UN ENCUENTRO EN POPAYAN CON MARCO KATZ

 

 

 

 

 

El trombonista, compositor, arreglista y filólogo Marco Katz con Jairo Grijalba Ruiz,

en Popayán, Colombia, el sábado 28 de julio del 2012.

(Fotografía de Ernesto Grijalba Prado, colección personal).

 

 

 

 

 

 

 

EL ÚLTIMO GRAN TROMBONISTA DE MON RIVERA

 

 

Por: Jairo Grijalba Ruiz

En exclusiva para Herencia Latina

Popayán, Colombia

jairogrijalbaruiz@gmail.com

 

 

 

INTRODUCCION

 

 

Dentro de las múltiples crónicas que se han escrito a lo largo del tiempo sobre la historia del trombón en la música afrocubana y en la música latina neoyorquina, posteriormente conocida como salsa, los diversos autores suelen sesgar en unos pocos nombres todo el protagonismo que adquirió el mencionado instrumento, sobre todo a partir de 1962, cuando se hicieron las primeras grabaciones del sello Alegre en las cuales el trombón pasó a ocupar un papel protagónico en las orquestas de Mon Rivera y de Eddie Palmieri, respectivamente.

 

Desde entonces han pasado cincuenta años; medio siglo, y en las crónicas aludidas predominaron nombres como los de Barry Rogers, Mark Weinstein, José Rodrigues, Lewis Kahn, Reinaldo Jorge, Papo Vásquez, Generoso ‘El Tojo’ Jiménez, Leopoldo Pineda, Willie Colón y unos cuantos más.

 

Pero la historia del trombón con el correr de los años realmente ha tenido muchos otros protagonistas de valía tanto en Cuba como en los Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela y Colombia, por solamente citar esos cinco países. En Colombia está el caso de Gustavo García, conocido como ‘El Pantera’, formidable trombonista quien hizo parte de la Colombia All Stars a finales de la década del setenta; en Puerto Rico diversas generaciones de trombonistas han hecho su aporte al desarrollo de la sonoridad del instrumento. Tenemos los ejemplos de Juan Tizol (quien tocaba el trombón de pistones), Edwin Feliciano y William Cepeda. Los cubanos, además del gran Generoso ‘El Tojo’ Jiménez, tuvieron a Leopoldo ‘Pucho’ Escalante, Manuel Valdés Osorio, Juan Pablo Torres, Demetrio Muñiz, Jesús ‘Aguaje’ Ramos, Francisco Peluca, Luis ‘El Pibe’ Outumuro González, José Miguel Gómez, Carlos ‘El Afrokán’ Álvarez y José de Jesús Seno. De este último afirmó Tommy Meini, que era miembro de la banda de la marina y fue considerado como el mejor trombonista de Cuba en la década del cincuenta, “tocaba cualquier género y lo llamaban el ‘Tommy Dorsey cubano’…” Seno fue amigo de Generoso ‘El Tojo’ Jiménez, quien lo llevó a trabajar en la Banda Gigante de Benny Moré en 1955.

 

A lo largo de las siguientes páginas nos proponemos al menos parcialmente llenar el vacío de conocimiento dejado por los colegas que nos precedieron, en especial para el caso de los trombonistas neoyorquinos. Quizás por ello encontrarán los amables lectores que aparte de nombres como los de Jimmy Frisaura, Luis Berríos Serralta y Joe Wohletz, quienes tocaban el trombón de pistones, igualmente hablaremos de intérpretes influyentes como Steve Pullian, Joe Orange, Frank Ramón, Manolín Pazo, Antonio Castro, Clarence Ross, Johnny Colón, Frank Figueroa, José Castrillo, Frank Rosa, Ed Byrne, y sobre todo de Marco Katz, a quien yo considero como el último gran trombonista que tuvo Mon Rivera en su orquesta a mediados de la década de los setentas en la ciudad de Nueva York.

 

Marco Katz era uno de los trombonistas en la sección de tres (y a veces cuatro trombones) que solía tener Mon Rivera en su orquesta entre 1976 y 1978. Pero además de ser un estupendo integrante de la sección, en la cual tocaba todos los pasajes al unísono, Marco Katz se destacó como un imaginativo y original solista, quien no solamente tocaba el trombón de vara abierto, sino con una sordina de caucho, sujeta a la mano, la cual ponía y quitaba con gran rapidez dentro de la campana del instrumento, para proyectar su novedoso fraseo en una suerte de “trabalenguas del trombón”, análogo al fraseo de trabalenguas estilo scat que proyectaba Mon Rivera en su gesta de vocalista inigualable y único.

Como ejemplo de esto último, entre otras grabaciones, podemos escuchar la versión del tema “Tiene Sabor”, grabada con la orquesta de Charlie Palmieri en la ciudad de Nueva York en 1978, vocalizada por el panameño Meñique. En este número que fue prensado en el disco “The heavyweight” (originalmente publicado por Alegre Records JMAS 6009 – SERIES 0698 y reeditado por Fania Records – Emúsica en el año 2006 en formato de CD con el serial 773 130 065 – 2), Charlie Palmieri incluyó un solo de trombón con sordina a cargo de Marco Katz, el cual es en verdad una extraordinaria y al mismo tiempo muy breve demostración de su estilo. 

 

Además de ser un solista de gran imaginación y de desbordante lirismo, a quien Mon Rivera tras su regreso a los escenarios después de una larga ausencia, ponía noche tras noche al frente de la orquesta para que tocara sus novedosas aportaciones como protagonista del trombón, Marco Katz era el trombonista más joven de la agrupación del legendario vocalista mayagüezano. Por aquel entonces (1977), Marco Katz tenía apenas veinticinco años, quince de ellos dedicados al trombón.

 

Marco Katz puede ser considerado por esto como uno de aquellos genios ocultos; protagonista tras bambalinas, quien no brilló para la galería, pero cuyas ejecutorias son palpables en el desarrollo de la sonoridad trombonística neoyorquina, y quien hoy en día puede ser escuchado por las actuales generaciones en algunas de las valiosas grabaciones que dejó con artistas tan diversos como Paquito D’ Rivera, Elba Mercado, Los Hermanos Lebrón, Charlie Palmieri y la orquesta Kuvabana de Carlos Barbería, entre otras.

 

Las conversaciones con Marco Katz que a continuación presentaremos en toda su extensión, no solamente reflejan su historia personal, rica en experiencias musicales y existenciales que yo calificaría de fascinantes, sino que nos han servido para revivir los nombres de personajes ya casi olvidados dentro del ambiente latino neoyorquino, como el enigmático fotógrafo de origen italiano Dominique, autor de centenares de fotografías utilizadas en las carátulas de muchos discos de salsa, especialmente en los años setentas; igualmente en su relato surgieron los nombres de otros protagonistas y actores de reparto, como el magnífico guitarrista dominicano Víctor García, ligado también como Marco a algunas grabaciones de los Hermanos Lebrón. No podía quedarse al margen el nombre de José Lebrón, quien en palabras de Marco era un rockero que no quería ser salsero; y esto último nos sirve además para decir que Marco empezó su carrera artística como rockero y jazzista, pero gradualmente fue encontrando en la salsa su ambiente natural y se quedó por largo tiempo como artífice de su devenir en ‘la Gran Manzana’, por lo menos hasta bien avanzada la década del ochenta, sin dejar de lado el jazz, corriente musical desde la cual hoy en día persiste en su actividad creativa.

 

El encuentro con Marco Katz, plasmado en este texto fue una oportunidad para hablar de los grupos musicales conformados por intérpretes afroamericanos dedicados al soul y al rock. Él nos habla en la entrevista de agrupaciones como “The Majesty of Soul”, “The Uptown Conversation” y “The Joneses”, hoy en día prácticamente olvidadas, las cuales en su momento rivalizaron por el favor del público negro en Nueva York, Philadelphia, Boston, Chicago o cualquier otra gran ciudad de los Estados Unidos. Estos grupos tocaban en los ghettos negros de ‘la Gran Manzana’ en lugares como Harlem y Brooklyn, y aunque no llegaron a tener la promoción de otras agrupaciones rockeras y de soul, fueron importantes en el contexto neoyorquino interactuando paralelamente con los grupos de salsa.

 

Como cualquier otro músico, los salseros tenían la ambición de ser exitosos, pero se encontraron con un ambiente poco propicio para ganar dinero. Esta conclusión se desprende de las conversaciones con Marco Katz, quien nos cuenta que, contrariamente a lo que muchas personas piensan, a las orquestas y grupos de salsa se les pagaba muy poco; contadas excepciones para ellos la vida realmente fue dura. Los salarios de los músicos de salsa en Nueva York durante la década del setenta y el ochenta fueron muy bajos, quizás por esta razón algunas de las estrellas más reconocidas como José Lebrón, Barry Rogers y Larry Harlow buscaron refugio en el rock, contexto en el cual pretendían ganar más dinero y tener éxito, lo cual no fue siempre fácil, salvo en un caso como el de Barry Rogers quien se asoció al grupo Dreams, formación con la que alcanzó éxito y fama pero tal vez no el dinero.

 

Otras revelaciones de Marco Katz vertidas en este texto nos llevan a recordar nombres de músicos como los congueros José Venero y Vicky Soto, hoy prácticamente olvidados y casi desconocidos por las actuales generaciones. Esta última era integrante de la orquesta de Mon Rivera durante los años 1977 y 1978 al final de la vida del cantor de bombas y plenas. De las conversaciones se desprenden conclusiones diversas, una de ellas tiene que ver con el importante papel que jugaron los judíos en el devenir de la música latina neoyorquina, posteriormente conocida como salsa. Surgieron los nombres de Larry Kiviat, Alan Levy, conocido como Alfredito, Mark Weinstein, Marty Sheller, Larry Harlow, Lewis Kahn, Barry Rogers y el propio Marco, entre muchos otros.

 

Desde luego uno de los protagonistas más importantes de su relato es sin duda Mon Rivera, el cantante boricua, quien en esta crónica se enaltece con el recuento de los múltiples papeles que jugó para forjar el sonido latino neoyorquino, impregnado de música cubana y puertorriqueña. Rivera era director de orquesta, compositor, arreglista y copista de sus propios arreglos. Igualmente fue un reconocido percusionista y Marco nos revela aspectos de su faceta como pianista. De otra parte, nos desvela uno de los enigmas en la vida de Mon Rivera y fue su período en la cárcel de Connecticut, condenado a varios años de prisión federal a consecuencia del porte y consumo de sustancias controladas.

 

De la forma cómo vivían los músicos ligados al ambiente latino neoyorquino en realidad sabemos muy poco o casi nada. Se ha escrito que vivían en el Spanish Harlem y en El Bronx, pero se entra escasamente en detalles. Marco Katz estuvo viviendo en el barrio puertorriqueño de Manhattan durante algún tiempo. Este sector de la ciudad se conoce como el Spanish Harlem, aunque comúnmente se denomina simplemente ‘El Barrio’; pero algo curioso es que Marco vivió varios años en un barco anclado en los muelles de Nueva York en el cual el costo del arrendamiento era inferior al de un apartamento.

 

Es bien sabido que los grandes músicos latinos afincados en Nueva York tocaban en los sitios de moda, en clubes como el Cerromar Casino, el Caborrojeño y El Corso. Lo que se conoce poco es que ni los Hermanos Lebrón ni Mon Rivera tocaban en El Corso ya que este al parecer era propiedad de unos empresarios racistas y no admitían músicos negros, aunque curiosamente a finales de los años sesentas en El Corso tocaba Arsenio Rodríguez, el célebre ‘Ciego Maravilloso’, uno de los músicos latinos más influyentes de todos los tiempos. Quizás en esa época había un administrador carente de prejuicios raciales.

 

Pero no toda la actividad musical de Mon Rivera con su orquesta giraba alrededor de los clubes de tierra firme. Marco Katz nos puso de presente que algunos de los bailes para los cuales era contratada la orquesta se realizaban en barcos que navegaban por las inmediaciones de la ciudad en especial por el río Hudson. Una de las fotografías de los músicos de aquella maravillosa orquesta fue tomada en un barco que surcaba ese río.

 

Para Marco Katz la salsa fue la música barroca de América. Esto parece aún más cierto si nos detenemos para hacer un recuento de cuáles eran las nacionalidades de los músicos que intervinieron en su gestación: cubanos, puertorriqueños, nuyoricans, dominicanos, panameños, venezolanos, peruanos, mexicanos, argentinos, brasileros, colombianos, antillanos de diversas islas, judíos neoyorquinos, afroamericanos, italianos, etcétera.

 

A lo largo de sus apreciaciones Marco Katz analiza desde su punto de vista la cuestión judía y centra sus observaciones en el tema de la identidad y la pertenencia, apoyándose en las tesis del filósofo Jacques Derrida. Un capítulo aparte nos reserva para hablar de la comunidad puertorriqueña tanto asentada en Nueva York como en la isla, contándonos los avatares que vivían los músicos por los bajos sueldos que esa comunidad podía pagarles, pero también haciéndonos un análisis de su potencial social. Culturalmente hablando Marco Katz no se define como judío newyorkino solamente sino también como puertorriqueño.

 

La conversación irremediablemente nos llevó a hablar de la empresa disquera Fania Records y de su sellos filiales. El gran músico nos expresó sin tapujos su opinión sobre la forma inmisericorde como esa compañía disquera regentada por Jerry Masucci explotaba a los músicos salseros en general, contadas excepciones, pagándoles en verdad muy poco dinero por las grabaciones y no reconociéndoles nada por derechos con posterioridad a las mismas.

 

Uno de los aspectos más interesantes de este encuentro con Marco Katz se relaciona con la forma como interactuó con otros grandes del pentagrama latino, en especial con Carlos Barbería, Paquito D’ Rivera y Charlie Palmieri. El formidable trombonista cuenta estos episodios con mucho sentido del humor, revelándonos aspectos humanos inéditos de estos personajes.

 

En otra parte de las conversaciones que transcribimos más adelante Marco Katz centra sus observaciones en el conflicto de identidad que les generó a los jóvenes latinos neoyorquinos la música disco en los años setentas. Ellos no querían vivir en su cultura, desdeñando la salsa, la música cubana, la música jíbara puertorriqueña, la bomba y la plena. El gusto del público igualmente influenció el concepto de varios músicos nuyoricans como Johnny Colón, quien en algún momento se refirió despectivamente a la música de Mon Rivera calificándola como música jíbara. Como es apenas natural a lo largo del texto aparecen los nombres de otros grandes trombonistas, entre ellos Barry Rogers, José Rodrigues y Generoso ‘El Tojo’ Jiménez. A este último lo conoció Marco Katz en La Habana en 1998, viviendo en muy precarias condiciones. Con los dos primeros arriba mencionados Marco tuvo la fortuna de tocar en diversas oportunidades.

 

Charlie Palmieri fue uno de los músicos más respetados dentro del ambiente latino neoyorquino y puertorriqueño. Marco Katz en sus relatos sobre este gran pianista y organista nos muestra su perfil humano, su generosidad y don de gentes al tiempo que da cuenta del papel influyente que jugó en el desarrollo del sonido latino neoyorquino. Sus revelaciones son importantes porque muestran a Charlie Palmieri en el trabajo, tocando en clubes nocturnos o haciendo grabaciones, justamente en los años finales de la década del setenta, cuando comenzó realmente el declive de lo que algunos cronistas han llamado ‘El Boom de la Salsa’. 

 

La música latina, especialmente la que se desarrolló en la ciudad de Nueva York entre las décadas del setenta y el ochenta, tuvo muchos grandes protagonistas. Sin embargo varios de los más destacados cronistas de ese fantástico fenómeno cultural han delimitado caprichosamente su exploración historiográfica haciéndola girar alrededor de unos pocos nombres y de unos cuantos episodios y puntos de vista, dejando de lado quizás sin proponérselo, a muchos músicos y cantantes no menos importantes, con quienes estamos en deuda, esperando que su valiosa labor vaya saliendo gradualmente a la luz pública. En una ciudad en la que convivieron simultáneamente en esa época centenares de orquestas y miles de músicos y cantantes de valía, solamente unos cuantos han tenido el privilegio de aparecer en las páginas de la historia, los demás han ido quedando relegados por el inmediatismo mediático o el facilismo de algunos investigadores.

 

Con el texto siguiente hemos querido sacar a relucir al menos una parte de esa historia no revelada antes. Generalmente a lo largo de mi experiencia como cronista y escritor, he corrido detrás de mis entrevistados para dialogar con ellos. Como hecho curioso y gratificante en esta oportunidad las conversaciones con Marco ocurrieron en mi propia casa, en Popayán (Colombia), país que el connotado trombonista visitaba con su esposa Betsy Boone por primera vez. Agradecemos al maestro Marco Katz por su paciencia y generosidad para compartirnos su visión de un glorioso período de nuestro pasado cultural.  

