Por Walter G. Magaña S.
Miembro fundador de Herencia Latina
Bienvenido Granda. Se llamaba realmente Bienvenido Rosendo Granda Aguilera. Nació el lunes 30 agosto (día de Santa Rosa) de 1915 en el barrio de Jesús María, en La Habana, Cuba. Conocido como “El bigote que canta” por el descomunal bigote que siempre le acompañó, era una de esas gustosas voces del bolero cubano, un poco nasal, con un fraseo muy especial; pero inconfundible y relajante, como para bailar suavemente bien sea un bolero, a la insinuación sensual de su vocalización, o una caliente guaracha. Huérfano desde los seis años, empezó en el arte de la música cantando en las guaguas (como se les llama a los buses en Cuba). Siendo muy joven empezó a cantar en las emisoras cubanas como C.M.Q., R.H.C., Cadena Azul, Radio Cadena Suaritos y Radio Progreso, así a los 12 años ya era “cantante profesional”. Se ganó algún prestigio cuando hizo partes de las famosas orquestas Los Hermanos Castro, El Conjunto Caney y La Orquesta Riverside.
A la edad de 20 años se hizo vocalista del Sexteto Carabina de Ases dirigido por Mariano Oxamendi, sobresaliendo junto con el trompetista Félix Chapotín, presentándose en clubes nocturnos y emisoras de radio habaneras: CMQ, RHC Cadena Azul, Radio Cadena Suaritos y Radio Progreso. Al año siguiente pasó al Septeto Nacional, fundado por Igancio Piñeiro, con quien graba sus primeros números “A Gozar La Conga” y “Juramento En La Tiniebla”; además en este tuvo la oportunidad de compartir con artistas de la talla de Marcelino Guerra, Alfredito Valdés y José Cheo Marquetti.
En 1941 viajó a Puerto Rico donde hizo dos grabaciones con el famoso Cuarteto Marcano, dirigido por el guitarrista Pedro Piquito Marcano, los temas “Dulce Desengaño” y “Desvarío” en enero de 1941; componían el cuarteto el propio Pedro “Piquito” Marcano como director y primera voz, secundado brillantemente por Leocadio “Lalo” Martínez, primera guitarra, Claudio Ferrer “El Rey”, segunda voz y segunda guitarra y Víctor “Vitín” Mercado, trompetista. Además de las agrupaciones anteriormente mencionadas, trabajó con muchas otras como: los Hermanos Le Batard, Sexteto Oriental, Orquesta de Chepín y Mariano Mercerón, antes de encontrar la plataforma que lo daría a conocer continentalmente y de paso, inscribir su nombre en el Libro de Oro de la Música Popular Latinoamericana.
El Cuarteto Marcano; de izquierda a derecha: Claudio Ferrer “El Rey”, Víctor “Vitín” Mercado, Pedro “Piquito” Marcano y Leocadio “Lalo” Martínez, con las típicas camisas de guaracheros cubanos. (Cortesía de Rafa Rentas)
Llegó la Sonora Matancera
Eran los tiempos en que la famosa agrupación cubana La Sonora Matancera estaba pasando por uno de los momentos de grandeza y fama, entonces fue cuando llegó a la agrupación al finalizar 1944 en sustitución de Humberto Cané, quien fue la persona que lo recomendó (Según el matancerólogo colombiano Humberto Ramírez Bedoya). No obstante, otros biógrafos afirman que Bienvenido Granda llegó al puesto de cantante de la Sonora Matancera en 1940. De una manera u otra, con su particular manera de frasear y con su sólido carisma de inmediato cautivó a los fanáticos de la legendaria agrupación. Bienvenido llegó para constituirse en la primera voz de la agrupación y hacer parte del coro junto a Rogelio Martínez y Caíto (Carlos Manuel Díaz Alonso); esto lo convirtió en el cantante más cotizado del momento.
