Comprender” (Ricardo Pérez Martínez) y “Oye Una Canción Para Ti” (Félix Cárdenas).  Días después, el 25 de noviembre de este mismo año graba los números: “No Quiero Matarte” (Ofelia Y Walfrido Guevara), “Semilla De Marañon” (Jesús Guerra), “Tu Verás Margot” (Jesús Guerra) y “Desengaño Cruel” (o “Dulce Desengaño”) (Armando Beltrán).

 

Para 1954 la orquesta de Beny Moré es una de las preferidas por lo bailadores cubanos.  En mayo de este año, la Banda Gigante es contratada para actuar en el famoso cabaret Montmartre como parte del elenco de la producción “El Solar”, en la cual tuvo oportunidad de compartir escenario al lado de grandes figuras de la música popular latina como Rita montaner y Olga Guillot.  Diversos teatros, salones de baile y centros nocturnos de la Isla se disputaban la presencia de Beny con su banda.  Sus largas temporadas en el cabaret Alí Bar, propiedad de Alipio García, hacen de este sitio uno de los centros nocturnos más concurridos de La Habana. 

 

En cuanto a grabaciones, inicia el año 1954, con dos antológicos boleros interpretados a dúo con el tenor mexicano Pedro Vargas y con el acompañamiento de la Banda Gigante, realizadas en los estudios de Radio Progreso el 6 de abril, “Perdón” y “Obsesión”, ambos composiciones del puertorriqueño Don Pedro Flores Córdoba.  Otros números grabados por Beny con la Banda Gigante, entre mayo y agosto de ese año, fueron: “Tu Me Gustas” (Rey Díaz Calvet), “Hebras De Plata” (José Claro Fumero), “Baila Mi Son” (Evelio Landa), “¿Qué Te Hace Pensar?” (Ricardo Pérez Martínez), “Ahora Soy Tan Feliz” (Beny Moré) y “En El Tiempo De La Colonia” (Mario Recio).  El 30 de noviembre del mismo 1954, se encuentra de nuevo en los estudios de grabación con Pedro Vargas para grabar a dúo, con el respaldo de su orquesta, los boleros: “La Vida Es Un Sueño” de Arsenio Rodríguez y “Solamente Una Vez” de Agustín Lara.

 

Entre 1955 y 1956 Beny Moré firma contratos para actuar en Venezuela, Colombia, Haití, Perú, Panamá, Estados Unidos y Puerto Rico.  En este último país es respaldado musicalmente por el combo de Rafael Cortijo y su cantante estrella Ismael Rivera.  En Venezuela, graba a dúo con Alfredo Sadel y el acompañamiento de la orquesta de Aldemaro Romero el bolero “Alma Libre” composición de Juan Bruno Tarraza, el 23 de agosto de 1955.  Son grabaciones de Beny Moré con La Banda Gigante, en 1955, los números: “Batanga No 2 (Justi Barreto), “Me Miras Tiernamente” (Luis Yánez - Rolando Gómez), “Buscando La Melodía” (Marcelino Guerra - Leonardo Blanco), “Mi Saoco” (Beny Moré), “¡Oh, Vida!” (Luis Yáñez - Rolando Gómez), “Ya Llegó La Hora” (Parmenio Salazar), “Busco Tu Olvido” (Mercedes Fernández), “Las Mulatas Del Chachachá” (Evelio Landa), “Y Hoy Como Ayer” (Pedro Vega), “Nena, Me Muero” (Enrique Benítez), “De La Rumba Al Chachachá” (Beny Moré), “Como Arrullo De Palmas” (Ernesto Lecuona), “Todo Lo Perdí” (Beny Moré), “Santa Isabel De Las Lajas” (Beny Moré), entre otros.

 

Marquesina del Hollywood Palladium de Los Ángeles en 1958,

anunciando las actuaciones de Tito Puente, Joe Loco y Beny Moré

Foto de ©Chico Sesma

 

Grabaciones de Beny Moré con La Banda Gigante, en 1956: “Cienfuegos” (Beny Moré), “Dolor Y Perdón” (Beny Moré), “Mi Corazón Lloró” (Frank Domínguez), entre otras.  Hacia finales de 1956 varios de los fundadores de la Banda Gigante abandonan la agrupación y Beny organiza una nueva orquesta.  Es entonces cuando ingresa Generoso “El Tojo” Jiménez, en calidad de trombonista y arreglista de los números de la banda.  Fueron también arreglistas de la Banda Gigante: Eduardo Cabrera “Cabrerita”, Pedro Jústiz “Peruchín” y Joaquín Mendivel.