 

         

Sábado 28 de julio del 2012

 

Jairo Grijalba Ruiz: Nos encontramos en compañía de un amigo, maestro, músico, compositor, arreglista, escritor, trombonista, filólogo y en general una persona muy simpática, inteligente, agradable: Marco Katz, neoyorquino de origen lituano, ruso y noruego. Marco nació en Nueva York en 1952. Estamos hoy en este “Encuentro en Popayán”, como tú mismo lo has llamado. Para mi familia, para mi esposa, para mi hijo, y para mí es un placer tenerlos aquí en nuestra casa en Popayán a Betsy tu esposa y a ti. Bienvenido Marco. Buenas tardes.

 

Marco Katz: Un placer para nosotros, gracias…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Vives en Canadá?

 

Marco Katz: Si, ahora en Edmonton.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡En Edmonton! ¿Marco empezaste a los 10 años a tocar el trombón?

 

Marco Katz: Si, así es…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo comenzaste?

 

Marco Katz: Bueno cuando yo tenía seis años mis padres me llevaron a una producción de teatro. Una obra que se llama “The music man”, y esta obra de teatro tiene un tema de “Setenta y seis trombones”.

 

 

(Marco canta):

 

“Seventy-Six Trombones”

 

Seventy-six trombones led the big parade
With a hundred and ten cornets close at hand.
They were followed by rows and rows of the finest virtuosos,

The cream of ev’ry famous band.

Seventy-six trombones caught the morning sun
With a hundred and ten cornets right behind
There were more than a thousand reeds 
Springing up like weeds
There were horns of ev’ry shape and kind.

There were copper bottom tympani in horse platoons
Thundering, thundering all along the way.
Double bell euphoniums and big bassoons,
Each bassoon having it’s big, fat say!
There were fifty mounted cannon in the battery
Thundering, thundering louder than before
Clarinets of ev’ry size
And trumpeters who’d improvise
A full octave higher than the score!


 

Esta letra me impresionó mucho porque siempre a mi me ha gustado la música y siempre estuve escuchando música y viviendo con música, y mi familia, mi padre y madre tocaban piano; mis primos tocaban música y yo vivía en un ambiente musical… Mi padre además era baterista, aparte de ser actor de teatro también fue actor de televisión.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tú tocas el piano también?

 

Marco Katz: No, no, lo que pasó es que cuando yo oí este tema yo quería tocar el trombón. Yo anduve diciendo quiero tocar el trombón, quiero tocar el trombón y nadie me creyó, y entonces con 8 años mis padres me pusieron en clases particulares de piano y yo no quería tocar piano, pero entonces empecé a escribir música. Yo no quería tocar el piano por nada, pero yo quería usar el piano para escribir música y entonces empecé a escribir música, a componer mis propias obras…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Desde esa temprana edad…

 

Marco Katz: Si, si; y entonces con 10 años por fin conseguí un trombón. Mi abuelo me compró un trombón por 25 dólares, así empecé a tocar en la escuela…, pero yo tenía muchos problemas en sacar un sonido; yo no sé cómo es el sistema aquí, pero en Estados Unidos en general hay un momento, cuando todos los alumnos tienen 10 años en que ellos dan un examen, para dividir los alumnos que tienen el don de la música y los que no tienen el don de la música; y nadie tiene información, es sólo para tener talento supuestamente. Entonces esto no tiene nada que ver en verdad con el talento, esto tiene que ver con que ellos sólo poseen instrumentos para la mitad de los alumnos. Como te decía, los alumnos dan este examen. Imagínate, por ejemplo, si los alumnos con 5 o 6 años tuvieran un examen para ver quién tiene el don de leer, talento para la lectura, talento para la escritura, y los que pasan, que aprueban el examen si tienen libros y los que no aprueban el examen no tienen ningún libro… Este es el sistema que se pone en práctica con la música, porque la música tiene poca importancia… La lectura, todo el mundo tiene que aprender a leer; pero todo el que quiere aprender la música, choca con este sistema… Bueno, yo suspendí el examen, me dijeron que no, usted no tiene talento, usted no tiene un don y entonces no tenemos un instrumento para usted. Pero por suerte mi abuelo me había comprado un trombón por 25 dólares, en uno de sus varios tratos (risas), entonces yo dije bueno no necesito un instrumento de la escuela; yo voy a tocar el trombón que me dio mi abuelo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tu propio trombón…

 

Marco Katz: Si, entonces el maestro…, que afortunadamente no recuerdo su nombre, con muy mala gana (risas), me dio clases particulares de trombón, y durante un año fue una lucha, porque él no quería enseñarme nada y yo estuve absolutamente bruto (risas) con el trombón, pero afortunadamente en mi segundo año con el trombón, cambié de escuela y tenía un maestro que se apellidaba Klebanoff…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ruso?

 

Marco Katz: Ruso, quizás ruso…, primo de otro Klebanoff que fue un director de música muy famoso, y entonces él me dijo: ‘si, usted toca muy bien, tiene un don, tiene talento’. Porque en verdad no creo en el talento, uno tiene que ensayar, yo creo en los ensayos (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: En el trabajo, la disciplina… Estudiar.

 

Marco Katz: Si, uno tiene que escuchar la música, uno tiene que aprender la música y uno tiene que ensayar la música; y eso, si hay un talento es un talento para seguir haciéndolo. Bueno, de vez en cuando viene alguien como Mozart, pero….

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero no hay muchos Mozarts ni muchos Charlie Parkers…

 

Marco Katz: (Risas), pero también Mozart tenía a su padre pegándole, y además se dice…, algunos dicen, que su hermana tenía más talento…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Que el propio Mozart.

 

Marco Katz: Si, pero entonces este Klebanoff apoyaba mucho a los alumnos y él nos dijo a todos: ‘si, tú lo puedes hacer y tú puedes ser un músico, puedes ser un músico bueno, puedes ser uno de los mejores’. Entonces a partir de los 11 años yo tenía maestros muy buenos y tuve mucha suerte con los maestros; también conocí después cuando yo tenía como 15, 16, 17 años empecé a conocer a otros músicos mayores…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Trombonistas?

 

Marco Katz: Trombonistas, saxofonistas, pianistas que me ayudaron…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cantantes incluso…

 

Marco Katz: Entonces en la época, porque yo empecé a tocar en la época del rock and roll…

 

Jairo Grijalba Ruiz: A finales de los sesentas.

Marco Katz: Si, a mi no me gustó mucho el rock and roll en verdad; sobre todo porque no hay trombón (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: El trombón fue un instrumento poco frecuente en el rock and roll ¿no? Fue más frecuente en el jazz, en la música latina ¿no?

 

Marco Katz: Si, y también con los afroamericanos en la música de soul.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y en el rhythm and blues un poco.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Más en el soul ¿no?

 

Marco Katz: En el soul de la época; soul y rhythm and blues, pero soul sobre todo. Había grupos de soul, y yo me encontré con unos músicos afroamericanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Allí en Harlem?

 

Marco Katz: Bueno, donde vivía afuera de Nueva York había una comunidad.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En qué parte de Nueva York vivías tú?

 

Marco Katz: Yo vivía en un condado que se llama Rockland en el norte de Nueva York y había una gran comunidad de afroamericanos y también en la ciudad de Poughkeepsie.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Poughkeepsie es del estado de Nueva York?

 

Marco Katz: Del estado de Nueva York si. Yo conocí a un músico con quien todavía somos amigos incluso en facebook: Byron Morris, un saxofonista afroamericano. Estuve tocando en la calle, y él me dijo: ‘bueno es que yo toco en un grupo; es como rock and roll, pero es música soul music’. Y me dijo: ‘debes venir a tocar con nosotros’, y esta fue mi primera experiencia profesional como músico.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Es el grupo con el que apareces en una fotografía “The Majesty of Soul”?

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: En ese grupo había una chica…

 

Marco Katz: Si, hay una chica…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo se llama la chica?

 

Marco Katz: Kay Shalon y teníamos un trompetista, dos saxofones, saxofón alto, saxo tenor, órgano, guitarra, bajo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tocaban soul?

 

Marco Katz: Soul.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Nunca grabaron?

 

Marco Katz: Tenemos una grabación pero en verdad no sé dónde está la grabación (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: No fue comercial.

 

Marco Katz: No, no. Fue en grupo tocando en barrios afroamericanos en el estado de Nueva York. Entonces después de un año tocando con ellos “The Majesty of Soul”…, y todavía soy amigo con Byron y también con el líder Mack Williams.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué tocaba él?

 

Marco Katz: El otro saxo, saxo tenor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El otro saxo; o sea que tenían tenor y alto…

 

Marco Katz: Si, si. Byron toca el saxo alto y Mack el saxo tenor. Después de un año yo quería ir a la ciudad, ‘la Gran Manzana’. Yo tenía 20 años y quería empezar con los grandes, entonces entré en la escena de Nueva York pero muy, muy pronto entendí que primero, había muchos trombonistas muy buenos, en Nueva York. Cada día me encontré con otros trombonistas. Yo me decía a mí mismo: ¡Es un trombonista esplendido!, y el próximo día dos, dos más y tres más. Estoy en un disco que se llama “Mass for mass trombones”, se trata de una misa para 77 trombonistas, e hicimos la grabación la noche de sábado en la Catedral de San Juan Divino en Nueva York, y yo estuve pensando en el día siguiente: es increíble que hay 77 trombonistas buenos en Nueva York para hacer la grabación….

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En qué año?

 

Marco Katz: Esto fue entre el 94 y el 95 y entonces empecé a pensar en 77 trombonistas más que conozco, que también son buenos, que no estaban allí. Cuando comencé a tocar profesionalmente otra vez tuve suerte porque durante los setentas los conjuntos latinos en Nueva York todos querían tener un trombonista…

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Viendo la primera de las dos fotografías de los “Majesty of Soul”). De izquierda a derecha dime quiénes están…

 

Marco Katz: Si, uno es Byron Morris.

 

 

El maestro Marco Katz y mi hijo de 10 años Ernesto Grijalba Prado durante una inolvidable lección de trombón el sábado 28 de julio del 2012.

(Fotografía de Jairo Grijalba Ruiz, colección personal).

 

 

 

 

 

 

 

El grupo “Majesty of Soul” de Nueva York a comienzos de los setentas. De izquierda a derecha: Byron Morris (saxo alto); Ronnie Bailey (batería);

un trompetista sin identificar; Eugene Williams (bajo eléctrico); abajo en el centro Kay Shalon (vocalista);

King Henry (vocalista); Marco Katz (trombonista); Mack Williams (líder y saxo tenor)

y en la parte de atrás el guitarrista Peter Finch. (Fotografía cortesía del maestro Marco Katz).

 
   

jesty of Soul” de Nueva York en los años setentas. De izquierda a derecha: Marco Katz (trombonista); un trompetista afroamericano sin identificar;

Ronnie Bailey (batería); Eugene Williams (bajo eléctrico). Abajo en el centro, Kay Shalon (vocalista); atrás de pie, King Henry (vocalista) y Byron Morris (saxo alto);

adelante en cuclillas Peter Finch (guitarrista) y en la parte posterior Mack Williams, líder y saxo tenor. (Fotografía cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá. ¿Él es el director?

 

Marco Katz: No, no ese es Mack Williams, es el director aquí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El que está con el tenor.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá. Byron está con el alto. ¿Este que está aquí qué toca? ¿El bajo?

 

Marco Katz: El baterista.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, el baterista.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Te acuerdas del nombre?

 

Marco Katz: Si, su apellido es Bailey. Ah, (Ronnie Bailey). Este es bajo sí. No recuerdo su nombre pero lo tengo colocado en facebook (Eugene Williams).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Son afroamericanos todos.

 

Marco Katz: Si son afroamericanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El único “blanco” eres tú.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Este es el guitarrista?

 

Marco Katz: Peter. También tengo su apellido en facebook (Peter Finch).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Trompeta.

 

Marco Katz: ¿El Trompeta? Es que nadie, ninguno de nosotros nos acordamos de su nombre.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Nadie recuerda su nombre?

 

Marco Katz: Es muy misterioso…. Porque hemos hablado. Nosotros tres estamos en contacto todavía.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y no han podido recordar cómo se llama ese chico?

 

Marco Katz: Hicimos la lista de todos los nombres. Tenemos todos los nombres en facebook, aunque ahora son 40 años. Pero tenemos los nombres. Sin embargo este nadie…, nadie lo tiene.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Este chico es el del órgano?

 

Marco Katz: Este es King Henry. Es como el Rey Enrique. Este fue su nombre King Henry.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá. ¿Y es el que tocaba el órgano?

 

Marco Katz: No, no. En verdad teníamos órgano en otra época.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Él qué tocaba?

 

Marco Katz: Cantante. Si ellos los dos...

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, cantante; con la chica.

 

Marco Katz: King Henry y Kay Shalon…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y aquí estás tú con el trombón… ¿Qué edad tenías tú allí?

 

Marco Katz: Allí 19 años…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿19 años?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Muy joven ah.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y acá está otra fotografía del grupo de Rock “Uptown Conversation” que a mí me llama mucho la atención porque además es una obra de arte en mi concepto, esta foto…

 

Marco Katz: Ah si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tú dices que es de Dominique.

 

Marco Katz: Si. Dominique. Esto es muy triste porque Dominique fue un fotógrafo que sacó todos estos retratos del grupo “Uptown Conversation” y…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá, y también tomó fotos de Fania, de muchos grupos importantes…

 

Marco Katz: Fotos de Fania y fue muy amigo mío. ¡En verdad un amigo de mi padre!

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡De tu padre! ¿Era un hombre mayor ya?

 

Marco Katz: Mayor si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Era italiano?

 

Marco Katz: Italiano, un sacerdote que renunció al sacerdocio, y entonces fue fotógrafo; tenía muchas mujeres (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mujeriego.

 

Marco Katz: Pero un muchacho genial. Un muchacho muy simpático. No existió nunca un muchacho más simpático que Dominique.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y te recuerdas del apellido de Dominique?

 

Marco Katz: Si, si es Ditrani. (Marco deletrea el apellido).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Neoyorquino italiano? o italiano de nacimiento.

 

Marco Katz: No, no italiano, italiano. Viviendo en Nueva York, inmigrante; muy amigo de mi padre y después amigo mío. Hizo muchas fotos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Fotos geniales.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Un artista de la fotografía. Esta es una foto maravillosa del grupo de rock “Uptown Conversation”.

 

Marco Katz: Yo no puedo decirte cuántas horas he gastado buscando en Google y en otros lugares por Dominique, Dominique Ditrani, Ditrani Photos; hay un Dominique pero no es el Dominique que yo conocí… Para mí es como el otro trompetista… ¿Qué pasó? Alguna vez me gustaría escribir una canción o un cuento, algo sobre mis amigos que no aparecen en el internet.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay muchas personas de nuestro pasado que no están en el internet…

 

Marco Katz: Sería fascinante. Hay músicos, por ejemplo, José Venero un conguero; buenísimo en las congas, vivía en El Bronx, un boricua…, Vicky Soto, una de las pocas mujeres que tenía éxito tocando congas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tocando congas en Nueva York?

 

 

 

 

El grupo de Rock “Uptown Conversation”, de izquierda a derecha: Rick Ulfik, Michael Dorfman, Sal Ilardi, Víctor García,

Roberto Ortiz, Marco Katz y Bob Porter, en una entrada del metro en el Alto Manhattan, NYC, a mediados de los setentas.

(Fotografía por Dominique Ditrani, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 

 

Otra imagen del grupo de rock neoyorquino “Uptown Conversation”.

De izquierda a derecha: Sal Ilardi, Bob Porter, Víctor García, Roberto Ortiz, Marco Katz, Michael Dorfman y Rick Ulfik.

(Fotografía por Dominique Ditrani, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 

 

Marco Katz tocando el trombón en compañía del baterista John Lederer en la playa de Long Island durante una madrugada de invierno.

(Fotografía por Dominique Ditrani, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 

Marco Katz en los años setentas tocando el trombón de vara ante un majestuoso amanecer.

 (Fotografía por Dominique Ditrani, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 

Marco Katz con el pianista Bob Rodríguez y el contrabajista Peter Levin

 
 

 

 

El contrabajista Leonard Gaskin y el guitarrista Larry Luger en Nueva York durante los años ochentas.

(Fotografías cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 

Marco Katz: Si, con Mon Rivera.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Usted tocó con Mon Rivera?

 

Marco Katz: Si con Mon Rivera, ¿y qué pasó con Vicky Soto? No aparece en facebook, en Google…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ni en Wikipedia, nada de eso…

 

Marco Katz: Sí, y si alguien no aparece en Google, y no aparece en facebook, y no aparece en Wiki, la pregunta es: ¿había existido?

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Había existido?, o no existió. Esa es la memoria que hay que recuperar y escribir algo sobre ellos…

 

Marco Katz: Sí, sí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mira que me llama la atención de esta foto que es una foto realmente multi-racial, pluri-étnica.

 

Marco Katz: Ah bueno…

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Viendo la fotografía del grupo “Uptown Conversation”). Este de aquí, el primero de acá…

 

Marco Katz: Este que parece muy latino, afro…, es un polaco.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Es un polaco?