La primera grabación de Bienvenido con La Sonora Matancera, un sencillo para el naciente sello Panart, fueron las guarachas “Dice Mi Gallo” (de Iván Fernández), y “El Cuento Del Sapo” (de Félix Cárdenas) en el reverso; otros afirman que fue “La Ola Marina” (de Virgilio González). La confusión puede originarse del hecho que estas grabaciones fueron efectuadas en 1945. Bienvenido con su agradable personalidad y su melodiosa voz nasal se convirtió en la atracción del conjunto donde quiera que se presentara. Aconteció que en una de las presentaciones de la agrupación en Radio Progreso de La Habana, el locutor Gustavo Pimentel Medina, quien junto a Oscar Del Río presentaban el recordado programa “Ondas De La Alegría” patrocinado por Ron Bacardí y Hatuey, lo llamó cariñosamente con el apelativo de “El Bigote Que Canta” y desde ese momento quedo rebautizado con este sobrenombre, con el que se hizo tan famoso.
La Sonora Matancera en Radio Progreso con Bienvenido Granda y Celia Cruz.
En 1947 la Sonora Matancera graba para el sello Stinson, propiedad de José Granados, varios números con las voces de Bienvenido Granda, Rogelio, Caíto y Miguel De Gonzalo. El primer disco en 78 R.P.M. fue la guaracha “Se Formó La Rumbantela” de Calixto Leicea, en la voz de Caíto. Como la Matancera tenía un contrato firmado para el sello Panart y para evitarse líos judiciales, apareció con el nombre de Conjunto Tropic Habana, que se conocería abreviadamente como Tropicavana. De acuerdo a Héctor Ramírez Bedoya:
“Cuenta el maestro Calixto que fue el monitor de tal aventura discográfica, que una noche de 1947, de las nueve de la noche, a las dos de la madrugada, grabaron un total de veinte números en jornada memorable, sin repetir uno solo. Ello fue posible, gracias a su profesionalismo y al constante ensayo a que se sometían. Estas grabaciones fueron realizadas en un local de la calle Estévez con Monte número 4. Los honorarios de la agrupación fueron pagados en efectivo por los hijos de José Granados, que habían sido los promotores ante su padre, cunado estaban en un baile en La Tropical amenizado por la Sonora y se enamoraron de sus compases.”
En este ambiente de presentaciones y escenarios y en una de las actuaciones que realizaba con La Sonora Matancera conoció a Cruz María Acosta, una bella joven habanera que en 1948 se convertiría en su única esposa de toda la vida. Sin embargo, antes Bienvenido había tenido un desliz amoroso con otra bella cubana de cuya relación nació Rosendo quien es su primogénito.
En 1948 La Sonora Matancera inicia las grabaciones con Daniel Santos, como cantante invitado y Bienvenido, Rogelio y Caito en los coros. Este mismo año Rogelio Martínez es nombrado Director de la agrupación. Posteriormente, en 1950 le corresponde a Bienvenido dar el saludo de bienvenida a Celia Cruz, quien comienza a grabar con La Sonora Matancera. Bienvenido no entabló rivalidad artística alguna ni con Daniel ni con Celia, por el contrario estableció con ellos una gran amistad.
En marzo de 1954 Bienvenido Granda se retiró de La Sonora Matancera: una versión establece que por diferencias de índole económicas con el director, Rogelio Martínez; otra versión afirma que fue separado de la orquesta por indisciplina, al viajar y actuar en Colombia sin permiso del director del grupo. De otro lado, en su momento se especuló que Rogelio había utilizado otros cantantes en las presentaciones –Rodolfo Hoyos y Orlando Vallejo, entre otros–, lo que hizo que el Bienvenido se resintiera. El cantante, por su parte, afirmó que “las mejores entradas eran siempre para Rogelio, y los demás, que se arreglaran como fuera. Yo no aguanté más y me fui con mi música a otra parte”.