 

En 1957, Beny con el respaldo de su orquesta La Banda Gigante, graba los temas: “Tresero De Manigüa” (Ramón Cabrera), “Vano Capricho” (Alberto Barreto), “Qué Bueno Baila Usted” (Beny Moré), “Elige Tú, Que Canto Yo” (Joseíto Fernández), “Francisco Guayabal” (Wilfrido “Pío” Leyva), “Cuando Quieras Volver” (Félix Cárdenas), “El Agarrao” (Eduardo Verde De León), “No Puedo Callar” (Mercedes Fernández), “No Hay Tierra Como La Mía” (Pedro Norberto Castillo Ramos), “Trátame Como Soy” (Pedro Brunet), “Marianao” (Ramón Cabrera), “¿Por Qué Pensar Así?” (José Slater Badan), “Pongan Atención” (Horacio De La Lastra), “Fiebre De Ti” (Juan Arrondo), “Y Te Encontré” (J. Grande - José Claro Fumero), “Soy Campesino” (Senén Suárez), “Mi Amor Fugaz” (Beny Moré), entre otros

 

Por este tiempo, su salud comienza a deteriorarse, de un lado por la gran cantidad de compromisos y, de otro lado, su vida desordenada empeora aún más la situación.  Sobre este particular y, de acuerdo al licenciado Amín E. Naser, alguna vez expresó:

 

De pronto se me vino el mundo encima. Yo era un hombre feliz. Cantaba a gusto mis programas. Y me iba a los bailes con mi orquesta. Si no dormía toda una noche, tenía después el tiempo para desquitarme. Nadie me exigía, reloj en mano. Nadie me regañaba. Nadie me pedía cuentas. Pero de pronto, compadre, me enteré que había una cosa que se llamaba reloj. Que el día solamente tiene veinticuatro horas y que de esa veinticuatro horas yo no dormía ninguna. ¡Yo no sé qué ha pasado!

 

En 1958 realiza grabaciones que alcanzan el éxito en el gusto popular, entre otras se destacan: “Camarera Del Amor” (José Dolores Quiñónez), “Que Me Hace Daño” (José Dolores Quiñónez), “Preferí Perderte” (Ángel E. Jiménez), “Maracaibo Oriental” (José A. Castañeda), “El Conde Negro” (Enrique Benítez), “Por Una Madre” (Gertrudis Cruz), “Rezo En La Noche” (Francisco Escorcia), “Se Te Cayó El Tabaco” (Beny Moré), “Caricias Cubanas” (Beny Moré), “Vagar Entre Sombras” (José Dolores Quiñónez), “Soy Del Monte” (José Ramón Sánchez), “Perdí La Fé” (Beny Moré), “¿Cómo Está Mi Conuco?” (Luis Mariano García) y “Mulata Con Cola” (Wilfrido “Pío” Leyva).  En este año, figura en el Hit Parade con el número “Maracaibo Oriental[2].

 

El 1º de enero de 1959 el movimiento dirigido por Fidel Castro derriba al presidente Fulgencio Batista.  No obstante, para este año, la Banda Gigante de Beny Moré era la jazzband más popular, en este punto su mayor aporte fue haber contribuido al desarrollo del son, utilizando las posibilidades de los arreglos de las big band como medio expresivo, proceso que se había iniciado desde la década del cuarenta con agrupaciones como La Casino De La Playa, las orquestas de Julio Cuevas, Bebo Valdés y Ernesto Duarte Brito, para nombrar algunas de las más reconocidas.  Con la orquesta de Beny este proceso alcanza su mayor esplendor, incorpora de manera más profunda, decidida y sistemática lo sonero al ámbito de las big band.  Beny apoyó la llegada de Fidel Castro a la Isla y nunca quiso aceptar la propuesta de la disquera, entonces la RCA Víctor (hoy BMG) para grabar con ellos e irse a los Estados Unidos, como lo habían hecho otros artistas cubanos.