 

Marco Katz: Si, un, un genio de la música: Rick Ulfik.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué toca, qué instrumento toca?

 

Marco Katz: Teclados.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Teclados?

 

Marco Katz: Y compositor… Este otro que también parece muy latino o afroamericano es un judío. Michael Dorfman.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Michael Dorfman ¿qué toca…, trompeta?

 

Marco Katz: Trompeta, pero en este grupo, déjame pensar…, si, trompeta en el grupo pero también tocaba batería. Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el que sigue?

 

Marco Katz: ¿Ah, este también que parece afroamericano? Este es Sal Ilardi… Un afro-judío-boricua (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué toca?

 

Marco Katz: Bajo y también cantaba.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cantaba en inglés o en español?

 

Marco Katz: En inglés. Si, a lo mejor también en español pero este fue un grupo de rock… Sal es boricua, judío y afroamericano…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el que sigue?

 

Marco Katz: Ah bueno, Víctor García…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Víctor García ¿guitarra?

 

Marco Katz: Guitarrista. Debo añadir que fue mi primer profesor de español (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah, tu primer profesor! Si, lo dices, claro en la home page (jompeich).

 

Marco Katz: Estuvimos en otro grupo “The Joneses”, un grupo de rock de afroamericanos; él es de la República Dominicana.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Vive todavía?

 

Marco Katz: Ah, yo creo que si. Hace unos años que no nos hemos visto, pero debo decir que estuvimos en un grupo de afroamericanos y fuimos los únicos blancos; lo digo entre comillas… Entonces estuvimos hablando muchas veces en la guagua (autobus) y por la noche… Yo le dije: ‘Víctor ahora tenemos muchas horas que estamos malgastando con cuentos y anécdotas de nada, tienes que enseñarme español’ (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el chico que está al fondo?

 

Marco Katz: Él es un baterista cubano llamado Roberto Ortiz.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Este eres tú.

 

Marco Katz: Este joven muy feo aquí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El del sombrero.

 

Marco Katz: Es un judío: Lituania, Rusia, Noruega…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y Nueva York.

 

Marco Katz: Si, y a veces me reclama Puerto Rico también (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Puerto Rico, porque pasaste mucho tiempo en Puerto Rico con Mon Rivera.

 

Marco Katz: Pero esta es otra historia.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el chico de acá?

 

Marco Katz: Bob Porter; había otro Bob Porter que era crítico.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Este es afroamericano.

 

Marco Katz: Si es afroamericano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué tocaba, qué instrumento?

 

Marco Katz: Saxo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah saxo!

 

Marco Katz: Saxo y flauta.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Alto o barítono?

 

Marco Katz: Alto, tenor, flauta.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Todos los saxos.

 

Marco Katz: Si, muy buen jazzista. No sé qué pasó con él…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ustedes grabaron algo?

 

Marco Katz: No, no tenemos nada.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero tocaban por todos lados.

 

Marco Katz: Si, si en Nueva York en bares…, y cada noche.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Este lugar donde fue tomada la fotografía queda en qué sitio de Nueva York?

 

Marco Katz: En Inglewood que es un barrio muy al norte donde vivían muchos dominicanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Más al norte de Harlem?

 

Marco Katz: Si, si más al norte de Harlem. Al norte de Harlem porque yo vivía entonces en un barrio de Harlem que se llama Sugar Hills.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah, Sugar Hills donde vivió Sonny Rollins!

 

Marco Katz: Si, y entonces esto fue parte de Washington Hights y en aquella época vivían muchos cubanos allí. Después estaba Inglewood y esto fue bueno, muy cerca al apartamento de Víctor, fue un barrio dominicano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Acá hay otra fotografía.

 

Marco Katz: Ah, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Esto es un poco después. ¿Estos quiénes son?

 

Marco Katz: Ah si, estos son muchos años después. Esto es un trío mío. Estoy tocando con Bob Rodríguez y Peter Levin, bajista; otro judío. Bob Rodríguez es un pianista con quien he tocado mucho y todavía tenemos colaboraciones. Yo tengo un disco que va a salir este año…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah qué bien!

 

Marco Katz: En un sello muy bueno, Centaur Records, que para la música contemporánea es importante.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y es con este chico, con Bob?

 

Marco Katz: Es con una cantante, porque es un ciclo de canciones basado en un tomo de Pablo Neruda: “Las piedras del cielo”. Y entonces yo escribí la música, pero todo con poesía de Neruda y la cantante es Naomi Katz Cohen, que es una prima mía.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah, si?

 

Marco Katz: El pianista es Bob Rodríguez, que es un pianista de jazz, pero para esta grabación él tenía que tocar todas las notas que yo había escrito (risas), y lo hizo muy bien.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿De dónde es Bob Rodríguez?

 

Marco Katz: Bueno, es interesante: es del estado de Ohio, Cleveland (Ohio), su madre es alemana-americana y su padre es de México.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá. ¿En qué año fue tomada esa foto?

 

 

Carátula del más reciente disco de Marco Katz “Las piedras del cielo”, basado en un tomo de Pablo Neruda,

Bob Rodríguez en el piano y Naomi Katz Cohen como vocalista. Es una producción de Centaur Records y será publicado en el transcurso del 2012.

(Fotografía de Betsy Boone, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

Marco Katz: Esta foto es del 91 o del 92.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ya hace bastante tiempo que se conocen con Bob Rodríguez.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y esta otra fotografía es muy interesante también.

 

Marco Katz: Ah, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Es un trío.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Guitarra electro-acústica…

 

Marco Katz: Larry Luger, tocando guitarra y el bajista es un bajista poco conocido por el jazz Leonard Gaskin (Marco deletrea el apellido).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Esto es de los ochentas, noventas?

 

Marco Katz: No, no de los noventas también. Fue un trío de jazz; tocábamos en restaurantes y sitios diversos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En Nueva York?

 

Marco Katz: Si en Nueva York.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ambas son fotografías tomadas Nueva York. ¿La otra foto también?

 

Marco Katz: Si, yo he tenido la mayoría de mi carrera en Nueva York.

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Viendo una fotografía donde aparecen Marco Katz y un baterista) ¿Esta fotografía es de Dominique?

 

Marco Katz: De Dominique, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y en qué lugar fue tomada?

 

Marco Katz: Bueno, esta…, ahora estamos volviendo a los setenta, esta es más o menos del año setenta, estamos en la playa.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú tenías qué edad?

 

Marco Katz: 18 años, y entonces estamos en la playa como a las cuatro o cinco de la madrugada. Con un baterista amigo de mi adolescencia: John Lederer; bueno, él no tenía carrera musical pero fue un buen aventurero; y anduvimos tocando en los bosques, en las colinas, en las playas…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Como en un viaje.

 

Marco Katz: Si y especialmente por la noche, estuvimos muchas veces en una colina, por la noche, tocando música por toda la noche.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Aquí tienes guantes, bufanda y gorra…

 

Marco Katz: Esto fue en el invierno (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Estaba haciendo mucho frío?

 

Marco Katz: Si, y estamos tomando, no mucho, pero un poco de vino para calentarnos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú en general has sido una persona sobria, no has tenido problemas de alcohol ni de ninguna índole?

 

Marco Katz: Mientras que toco si. Yo tenía en mi adolescencia un gran problema con las drogas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero no te quedaste allí.

 

Marco Katz: A partir de los 17 años dejé las drogas. Yo puedo decir esto: en verdad creo que las drogas…, y no quiero decirlo, porque no quiero incitar al consumo de las drogas entre los adolescentes.

 

Jairo Grijalba Ruiz: No, lógico, ni yo tampoco.

 

Marco Katz: Pero lo que pasó es que como con 15 años, 16 años, 17 años yo me metí mucho con las drogas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Fue una experiencia de conocimiento?

 

Marco Katz: Si, yo quería conocer la marihuana, la heroína, el ácido, y todo. Entonces tuve unas experiencias malas y dejé la droga.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Fue inteligente de tu parte.

 

Marco Katz: Lo que pasó es que cuando yo tenía 20 años yo empecé a tocar con músicos muy buenos; y algunos de los músicos buenos todavía estaban…, muchos buenos, yo debo decir muchos, todavía estaban usando drogas. Entonces lo que pasó fue que los jóvenes querían emular a los héroes…

Jairo Grijalba Ruiz: Esto mismo ocurrió en otra época en los Estados Unidos, entre los años cuarenta y los años cincuenta, con muchos músicos que querían emular a Charlie Parker, a Miles Davis y otros exponentes del período del Bebop…

 

Marco Katz: Si, y también quería caer bien. Por ejemplo, cuando tenía 20 años conocí músicos que yo había escuchado en mi adolescencia. Con un músico, con un gran músico, cuando uno es joven, uno quiere emular; si el músico mayor dice: ‘mira joven debe probar eso…’

 

Jairo Grijalba Ruiz: Por caer bien.

 

Marco Katz: Entonces…, pero yo siempre dije no. Con mucho respeto: ‘quiero tocar con usted, pero yo no puedo probar…’ Entonces en general me respetaban; pero yo conocí a un trompetista: Nat Pavone. (Marco deletrea el apellido) P-a-v-o-n-e, apellido italiano. Él empezó a tocar en grupos buenos; con 19 años él empezó a tocar con Count Basie, y Woody Herman y todos los grupos buenos de jazz.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Orquestas grandes. Incluso figura como trompetista invitado en un disco de Charlie Palmieri que se llama “El gigante del teclado” (Alegre Records, LPS – 88083, NYC, 1972), producido por Joe Cain, en el cual el cantante fue el recordado vocalista puertorriqueño Vitín Avilés. Nat Pavone alternó en esa grabación con otros dos trompetistas, ‘Chocolate’ Armenteros y Louie Laurita.

 

Marco Katz: Si, él fue el primer trompetista con Woody Herman y entonces empezó a usar las drogas y con 19 años él había comenzado una carrera esplendida y murió con 30 años. Yo le conocí durante sus últimos años; todavía buen trompetista pero no muy fiable.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Claro por su salud ya deteriorada.

 

Marco Katz: Murió con 30 años.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pues moriremos de viejos tú y yo, porque somos personas sobrias, y estamos totalmente al margen de esas inquietudes.

 

Marco Katz: Como dicen los judíos: ‘De tus labios a los oídos de dios’ (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y cómo es la historia de esta foto? ¿La tomó Dominique a la madrugada?

 

Marco Katz: Bueno, es que Dominique fue enterado que estuvimos tocando por la noche y él dijo: ‘ah, a mí me gustaría tomarles algunas fotos’, entonces yo le dije: ‘bueno, todavía no hemos tocado por la playa’ (risas). Por eso fuimos a la playa para tocar.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Esta playa es dónde?

 

Marco Katz: En Long Island.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah en Long Island, en Nueva York!

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hacía un frío terrible, me imagino. ¿En qué mes del año?

 

Marco Katz: Creo que esto fue en febrero o marzo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Fue al final del invierno.

 

Marco Katz: Si, pero todavía bastante frío.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pasemos a otra fotografía. Esta que es del disco para niños “Tubby the Tuba Presents Play it Happy”, con música de George Kleinsinger y líricas de Paul Tripp, el cual me encanta.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cuéntame algo de esta foto.

 

Marco Katz: Oh bueno, es que…

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Viendo la fotografía donde aparecen de izquierda a derecha Rick Ulfik, Jimmy Owens, Paquito D’ Rivera y Marco Katz). ¿Quién está aquí?

 

Marco Katz: Este es Rick Ulfik el polaco.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah el mismo del grupo de Rock “Uptown Conversation”.

 

Marco Katz: Es el director de la orquesta; fue que yo tuve la gran oportunidad de producir esta grabación de “Tubby the Tuba” para orquesta filarmónica, y lo hicimos en Eslovaquia.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah si?

 

Marco Katz: Si en Bratislava.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Fueron allá?

 

Marco Katz: Fuimos a Bratislava, y yo fui el productor, y estuvimos grabando toda la música con Paul Tripp que había escrito las historias.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Paul Tripp fue un músico, actor y escritor neoyorquino, si mal no recuerdo. El hombre viejo del que me has hablado. ¿Ya murió verdad?

 

 

 

En primer plano el trompetista Jimmy Owens, al centro el clarinetista, saxofonista y flautista Paquito D’ Rivera y a la derecha el trombonista Marco Katz.

Esta imagen fue captada en 1991 en los Sony Music Studios de Nueva York durante las sesiones de grabación del material contenido en el disco “Tubby the Tuba Presents Play it Happy”. Publicado por Koch Records.  Al fondo a la izquierda está Rick Ulfik quien fue el conductor de la orquesta de jazz empleada para hacer la grabación. 

(Fotografía de Glenn Reinhart, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

Carátula del disco “Tubby the Tuba Presents Play it Happy”, publicado en 1991, en cuya realización trabajó Marco Katz como trombonista y productor ejecutivo.

 

 

 

 

Marco Katz: Si, y la publicación, la casa editorial de “Tubby the Tuba”, es de Paul McCartney. Entonces ellos tenían el dinero, me dijeron que…, bueno, después de grabar las pistas de orquesta en Bratislava, debemos hacer las pistas de cuando “Tubby the Tuba” se encuentra con un grupo de jazz.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Un matrimonio, un abrazo de culturas.

 

Marco Katz: Si, yo estuve encargado de emplear los músicos y por eso Rick Ulfik, mi amigo está allí, también Jimmy Owens.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Jimmy Owens quien es un gran trompetista.

 

Marco Katz: Un gran trompetista.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y Paquito.

 

Marco Katz: Lo que pasó es que yo vivía en aquel entonces en un barco en Nueva York, y estuvimos Betsy y yo y nuestra hija en un barco. Bueno, básicamente teníamos el espacio que tú tienes detrás de la casa, aquí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El patio.

 

Marco Katz: Si, el patio; eso era todo lo que teníamos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: O sea que esta casa es grande comparada con ese espacio que ustedes tenían.

 

Marco Katz: Oh si, este es un palacio; mi hija creció en este barco, prácticamente, ella creció básicamente en un closet (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Increíble ah! Bienvenidos a esta casa, a esta humilde morada que es su segunda casa. ¿En qué año fue eso, ochentas?

 

Marco Katz: Esto fue durante todos los ochentas y hasta el 96. Y entonces una noche estuvimos en el barco y tenían en el parque al lado de los barcos, porque vivíamos en los muelles, en el parque tenían conciertos en directo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Esos muelles están por qué lugar de Nueva York? ¿En Manhattan?

 

Marco Katz: Si. Vivíamos en la calle 79, en el corazón de Nueva York.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, en el corazón de Manhattan.

 

Marco Katz: Pero en un barco, y entonces había como cien barcos allí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Por qué vivías en un barco? Es una elección interesante.

Marco Katz: A mí me pareció romántico. Pero en verdad fue muy barato.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era por costos también.

 

Marco Katz: Yo estuve pagando como 300 dólares cada mes para vivir ahí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, era barato.

 

Marco Katz: En Nueva York si es casi nada.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Son aproximadamente 540 mil pesos colombianos de ahora.

 

Marco Katz: Pero entonces en un concierto…, además teníamos unos amigos visitándonos de España, y estuvimos en el barco pero había un concierto de Paquito D’ Rivera.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Él estaba en esa época recién llegado a Nueva York?

 

Marco Katz: No, no él tenía fama, porque estamos hablando…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque había estado en Irakere y todo esto ¿no?

 

Marco Katz: Si, Irakere, Dizzy Gillespie, todo esto. Entonces fue “el famoso Paquito D’ Rivera”, pero yo lo había conocido en los setentas cuando acababa de llegar a Nueva York porque él tocó durante un breve período (ahora su mujer lo niega) pero él había tocado con nosotros en la orquesta Kubavana de Carlos Barbería.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿La esposa de él es Brenda Feliciano?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ella es Brenda Feliciano la cantante?

 

Marco Katz: No, es otra Brenda Feliciano. Esta Brenda maneja su carrera. Una vez yo le dije: ‘ah yo conocí a Paquito en la orquesta de Carlos Barbería’ y Brenda me dijo: ‘ah, no esto fue sólo un ratito que él tocó con Barbería’ (risas). Pero después del concierto, para dar una impresión a mis amigos, yo me acerqué a Paquito y le dije: ‘bueno yo no sé si me recuerdas, estuvimos en la orquesta con Carlos Barbería’, y él me dijo: ‘si claro, claro’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué tocaba, saxofón?

 

Marco Katz: Bueno él estaba tocando el saxo alto y el clarinete, y yo le dije: ‘bueno a mí me sorprendes porque con Carlos Barbería siempre tocabas flauta’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Flauta!

Marco Katz: Saxo y flauta.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y grabó con Barbería?

