Conversaciones sobre jazz latino con Benny Velarde por. Chip Boaz

Tomado de la Revista All About Jazz
23 al 26 de junio, 2011

Versión libre al español de Israel Sánchez-Coll
San Juan, Puerto Rico

Benny Velarde

Benny Velarde

Cuando se relata acerca del legado musical, los libros de historia se remiten a una imagen parcial, captando tan solo las grandes tendencias, pero descuidando la escena en general. Tendemos a asociar los movimientos musicales con figuras históricas destacadas, pero olvidamos que esos individuos no podrían crear grandes estilos por sí solos. Cada legado musical tiene una historia oculta, llena de nombres y rostros que pasaron años trabajando duro para lograr sus propias ejecuciones artísticas. Detrás de cada figura histórica importante del jazz latino, hay innumerables individuos que llenaron su escena con los sonidos en evolución, contribuyendo al enriquecimiento de la misma música. A veces estos músicos se abrieron camino en la conciencia colectiva de la sociedad y otras veces no, pero todas sus historias merecen ser escuchadas y relatadas.

El percusionista y director de orquesta Benny Velarde desempeñó un papel importante en la historia de la música latina, en la zona de la bahía de San Francisco durante décadas, aportando con una música sólida que se sitúa tanto dentro como por fuera de los libros de historia. Nacido en la Ciudad de Panamá el 6 de septiembre de 1929, Velarde creció con una pasión declarado por la música, a pesar de no contar con músicos profesionales en su familia que lo orientaran. Escuchaba la música cubana que se extendía por todo el Caribe a través de la radio y él se empapaba del sonido de la escena musical que le rodeaba. Aún a su temprana edad, Velarde se colaba en los clubes nocturnos de la Ciudad de Panamá para escuchar a las bandas cubanas que visitaban su país, entrando en contacto con algunas de las figuras musicales más famosas de la isla. A pesar de su interés por aprender a tocar el saxofón, su familia no podía financiarle sus clases, pero él siguió escuchándola atentamente. Poco después, Velarde y su familia se trasladaron a San Francisco en 1945, lo que le puso en contacto con la música de Tito Puente, Machito y otras grandes estrellas. Inspirado por los deseos de tocar, empezó probando con la percusión y se unió a un grupo de compañeros de su instituto. Al graduarse, la reputación de Velarde creció, extendiéndose por la escena y pronto se encontró viajando por toda el Área de la Bahía para actuar con Salvador Guerrero y el Profesor Cano. Estas oportunidades le llevaron a trabajar más en San Francisco; Velarde pronto se unió al pianista Manny Durán y al bajista Carlos Durán en una actuación regular en el club Ziro's. Con la intención de ampliar su experiencia con la música latina, Velarde pasó un año en Nueva York empapándose de los sonidos de la escena de moda. A su regreso a San Francisco, Manny Durán le recomendó a Cal Tjader, un director de orquesta consolidado, pero recién llegado a la música latina. El vibrafonista le realizó una audición a Velarde y pronto le invitó a unirse a su banda, lo que elevó su perfil y le proporcionó una experiencia profesional inestimable.

Las primeras experiencias de Velarde con la música le dejaron grabado un sonido particular en su memoria, lo que le ayudó a convertirse en una pieza valiosa de la historia no escrita de la música latina de San Francisco. Cuando Velarde se convirtió en miembro del primer grupo de jazz latino de Cal Tjader, su participación en varias grabaciones y actuaciones solidificó su página en los libros de historia de la música latina. Aquí se relata su legado.

LATIN JAZZ CORNER (LJC): Usted nació en la Ciudad de Panamá, ¿creció rodeado de música?

BENNY VELARDE (BV): No exactamente. Nací en Panamá, y de niño, siempre me gustó la música. En aquella época no teníamos televisión ni nada, todo era radio. Mi madre ponía la radio de onda corta en emisoras de Cuba. Escuchábamos mucha música cubana y en aquellos tiempos muchos de los músicos de Cuba venían a Panamá.

Me remonto a la época en que empezó la Segunda Guerra Mundial; había varios músicos cubanos en Panamá porque ganaban dinero. Yo me colaba a verlos cuando tocaban en los clubes solo para escucharlos.

Me seguía gustando la música y quería tocar el saxofón, pero no tuve la oportunidad porque mi madre no tenía el dinero suficiente para apoyarme. Me inicié en la percusión cuando llegué a San Francisco. Entonces empecé a comprar los discos de Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez, y toda esa música de moda que se hacía en Nueva York. Fue así como me introduje en la música.