 

Las presentaciones continúan en diversos sitios nocturnos, de preferencia el entrañable Ali Bar, en donde comparte escenario con René Cabel o Fernando Álvarez, indistintamente.  A fines del mes de agosto 1959, Beny y su banda, el cantante Orlando Vallejo y Ramón Veloz, protagonizaron en el Alloy Night Club uno de los shows más populares de este año.  Actúa también en los famosos bailes de Stadium La tropical.  Entre los números más destacados que grabó Beny con el respaldo de la Banda Gigante, en este año, figuran: “Corazón Rebelde” (Alberto Barreto), “Compay José” (Parmenio Salazar), “No Te Atrevas” (Beny Moré) a Dúo con los Hermanos Bermúdez, “Dolor Y Pena” (Evelio Landa), “Guantanamera” (Joseíto Fernández) a dúo con el propio Joseíto Fernández.  Aunque en el gusto popular se imponen en este año los boleros: “Mi Amor Fugaz” (Beny Moré), “Rezo En La Noche” (Francisco Escorcia) y “Vagar Entre Sombras” (José Dolores Quiñónez) y en el género bailable la sensación fueron los números: “Se Te Cayó El Tabaco” (Beny Moré) y “Soy Campesino” (Senén Suárez).

 

La tumba de Beny Moré

Cortesía de David Cantrell

 

 

El final

 

En 1960 Fidel Castro, el líder de la Revolución cubana, anunció al país la adhesión del movimiento revolucionario al comunismo, (un año más tarde, en 1961, lo anunciaría al mundo en la ONU).  En este año, la salud de Beny empeora; el médico Luis Ruiz le diagnostica cirrosis hepática, y aunque tiene que dejar el alcohol, ya es demasiado tarde.  Sin embargo, Beny y la Banda Gigante continúan grabando y lanzan números como: “El Santo De Tía Juliana” (Pedro Pablo Pérez), “Sin Una Despedida” (José Dolores Quiñónez), “Tumba, Tumbador” (Roberto Nodarse), “A Mi Padre” (Néstor Mili), “¿Cómo Puedes Pensar?” (Francisco Escorcia), “Así Es La Humanidad” (Pedro Hernández), “Conocí La Paz” (Beny Moré), “Me Gusta Más El Son” (Enrique Benítez), “Te Quedarás” (Alberto Barreto), entre otros.  De acuerdo con las nuevas disposiciones tomadas a partir de la Revolución, en el carnaval de 1960, no solo se produjeron, sino que se incrementaron los bailes de de carácter masivo en la Avenida del Puerto.  Dos tarimas patrocinadas por las cervezas Cristal y Polar y una de Bacardí, propietaria de la marca Hatuey, presentaron lo mejor de la música popular cubana.  Beny Moré con La Banda Gigante se presentó en la tarima de la cerveza Cristal junto a otras luminarias de la época.

 

El 7 de enero de 1961, se llevan a cabo en el Habana Libre y en el Stadium Tropical fenomenales bailes con las orquestas: La Banda Gigante con Beny, Aragón, Sensación, Estrellas Cubanas, Chapottín y su cantante Miguelito Cuní, Riverside, Rumbavana y Ñico Membiela.  Los bailes masivos siguen proliferando con el auspicio del nuevo régimen y Beny con su agrupación son bastante solicitados.  En el cabaret Nigth and Day, en el mes de febrero, se presentó en mano a mano con Pacho Alonso en un mismo espectáculo y el público abarrota el centro nocturno.  En marzo, participa en los carnavales que se realizan en la Avenida del Puerto de La Habana, y dos mese más tarde se presenta en los bailes populares que bajo el título de “Pa’lante y pa’lante” organiza el INIT. Beny es contratado también para actuar en el Carnaval de Panamá.  Este año, se gana un Disco de Oro por el número, composición suya, “Se Te Cayó El Tabaco”.  Participa en el Primer Festival Papel y Tinta, organizado para el segundo aniversario del periódico “Revolución”.  Este año Beny cantó por muchos días en La tropical, La Polar y el Alí Bar, uno de sus lugares preferidos, no obstante, su delicado estado de salud

 

En 1962, Beny Moré participa en el Segundo Festival Papel y Tinta, que en esta oportunidad se lleva a cabo en el Centro Gallego, su Banda Gigante se presentó junto a la de, la Orquesta Riverside, el Conjunto Chapottín y La Aragón.  En este año realiza su última grabación el montuno-cha: “El Cañonero” de Enrique Benítez.  Su voz ya no es la misma y sin embargo la crítica aplaude su reaparición en el cabaret Tropicana, ocurrida en el mes de febrero.  Se presenta, además, en diversos centros nocturnos, en la radio y la televisión. Odilio Urfé promueve el Primer Festival de Música Popular Cubana, en una de las notas del programa se puede leer: “El proceso del soncubano comienza con la presentación escenificada de la ‘Ma Teodora’ y culmina con la figura cumbre del estilo clasificado como son-montuno y que responde al nombre mágico, para el pueblo que lo admira, de Beny Moré”.  Su estado de salud le impide participar en el Festival de L’Humanité de 1962, y tampoco pudo aceptar la invitación del Teatro Olympia de París para actuar en nombre de Cuba durante todo el mes de mayo; Pacho Alonso iría en su lugar.