 

Marco Katz: No, con Barbería no.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era sólo para ir a tocar a los shows, a los conciertos y a las actuaciones…

 

Marco Katz: Si, durante sus primeros años. Entonces él me dijo: ‘no el clarinete fue mi primer instrumento’. Precisamente en ese momento estaba buscando un clarinetista para la producción discográfica y le dije a Paquito: ‘yo no sé si te interesa pero tengo pendiente una grabación de “Tubby the Tuba Meets a Jazz Band”…’, y cuando le dije eso puso una cara y dijo: ‘¿“Tubby the Tuba?”, ¡esta fue la primera grabación que yo tuve cuando niño, y por eso soy un músico!’

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Increíble!

 

Marco Katz: Y me dijo: ‘¡tú tienes que contratarme!’ (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Es muy buen saxofonista y un estupendo clarinetista.

 

Marco Katz: Si, él quería que lo contratara para tocar el clarinete. Entonces él vino de Alemania un día antes de la grabación y me llamó desde el aeropuerto: ‘ya estamos listos’ (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En qué estudio grabaron a propósito “Tubby the Tuba”?

 

Marco Katz: Un estudio de jazz en la Octava Avenida (Sony Music Studio).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Eso fue en qué año Marco?

 

Marco Katz: La grabación fue en el 91.

 

Jairo Grijalba Ruiz: 21 años. Volvamos un poquito atrás y enseguida continuamos hablando de las fotografías. ¿En qué barrio de Nueva York naciste?

 

Marco Katz: Yo vivía primero en Greenwich Village.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Eso está por Manhattan?

 

Marco Katz: Si en Manhattan. Es un barrio artístico; bueno ahora no….

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Allí estaba la casa de tus padres?

 

Marco Katz: El apartamento. Ellos tenían un apartamento de dos…, bueno habitación y una cocina, porque eran actores…

 

 

 
 

Arriba, Marco Katz siendo aún muy niño dándole un beso a su mamá, la actriz Ginny Gaylor.

 En la fotografía de abajo Marco a la edad de siete años (en 1959) acompañando a su madre mientras hacía una donación para el banco de sangre.

La enfermera que está al lado derecho es Dorothy Wonsicki. Esta imagen se tomó del periódico ‘New York Journal American’.

(Fotografías cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay unas fotografías en las cuales estás tú con tu mamá.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ahora las vemos porque me parecieron sorprendentes…, en especial esta en la cual ella está donando sangre.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Señalando la fotografía). ¿Ella es tu mamá?

 

Marco Katz: Si, ella es mi mamá.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo se llama?

 

Marco Katz: Ginny Gaylor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Vive todavía?

 

Marco Katz: Si, vive. Mis padres…, bueno, esto es interesante, mis padres se conocieron en París; mi padre estaba estudiando, entre comillas, en La Sorbona…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo se llama tu padre?

 

Marco Katz: Sheldon Katz.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Vive en China, según me contaste ayer.

 

Marco Katz: Si. Mis padres eran actores. Mi padre estaba dirigiendo una producción y mi madre era una adolescente, una teenager viviendo en París; entonces ellos vivieron juntos en París y viajaban por España. Pero estoy hablando de 1948 o 1949…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Estaban muy jóvenes ambos.

 

Marco Katz: Si, ambos, especialmente mi madre.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mucho menor que tu padre.

 

Marco Katz: Si, ella tenía 16 o 17 años. Yo fui concebido en París.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah si!

 

Marco Katz: Si, y se dicen ellos que yo fui concebido en una habitación roja.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Roja?

 

 

La actriz de teatro y televisión Ginny Gaylor en su adolescencia durante un viaje por España a finales de los años cuarenta.

 La gráfica fue captada por Sheldon Katz. (Fotografía cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

 Marco Katz: Ellos siempre hablaban sobre la bedroom red.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tienes más hermanos?

 

Marco Katz: No.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Eres hijo único!

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Como mi hijo Ernesto.

 

Marco Katz: Si como Ernesto.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Qué maravilla! (Risas)

 

Marco Katz: Y por eso es muy simpático.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Exactamente.

 

Marco Katz: Mi madre era hija de misioneros integristas cristianos y había nacido y crecido en África.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En África?

 

Marco Katz: Si en África.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En qué lugar de África?

 

Marco Katz: En Nigeria, donde viven los Hausa.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Me resulta muy interesante y curioso constatar que desde antes de nacer, tú estabas relacionado con África, luego te relacionaste con los afroamericanos en Nueva York y después te vinculaste con la música latina que tiene cosas africanas… ¿no?

 

Marco Katz: Si. (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Todo tiene qué ver ¿no?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Aparentemente no existen las coincidencias como algunos piensan.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Estamos de alguna manera conectados ¿no?

 

Marco Katz: Eso es cierto.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Estamos interconectados con fuerzas especiales de la cultura y del espíritu humano.

 

Marco Katz: Y yo puedo explicarte esto también con mi segundo apellido, cuando lleguemos a ese punto. Pero mi madre…, entonces ella, bueno para sublevar las ideas, los conceptos de sus padres, porque ella tiene tres hermanos: uno fue ladrón, uno fue borrachón…, y ella tenía una serie de relaciones con una serie de judíos (risas). Y todo para fastidiar a sus padres, entonces yo soy hijo de una de las relaciones.

 

Jairo Grijalba Ruiz: La rebeldía de la adolescencia.

 

Marco Katz: Pero entonces yo nací en ‘la Gran Manzana’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tus padres se separaron?

 

Marco Katz: Ah si. Después…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cuando tú eras un niño?

 

Marco Katz: Cuando yo tenía once años, doce años, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tú te quedaste con tu padre o con tu madre?

 

Marco Katz: Con mi padre. Y ella se fue.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú tienes contacto, lógicamente con ella?

 

Marco Katz: Si tenemos contacto; pero ellos eran los beatniks…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Claro, es una generación…, de Kerouac, por aquí tengo un libro de Kerouac, sígueme hablando mientras lo encuentro…

 

Marco Katz: Si, de Kerouac, si. Y mi padre era barbudo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Le muestro a Marco el libro de Jack Kerouac “Desolation Blues y otros poemas”, de la editorial Mondadori publicado en Barcelona en el año 2000).

 

Marco Katz: ¡Ah si de esta época!, de los beatniks…, entonces vivíamos en Greenwich Village en un edificio que todavía existe, en la calle Cornelia. Se llama: ‘The Seville’, así como Sevilla (risas).

 

 

 

Ginny Gaylor y Kip Gaylor (nombres artísticos de los padres del trombonista Marco Katz) en el transcurso de la década del cincuenta.

(Fotografía cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tu vecindario, los chicos con los que jugabas eran básicamente niños judíos o también había de otras nacionalidades?

 

Marco Katz: Oh no, porque vivimos después en el condado de Queens, y después en el condado de Rockland…, y yo crecí en un ambiente Rockland, con judíos; pero yo no fui judío como ellos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Un judío especial.

 

Marco Katz: Porque mi madre no es judía y entre los judíos, para muchos judíos uno que no tiene madre judía no es judío.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿No es completamente judío?

 

Marco Katz: Si y entonces yo estuve con judíos, como judío, pero no compartiendo sobre todo la cultura con ellos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: La cultura, los ritos…, esta cuestión religiosa, todo eso…

 

Marco Katz: Compartiendo eso, pero el sentimiento de pertenencia ¿…?

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Pertenencia y nacionalismo, eso no lo compartías con ellos?

 

Marco Katz: Si porque yo tenía –además de mis amigos judíos- muchos amigos ítalo-americanos, pero muchos, y también vivieron allí muchos afroamericanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En Queens?

 

Marco Katz: No en Rockland, sin embargo como yo todo el tiempo tenía interés en el jazz y estaba tocando el trombón, entonces fue por eso que también siempre tuve muchos amigos afroamericanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y en esa época de niñez y juventud tenías alguna convicción religiosa o no?

 

Marco Katz: Si, mis padres me criaron como judío. Y ahora yo también me identifico como judío. Si alguien quiere una respuesta corta digo judío.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, pero hay matices.

 

Marco Katz: No, pero yo soy judío como Jacques Derrida. ¿Okey? Para mí el gran rabino judío de nuestra época es Jacques Derrida. Y hay una película, se llama “Derrida” en la que él habla sobre sus sentimientos como judío, y yo estoy de acuerdo con él; hay que entender también que los hijos de Moisés no tenían madre judía.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿No tenían madre judía?

Marco Katz: No porque él se casó con la Ziporah que fue hija del sacerdote de Midian; ellos no eran judíos, entonces los hijos de Moisés el gran primer judío, porque Abraham fue el primer hebreo, pero Moisés es el primero que lleva las leyes de dios, y sus hijos no tienen madre judía… ¡Hay un mensaje allí!

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay un mensaje de tolerancia, supongo yo.

 

Marco Katz: Oh si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: De universalidad también.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Somos de muchas partes…

 

Marco Katz: Uno no debe fijarse tanto en la pertenencia, esto es por lo que a mí me encanta Jacques Derrida, porque Jacques Derrida, él no quiere pertenecer.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Lo mismo que Whitman ¿no?, hay como una coincidencia ideológica entre Derrida y Whitman, aunque Whitman el poeta pues vivió en otra época muy diferente, pero es el poeta de la libertad, del sentido de que el ser humano vale porque es un ser humano, importa cinco si es judío, africano, chino o latino.

 

Marco Katz: A partir de eso debo explicar mi apellido, porque mis padres…, bueno, debo explicar dos apellidos, porque mis padres llevan el apellido Gaylor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo se deletrea?

 

Marco Katz: (Marco deletrea G-a-y-l-o-r), que tiene un sonido británico. Y mi padre…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ese apellido no es un apellido judío?

 

Marco Katz: No, es el apellido que mis padres eligieron para el teatro, para la farándula.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Un apellido anglosajón.

 

Marco Katz: Este es su apellido para la farándula, entonces yo era Mark Gaylor, mi madre Ginny Gaylor, porque es Virginia, y mi padre era Kip Gaylor. Entonces mi padre creía que..., bueno porque como Sheldon Katz en el teatro siempre tendría roles o papeles de judío y él no quería serlo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: No quería que lo encasillaran.

 

Marco Katz: Además él tiene piel muy oscura y pelo negro y todo…, parece un árabe ¿verdad?, entonces él cambió su nombre, y a partir de eso siempre tenía papeles de italiano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿De dónde surge el apellido Montiel?

 

Marco Katz: Ah, bueno esto yo te lo puedo decir. Pero entonces como niño yo creía que éramos italianos. Mi padre tiene un acento italiano que es más italiano que el que tienen los italianos. Estuvimos en el barrio de los italianos que estaba al lado de Greenwich Village y mi padre hablaba en inglés con un ‘¡Eh!, Whatsa madder wid you?’ (Risas). En seguida los italianos empezaban a hablar con él en italiano y él les decía: ‘¡no, no, hablemos inglés, estamos en América!’ (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque él no hablaba italiano.

 

Marco Katz: Él no sabía italiano. Mi madre hablaba idiomas, ella…, bueno, mis padres hablaban francés. Mi madre hablaba también idioma hausa de Nigeria, y español, cuando viajaban ellos por España, ella hablaba en español.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Es decir que lo de ir a España te viene de tu madre y de tu padre que ya habían estado allá. Hay otra interconexión allí.

 

Marco Katz: Si, yo fui con el diccionario que ellos habían llevado a España durante la época de Francisco Franco, y los españoles tenían mucho interés; pero entonces la familia de mi madre no tiene nada que ver conmigo, porque…, bueno la familia de mi padre tiene poco que ver conmigo, porque en verdad para ellos yo no soy realmente judío, y para la familia de mi madre yo no soy nadie, por esta razón para mí emplear el apellido de mi madre no tiene sentido. Entonces yo hace poco que leí un libro sobre los genes y resulta…, bueno, yo hablé sobre Moisés, resulta que los autores del libro no saben, no están seguros si vivió Moisés, hay hipótesis…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay dudas.

 

Marco Katz: Pero lo que no dudan es que si vivió Moisés, cada persona que ya vive tiene sus genes.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Correcto.

 

Marco Katz: Cada persona, porque, por ejemplo, yo tengo en sólo los últimos 200 años mil ochenta y un antepasados directos. ¡Mil ochenta y uno, en sólo 200 años!…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En sólo 200 años?

 

Marco Katz: Imagínate a partir de miles de años.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Que son 2000 años o 3000.

 

Marco Katz: Si y entonces tú también tienes tantos antepasados en cada persona que vive en el mundo; a mí me atrae el apellido Montiel. Yo fui a estudiar a Madrid y nunca había asistido a una clase de español pero unos profesores amigos míos me escribieron unas cartas para ir en un programa de intercambio. Con mi español muy puertorriqueño, muy boricua.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hablas un español de calle, no es un español académico.

 

Marco Katz: Si, pero puertorriqueño.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Sin embargo es un buen español porque es el que se habla realmente en la calle, es el que habla la gente común y corriente.

 

Marco Katz: Algunos dicen: ‘los puertorriqueños no hablan español’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡No, no es cierto; hablan magnífico!

 

Marco Katz: Yo asistí a la Universidad Complutense y siempre recibí notas de sobresaliente en cada asignatura, y leí a Cervantes, no sólo “El Quijote” sino también las “Novelas Ejemplares”. Especialmente a mí me encanta “El coloquio de los perros”. Este es un momento clave para mí porque en “El coloquio de los perros” este es Jacques Derrida pero ¡cuatrocientos años antes de Jacques Derrida! Es que obviamente Cervantes estaba leyendo a Jacques Derrida o Jacques Derrida quizás estaba leyendo a Cervantes (risas), porque Jacques Derrida también es judío español, de Argelia, y entonces en “El coloquio de los perros” uno de los perros habla sobre su madre, y su madre es una bruja, es una hechicera. Ella dice: ‘yo puedo ayudarte hijo Montiel’, entonces esto me impresionó mucho, y cuando yo empecé a leer “El Quijote” -son pocos los filólogos que han visto eso- en la primera salida de Don Quijote, que no está con Sancho, porque él en la primera salida va solo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Él va solo.

 

Marco Katz: Y se dirige a Montiel.

 

Jairo Grijalba Ruiz: En los campos de Montiel exactamente.

 

Marco Katz: En los campos de Montiel; pero nunca llega.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Nunca llega. La meta es ir allá pero nunca llega.

 

Marco Katz: Entonces yo entendí que para Cervantes Montiel es un lugar de magia… Después vine de España con la costumbre de los hispanohablantes (ahora yo soy uno de ellos). Y debo acotar que lo bueno de una entrevista impresa es que no hay acento (risas).

Jairo Grijalba Ruiz: Exactamente (risas).

 

Marco Katz: Debes imprimir eso (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cuando ya publiquemos la entrevista (risas).

 

Marco Katz: Debes citarme diciendo que en una entrevista impresa no hay acento. Pero como es una costumbre de los hispanohablantes tener un segundo apellido, pues bueno yo no quiero el apellido de una familia que me rechaza, entonces Montiel es obvio para mí, es Montiel. Y otra cosa, por ejemplo, el pintor Diego de Velásquez ¿no sabes que Diego de Velásquez no era Diego de Velásquez? Era Diego Da Silva y Velásquez.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Da Silva que es de Portugal y gallego.

 

Marco Katz: También es un apellido sospechoso de judío, incluso de musulmán; entonces él…, como él quería ser de la orden de Santiago, él puso siempre el apellido de su madre. Así es que yo estoy empleando para mi segundo apellido un apellido de mi familia igual que Velásquez, pero no tan cercano, es un poquito más lejos, pero seguro que de una manera u otra yo soy también Montiel; bueno tú también eres Montiel y todo el mundo es Montiel porque compartimos los genes, igual que todos tenemos genes de Moisés, claro que tenemos genes de Montiel y por eso yo soy Marco Katz Montiel.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Fíjate Marco que Arsenio Rodríguez ni siquiera era Arsenio Rodríguez, él se llamaba Ignacio Arsenio Travieso Scull.

 

Marco Katz: Scull, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y él se cambió a Arsenio Rodríguez porque el apellido Travieso, que era el apellido de su padre, no le gustaba.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Entonces cogió…, la madre de él se llamaba Dorotea Scull Rodríguez.

 

Marco Katz: Ajá.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y él le cambió el orden, entonces se puso Rodríguez Scull.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ese es su nombre artístico.

 

Marco Katz: Si, con los apellidos uno puede jugar un poco, y yo he jugado mucho (risas).

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, pero me parece muy bien.

 

Marco Katz: Y para mi es bonito ser Katz Montiel.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Es tu elección.

 

Marco Katz: Pero también es un apellido que me eligió a través de la lectura…, de las circunstancias…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y tiene que ver con tu trayectoria, te voy a decir por qué…, porque tú has estado desde muy temprana edad conectado con el mundo latino.

 

Marco Katz: Lo que pasó es que los conjuntos latinos de los neoyorquinos, siempre en Cuba tenían dos trompetistas, timbalero, conguero, bongosero, pianista, bajista, cantantes…, entonces Mon Rivera fue el músico que reemplazó los trompetistas con trombonistas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Eso fue original de Mon Rivera?

 

Marco Katz: De Mon Rivera.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Antes que Eddie Palmieri?

