EL COMO FUE DE “EL BENY”

 

 

 

 

 

 

POR: UMBERTO VALVERDE

umbertovalverde@hotmail.com

Especial para Herencia Latina

 

 

 

La primera imagen es una rockola y la primera canción Castellanos, qué bueno baila usted. El Beny, Bartolomé Maximiliano Moré, en acción. Es La Habana, 1952, con el esplendor de los cheverolets, pontiacts, linconlns. Es la película de Jorge Luis Sánchez, propuesta por la cinematografía cubana para el premio Oscar, después de 1994, cuando entre las cinco mejores filmes extranjeros apareció Fresa y Chocolate, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabio. Sánchez se propuso recrear la imagen de este cantante que para la historia musical de Cuba es la figura más importante de quienes permanecieron en la isla.

 

La historia se narra desde 1952, cuando el Beny Moré trataba de crear su banda gigante, tiene flashaback siete años antes en La Habana y, posteriormente, en Ciudad de México. La acción transcurre hasta su muerte, a los 43 años, por cirrosis. Cantante con voz de tenor, que no sabía de música pero que se atrevió a dirigir y componer a través de los movimientos de su cuerpo.

 

“!Así que este hombre está muerto!

 

“!Así que esta voz

 

delgada como el viento, hambrienta y huracanada

 

como el viento

 

es la voz de nadie!

 

“Así que esta voz vive más que su hombre!”.

 

Versos de Roberto Fernández Retamar para describir al hombre que usaba sombrero, tirantes y un bastón.

 

Beny Moré, sin aparecer en créditos, apareció en las películas mexicanas El Ángel, Novia a la medida, cuando el alba llegue o Fuego en la carne, Al son del mambo. Agnes Varda incluyó un fotomontaje de vistas fijas en el filme cubano Cuba Baila. Y en 1987, la producción cubano-mexicana, Hoy como ayer, de Constante Rapi Diego, toma como referencia episodios del cantante cubano.

 

Sánchez le entregó la interpretación del Beny Moré a Renny Orozarena, joven actor de teatro sólo con una experiencia cinematográfica anterior. En la banda sonora de la película, realizada por Juan Manuel Cerito, colaboraban Chucho Valdés, Orishas, Juan Formell y Eduardo Ramos. Pero lo más increíble, la voz del Beny no es la Beny Moré sino de Juan Manuel Villi, un cantante bohemio, sin fama, que vive en Santiago.

 

La historia nos presenta a un Beny en conflicto, dominado por la bebida, tratando de despertar por el amor de una adolescente, Aida, sobrina de un conductor de taxi, que se convierte en su representante. Presenta el éxito que obtiene con la banda gigante, las peleas con empresarios en Caracas y el amor que despertaba entre los cubanos. A través de la película escuchamos Se te cayó el tabaco, Como fue, Soy guajiro, Bonito y Sabroso (donde ponen a a Juan Manuel Villi a decir Azúcar, azúcar, en una referencia sin sentido a Celia Cruz), Mi son Maracaibo, Vida y Santa Isabel Las Lajas, sobre la cual finaliza el filme.

 

 

El Beny trata de ser una historia de amor que no funciona. Cuando uno mira el filme dos veces comprende que Sánchez hizo un gran esfuerzo pero lo desperdició. Más allá de su excelente fotografía, de la recreación de la época, de la excelente interpretación de Renny Arozarena, la película se cae dramáticamente. Sin embargo, existe el encanto de un cantante único, que murió demasiado joven, que no tuvo la fortuna de trascender en el tiempo y en el espacio como lo pudo hacer Celia Cruz, gracias a su talento y la tecnología.

 

Justo en esta referencia a El Beny, la película de Jorge Luis Sánchez, es preciso anotar que Leonardo Acosta, un gran investigador cubano, afirma en el libro biográfico de Amin E. Naser, que Beny Moré se negó a grabar con la Sonora Matancera, “Porque a él esa sonora, nunca le había sonado”. Si no le sonaba para grabar, le sonó para tocar en una emisora, porque en mi libro Memoria de la Sonora Matancera, ese episodio queda aclarado con los testimonios de Rogelio Martínez, Calixto Leicea y, especialmente, de Chocolate Armenteros, quien explica como se acompañaron de otros músicos para aumentar los vientos. Armenteros, trompetista de la Sonora Matancera, fue el primer director musical de la Banda gigante del Beny Moré.

 

La película, estrenada en varios festivales de cine, entre ellos el de Cartagena, con mucho éxito de taquilla en La Habana, tendrá muchos comentarios en el continente. El riesgo más valioso es todo lo que hizo el director por recuperar la música del cantante no por medio de grabaciones sino de arreglos, de una gran banda sonora y de un intérprete desconocido que tiene el mismo metal de voz de Beny Moré.

 

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