Años después, el cantante colombiano Nelson Pinedo contó la que tal vez sea la versión más cercana a los hechos:
“Un día me llama Robertico Esper de Barranquilla y me dice que quiere contactar a Bienvenido. Yo le doy su teléfono y le sugiero hablar primero con Rogelio. Al enterarse Bienvenido, dice: ‘Si Rogelio se entera, no me deja ir, dímelo a mí’. Lo cierto es que le iban a pagar mil quinientos dólares a la semana, una cantidad que Bienvenido no había oído nunca, y desde ese momento, ya no regresó más a la Sonora”.
En Barranquilla, Bienvenido se presenta en clubes y teatros, y se lleva varias canciones colombianas, entre ellas “Te Olvidé” (“Yo te amé con gran delirio, de pasión desenfrenada, te reías del martirio, te reías del martirio de mi pobre corazón...”), que grabaría después en La Habana.
En sus 10 años con la Sonora Matancera, Bienvenido Granda grabó 217 números, muchas de ellos verdaderos himnos en el Caribe, Centroamérica y Suramérica, donde aún se conservan imperecederas, convirtiéndose en el cantante que más grabaciones realizó con La Sonora Matancera. En un breve repaso a algunos títulos se reitera su exitoso paso por la agrupación: “Angustia”, “Celos Que Matan”, “Con Cuanto Amor” (a dúo con Rogelio), “En La Orilla Del Mar”, “Señora”, “En Tu Busca”, “Por Dos Caminos”, “Soñando Contigo”, “Atrevida”, “Babarana”, “Bonifacio”, “Pecaste De Infiel”, “Callejera”, “Soñar”, “Oro Falso”, “Pan De Piquito”, “Esa Sí Es Cheque”, “La Diosa De La Rumba”, “Corazón Sin Fe”, “El Mambito”, “Dónde Están Los Rumberos”, “El Ajiaco”, “No Toques Ese Disco”, “Ojos Malos”, “El Bobo De La Yuca”, “Sujétate La Lengua”, “Encontré Mi Amor”, “Las Muchachitas Del Cha Cha Chá”, “Manteca”, “Palito E’tendedera”, “Espérame Un Rato Más”, “Sun Sun Babaé”, “Hoy Sé Más”, “Tocando Madera”, “El Pae Y La Mae”, “Florecilla De Amor”, “Micaela”, “No Me Agites”, “En El Tibiri Tábara”, “Nostalgia”, “Otra Copa”, “El Cuento Del Sapo”, “Pugilato”, “Qué Dichoso Es”, “Bigote’e Gato”, “Eso Se Hincha”, “Mango Mangüé”, “P De Parada”, “Tu Precio”, “Yo La Quiero Conocer”, “Morena” entre otras.
Bienvenido Granda fue el cantante que más temas grabó con al Sonora Matancera: 217 entre 1944 y 1954. Archivo EL TIEMPO, Colombia
Existen también grabaciones de Bienvenido con la Sonora Matancera realizadas en vivo en Radio Progreso y que acuciosos coleccionistas han guardado como reliquias (cerca de 40 temas), con títulos como “Dame Rumba” y “El De La Rumba Soy Yo” a dúo con Celia Cruz, “Dudas De Mí”, “Luces En El Puerto”, “En La Taberna”, “El Baile Del Pingüino”, “El Dulce”, “El Ron Y El Habano”, entre otros.
De Colombia a México
En mayo de 1954, dos meses después de la separación de la Sonora Matancera, Bienvenido Granda grabó un disco con la orquesta del pianista René Hernández, que incluía el bolero “Seré Tu Amigo” y el cha-cha-chá “Óyeme, Mamá”; a estos le siguieron “El Gallo Espuelerico”, “Recordándote” y “Amor Extraño”, entre otros temas. En ese año y comienzos del siguiente realiza algunas grabaciones con la orquesta Silvio Contreras, de las cuales sobresalen los temas: “Guajiriando” y “Ritmo De Mi Cuba”.