 

Marco Katz: El pianista de Mon Rivera entonces era Eddie Palmieri.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Eddie Palmieri era muy jovencito, y no tenía todavía su orquesta.

 

Marco Katz: Él era pianista con Mon Rivera.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Qué interesante!

 

Marco Katz: Entonces Mon Rivera tenía dos trombonistas, tres trombonistas, a veces cuatro trombonistas, a él le gustaba el trombón (risas). Y después todo el mundo, de repente, cada director quería tener a trombonistas en vez de trompetistas, pero bueno, no habían muchos trombonistas para todo el mundo. Yo recuerdo una vez, más que una vez, andando por la calle con mi trombón y alguien acercándose en un auto diciendo: ‘bueno ¿qué vas a hacer esta noche?’, como si yo fuera una puta (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y era para contratarte.

 

Marco Katz: Y en verdad si, lo era (risas). Porque yo dije: ‘Guao, no nada ¿cuánto dinero tienes?’ (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Buscando que te contrataran para tocar.

 

Marco Katz: Y entonces había mucho trabajo, incluso para unos gringos ignorantes que ni sabían el ritmo de la clave ni nada… (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y ganaste algo de dinero en esa época?

 

Marco Katz: Si, si, bastante para sobrevivir; yo tocaba con grupos de jazz, con unas big bands, de vez en cuando con una orquesta sinfónica…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Leías muy bien las notas…

 

Marco Katz: Si, bastante bien.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y estudiabas el trombón frecuentemente?, ¿ensayabas?

 

Marco Katz: Ah, si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Te preparabas.

 

Marco Katz: Yo estuve tocando todo el tiempo, si me pagaban o no. Yo estuve tocando en tríos de trombón, en grupos de jazz, en grupos de salsa. Y en los grupos de salsa ganábamos poco, como 35 dólares cada noche.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Por noche?

 

Marco Katz: Y entonces el alquiler de mi apartamento era de 59 dólares mensuales.

 

Jairo Grijalba Ruiz: O sea que era buen dinero.

 

Marco Katz: Con dos toques yo tenía para el alquiler y también para mis cigarrillos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Vivías en esa época en Manhattan?

 

Marco Katz: En Manhattan y durante una época yo viví en el barrio puertorriqueño.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ese barrio se llama el Spanish Harlem.

 

Marco Katz: Ajá.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque hay dos barrios puertorriqueños, el del sur del Bronx y el del Spanish Harlem.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: East Harlem.

 

 

Carátula del álbum “Distinto y diferente” de los Hermanos Lebrón. En esta producción discográfica tomó parte Marco Katz como trombonista.

(Fotografía cortesía de David Cantrell).

 
   

Contra carátula del álbum “Distinto y diferente” de los Hermanos Lebrón. El mencionado disco fue publicado en la ciudad de Nueva York en 1976.

(Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 

Marco Katz: Y yo vivía en el Spanish Harlem.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Eso está entre qué calles?

 

Marco Katz: Entre 103 y avenida Lexington.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, Lexington y Lenox, todo esto por allá.

 

Marco Katz: Si. Lenox es más al oeste. En 103 y avenida Lexington, muy cerca al museo del Barrio, que no existía entonces. Y lo que pasó con los grupos de rock fue que un trompetista me dijo una vez: ‘estoy tocando en un grupo de rock y ellos quieren un trombonista’, y yo le dije: ‘bueno’, porque es que yo siempre quería tocar; y el director del grupo fue José Lebrón, en uno de sus intentos por salir de la salsa.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah, José Lebrón!

 

Marco Katz: Ahora es el gran salsero pero en verdad él no quería tocar salsa. Y entonces él tenía este grupo de rock y estuvimos ensayando y nadie quería a ese grupo, pero como salsero él tenía fama, y yo le dije una vez: ‘en verdad a mi no me gusta el rock, pero me gusta y me encantaría tocar con los Hermanos Lebrón’, y él me dijo: ‘ah, no, yo no quiero tocar salsa’, porque él no tenía interés en la salsa (risas). Él era un joven rockero. Ahora, yo no sé lo que él diga hoy en día… (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Claro, todo va cambiando, la perspectiva también va cambiando con los años.

 

Marco Katz: Si pero ahora…, porque en aquel entonces muchos puertorriqueños, jóvenes estaban viviendo en Nueva York y ellos se vestían con sus bluejeans y camisetas…, y los que querían era ser rockeros y no salseros. Ellos querían tocar rock and roll americano. Yo tuve suerte porque estuve tocando en El Barrio y allí me encontré –como ya te lo dije- con José Lebrón y él me dio la primera oportunidad en las alturas de la salsa, aunque primero toqué con él en su grupo de rock. A mí no me gustaba el rock, te lo repito. José Lebrón decía: ‘el rock es el futuro’. Yo le dije: ‘a mí el futuro no me interesa tanto como la música’, y fui su primer trombonista porque ellos tenían un grupo con dos trompetistas; entonces él me añadió en el grupo y escribió partes para trombón en sus arreglos. Mi primera grabación profesional fue con los Hermanos Lebrón, y en aquella época los sellos afiliados con Fania Records obligaban a las agrupaciones como los Hermanos Lebrón a grabar con los músicos de la casa. Johnny Pacheco, quien era el productor, tenía su grupo de músicos de estudio; buenos músicos, muy buenos músicos como Louis ‘Perico’ Ortiz, Reinaldo Jorge…, y los Lebrón tenían que venir a cantar, tocar congas y bongó, los cinco hermanos, pero con los músicos de Johnny Pacheco y del sello Fania. Entonces José Lebrón le dijo a Johnny Pacheco: ‘hay dos temas de la grabación “Distinto y diferente” donde yo quiero tener otros músicos también, como el gran guitarrista dominicano Víctor García, y quiero que toque mi propio trombonista allí’; entonces en este disco yo soy el trombonista, no en todo el disco, aunque yo tocaba todos los temas con los Hermanos Lebrón en las actuaciones en directo, pero en el disco solamente figuro como trombonista en dos temas, porque José Lebrón le dijo a Johnny Pacheco: ‘yo necesito a este trombonista para los dos temas’. “My cherie amour” y “Lookin’ good”, son dos temas americanos donde se me da crédito como trombonista. Los Hermanos Lebrón hicieron también muchas grabaciones en inglés y tuvieron un público afroamericano en Harlem y en Brooklyn. Tuvieron una fama tremenda entre los afroamericanos de Brooklyn y de otros lugares de los Estados Unidos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Vamos a un aspecto de tu vida que me parece que es sumamente interesante y es cuando llegas al grupo de Mon Rivera ¿Cómo fue la llegada?, ¿cómo fue el contacto?

 

Marco Katz: Yo estuve tocando con los Lebrón y entonces una noche…, y fue un grupo muy conflictivo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú dices que eso pasó en Philadelphia?

 

Marco Katz: Si en Philadelphia. Estuvimos en Philadelphia y yo por primera vez escuché la música de Mon Rivera. Tenía tres trombonistas y a mí me encantó. (Marco, al ver una fotografía en la que aparece con otros dos trombonistas, expresa: ‘este es Frank Figueroa, pero no es el cantante, sino el trombonista’).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Puertorriqueño?

 

Marco Katz: Si, es puertorriqueño.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero eran mucho mayores que tú en esa época.

 

Marco Katz: (continúa viendo la fotografía en la que aparece él con otros dos colegas) ‘Este es José Rodrigues, brasilero’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: José Rodrigues, lamentablemente ya fallecido.

 

Marco Katz: Si él y Barry Rogers eran los trombonistas famosísimos de Eddie Palmieri.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero los había tenido Mon Rivera.

 

Marco Katz: Nosotros estuvimos aquí con Mon Rivera (Marco viendo la fotografía en la que aparece con los otros dos trombonistas de la orquesta del “Rey del Trabalenguas”) ‘Este soy yo’. Pero lo que pasó en Philadelphia fue que yo escuché este grupo con tres trombonistas y a mí me encantó.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Con el gran Mon Rivera cantando.

 

 

 

 

En la fotografía (tomada ya bien avanzada la década del setenta en un barco en el área de Nueva York, cuando Mon Rivera era aún una figura importante en el contexto de la música afrocaribeña, vemos a los integrantes de la sección de trombones de su banda: el primero a la izquierda es Frank Figueroa, el del centro es el brasilero José Rodrigues y el de la derecha es el neoyorquino Marco Katz. Los trombonistas del fabuloso cantante mayagüezano Mon Rivera, cuando tenía su orquesta en la ciudad de Nueva York fueron inicialmente el profeta Barry Rogers, el americano Mark Weinstein y Manolín Pazo.  Con ellos hizo sus primeras grabaciones para el sello Alegre Records de Al Santiago, hacia 1962, contando con el apoyo de Eddie Palmieri y de Charlie Palmieri como pianistas. Rogers y Weinstein (ambos judíos) se convirtieron más tarde en los trombonistas del conjunto La Perfecta. En la orquesta de Mon Rivera a comienzos de los sesentas estaban también el contrabajista panameño Leo Fleming y ‘Kako’ quien se hizo cargo del timbal y del bongó. (Fotografía cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

Marco Katz: Si, cantando.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mon Rivera fue un exponente de su propio estilo; renovó completamente la bomba y la plena puertorriqueñas. Cantaba muy bien.

 

Marco Katz: Si, si, a mí me encantó.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Extraordinario, único, original.

 

Marco Katz: Si, no hay nadie como él. Entonces en el receso yo fui al camerino de Mon y hablé con los trombonistas; los tres estaban allí, y yo dije…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Recuerdas cómo se llamaban?

 

Marco Katz: Frankie Rosa fue uno, y creo…, uno fue…, ahora no son conocidos, pero yo dije a ellos, los tres: ‘mira el día que se marche uno de ustedes, tiene que llamarme. Aquí está mi nombre y mi número de teléfono, y por favor, por favor, alguno que se marche me llama y yo vendré a tocar’…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y hablaste con Mon esa noche?

 

Marco Katz: No, no, con los trombonistas. Este es el protocolo de la música, uno no habla con el líder…, habla con el colega.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah, qué interesante!

 

Marco Katz: Si porque para hablar con Mon Rivera sería para decirle: ‘ah, yo puedo tocar mejor que los trombonistas que tienes’…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y se genera una situación inadecuada.

 

Marco Katz: Si porque somos más o menos amables entre trombonistas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y la relación de colegaje es fuerte?

 

Marco Katz: Si, entonces no hablé ni una palabra a Mon.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero lo viste ahí en el camerino.

 

Marco Katz: No, yo estuve en un rincón con los trombonistas, dejé mi nombre y mi número de teléfono…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y no ibas con tu trombón?

 

Marco Katz: Si porque yo estuve tocando con el otro grupo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Con los Lebrón.

Marco Katz: Estuvimos los Lebrón Brothers, Mon Rivera y ‘Chocolate’, cuando tenía la orquesta.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿‘Chocolate’ el de la trompeta?

 

Marco Katz: Si, y entonces…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo se llamaba el lugar en Philadelphia?, ¿un club, una taberna?

 

Marco Katz: Un lugar de baile, ahora no lo sé. Entonces los trombonistas me ignoraban completamente. Nadie me llamó; se marchaban, había otros trombonistas, vinieron y salieron pero nadie me llamó. Hasta que un día de repente me llamó Mon Rivera (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y te habló en inglés o en español?

 

Marco Katz: En español, porque él no habló inglés, creo. En verdad quizás en inglés pero sólo para preguntarme. (Marco imita la voz de Mon Rivera: ‘mañana voy a Puerto Rico por 10 días, ¿puedes venir para tocar en mi grupo?’)

 

Jairo Grijalba Ruiz: (risas).

 

Marco Katz: Yo le dije: ‘bueno. 10 días, saqué mi libreta, miré, y le dije: ‘si, iré’. (Marco imitando otra vez la voz de Mon Rivera: ‘bueno, venga al aeropuerto de La Guardia’, en Nueva York); entonces…, porque esto fue como en el 76…, y en aquella época nadie tenía que llevar pasaporte, ni etiqueta ni nada con su nombre, y especialmente para ir a Puerto Rico desde Estados Unidos, este territorio es colonia, y como ya te dije, yo fui al aeropuerto, estrechamos las manos y me dio mis billetes, mis boletos a nombre de José Castrillo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿José Castrillo era un trombonista que había trabajado anteriormente con Mon?

 

Marco Katz: Si el trombonista de antes.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tú lo cuentas aquí (en uno de tus escritos) ¿y José Castrillo no podía ir?

 

Marco Katz: No, entonces yo fui como José Castrillo en el avión.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Por qué no podía ir José Castrillo, se había enfermado o se había desvinculado de la orquesta?

 

Marco Katz: Ah, yo no sé, había obtenido otro trabajo o de repente habían discutido algo, yo no sé.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y decidió irse.

 

Marco Katz: Entonces él tenía los boletos para José Castrillo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Allí en el aeropuerto estaban Frank Figueroa y José Rodrigues?

 

Marco Katz: No, no, Frank Figueroa y en ese entonces estaba también Frankie Rosa.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Ah, Frankie Rosa!, no estaba José Rodrigues todavía.

 

Marco Katz: No, no, José Rodrigues tocaba de vez en cuando con Mon.

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Viendo la fotografía de los tres trombonistas), ¿esta fotografía fue tomada en Puerto Rico?

 

Marco Katz: No, no esta fue en un barco en el rio Hudson, porque había actuaciones en los barcos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En los barcos?, ¿y allí tocaron ustedes?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tocó José Rodrigues con Frank Figueroa?

 

Marco Katz: Si, nosotros tres; pero en Puerto Rico la primera vez estuvimos Frank Figueroa y Frankie Rosa…, debes mencionar su nombre, porque Frankie Rosa era un trombonista buenísimo, medio puertorriqueño y medio italiano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¡Qué maravilla!

 

Marco Katz: Frankie Rosa era ítalo-americano y puertorriqueño. ¡Y tocaba un tipo de jazz encima de la salsa! Siempre tocaba con micrófono.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En la campana del trombón?

 

Marco Katz: Si. Frankie Rosa era un trombonista esplendido, un trombonista con corazón, un trombonista con ideas, buenísimo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Con feeling. Y fíjate Marco que los historiadores cuando hablan de los grandes del trombón no hacen referencia frecuentemente a Frankie Rosa, pese a que tuvo una larga trayectoria. Existen fotografías de Frankie Rosa de la década del cincuenta y ya en esa época tocaba el trombón al más alto nivel y con enorme sofisticación.

 

 

 

El gran trombonista italo-puertorriqueño Frankie Rosa, al centro con el trombón. La imagen fue captada en la ciudad de Nueva York en un club nocturno durante el año 1957. Al lado derecho de Frankie Rosa está el trompetista cubano Roberto Rodríguez, quien en la década del sesenta se destacó como integrante de la orquesta de Ray Barretto y en los setentas fue figura de las Estrellas de Fania. (Fotografía cortesía de Roberto Rodríguez Junior).

 

 

  

 

 

Marco Katz y Generoso ‘El Tojo’ Jiménez en la casa de este último en la ciudad de La Habana. La imagen fue captada durante el año 1998.

 (Fotografía de Betsy Boone, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 

 

Los maestros Marco Katz y Generoso ‘El Tojo’ Jiménez dentro de la casa de este último en la ciudad de La Habana. Están sentados sobre la cama del genial músico cubano tocando el trombón. Jiménez tenía 80 años para esta época y vivía en precarias condiciones en su país, tal y como se observa en la gráfica registrada en 1998.

 (Fotografía de Betsy Boone, cortesía del maestro Marco Katz).

 

 
 

El trombonista neoyorquino Barry Rogers acompañado del trompetista puertorriqueño Juancito Torres. Nueva York, 1982.

(Fotografía archivo del autor).

 

 
 

En la imagen el trombonista brasilero José Rodrigues. (Fotografía archivo del autor).

 

 
 

Charlie Palmieri, “El gigante de las blancas y las negras”, en compañía del gran pianista colombiano Samuel Del Real.

(Fotografía cortesía del maestro Samuel Del Real).

 

 
 

Los dos colosos del trombón en la ciudad de Nueva York a finales de la década del ochenta: a la izquierda Barry Rogers y a la derecha José Rodrigues. En el medio de los dos el pianista colombiano Edy Martínez. La gráfica se tomó en un estudio de ‘la Gran Manzana’ durante los ensayos para el espectáculo del Carnegie Hall “Pianos latinos en concierto” en el cual los tres grandes músicos tocaron como invitados de Eddie Palmieri. Esta imagen hace parte de mi libro “Edy Martínez el hombre del piano”. (Fotografía cortesía del maestro Edy Martínez, en exclusiva para Herencia Latina). 

 

 

 

Marco Katz: Si y con todo. Pero él no quería…, por entonces yo tocaba, cuando yo tenía mi solo, yo tocaba muy duro y todo y…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿De dónde sacaste tu estilo, del de Barry Rogers?