LJC: Mencionaste haber visto algunas bandas cubanas en Panamá, ¿cuáles fueron esas bandas que viste?

BV: En aquellos tiempos, uno de los músicos más importantes era Miguelito Valdés. Había otra banda de Cuba que venía mucho a Panamá, Casino de La Playa. Otra fue la Sonora Matancera. Había otro cantante muy famoso, Orlando Guerra, que le llamaban Cascarita. Venía mucho a Panamá. Para mí, Orlando Guerra y Miguelito Valdés eran los dos cantantes más grandes.

LJC: ¿Tocaban también los grupos locales?

BV: Oh sí, había bandas de Panamá. Había una liderada por Armando Boza, él tenía una banda bastante buena para esos tiempos. Había varios grupos locales muy buenos.

LJC: ¿Interpretaban música cubana?

BV: En aquellos tiempos, la música cubana era el tipo de música que más se escuchaba en Sudamérica y en Centroamérica. Los músicos cubanos eran los que tenían más fama.

LJC: Así que te interesaba tocar el saxofón. . .

BV: Yo quería estudiar saxofón, pero no tuve la oportunidad; no pude ir al conservatorio ni nada porque se necesitaba dinero. La enseñanza no era gratuita. No teníamos dinero, así que no pude hacerlo. Por eso empecé a pensar que mejor tocaría un poco la percusión.

LJC: Usted se trasladó a Estados Unidos en 1945. ¿Qué atrajo a su familia al Área de la Bahía?

BV: Vinimos al Área de la Bahía por motivos personales. Mi madre y mi padre querían divorciarse. Pero en aquellos tiempos, divorciarse en países como Panamá o Costa Rica era un gran escándalo. Esa fue la razón por la que emigramos. Yo tenía quince años y no podía elegir entre quedarme en Panamá o venir aquí. Era menor de edad, así que tuve que quedarme con mi madre. Esa fue la razón por la que mi hermano y yo vinimos.

LJC: Cuando llegaste a los Estados Unidos, dijiste que te gusta escuchar a Puente, Machito y los grupos de Nueva York.

BV: Los grupos más famosos que estaban en ese momento en boga eran Tito Puente, Machito, Charlie Palmieri y Tito Rodríguez. Esos eran los grupos que yo escuchaba; había otros grupos, por supuesto, pero esos eran los más grandes. Empecé a escucharlos a finales de los años cuarenta o en 1949. Compraba los discos que ellos estaban grabando y empecé a escucharlos en la escuela secundaria en Mission Street donde estudiaba.

Nos juntamos con otros latinos que estaban allí y formamos un grupito para tocar. Así fue como empecé a mejorar un poco con instrumentos de percusión como el bongó y las congas. Empecé tocando esos instrumentos. Cuando me gradué en el instituto Mission, se corrió la voz y empecé a tocar en algunos conciertos con ese grupito de la calle Mission.

En aquella época, en San Francisco había un par de bandas mexicanas que tocaban lo que entonces se conocía como música latina. Empecé a tocar con un tipo llamado Salvador Guerrero que vivía en Berkeley y tenía una gran banda. Nos contrataban los fines de semana para tocar en lugares como Watsonville, Sacramento, Stockton y cosas así. También estuve en otra banda de un tipo llamado Profesor Cano; era inválido y tocaba el saxofón. Solía tocar con ellos por varios lugares. Así es como adquirí experiencia tocando la percusión.

LP Latin Kick (1958)

LP Latin Kick (1958)

Carlos Duran, bajo; Luis Miranda, congas; Manuel “Many” Duran, piano; Brew Moore, saxofón tenor; Bayardo “Benny” Velarde; Cal Tjader, vibráfono y Arnold Roth, Ilustración.

LJC: Entonces eras un adolescente cuando tocabas en la escena musical de San Francisco en los años cincuenta.

BV: Sí. En ese momento yo estudiaba en el City College.

En los años cincuenta comencé a tocar con un chico de San Salvador, su nombre era Alonzo Polio. Tenía una banda en San Salvador, pero vivía aquí en San Francisco. Trabajaba en un club llamado Jai Lai; era un restaurante, pero después de las 9:00 de la noche abría como discoteca. Estaba trabajando con un cuarteto cuando él escuchó que yo tocaba algo de percusión; entonces me llamó y me preguntó si quería tocar con su grupo.