 

 

Beny Moré al bate.   Foto cortesía de Chico Álvarez

 

 

En enero de 1963 es invitado, de nuevo, al Tercer Festival de Papel y Tinta, siendo aquella una de las últimas actuaciones de Beny en La Habana.  Ya se encontraba muy mal de salud.  Recibe la Palma de Plata al mejor músico popular, premio otorgado por el periódico “Revolución”, y que, a la postre, sería el último de los muchos galardones que mereciera.  El ICAIC y el periódico “Revolución” se disponían a filmar un documental el 18 de febrero, día en el que Beny habría de presentarse en los legendarios Jardines de La Tropical.  “El Beny en el Mamoncillo” era el nombre del baile anunciado un cúmulo de veces en la prensa, y en el cual a partir de la 1:00 p.m. los asistentes podían disfrutar también del Conjunto Chapottín.

 

Su última actuación se llevó a cabo el 16 de febrero en el pueblo Palmira de Cuba.  Falleció el 19 de febrero de 1963 en el Hospital de Emergencia, en La Habana, Cuba, a las 9:15 a.m., a la temprana edad de 43 años.  Fue enterrado con honores de héroe nacional y su sepelio fue una multitudinaria demostración popular de dolor y un tributo de admiración al genial sonero.  El 20 de febrero, el Sindicato Nacional de Artes y Espectáculos declaró “Día de duelo musical” por la muerte de Beny Moré, el más grande sonero cubano de todos los tiempos.  Los Shows en los cabarets también fueron suspendidos.

 

Beny Moré recorrió, al frente de su tribu, así llamaba a su orquesta, muchos países de centro y sur América.  Alto y delgado, con su tradicional vestimenta de pantalones “bataholas”, tirantes, zapatos de dos tonos, coronado por un enorme sombrero alón y bastón, conquistó a los más difíciles seguidores de la música afrocubana. 

 

En cuanto a la producción musical de Beny con la Banda Gigante la mayor parte de su catálogo bailable, sin contar el bolero que le corresponde el cuarenta y cinco por ciento de la totalidad de su obra, recae en el son y el son-montuno, incorporando variantes tan antiguas como el nengón y changüí.

 

Beny Moré dejó un vacío inmenso y difícil de llenar.  Como apuntó Leonardo Acosta: no pudo forjarse una escuela tras de sí, pues era un caso único.  ¿Cuántos han salido airosos al incursionar en el repertorio de Beny?  En realidad muy pocos.  Su arte no se centraba en una forma particular del ejercicio, sino que sintetizaba en sí mismo, casi todas las tendencias y corrientes de la música popular cubana de los últimos cincuenta años.

 

 

FUENTES CONSULTADAS

 

  • DÍAZ Ayala, Cristóbal.  Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925 – 1960.  Disponible en el sitio Web: http://gislab.fiu.edu/smc/bibliografia.html.
  • DÍAZ Ayala, Cristóbal.  Música Cubana Del Areyto A La Nueva Trova.  Tercera edición.  Ediciones Universal, Miami, Florida, 1993.
  • NASSER, Amín E.  Beny Moré.  Ediciones Unión. Ciudad de La Habana, Cuba. 1985.
  • OREJUELA M., Adriana. El Son No Se Fue De Cuba. Claves para una historia 1959 – 1973. Ediciones ACS: Arte, Cultura y Sociedad. Bogotá D.C., Colombia, 2004.
  • OREJUELA, Adriana; ACOSTA, Leonardo y otros.  Beny Moré.  Colección Musical Perlas Del Caribe.  Tropic News y Egrem, 2000.
  • REYES Fortún, José. Ofrenda Criolla: Aproximación a una discografía de Beny Moré.  Editorial Arte y Música Ltda., Santiago de Cali, Colombia.  Museo Nacional de la Música, La Habana, Cuba, 2000.
  • SANTANA A., Sergio. Beny MORÉ, Hoy Como Ayer. 80º aniversario de su natalicio Ediciones Rumbantana. Medellín, Colombia, 1999.

 

 


 

[1] Algunas biografías afirman que el nombre era Margarita Bocanegra Durán.

[2] De acuerdo a la publicación de Prensa Libre de La Habana del 31 de diciembre de 1958.

 

 

Edición de abril de 2007

 

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