 

Marco Katz: Si escuchando a Barry, a José Rodrigues, a Willie Colón un poco, pero en especial a Generoso Jiménez… Ah bueno, yo tocaba en una grabación con Charlie Palmieri, y le dije: ‘Charlie estoy…’, porque estuvimos hablando mucho. A Charlie Palmieri lo conocí en el Cerromar Casino en la calle 145 en El Bronx, en la cocina, porque yo estuve tocando con Mon Rivera, y Charlie Palmieri estaba en la cocina comiendo, entonces empezamos a hablar sobre la comida -Charlie Palmieri era muy aficionado a la comida italiana- entonces hablamos sobre la comida; y sin conocerme me dijo: ‘¿quieres hacer una grabación conmigo?’ (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ah, le caíste simpático; claro mira eso es lo importante de ser simpático. 

 

Marco Katz: Enseguida le dije a Charlie: ‘es que yo estoy escuchando a Barry Rogers y a José Rodrigues’, los dos dioses de nuestra música en el momento, porque Barry y José eran como los rockeros, en los barrios puertorriqueños donde llevar un trombón fue algo tremendo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tremendo, extraordinario. ¿Tú llegaste a tocar alguna vez con Barry?, ¿alternaron una noche o algo así?

 

Marco Katz: Si, si. En un grupo de jazz, muy amable también, y yo toqué varias veces con Barry…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era también de origen judío.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era una persona muy tranquila.

 

Marco Katz: Si, muy quieto.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Introvertido más bien.

 

Marco Katz: Debió tener más éxito, pero no vivía para eso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Vivía para la música, muy concentrado en sí mismo.

 

Marco Katz: Pero también murió joven.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Murió muy joven, de 56 años.

 

Marco Katz: Al momento Charlie Palmieri me dijo: ‘bueno que estés escuchando a Barry y a José pero debes escuchar al trombonista que ellos están escuchando que es Generoso Jiménez’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿El cubano, el de la orquesta de Benny Moré?

 

Marco Katz: Si, y entonces yo empecé a escuchar las descargas de Cachao.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ajá, donde Generoso toca el trombón.

 

Marco Katz: (Marco canta e imita el sonido del trombón de Generoso Jiménez “Trombón, trombón, trombón, trombón, trombón, trombón de vara”, Pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa); y yo me aprendí sus improvisaciones.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El fraseo.

 

Marco Katz: (Marco tararea nuevamente imitando el sonido del trombón de Generoso Jiménez: Pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, pa, ta, ta, ra, ra, ra, ra, ta, ra, ra, ta), yo puedo tocar todo eso con el trombón…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Qué maravilla. Hoy en la radio por favor tocas algo de eso.

 

Marco Katz: Si, entonces muchos años después, veinte años después de esta grabación con Palmieri, estuve en La Habana y alguien me ha dado el número de teléfono de la hija de Generoso, Regina, y yo fui a la casa de Generoso quien estaba viviendo en un ghetto africano en La Habana en circunstancias tan pobres que me puse a llorar.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Te pusiste a llorar?

 

Marco Katz: Si, yo estuve con Betsy y fuimos y no creíamos: ‘¿Este es el gran trombonista de la música cubana, viviendo así; el director de Benny Moré viviendo así?’

 

Jairo Grijalba Ruiz: Arreglista además.

 

Marco Katz: Si, y entonces yo fui a la puerta de su casa, toqué la puerta y apareció Generoso ‘El Tojo’ Jiménez. (Ver las fotografías de Betsy Boone). Y yo le dije: ‘Señor, hace muchos años que estoy escuchando su música. En 1978 hice una grabación con Charlie Palmieri y estuvimos hablando sobre los trombonistas y yo hablé sobre Barry Rogers, José Rodrigues…, y Charlie Palmieri me dijo que si, pero debes escuchar a Generoso Jiménez’. Fue obvio que Generoso no tenía ni idea de Charlie Palmieri, ni de Barry Rogers, ni de José Rodrigues, porque no eran cubanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Exactamente.

 

Marco Katz: Pero me invitó a entrar a su casa, y durante dos horas estas fueron las últimas palabras que dije; él sacó su trombón y yo el mío y empezamos a tocar juntos, Betsy tiene fotos de eso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿No grabaste?

 

Marco Katz: No, no, estos momentos son para guardar en el corazón, son para el espíritu y para la mente. Estuvimos dos horas tocando y él enseñándome cosas como un maestro. Una clase de maestría.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Para ti debe haber sido fascinante.

 

Marco Katz: ¡Ahhh! Claro, claro. Para mí fue una gran revelación escuchar a Generoso Jiménez, un gran trombonista. Un genio del trombón.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y seguiste siendo amigo de él?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Continuaste en contacto?

 

Marco Katz: Pero en verdad no estuvimos en contacto porque entre Estados Unidos y Cuba es difícil. Lo que pasa en Estados Unidos es que nosotros los estadounidenses queremos viajar a Cuba. Y muchos estadounidenses viajan a Cuba y en verdad queremos a los cubanos, si, y hay mucha amistad.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y los cubanos los quieren mucho a ustedes, me pude dar cuenta también.

 

Marco Katz: Si, si, si, y yo esperaba muchos problemas y recriminaciones, pero no hubo nada de eso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Como nosotros dos aquí. Yo te hablo de Panamá y de la guerra en la que estuvo mi abuelo, pero ese es un episodio que ha quedado en el pasado.

 

Marco Katz: Si, si, pero ellos están viviendo en el embargo. Lo que pasa es que los cubanos que viven en Estados Unidos tienen tanto poder que ellos mantienen el embargo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Esa posición de hierro.

 

Marco Katz: Porque nada…, como Carlos Barbería, yo recuerdo que él hizo muchos, muchos discursos en contra de Fidel y todo. Alguna vez me dejé crecer la barba y un día Carlos me dijo: ‘con esta barba pareces Lenin’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Risas).

Marco Katz: Y él me dijo: ‘a mí no me gusta eso’ (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Es un loco ¿no? Luego me hablas de él porque estábamos hablando de Mon Rivera y nos fuimos a Generoso Jiménez que fue muy interesante. Profundicemos más en Mon Rivera, un poquito más.

 

Marco Katz: Ah, si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Bueno y arrancaste a tocar con Mon Rivera no en Nueva York sino en Puerto Rico.

 

Marco Katz: Si, si, fuimos a Puerto Rico, yo me subí en el avión y en verdad yo no conocía a nadie excepto a un trombonista llamado Frankie Rosa (Frank Rosa), pero estaban también Frank Figueroa en el otro trombón y Gilberto Colón en el piano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Quién era el contrabajista?  

 

Marco Katz: El nombre del contrabajista de aquel entonces no lo recuerdo en verdad; después el bajista era Goodwin Benjamin, un afroamericano muy amigo mío; en el grupo de Mon Rivera por aquel entonces estaba Vicky Soto en las congas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el timbalero quién era?

 

Marco Katz: Yo no recuerdo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿No te acuerdas del nombre del bongosero?

 

Marco Katz: No, no.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y Mon cantaba él solo o había alguien más para alternar?

 

Marco Katz: No sólo Mon Rivera cantaba.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y los muchachos de la orquesta hacían el coro.

 

Marco Katz: Si. Lo que pasó fue que, bueno, uno puede decir por casualidad pero en verdad esto no es una casualidad, porque lo que pasó es que yo tengo este “sordo” (sordina para el trombón) que has visto, que es..., bueno la herramienta del fontanero (risas) que yo uso; y…, pero a mí me gusta tocar con eso porque es una forma de hablar con el trombón, y tengo un estilo en eso que no es parecido a nadie. Es mi estilo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Eres exponente de tu propio estilo.

 

Marco Katz: Así es. Y entonces, pero tiene muchas semejanzas con el estilo de Mon Rivera, con sus trabalenguas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Con la forma de hablar de Mon y de frasear en cada una de sus interpretaciones.

 

Marco Katz: Si, yo tocaba (Marco tararea rapidísimo su estilo de trabalenguas de trombón con la sordina: Trua, trua, cutrua, cucutru, cua, rucu, trua, trua, trua).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y él hacía lo mismo vocalmente.

 

Marco Katz: Si, y la primera vez que yo hice una improvisación él estaba sorprendido, y después de eso…, y es por eso que digo que es una lástima que nunca grabé con él, y después de eso yo fui su estrella; él me puso al frente del grupo una vez cada noche, no por toda la noche, porque él era el protagonista importante.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero te sacaba al frente de la tarima para una improvisación.

 

Marco Katz: Pero cada noche él hablaba con el público y decía: ‘bueno hay un trombonista aquí, es un blanco, pero está tocando conmigo hace mucho y él tiene su propio estilo’, y él dio toda una introducción, y entonces hicimos un tema y yo lo hice con este “sordo” de fontanero (sordina para el trombón), y entonces yo estuve tocando muchas veces con Mon…

 

Jairo Grijalba Ruiz: En Puerto Rico y en Nueva York.

 

Marco Katz: En Puerto Rico, en Nueva York, en Philadelphia, en Boston, estuvimos, si.  

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah si? Viajaban.

 

Marco Katz: Si. Pero después de la grabación con Willie Colón, que fue su última grabación…

 

Jairo Grijalba Ruiz: “Se chavó el vecindario”.

 

Marco Katz: Si, si, y esto fue antes de mi llegada al grupo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, eso fue antes de que tú conocieras a Mon.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: O sea que después de que tú lo conociste él no grabó más.

 

Marco Katz: No.

 

 

Carátula del disco “Se chavó el vecindario” de Willie Colón con Mon Rivera. Este trabajo discográfico fue publicado por Vaya Records (subsidiaria de Fania) en la ciudad de Nueva York en 1975. Representó el relanzamiento de la carrera musical de Mon Rivera luego de algunos años de ausencia. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 
 

Contra carátula del disco “Se chavó el vecindario” de Willie Colón con Mon Rivera. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: Se puede decir, si yo quisiera hacer un titular: “Marco Katz, el último gran trombonista de Mon Rivera”.

 

Marco Katz: (Risas). Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Sería como una forma de subtitular esta crónica.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Qué interesante.

 

Marco Katz: Porque en verdad él me apoyó mucho, y yo estuve tocando una vez cada noche (yo era uno de los tres trombonistas de su orquesta), pero una vez en cada actuación me sacaba al frente de la orquesta para que yo hiciera mi solo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Qué temas tocaban en esa época?

 

Marco Katz: “Lluvia con nieve”, “Ya llegó”…, todos los temas del disco “Se chavó el vecindario” porque este fue su repertorio de entonces. Hay uno que es una mezcla de canciones.

 

Jairo Grijalba Ruiz: (Mon Rivera incluyó dos mosaicos en “Se chavó el vecindario”; en el mosaico número uno introdujo los temas “Aló, ¿quién ñama?” Y “Karacatiski”, mientras que en el mosaico número dos fusionó los temas “El gallo espuelérico” y “Juana Morales”, todos estos temas eran viejas composiciones de su padre el recordado compositor mayagüezano Monserrate Rivera Alers. El maestro Marco Katz en sus recuerdos hace referencia al mosaico número dos).

 

Marco Katz: Y él grita “Oyé Mayagüez” en este tema.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque él era mayagüezano.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Él era pelotero, había jugado baseball (cuando joven).

 

Marco Katz: El tema empezaba con los trombones (Marco tararea con su voz imitando el fraseo de los trombones: Tan tarán, tan tarán, tan tarán, tan tarán, tantarán, tantarán, tantarán), y fue toda una mezcla de canciones y en una parte él grita, en la grabación, él grita “Oyé Mayagüez” y entonces yo tenía el solo, en la grabación no desde luego, pero en las actuaciones, es precisamente después de su grito de “Oyé Mayagüez”…

 

El maestro Marco Katz escribió hace algún tiempo sus recuerdos de la época en la cual trabajó con Mon Rivera, hacen parte de una publicación aparecida en su propio sitio web bajo el título de “Cómo aprender el idioma de Cervantes (digo de Joey Cervantes, del Bronx)”. Citamos a continuación textualmente una parte de la crónica:

 

  «Recuerdo a mi noviecita, mi amor a los quince años. Yo tratando de besarla, y me decía: ¡Si me vuelves a tocar te araño! Qué bonito es el amor, el amor cuando es sincero.» [Rubén Blades, “Sin tu cariño”].  

 

 

 

“La novia de mi adolescencia, una judía por ambas ramas familiares, aprendió castellano y luego viajaba por toda España. Desde entonces jamás he tenido una relación prolongada con ninguna mujer que no se defiende en español.

 

Embarqué en mi propio aprendizaje de castellano después de que había abandonado mis estudios académicos para tocar el trombón en grupos profesionales. Se ve en la foto (se refiere a la fotografía del grupo de rock ‘Uptown Conversation’) mis primeros maestros: el dominicano Víctor García, el cubano Roberto Ortiz, y el negro judío puertorriqueño Sal Ilardi. Los demás somos los ‘americanos’: el afro-americano Bob Porter, el judío Michael Dorfman, el polaco Rick Ulfik y yo -un judío de la rama equivocada-. Sacábamos la foto en nuestro barrio, Alto Manhattan, donde hoy en día opera con El Bronx para decidir las elecciones de la República Dominicana. Varios años después, hablé en castellano constantemente con Víctor, el guitarrista, durante una gira estadounidense del grupo afro-americano, The Joneses (‘Sugar Pie Guy’). Éramos, Víctor y yo, los ‘blancos’ de aquella tripulación musical. Dejé The Joneses así que siempre odiaba el rock y, más importante, quise volver a los grupos de salsa, que ofreció música más compleja y donde el trombón era -en aquella época-, el rey, igual que la guitarra para los rockeros. Empecé a tocar con los Lebrón Brothers, cinco hermanos quienes habían tenido éxitos durante el latin-boogalú de los años sesenta. Cuando yo tocaba con ellos durante los años setenta, siguieron teniendo éxitos pero nunca chavos, en parte por el manejo criminal de los empresarios y en parte también por su propia desorganización. Aparte de los Lebrón, yo tocaba con músicos menos conocidos como Fernando Vera, Joe Cotto, Johnny Bronco, Orquesta La Vida, Los Tremendos de Colombia, Galo Guevara, y otros que ni siquiera recordé por la mañana siguiente. Una noche en Filadelfia escuché a Mon Rivera y su conjunto con tres trombones. ¡Chévere! (¡Qué padre el sonido!) Durante el receso yo di mi número de teléfono a cada uno de los trombonistas y dije «Cuando se marche uno de ustedes, me tenga que llamar.» Claro que no lo hicieron, pero muchos meses después me llamó el propio Mon Rivera para pedir mi participación en una gira de la Isla del Encanto (Puerto Rico) que tenía previsto para el próximo día. Con nada más que diez dólares en mi bolsillo fui para encontrar los músicos a las nueve de la mañana en el aeropuerto La Guardia. Viajé con Mon bajo el nombre de su trombonista anterior, José Castrillo, un nombre que me costó bastante pronunciar en aquella etapa de mi vida. (Notéis, mis amigos, que durante los años setenta, bajo un régimen menos autocrático, los pasajeros no tenían que subir a los aviones con carné de identificación aun cuando volaban a las colonias como Borinquen). Bajábamos en San Juan y dirigimos directo a la primera actuación en San Germán, un lugar donde yo había tocado antes con los Lebrón. Aunque yo no tocaba las partituras perfectamente, Mon se santiguó durante mi improvisación y a lo largo de los dos años siguientes, hasta su muerte, me presentaba como solista importante. Cuando dejamos San Germán tuvimos que tocar en el Club Ocho Mil en las afueras de San Juan. Mon me preguntó si tuviera necesidad de chavos y contesto que si debido a que no me había hincado los dientes desde el vuelo. Aprendí muchas palabras durante mis dos años con Mon. Comí los cuchifritos, cobré chavos y bailaba con las jevas -pero no tanto como los otros músicos-, porque era un poco tímido”…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Una pregunta Marco ¿de esa época tienes fotos en tus archivos personales?

 

Marco Katz: Pocas, si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y estás con Mon Rivera?

 

Marco Katz: No, no ninguna con Mon, es que yo no pensaba entonces…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Pero con el grupo de Mon si tienes fotografías?

 

Marco Katz: Bueno ésta en la que aparecemos los tres trombonistas es de esa época.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo era Mon Rivera en su manera de tratar a la gente, qué clase de persona era él?

 

Marco Katz: Bueno, muy tranquilo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Era bajito o alto, gordo o flaco?

 

Marco Katz: Bueno, bajito, muy flaco y había vivido una vida muy dura, tú sabes, porque había estado en la cárcel durante unos años, por drogas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah si?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En Nueva York?

 

Marco Katz: No en Connecticut, en una prisión federal.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Varios años?

 

Marco Katz: Yo no sé cuantos, pero varios.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Por posesión de drogas?

 

Marco Katz: Si. Y entonces esta grabación que él hizo con Willie Colón, la hizo después de que salió de la cárcel.

Jairo Grijalba Ruiz: O sea que él estuvo durante un tiempo fuera de circulación.