Tenías que estar sindicalizado para tocar, porque el sindicato era muy fuerte en aquellos tiempos. Así que cuando me habló del trabajo, fui al sindicato y me afilié. Empecé a tocar con él cuatro o cinco veces por semana. Estuve con él durante dos o tres años.

Había dos amigos míos que les empezó a llamar mucho la atención la música latina: los hermanos Durán, Manny Durán y Carlos Durán. Con ellos formamos un quinteto y, después de que terminé de tocar con Alonzo Polio, empezamos a tocar. Había un club en San Francisco llamado Ziro's Nightclub, que estaba ubicado en Geary Street.

También había un club en California llamado The Weekender. Los hermanos Durán y yo empezamos a tocar en Ziro's, intentando competir con la gente que trabajaba en The Weekender, era un grupo que tenía a Armando Peraza. Fue una competencia entre ellos y nosotros. Y lo hicimos durante un par de años, pero luego el club quebró o algo así.

LJC: ¿Los grupos de Nueva York, como Puente o Machito, solían venir a tocar en San Francisco?

BV: Sí. El primero que vino fue Tito Puente. A un salón de baile en Oakland.

LJC: Los años cincuenta fueron una época dorada de la música latina en San Francisco, ¿había muchas oportunidades para tocar?

BV: A finales de los años cuarenta existían varias bandas mexicanas. Había una que tocaba los sábados por la noche en un lugar de la calle Valencia llamado Sapian Hall. Era un lugar que se alquilaba los fines de semana para tocar. Esta banda tocaba allí; fue uno de las primeros que vi, yendo a bailes y cosas así. A principios de los años cincuenta, no recuerdo que hubiera muchas bandas.

A principios de los cincuenta decidí que debía ir a Nueva York. Así que me fui a vivir para 1952. Fui por la música: quería verla y estudiarla. Pasé cerca de un año en Nueva York viéndola. Cuando volví, fue cuando Cal Tjader me llamó.

Edgardo Rosales, maracas; Cal Tjader en los timbales; Carlos Durán, bajo; Bayardo “Benny” Velarde, congas; Manuel “Many” Durán, piano. Foto: colección de Robert C. Tjader.

Edgardo Rosales, maracas; Cal Tjader en los timbales; Carlos Durán, bajo; Bayardo “Benny” Velarde, congas; Manuel “Many” Durán, piano. Foto: colección de Robert C. Tjader.

Tjader estaba tocando con George Shearing en ese momento. Viajaron a Nueva York y Cal fue al Palladium para escuchar y ver a Tito Puente y Tito Rodríguez. Le atrapó el sonido latino. Cuando regresó al Área de la Bahía, llamó a Manny Durán porque quería formar un grupo de jazz latino. Pensó que no había percusionistas por ahí. Manny Durán me mencionó, así que hice una audición para él y así fue como comencé a tocar con ese famoso grupo.

Empecé con Cal Tjader en 1962 o 1963; empezamos a tocar bastante. Toqué con Cal durante casi cuatro años, hasta noviembre de 1966 o 1967. El Blackhawk Club era nuestra base en aquella época. Recuerdo que Pete y Coke Escovedo venían a escucharnos. Fue entonces cuando empezaron a formar un grupo.

LJC: ¿Cómo fue trabajar con Cal? ¿Fue incomodo al principio de su exploración con la música latina?

BV: No, no, no. También era un buen baterista, además de tocar el vibráfono. Tenía conocimientos sobre batería. Lo único que no sabía en ese momento era que la música latina se toca con lo que llamamos clave. Así que comencé a enseñarle a Cal sobre la clave y él lo entendió de inmediato. Fuimos amigos durante muchos años; nunca tuve problemas con él. En realidad, aprendí mucho de Cal: cómo ser un profesional, cómo comportarme y cómo concentrarme en la música. Aprendí mucho.

LJC: Formó otro grupo después de trabajar con Cal. . .

BV: Cuando Cal disolvió el grupo en el que estábamos, nos llamaron para tocar en un club que estaba abriendo en ese momento y que se llamaba The Copacabana. Oyeron hablar de los hermanos Durán y de mí, así que llamaron a Manny para formar un grupo. Llamamos a todos los chicos que antes estaban con Cal Tjader para formar ese grupo en The Copacabana. Estaba situado en Broadway, cerca de Powell. Toqué allí con Manny durante un par de años.