Salió de Cuba para Colombia en el año 1955 y se instaló en Barranquilla donde realizó una serie de excelentes grabaciones para el sello Tropical, con el estupendo acompañamiento de la orquesta la Sonora Tropical del maestro colombiano Juancho Esquivel. La Sonora Tropical –o Los Rítmicos de Juancho Esquivel, como también se le llamaba– con su director en el saxo y el clarinete, Raúl Lastra y Manuel de J. Povea en las trompetas, Moncho Samudio en el piano, Lucho Rodríguez en el saxo, José Ramón Herrera en el bajo, Efraín y Pompilio Rodríguez en la percusión y con los coros de Félix Mercado y Alberto Alzamora, constituyeron una agrupación que infundió desde entonces mucho respeto por la calidad de sus integrantes. En esta oportunidad imprime en el acetato entre julio y agosto de ese año, 18 temas en los estudios de discos Tropical en Barranquilla; 18 temas para 9 discos de 78 R.P.M. con la Sonora Tropical, temas como “Desastre”, “No, No, No, Qué Va”, “La Maquinita”, “Carolina”, “No Creo En Mujeres”, “Grosera”, “Mi Amarga Decepción”, “El Chupaflor” y “La Puya Guamalera”, entre otros.
En ese mismo año, 1955, cumple presentaciones en Medellín y graba con La Sonora Antillana dirigida por el inolvidable maestro, compositor y director de orquesta colombiano Edmundo Arias “Cabecenido”, entre los mese de agosto y noviembre, los temas: “Besos De Hada”, “Miénteme”, “Dolor De Ausencia”, “Háblame Y Júrame”, “Hay Que Casarse”, entre otros. La Sonora Antillana estaba conformada por Edmundo Arias en la dirección y el bajo, Juancho Vargas en el piano, Enrique Aguilar en la guitarra, Armando Galán, Alfredo Y César Pompeyo en las trompetas, Jairo Gómez en la conga, Platanito en los bongoes y Tito Cortés y Raúl López en los coros. También realizó grabaciones con La Sonora Silver, que era la misma orquesta de Lucho Bermúdez (Luis Eduardo Bermúdez Acosta) sin saxofones, dirigida por este brillante maestro, compositor y clarinetista colombiano; entre otras grabaciones sobresalen los temas “Mi Gran Tesoro”, “No Te Debo Querer”, “Consuélame”, “Amarga Soledad” y “Mi Mala Estrella”.
Viaja luego a Venezuela, y graba con La Sonora Caracas entre otros temas el exitoso bolero “Sé Perder”, de Carlos Guerra. En 1957 y al año siguiente, graba en Cuba algunos temas con el conjunto del pianista y director Eulogio “Yoyo” Casteleiro entre los que merecen atención los boleros “En La Cantina”, “Ríete De Mí”, “Ódiame (Te Lo Ruego)”, “Lo Voy A Gritar”, “Contéstame”, “Si Me Dejas Tú” y las guarachas “Juanita” y “Don Camilo”.
Después viajó a la ciudad de México donde fijó su residencia, adoptando a la nación azteca como su segunda patria. Aquí actuó y grabó con las más prestigiosas orquestas, nuevos temas y sus éxitos de antaño, como la del mejicano Rafael De Paz, la de su compatriota Dámaso Pérez Prado, quien ya se encontraba radicado en México, la Sonora Mexicana, dirigida por Rómulo Morán, el Cuarteto de Oro, la Sonora Veracruz, de Pepe Vallejo, la Orquesta de Salomón Jiménez, El Mariachi Oro y Plata, el Mariachi México, y el conjunto del compositor y cantante Armando Manzanero. También fue contratado para muchas presentaciones en centros nocturnos y en la televisión, alternando con los más destacados artistas de ese tiempo Javier Solís, Lola Beltrán, Virginia López, Fernando Fernández, entre otros.