 

Marco Katz: Si. Oh si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y cómo volvió a rehacerse?

 

Marco Katz: Es interesante. Porque lo que pasó es que Mon Rivera era muy amable, entonces yo no hablaba tanto en español como ahora, y en efecto, porque yo había aprendido un poco. Durante mis años con Mon Rivera yo quería aprender a dominar el idioma, porque hablar un poco no sirve.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay que dominar el idioma.

 

Marco Katz: Si, si, y entonces, especialmente porque Mon Rivera tenía su manera de hablar el idioma…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Claro y había que saberlo entender porque tenía muchos modismos, dichos…, era una persona especial ¿no? hasta en la forma de hablar.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y viajaban a Puerto Rico muy seguido?

 

Marco Katz: Si. Y yo viví por aquel entonces durante unos años con una cantante de plenas: Elba Mercado.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Puertorriqueña?

 

Marco Katz: Si. Y ella no hablaba inglés, y entonces así también aprendí a hablar en español. Ella es otra persona que no aparece en el internet. Hay unas Elbas Mercado pero ninguna es ella; y ella había grabado “Parrando de los locutores”, y tengo una grabación con ella y todavía un disco y…, pero no está en YouTube, no está en…, es como Vicky Soto, como José Venero…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Como Dominique.

 

Marco Katz: Si, como Dominique Ditrani.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cuando estabas con Mon Rivera en Nueva York ¿en qué sitios tocaban?

 

Marco Katz: En el Hunts Point Palace.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Eso era en El Bronx?

 

Marco Katz: Si, en El Bronx. También en el Cerromar Casino, en El Caborrojeño, en la Casa Borinquen, que quedaba en Brooklyn.

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En El Corso también?

 

Marco Katz: No, en El Corso no. Los Lebron Brothers dicen, yo no sé si es cierto, pero los Lebron Brothers dicen que en El Corso nunca contrataban a los músicos negros; y por eso los Lebron Brothers no tocaban allí, y yo no sé la historia pero yo sé que Mon Rivera tampoco tocaba en El Corso. Yo he tocado en El Corso pero con otros músicos latinos pero blancos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Eso ya se acabó. Ya no existe El Corso ¿no?

 

Marco Katz: No. Ni El Caborrojeño.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿El Corso quedaba en Lexington?

 

Marco Katz: Si, Lexington con calle 86, que era barrio blanco, y entonces ellos querían atraer a un público medio latino y medio no latino. Igual yo tocaba con Carlos Barbería, por ejemplo en el Club Madrid en la calle 48.

 

Jairo Grijalba Ruiz: En Manhattan.

 

Marco Katz: Si. Y entonces ellos tenían cubanos y americanos. A mí no me gusta decir americanos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Estadounidenses, sería lo correcto ¿no?

 

Marco Katz: Si estadounidenses, pero en inglés no hay la palabra “estadounidenses”; no existe. ¿Interesante no?

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hay un vacío.

 

Marco Katz: Es un momento de hegemonía (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Para los filólogos debe ser muy interesante esto que estamos nosotros tratando.

 

Marco Katz: Si, si, es muy importante.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque descubrimos aspectos del idioma que a su vez reflejan aspectos de la cultura y de la manera de pensar de la gente ¿no?

 

Marco Katz: Yo siempre digo estadounidenses, nunca digo americanos en ese sentido. Somos americanos tú y yo; todos somos americanos. Y también en el congreso de filólogos (en Cali) en esta semana voy a hablar sobre eso, en mi ponencia voy a decir que no hay una palabra en inglés para “estadounidense”, y estoy hablando sobre dos autores americanos: Alejo Carpentier y Zora Neale Hurston, uno es cubano la otra es estadounidense, pero los dos tienen mucho en común; el uno escribe en español, la otra escribe en inglés. Los dos estudiaron la antropología, ambos tenían mucho interés en la música, vivieron contemporáneamente pero no tenían intercambios.

 

Jairo Grijalba Ruiz: No se conocieron nunca.

 

Marco Katz: No, nunca; ni conocían los nombres. El nombre de ella no aparece en las cartas de él ni el nombre de él en las cartas de ella. Y hoy todavía cuando yo hablo sobre mi proyecto, porque esta también fue mi tesis de doctorado, Zora Neale Hurston  y Alejo Carpentier…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tienes un doctorado Ph. D.?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿De qué universidad?

 

Marco Katz: De la Universidad de Alberta en Canadá. Y entonces en mi comité yo tenía tres profesores de inglés y dos de español; y los de español si conocían a Alejo Carpentier y los de inglés no. Los de inglés si conocían a Zora Neale Hurston que es famosísima en Estados Unidos, y los de español no, nada, no hay…, casi no hay escritura en español sobre Zora Neale Hurston.

 

Jairo Grijalba Ruiz: O sea que esa es una barrera que hay que romper.

 

Marco Katz: Si, ¡pero tienen tanto en común! Y esto para mi revela la situación, no sólo de antes, pero actual, que en este momento todavía estamos viviendo como si América fuera solamente Estados Unidos y entonces hay…, y esto es lo que digo en mi ponencia, porque lo tengo escrito, y es que quiero hablar de ‘América Latina’ y de ‘América’ ¿cómo digo? ¿‘América americana’? (Risas). De otra parte pienso, partiendo de mis lecturas de Alejo Carpentier y Zora Neale Hurston, en la invitación que nos hiciera José Martí para hablar de nuestra América, no desde el punto de vista de las pretensiones hegemónicas sino desde el reconocimiento de la diversidad cultural de cada país del continente; en ese sentido todos somos americanos, los del centro, los de norte y los del sur.

 

Jairo Grijalba Ruiz: No se podría.

 

Marco Katz: Entonces para mí es importante. Y esto empezó con la música. Cuando yo hablo sobre mi tesis doctoral lo que pasa es que los músicos que me conocen hace muchos años, ellos me dicen: ‘ah, pero esto es algo sobre lo cual estás hablando hace décadas, ¿Ahora es una tesis?’ (Risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque ya has elaborado la idea.

 

Marco Katz: Pero empezó porque yo estuve tocando salsa, después jazz, después cumbia.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Con ‘Los Tremendos de Colombia’.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ahora hablemos un poco de ellos.

 

Marco Katz: Lo que pasa es que yo escribí un tema. Yo estuve tocando con ¡‘Los Tremendos de Colombia’! que no eran…, bueno, muy amables, pero nada tremendos; unos obreros trabajando en sus fábricas y tiendas…, y por la noche tenían un “subgrupo” para descargar; y así aprendí la cumbia. La ventaja con los colombianos fue que pagaban mucho mejor (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah bueno, por algo nos hemos destacado (risas).

 

Marco Katz: Porque los puertorriqueños…, y yo estoy agradecido a la comunidad puertorriqueña para toda la vida, porque aprendí la música, aprendí el idioma; aprendí… Hay un cantante que es medio filipino y medio afroamericano…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Joe Battan?

 

Marco Katz: Si. Y Joe Battan dijo una vez: ‘mi padre es filipino, mi madre es afroamericana y mi cultura es puertorriqueña’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque él vivía allí en el barrio puertorriqueño de Nueva York. ¿Tú lo conociste a Joe?

 

Marco Katz: No. Pero a mí me encanta esta cita y a veces suelo decir que, bueno, mi padre es judío, mi madre es noruega y mi cultura es puertorriqueña (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y ahora también colombiana, en menor medida.

 

Marco Katz: Si pero estoy siempre agradecido a la comunidad puertorriqueña, pero cuando tocábamos es que cobrábamos poco porque la comunidad puertorriqueña en general no tenía mucho dinero; eran obreros, personas trabajando en las cocinas… A veces yo tocaba en grupos para los ricos en Manhattan y mis colegas de la música estaban trabajando en la misma cocina…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Como meseros y cosas de esas.

 

Marco Katz: Pero los colombianos en general en Nueva York tenían negocios, o trabajaban como profesionales, periodistas, abogados, doctores, y entonces ellos para sus bailes pagaban mejor, y en consecuencia los grupos pagaban mejor a los músicos; en vez de cobrar 35 dólares por toque en el South Bronx yo cobré como 80 o 100 dólares tocando cumbias con los colombianos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y en esa época tocaban todos los días o descansaban algún día?

Marco Katz: Yo traté de tocar todos los días porque dependía siempre de la música. Tocábamos en especial cada viernes, cada sábado, normalmente el domingo. Pero había otros compromisos, yo estuve grabando a veces publicidad…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah claro, los jingles. Te ocupabas en otras actividades relacionadas con la música.

 

Marco Katz: Y además yo tocaba en las escuelas; tenía mucho éxito tocando en actuaciones durante el día en las escuelas, pagaban muy bien y además fue un trabajo entre nueve de la mañana y tres de la tarde.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, qué interesante. A otra hora muy diferente a la de la música latina digámoslo así. Marco, me contabas ayer que viajaste por todo Puerto Rico, pueblo por pueblo, con Mon Rivera.

 

Marco Katz: Ah si, y también con los Lebrón.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cómo era la recepción de la gente, del público frente a esta música. En Puerto Rico tiene que haber sido algo extraordinario, especial.

 

Marco Katz: Si, si. Yo fui la primera vez a Puerto Rico con los Hermanos Lebrón, y entonces ellos tenían la canción número en la isla: “Amazona”; y entonces nos trataban como ‘rock stars’ (estrellas de rock), especialmente a los hermanos, claro, a nosotros menos pero todavía teníamos algunas ventajas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y bailabas también la música latina en esa época o poco bailabas?

 

Marco Katz: Si. A mí me encanta bailar de toda clase de música, pero bailo muy mal (risas). Bailo porque en un momento entendí que nadie me está mirando (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y además es una buena manera de acercarse a las chicas. En esa época eras muy joven, soltero…

 

Marco Katz: Yo bailo muy mal pero todavía me encanta; cuando salgo con mi mujer soy yo siempre el que le digo: ‘vamos a bailar’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Mon Rivera tocaba algún instrumento, aparte de cantar?

 

Marco Katz: Si, el güiro.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y te llamaba la atención su forma de tocar el güiro?

 

Marco Katz: Si, si porque no hay nadie en el mundo que haya tocado el güiro mejor que Mon Rivera.

Jairo Grijalba Ruiz: Eso lo han dicho muchas personas.

 

Marco Katz: ¡Y cantando así y tocando el güiro, pero en plenas y bombas, o en cualquier otro género, era increíble!

 

Jairo Grijalba Ruiz: Bomba, plena, guaguancó, merengue, salsa, de todo un poco.

 

Marco Katz: Lo que pasa es que Mon hizo una mezcla de salsa con plena y bomba.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Una mezcla llamativa, muy bonita, agradable para el oído y emotiva para el bailador.

 

Marco Katz: Pero lo que pasa es que él no tenía gran recepción en aquella época.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Había perdido contacto con el público, quizás en parte por la cuestión de que había estado en la cárcel.

 

Marco Katz: Las personas mayores lo querían, pero lo que pasó fue que entre los jóvenes esta fue la música de los jíbaros puertorriqueños. Alguien me llamó una vez, un músico muy bueno, Johnny Colón…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, Johnny Colón el trombonista que también toca el piano.

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Es amigo tuyo?

 

Marco Katz: No es amigo, pero me llamó y me dijo: ‘quiero que toque en mi grupo’; y yo le dije, bueno en este momento no puedo porque estoy tocando con Mon Rivera y él tiene mucho trabajo. Y Johnny me dijo: ‘ah, ¿por qué quiere tocar esta música de jíbaros?’

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque Johnny Colón era de origen puertorriqueño pero nacido en Nueva York y no tenía contacto casi con la isla ¿no?

 

Marco Katz: Si, si. Entonces en Puerto Rico o en Nueva York, entre los puertorriqueños, Mon Rivera si tenía buena fama y todo, pero entre los jóvenes él no tenía este mismo impacto, y a mí me encantaba su música pero en verdad él tenía muchos problemas en alcanzar un público nuevo. Y entonces esta fue la época en que muchos jóvenes boricuas estaban rechazando aún a los salseros como Eddie Palmieri y Larry Harlow porque ellos querían escuchar ‘disco music’ (Música disco).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y allí es donde viene la anécdota que tú me contabas de Rubén Blades, quien sacó al mercado la canción “Plástico”.

Marco Katz: Si, lo que pasó es que muchas veces normalmente yo tocaba en los clubes sociales pequeños, en bailes a los que venía el barrio, los abuelos, los padres, los hijos; todos en familia para escuchar la música, bailar un poco, comer arroz con habichuelas…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y allí cantaba Mon Rivera?

 

Marco Katz: Si, cantaba Mon o grupos más pequeños. Yo tocaba con grupos como la Orquesta La Vida, Joe Cotto…, etc., en lugares absolutamente desconocidos, casi del tamaño de la sala de tu casa, con el grupo en el rincón, comiendo cuchifritos…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En el rincón, allí apretados?

 

Marco Katz: Si. Y entonces tocábamos en esos sitios así. Los lugares más grandes tenían dos o tres grupos de salsa, y tocábamos noche tras noche. Por ejemplo, El Caborrojeño tenía cuatro grupos: un grupo de merengues, después Mon Rivera, después Charlie Palmieri y después Larry Harlow; pero toda la noche con música en directo. Pero esto fue cambiando, y muchos de los clubes más grandes, especialmente los clubes nuevos, contrataron sólo un grupo y un discjockey (DJ). El grupo tocaba salsa y el discjockey tocaba disco; y estuvimos con la clave (Marco tararea el esquema rítmico de la clave afrocubana: tan, tan, tan – tan, tan; tan, tan, tan – tan, tan; tan, tan, tan – tan, tan; tan, tan, tan – tan, tan), y después (Marco tararea el esquema rítmico de la disco music: tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo…), y yo recuerdo la primera noche que oí la canción de Rubén Blades y empezó como siempre (Marco nuevamente tararea la célula rítmica de la música disco: tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo…), y yo me dije: ‘ah, otra vez un nuevo tema que es igual a los demás’…, y de repente yo oí el esquema de la clave de la música latina y ese tan, tan, tan – tan tan, empezó, y yo me dije: ‘¿Qué es eso?’, y entonces estuve escuchando (Marco tararea la canción de Rubén Blades: ‘Ella era una chica plástica, de esas que veo por ahí; de esas que cuando se agitan, sudan Chanel number tree; que sueñan casarse con un doctor, pues él puede mantenerlas mejor, no le hablan a nadie si no es su igual, a menos que sea fulano de tal, son lindas, delgadas de buen vestir, de mirada esquiva y falso reir…’), ¿ella era una chica plástica, qué es eso?, y entonces yo estuve escuchando, y como por fin entendía las letras (risas) y normalmente los cantantes de salsa cantaban cosas como: ‘mamita, te quiero muchísimo…’ y ‘en la vida hay amores que nunca pueden olvidarse’…, y alguien cantando: ‘ella era una chica plástica’ (risas y más risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Increíble, llamativo, rompió con todo.

 

Marco Katz: ‘Con su Chanel number tree’ (risas). Pero él se estaba burlando de toda esa gente joven latina y puertorriqueña plástica que rechazaba su cultura y que rechazaba la salsa porque preferían la música disco; y lo bueno es que vinieron a la pista todos los jóvenes para bailar (Marco nuevamente tararea el esquema rítmico de la disco music: tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo, tumbo…), ¡y de repente están allí mismo con este cantante burlándose de ellos!

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque ya no querían la salsa sino la música disco.

 

Marco Katz: Para no vivir en su cultura.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Exactamente.

 

Marco Katz: Y no valorar su cultura.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ese fue un conflicto de identidad.

 

Marco Katz: Si, es lo que pasa con los jóvenes.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Marco, volvamos a Mon Rivera. ¿Tenía familia, hijos, esposa, conociste algo de él?

 

Marco Katz: Familia tenía de sobra. Muchas veces tocábamos y en el receso vino una joven o un joven para decirle: ‘hola Mon, yo soy tu hija, hola Mon yo soy tu hijo’ (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era mujeriego.

 

Marco Katz: Si, si. En otra época. Cuando trabajé con él yo no lo vi nunca con una mujer.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ya hacia el final de su vida. Era un hombre aún joven cuando trabajaste con él.

 

Marco Katz: Él tenía como cincuenta y pico de años.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mon Rivera murió realmente joven, el domingo 12 de marzo de 1978 a los 53 años de edad; murió en su casa en Manhattan.

 

Marco Katz: Si. Bastante joven si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿De qué murió?

 

Marco Katz: No se.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú estabas con él cuando murió? ¿Estaban tocando?

 

Marco Katz: Si yo estuve tocando en su grupo, y murió…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Pero el día que murió tú estabas con él?

 

Marco Katz: No.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ese día estaban descansando?

 

Marco Katz: Si, y murió de repente, no sé de qué y nadie nos dijo nada a nosotros los músicos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y quién reclamó el cadáver? ¿Su familia tal vez?

 

Marco Katz: Me imagino.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y fuiste al entierro?