Después de tocar allí un par de años, a Manny le llamaron para tocar en otro club, así que iba a dejar el Copacabana. Los dueños del Copacabana me llamaron y me dijeron que, si quería quedarme allí y formar mi propia banda, podía quedarme. Por supuesto, aproveché la oportunidad. Fue así como formé mi primera banda ─se llamaba Benny Velarde Y sus Pachangueros.

Al principio, sólo era Benny Velarde. Pero esa música llamada pachanga empezó a desarrollarse y a la gente le gustaba. Entonces cambié el nombre de la banda. Toqué allí durante casi diez años. Toqué desde 1960 hasta 1969. Tocábamos cuatro noches a la semana, de jueves a domingo.

En esa época también había clubes “after-hours” en los que tocabas desde las 2 hasta las 6 de la mañana. Empecé a tocar en uno de esos clubes: se llamaba Streets of Paris. Estaba en Jones y Mason, cerca de Market. Terminaba de tocar en el Copacabana alrededor de las 2:00 y luego hacíamos un concierto en The Streets of Paris, que empezaba a las 2:30 y duraba hasta las 5 de la mañana. Tenía esos conciertos los fines de semana; solíamos tocar allí los viernes y sábados. Los domingos por la tarde había otro salón de baile en Oakland que se llamaba The Sands Ballroom. Allí se tocaba por las tardes, desde las 2:00 hasta las 6:00 de la tarde. Había un pianista de México, su nombre era Chico Ochoa. Tenía una gran banda y me llamó para que tocara con él los domingos por la tarde. Así que yo estaba en el Copacabana de jueves a domingo, después de horas en The Streets of Paris los viernes y sábados, y en The Sands Ballroom los domingos por la tarde.

Carlos Duran, bajo; Luis Miranda, percusión; Manuel “Many” Duran, piano, Bayardo “Benny” Velarde, timbales; Cal Tjader, vibráfonos y Betty Brader, cover.

LJC: También trabajaste en el estudio de Fantasy Records durante los años sesenta, ¿cuáles fueron algunas de tus sesiones favoritas de aquella época?

BV: Grabé mucho con Cal Tjader, por supuesto. Luego me contrataron para hacer un álbum, que hice en 1964; se llamaba Ay Que Rico. Tenía mucha de la música de los Pachangueros. También grabé un par de discos de 45 rpm con diferentes personas. Había un tipo que tenía un sello disquero y quería grabarme en un disco de larga duración. Sacó un 45 rpm, pero cuando estábamos listos para empezar el disco de larga duración, murió. Así que nunca tuvimos la oportunidad de hacerlo.

LP Hay que Rico

LP Hay que Rico

LJC: ¿Cuándo formaron el Super Combo?

BV: Cuando terminé de tocar en el Copacabana, fui a tocar a un club que tenía un amigo, se llamaba The Boogaloo. Estaba en Geneva Avenue, frente al Cow Palace. Este amigo quería que tocara allí y formara una banda más grande. Fue entonces cuando empecé con mi gran grupo, se llamaba The Super Combo. Ese fue el nombre que utilicé para resto de mi vida con esta banda.

Había otro club que se llamaba Italian Village. Estaba en Columbus, por donde ahora está Bimbo's, una manzana antes. Querían competir con Bimbo's, pero quebraron. Así que cerraron el club. Luego un amigo mío, dueño de The Boogaloo, le tocó cerrar su club en Geneva Avenue. Tuvo problemas con su socio, así que lo cerraron. Luego se mudaron al lugar que solía ser el Italian Village. Así que nos mudamos allí con ellos y nos contrató para tocar los sábados por la noche durante bastante tiempo.

LJC: Hiciste otro álbum en 1972 llamado La Clave que era más bien una grabación funk latino. ¿Cuál fue la historia detrás de eso?

BV: En 1972, también tocaba con una banda en el club de César. César [boliviano-estadounidense César Ascarrunz] abrió un club en Broadway y Green Street. Cuando tocamos allí, vino un tipo [John DeMarco] y quería usar la banda de César para grabar. Pero César no quería hacerlo. Así que el tipo habló conmigo y me hizo el comentario. Me preguntó si quería hacerlo, y le dije: «Sí, claro, ¿por qué no?». Utilicé a algunos de los chicos que tocaban conmigo en la banda de César e hicimos esta grabación.