En 1967 obtuvo un contrato para una larga gira por Guatemala, Honduras, Ecuador, Chile, Argentina y Brasil. En este último país permaneció por espacio de un año y grabó temas como “Secreto”, “Abrázame”, “Dedo De Guante”, “Quien Quiero No Me Quiere”, “Amor De Pobre”, (temas que hizo populares Miltinho Dos Santos). Ese mismo año recibe el Disco de Oro de los críticos latinos de la farándula, aquí en Hollywood, California. De acuerdo con el escritor costarricense Mario Zaldivar:
“Hay una faceta de la vida de Bienvenido Granda que no está suficientemente documentada: su impacto en el Brasil y sus andanzas por aquella nación. Es muy probable que sea el bolerista extranjero que más popularidad alcanzara en ese país. Esta presunción no se puede ratificar con estadísticas, pues otros boleristas también se dieron a conocer en esas latitudes, tales como Gregorio Barrios, Lucho Gatica y Julio Jaramillo. No obstante, los criterios recogidos de algunos brasileños de diferentes estados y regiones, apuntan hacia Bienvenido Granda como el más aceptado y difundido.”
¿De nuevo con la Sonora?
Pese a la violenta separación de Bienvenido Granda de la Sonora Matancera y de las acusaciones y reclamos de parte y parte, que Rogelio era un explotador, que Bienvenido un parrandero y borracho irredento, de que nunca se perdonaron y que algunos investigadores del decano de los conjuntos cubanos, dieron por cierto, que jamás actuaron juntos otra vez; hoy se sabe ciertamente que si lo hicieron, como consta en algunos videos grabados en la capital mexicana en 1975. En estos aparece Bienvenido interpretando el tema “Calla” de Pablo Lango: “No me digas nada. . . sobran las palabras. . . brilla en tus pupilas. . . nuevo amanecer. . .”. También están Lino Frías y sus solos en el piano, tan sólo un año antes de su retiro de la agrupación; Rogelio, Welfo y Caíto en los coros, Elpidio en el contrabajo, Papaíto ejecutando los timbalitos, Yiyo en la tumbadora, y en las trompetas: Calixto, Saúl Torres y “Chiripa” Aracena. Aunque Bienvenido luce algo deteriorado, su voz nasal, a la vez melodiosa y desgarradora se escucha intacta. Estos programas realizados en Televisa, México, con La Sonora Matancera fueron conducidos por Paco Malgesto, a mediados de los años setenta.
En julio de 1977, regresó para presentarse por última vez en Colombia, después de veintidós años de no visitar el país que fue la causa que lo separó de la Sonora Matancera de acuerdo al relato histórico del colombiano Nelson Pinedo. En esta última ocasión visitó las ciudades de Barranquilla, Medellín (actuó en el Grill Las Estrellas), y en Cali (se presentó en un grill del entonces nuevo Centro Comercial Unicentro), donde el boom salsero estaba en su explendor y donde ya su figura y su voz, disminuidas por el tiempo, fueron apreciadas solo por un escaso grupo de amantes de música de la Vieja Guardia.
El Bigote Que Canta falleció en la madrugada del día 9 de julio de 1983 en la Central Quirúrgica de Ciudad de México D.F. a la edad de 68 años, a causa de complicaciones gastrointestinales a la que se sumó una afección pulmonar que ya padecía. Se apagó la voz de uno de los más grandes exponentes de bolero y la guaracha, en Cuba y en todo el pentagrama musical Latinoamericano. Sus restos fueron llevados al Cementerio Jardín de la ciudad de Méjico, donde se le tributó una sentida despedida a la cual asistieron distinguidos artistas de la farándula y sus familiares. Le sobreviven su viuda Cruz María Acosta y su hijo mexicano Bienvenido Granda Acosta (nacido en La Habana en 1950) y su otro hijo mayor cubano llamado como él, Rosendo, que vive en La Habana. Dejó una herencia musical de alrededor de 400 temas grabados.
· DÍAZ Ayala, Cristóbal. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925 – 1960. Disponible en: http://gislab.fiu.edu/smc/bibliografia.html.
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· VALVERDE, Humberto. Memoria De La Sonora matancera. Caimán Records, Inc. Primera edición: Junio, 1977. Cali, Colombia.
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Edición julio de 2005