La grabación iba a ser promocionada por un chico de Argentina que era bastante famoso; había hecho mucha música para películas, se llama Lalo Schifrin. De todos modos, se suponía que él estaría en esta banda y haría este álbum. Pero supongo que tenían un conflicto de intereses y él solo tocó un par de canciones en el álbum. Ni siquiera pusieron su nombre ni nada en el álbum. Cuando lo lanzaron, él ni siquiera había terminado su parte. Tuvieron que publicarlo porque necesitaban ganar dinero con el álbum. Supongo que al menos querían publicarlo y recuperar parte de los fondos que habían invertido. Lalo tocó un par de temas. En realidad, nos habían reservado para ir a Francia, pero cuando él tuvo todos esos problemas, todo se vino abajo...

LP La Clave (1)

LP La Clave (1)

LJC: Tuviste el Super Combo muy activo y lo mantuviste durante más de veinte años. . .

BV: Empecé con el Super Combo en 1970 y lo tuve en marcha durante un tiempo. Acabo de jubilarme, pero en realidad lo tuve hasta 2008…bueno, todavía lo tengo.

LJC: La banda debió de haber cambiado bastante a lo largo de los años, pero ¿quiénes fueron algunos de los pilares que tocaron con ustedes a lo largo de los años?

BV: Tocó conmigo Mark Levine y tantos otros que no puedo recordarlos a todos. Recuerdo a Mark porque nos hicimos muy amigos. Chico Ochoa tocó conmigo. También tocó Carlos Federico, un pianista panameño que se hizo un nombre poco después. La verdad es que no recuerdo otros nombres, pero hubo muchos cambios a lo largo de los años.

LJC: Sé que la escena musical del Área de la Bahía cambió bastante durante esos años; ¿hubo alguna vez dificultades para encontrar trabajo?

BV: Como cualquier otra banda, a veces consigues muchos trabajos y a veces muy pocos. La banda empezó a hacerse un tanto conocida y yo empecé a conseguir algunas presentaciones para la banda. Así es como me mantuve. En los setenta y los ochenta, había más trabajo que ahora. Después de los noventa, los clubes de Broadway cambiaron las cosas. Solía haber música por todas partes, pero entonces aparecieron los bares de toples y eso fue todo. Todos los clubes con música empezaron a desaparecer. Fue entonces como para los finales de los setenta que también se vendió el Copacabana. Seguí trabajando con la banda durante bastante tiempo. Tuve mucha suerte de tener varias presentaciones los fines de semana, hasta mediados de los 2008.

LJC: Esa banda sacó un disco, Viva Velarde, en el 2003; ¿cómo se gestó ese álbum?

BV: Ross Wilson, unos de los chicos que tocaba conmigo, trabajaba en un estudio de grabación de nombre, Disher Music and Sound, y este muchacho estuvo conmigo durante mucho tiempo... todavía toca conmigo. Entonces él habló con el dueño, y de esta manera mantuve una buena amistad con este empresario. Le dijo a Ross que podíamos usar su estudio cuando no estuviera ocupado. Así que empezamos a grabar este álbum. Lo hicimos poco a poco; tardamos un año en sacarlo. No nos cobró nada. Nos dijo que una vez que saliera la grabación, Ross podría pagar el tiempo de estudio poco a poco. Así que lo que hicimos, fue de esta manera como sacamos el álbum.

LJC: Te jubilaste en el 2008, pero estuviste en la escena musical latina del Área de la Bahía durante mucho tiempo, ¿qué opinas de trabajar en el Área de la Bahía?

BV: Estuve viviendo aquí y me acostumbré a la zona. Sabía que tenía que quedarme aquí cuando regresara de Nueva York. Formé un grupo, primero fue el sexteto y luego, a partir de los setenta, el Super Combo. Así empecé a tocar aquí. Luego tuve la oportunidad de viajar con la banda. Vivía aquí y la gente empezó a llamarme para tocar en distintos lugares. Cuando empecé a tocar con mi banda, ya no me movía para ninguna parte.

LJC: ¿Cómo compararía la escena musical latina de San Francisco actual con la de los años cincuenta o sesenta?

BV: En aquella época, durante los años setenta, ochenta y principios de los noventa, había muchos clubes que contrataban a grupos latinos. Entonces, de repente, se produjo el cambio. Empezaron a formarse otras bandas que tocaban por poca paga. No recibían el dinero que nosotros estábamos acostumbrados a recibir. Yo seguía, y los clubes tenían que seguir pagándome lo que pactamos. Pero muchas de las bandas que empezaron en aquella época tocaban por nada. Fue por eso por lo que muchas otras bandas que estaban surgiendo, a pesar de que eran buenas, se disolvieron. Eso dificultaba a veces tocar, porque los clubes no querían pagarme: yo tenía mi precio y cuando me llamaban, tenían que pagar mi precio. Los que arruinaron el negocio son los grupos que tocan ahora, que tocan casi gratis.

LJC: Tienes un concierto en Yoshi's el día 29, ¿puedes hablarnos un poco de él?

BV: El que empezó todo esto fue Chuy Varela, el DJ de KCSM. Vino a hablar conmigo y me dijo que quería hacer este concierto en mi honor, por los sesenta años que llevo tocando música en el Área de la Bahía. Él fue el de esta propuesta. Debería llevarse todo el mérito, yo ni siquiera sabía que se iba a celebrar el concierto hasta que él vino a hablar conmigo y me preguntó si me parecía bien. Es por eso que este concierto va a suceder, gracias a Chuy Varela.

Yo tocaré con la banda, The Super Combo. Los chicos que tocaban en mi banda todavía nos reunimos a veces cuando surge algo así. Además, Al Bent, que solía tocar conmigo, va a formar otro grupo con algunos de mis antiguos músicos. Creo que van a estar allí bastantes más chicos que he conocido y que han tocado conmigo.

Bayardo «Benny» Velarde falleció pacíficamente en la mañana del 31 de agosto de 2015, en Menlo Park, California, a la edad de 85 años.

Notas
  1. Una noche de 1973, Velarde estaba tocando en la banda del maestro del teclado de jazz-funk boliviano-estadounidense César Ascarrunz, a quien se le acercó John DeMarco, un entusiasta ejecutivo musical que estaba involucrado en la producción discográfica y la gestión de artistas. “(Él) vino y quería usar la banda de César para grabar”, recordó Velarde en 2011. “Pero César no quería hacerlo. Entonces el tipo habló conmigo y me contó sobre ello. Me preguntó si quería hacerlo y le dije: ‘Sí claro, ¿Por qué no?’ Así que utilicé a algunos de los chicos que tocaban conmigo en la banda de César e hicimos esta grabación”.
  2. DeMarco y su socio Marshall Leib supervisaron el proyecto como productores ejecutivos, contratando a Tony Bruno, un excantante neoyorkino de música MOR (“Middle Of The Road”) al estilo Tony Bennett, para producir la sesión de grabación, que eventualmente terminaría en Verve Records. Aunque sabemos que Velarde utilizó miembros de la banda de César Ascarrunz para formar La Clave, sus nombres no figuraban en los créditos cuando se lanzó el álbum debut homónimo del grupo. Sin embargo, conocemos algunas de sus nacionalidades, gracias a las notas originales de Richard Oliver, que nos dicen que llegaron al “Bay Area” a través de México, Panamá, Cuba y Puerto Rico.
  3. No hay información sobre dónde y cuándo tuvo lugar la sesión de grabación, pero lo que sí está claro es que Velarde y sus compañeros estuvieron acompañados en el estudio por Lalo Schifrin, un pianista de jazz y compositor de cine argentino que por aquel entonces estaba en la cresta de la ola por el éxito de su banda sonora para la película de Clint Eastwood Harry El Sucio.
  4. Si bien el cameo de Schifrin puede resultar sorprendente, dado que La Clave era un grupo desconocido, su participación en el proyecto probablemente se debió a que había trabajado antes con DeMarco. El productor había supervisado una sesión de grabación de Verve para Schifrin en 1972, co-produciendo un sencillo llamado “Latin Soul”, cuyo arreglista y co-guionista era John D’Andrea, a quien DeMarco también reclutó para la sesión de La Clave.
  5. Según las notas de Oliver, Schifrin se unió a la sesión cuando “pasó por” el estudio. “Tenía prisa porque tenía otras cosas que hacer”, explicó el pianista a Wax Poetics en 2001. “Me presenté, me pusieron la música delante, hice lo mío y listo. Fue muy sencillo”.

Rótulo

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Fuente original
https://www.allaboutjazz.com/news/latin-jazz-conversations-benny-velarde-part-1/

https://www.allaboutjazz.com/news/latin-jazz-conversations-benny-velarde-part-2/

https://www.allaboutjazz.com/news/latin-jazz-conversations-benny-velarde-part-3/