 

Marco Katz: No.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Por qué no fuiste?

 

Marco Katz: Yo no fui y ahora me siento mal por eso, pero no fui al entierro de Mon Rivera ni al entierro de Charlie Palmieri.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Charlie murió en Nueva York?

 

Marco Katz: En Nueva York.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y por qué no fuiste al entierro de Charlie?

 

Marco Katz: Es que yo nunca quería ir a los entierros.

 

Jairo Grijalba Ruiz: En eso nos parecemos.

 

Marco Katz: ¿Ah, si?

 

Jairo Grijalba Ruiz: Yo soy un poco reacio a ir a entierros. ¿Pero hasta última hora estuviste con Mon Rivera?

 

Marco Katz: Si, si, tocando con él.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hasta último momento. ¿Almorzaban juntos me imagino?

 

Marco Katz: Si, si, y viajábamos juntos a diferentes lugares.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y era una persona simpática?

 

Marco Katz: Si, simpático; en verdad de pocas palabras.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Él se defendía era cantando y tocando el güiro.

 

Marco Katz: Vino muchas veces, como dije yo, alguien para decirle: ‘yo soy tu hijo, o yo soy tu hija’, y él fue muy amable con ellos y les decía: ‘¡hay que bueno!’…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y les daba dinero?

 

Marco Katz: No, él no tenía dinero. Era un hombre cariñoso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: No era adinerado. Al final de su vida vivía de lo que ganaba cantando en los bailes.

 

Marco Katz: Si, si. Él no tenía dinero.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y las grabaciones de años anteriores no le daban dinero por regalías?

 

Marco Katz: Me imagino que la música de Mon Rivera ha cobrado más, después de su muerte.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero cuando él ya no podía disfrutar ese dinero.

 

Marco Katz: Si, exactamente.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y ese dinero ha quedado como en manos de terceros.

 

Marco Katz: Espero que alguno de sus hijos o hijas haya recibido algo de las regalías.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ojalá que sea así, porque no siempre es así. Un aspecto en relación con Mon Rivera que me gustaría preguntarte -y que hace parte de su leyenda- es que se dice que además del güiro, Mon Rivera tocaba otros instrumentos. ¿Eso es cierto?

 

Marco Katz: Él tocaba todos los instrumentos. Él tocaba piano, y en momentos, pero en momentos poco vistos, tocaba timbal, bongó, conga, trombón...

 

Jairo Grijalba Ruiz: Algunas personas que no lo conocieron tan de cerca como lo conociste tú, afirman que no tocaba el trombón.

 

Marco Katz: Yo no lo puedo decir, porque no lo vi. Yo lo vi tocando timbales, congas y piano. Yo se que él tocaba el piano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tocaba bien?

 

Marco Katz: Si, si. Tocaba, tocaba.

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Los montunos y otras figuras rítmicas?

 

Marco Katz: Si, en momentos especiales.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Escribía música?

 

Marco Katz: Pero esto es lo que pasa, él escribió su propia música, y esto no sucede mucho con los cantantes. Él escribió todos sus propios arreglos. Todos los arreglos que tiene, que aparecen en el disco que hizo con Willie Colón, que estuvimos nosotros tocando con él luego en las presentaciones públicas, contadas excepciones, son arreglos de Mon Rivera.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y los arreglos del álbum “Que gente averiguá”, disco que tenemos aquí en nuestras manos en este momento, también los hizo Mon Rivera, tal como se puede ver en las fichas originales de la producción.

 

Marco Katz: Yo sé porque yo lo vi escribiendo arreglos y yo conozco sus manuscritos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Conoces su caligrafía.

 

Marco Katz: Y estuvimos varias veces hablando sobre sus arreglos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Mon Rivera estudió música?

 

Marco Katz: Si claro; y este es otro mito de nuestra música popular; porque algunos dicen: ‘esta es la obra de un artista que no sabía leer música’. Esto pasa también con el jazz…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y con Arsenio Rodríguez pasa también.

 

Marco Katz: Si, pero lo que ocurre es que normalmente los músicos tienen buena formación… Otra vez hemos vuelto a la idea del talento, con la cual empezamos esta entrevista; hay músicos que saben leer música pero ellos afirman: ‘yo no sé leer nada’, porque ellos saben que hay más publicidad. Es mejor promoción decir: ‘no yo no tengo formación, no he asistido a ninguna clase en mi vida entera, no puedo leer ni una nota…’, pero mira, Tito Puente, por ejemplo, ¡asistía a Juilliard, el Conservatorio de Juilliard!

 

Jairo Grijalba Ruiz: Donde estudió Miles Davis. Y Tito Rodríguez también estudió en un Conservatorio neoyorquino.

 

Marco Katz: Y los puertorriqueños tocando salsa, muchas veces sabían música. Bueno, algunos no tenían formación. No habían estudiado nada formalmente… José Lebrón: yo no sé dónde aprendió José Lebrón. ¡Pero José Lebrón escribió su música, escribió sus canciones, escribió sus arreglos, y fue su propio copista!, igual que Mon Rivera.

 

 

 

Carátula del disco “Que gente averiguá” de Mon Rivera y su orquesta. Este disco producido por Al Santiago para su sello Alegre Recods se publicó en Nueva York hacia 1963 y en él tomaron parte como pianistas los hermanos Charlie y Eddie Palmieri. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 

 

 

Carátula del disco “Que gente averiguá” de Mon Rivera y su orquesta. Este disco producido por Al Santiago para su sello Alegre Recods se publicó en Nueva York hacia 1963 y en él tomaron parte como pianistas los hermanos Charlie y Eddie Palmieri. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

  

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ambos tenían bonita caligrafía para escribir las partituras?

 

Marco Katz: Si, si, bastante, para leer sin problemas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hagamos un paréntesis para referirnos a dos pianistas colombianos muy importantes que estuvieron en la misma época en la cual tú vivías en Nueva York, que fueron el cartagenero Joe Madrid y mi gran amigo Edy Martínez, sobre quien he escrito un libro. ¿Llegaste alguna vez a cruzarte con ellos o no?

 

Marco Katz: Si. Con Edy Martínez, porque él toco durante un breve período con la Orquesta Kubavana de Carlos Barbería.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Cuéntame un poco acerca de ese episodio.

 

Marco Katz: Si, Edy Martínez es un tremendo pianista y yo recuerdo que tocamos en un lugar de Nueva York, un lugar muy raro. Fue una función cubana pero en la sala de los moonnies. ¿Sabes quién es el reverendo Moon que tenía este culto? Él tenía este culto y tenía un edificio en el corazón de Manhattan con todos sus integrantes viviendo ahí como esclavos o ¿cómo se dice?, yo no sé; y entonces allí en el edificio, en el último piso había una sala –porque fue un antiguo hotel-; y entonces en la sala tenía pero todo perfecto, pero porque ellos tenían mucho, mucho dinero. Y vino este público cubano y estuvimos tocando. Esto debió ser más o menos en 1980. Pero normalmente los grupos de salsa tenían piano eléctrico, sin embargo ellos tenían en la sala un gran piano de cola…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Un Stenway and sons?

 

Marco Katz: Si, si o algo así… Era de Stenway, pero con cola completa, de doce pies.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y fue Edy Martínez a tocar allí?

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Esa vez no más o alguna vez más?

 

Marco Katz: Otras veces, pero esta vez de la que te hablo él estaba allí tocando el piano.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Barbería lo contrató varias veces?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tocaste con él?

 

Marco Katz: Si, si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y te gustó su estilo?

 

Marco Katz: ¡Oh, bueno, especialmente en ese momento, con un piano de cola perfectamente mantenido y afinado el mismo día, justo antes de la actuación!

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Alcanzaste a hablar un poco con Edy Martínez?

 

Marco Katz: Si, hablamos entre todos los músicos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Lo conocías, sabías quién era o sólo supiste algo ese día al momento de la actuación?

 

Marco Katz: No, no.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Pero habías oído hablar de él?

 

Marco Katz: No, no. Yo aprendí más sobre Edy Martínez de tus escritos (risas).

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah, si? Gracias. He hecho algo importante.

 

Marco Katz: Sabes. A mí me encanta la música de salsa, pero para los salseros era una vida dura. Como yo digo que José Lebrón quería tener éxitos de rock…, y muchos otros también. Larry Harlow intentó tener su grupo de rock.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y Barry Rogers que estuvo en el grupo Dreams.

 

Marco Katz: Un grupo buenísimo. El problema es que cuando José, Larry y Barry tuvieron sus grupos de rock fueron demasiado buenos y los rockeros tienen tan mal gusto (risas)…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Que prefieren a los peores.

 

Marco Katz: Si, si. Pero lo que pasa es que también yo tenía sueños de ser jazzista, tener éxitos…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y en el jazz tenías un referente en el trombón?

 

Marco Katz: Si, Lawrence Brown, Curtis Fuller… Queríamos avanzar porque la música de salsa es buenísima, ¡pero cobrábamos tan poco! No estoy hablando de la época actual en que los salseros están viajando a Alemania, a Francia, Italia, Japón…, pero nosotros estuvimos viajando por el ghetto del Bronx, el ghetto de Brooklyn, el ghetto de Philadelphia, ¿y entonces para cobrar? Yo estuve siempre como otros muchos músicos soñando con cobrar mejor y tocar más frecuentemente y todo; y muchas veces ahora yo pienso: ‘si yo hubiera sabido que estuve viviendo en una época histórica, yo hubiera prestado más atención’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero no fue así porque estabas viviendo intensamente ese momento y no hubo tiempo de reflexionar mucho. Ahora es una época histórica.

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En la compañía Fania Records te pagaron bien por la grabación con Charlie Palmieri?, o era también la misma cosa, pagaban muy poco.

 

Marco Katz: Como doscientos dólares.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Muy poco.

 

 

En Cali

Desconocido, Marco Katz y Alejandro Ulloa.

 

 

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tienes algunos derechos sobre las ventas de los discos?

 

Marco Katz: No. Esto es lo que pasa, es que nos pagaban doscientos dólares por la grabación. Está bien, pero no recibimos nada posteriormente, porque fue un disco en LP y después un disco en CD, y ahora está en digital, se vende en CD Baby, en Amazon, en todas partes…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y nunca la empresa disquera les paga nada?

 

Marco Katz: Nada, a ninguno de los músicos; y tenemos nuestros nombres mal letreados, sin los acentos y con los apellidos mal escritos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Todo un desastre.

 

Marco Katz: Si. Porque Fania Records en aquella época, aparte de los All Stars, tenía poco interés en los músicos como seres humanos. Esto es algo sobre lo que nadie quiere escribir. Sobre el tratamiento que Fania Records les daba a los músicos. Casi nadie quiere escribir sobre las cosas terribles que hicieron Ralph Mercado y Jerry Masucci.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hablemos ahora del nuevo disco que estás produciendo y que saldrá en este año 2012, “Las piedras del cielo”.

 

Marco Katz: Es bueno tener un sello discográfico que se interese en publicar lo que uno hace. Alguien me dijo: ‘ah, puede ponerlo en el internet y puede hacer esto y lo otro’. Yo tengo una grabación en el internet que ahora está en el Amazon y uno puede comprarlo por internet… En cuanto a “Las piedras del cielo”, yo no quería hacerlo por mi propio sello, yo quería tener una disquera que lo publicara, porque después esto muestra que hay alguien aparte de mí mismo que cree en mi música, y esto es lo que tú necesitas con tu libro de Edy Martínez, porque es un libro importante, y requieres una casa editora que lo publique.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Volvamos ahora a Charlie Palmieri. ¿Tú y Charlie se conocieron en la cocina del Cerromar Casino, en El Bronx?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Estabas tú tocando con Mon Rivera y allí se encontraba Charlie con su orquesta, también tocando?

 

Marco Katz: Si. En ese momento –Charlie no tenía trombonista en su orquesta-, entonces yo no hablé con su trombonista. Él tenía dos trompetas y saxofón tenor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿El saxofonista era Bobby Nelson?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y los trompetistas quiénes eran?

 

Marco Katz: Uno era Roy Román y el otro era Louie Laurita. Y entonces estuvimos en la cocina del Cerromar Casino y Charlie Palmieri estaba allí comiendo, y era para mí “el gran Charlie Palmieri”…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y quién era en ese momento el cantante de su orquesta?

 

Marco Katz: Era Meñique, el cantante más importante que Charlie tenía en ese momento. Yo también grabé después con Meñique cuando trabajamos juntos en la Orquesta Kubavana de Carlos Barbería. Yo grabé con Meñique durante mi etapa con Charlie Palmieri, y también volví a grabar con Meñique cuando estuvimos con Carlos Barbería. Él fue el cantante.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Todo el disco de Carlos Barbería “Rarezas del siglo” lo cantó Meñique?

 

Marco Katz: No, no, estuvieron presentes dos cantantes más, entre ellos Willy El Baby.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El otro cantante de Carlos Barbería que participó en esa grabación fue Tito Contreras.

 

Marco Katz: Willy El Baby es otro que no está en internet. ¿Dónde está Willy El Baby?

 

Jairo Grijalba Ruiz: Carlos Barbería era percusionista y además el director de la orquesta.

 

Marco Katz: Willy El Baby fue un cantante buenísimo. Yo tuve durante un corto período de tiempo un grupo de salsa y Willy El Baby fue a cantar en mi grupo. Era extraordinario como cantante.

 

 

 

Carátula del disco “The heavyweight” de Charlie Palmieri y su orquesta. En esta grabación publicada en 1978 participó Marco Katz como trombonista.

(Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 
 

Contra carátula del disco “The heavyweight” de Charlie Palmieri y su orquesta. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tú hiciste solamente un disco con Carlos Barbería?

 

Marco Katz: Si. Eso fue en 1980.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Te pagaron algo mejor por esta grabación o igual de mal como Fania Records?

 

Marco Katz: Igual de mal.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Te pagaron derechos por las ventas del disco?

 

Marco Katz: No, ningún derecho.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Los arreglos quién los hacía en el grupo de Barbería?

 

Marco Katz: Los arreglos eran de uno de los trompetistas a quien llamaban ‘El Ruso’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ah, Rolando ‘El Ruso’ Aguiló.

 

Marco Katz: Si. Y varios músicos más.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero aclaremos que estos fueron los arreglistas para el repertorio del disco “Rarezas del siglo” del sello Lasonic, trabajo musical en el cual se incluyeron arreglos de Bebo Valdés, Tito Puente, Manolo Albo y ‘El Ruso’ Aguiló, entre otros, porque el nombre del disco se tomó del nombre de un tema de Bebo Valdés, el connotado pianista, compositor y arreglista cubano, quien aún vive.

 

Marco Katz: Y el pianista de la Orquesta Kubavana era ‘Pepsicola’. Ese fue su apodo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tú te refieres a Elio ‘Pepsicola’ Martínez, un músico veterano quien en alguna época fue el pianista de la orquesta de Belisario López, una charanga excepcional que el gran flautista cubano tuvo en la ciudad de Nueva York. ¿Llegaste a trabajar un tiempo largo con Carlos Barbería?

 

Marco Katz: Si, yo ingresé al grupo sustituyendo a otro músico, otro trombonista, era un amigo mío. Él estaba tocando con Barbería y me preguntó si podía tocar una noche para sustituirlo, y yo le dije que si, y Barbería me dijo: ‘ah, me gustaría que se quede’, y yo le pregunté a mi amigo, y me quedé.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tú estabas afiliado al sindicato de músicos?

 

Marco Katz: Si, y con Barbería toqué muchos años, y le conocí bastante bien.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Viajaste con su orquesta a otras ciudades?

 

 

 

 

 

Carátula del disco “Rarezas del siglo” de Carlos Barbería y su Orquesta Kubavana. En esta grabación publicada en 1980 intervino Marco Katz como trombonista.

(Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 
 

 

Contra carátula del disco “Rarezas del siglo” de Carlos Barbería y su Orquesta Kubavana.

(Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 
 

Créditos del disco “Rarezas del siglo” de Carlos Barbería y su Orquesta Kubavana. (Fotografía cortesía de David Cantrell).

 

 

 

 

 

Marco Katz: A Chicago y el resto del tiempo estuvimos actuando en Nueva York.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y con Charlie Palmieri estuviste bastante tiempo?

 

Marco Katz: No, no, tan sólo unos meses pero tocábamos docenas de veces. Lo que pasó, como ya te lo dije antes, es que Charlie tenía dos trompetistas y un saxofonista, entonces yo le dije en la cocina del Cerromar Casino una vez: ‘mira Charlie, si alguno de los trompetistas no puede venir, yo puedo leer la música de trompeta’. Y él me dijo: ‘bueno, vamos a ver…’ Y me preguntó que si quería hacer una grabación, y yo le dije que si. Bueno yo estaba buscando una oportunidad sólo para tocar en su orquesta, para hacer actuaciones y no para hacer grabaciones, pero le dije: ‘si claro, puedo hacer una grabación’. Un poco después Charlie escribió partes para trombón, y cuando sólo podía llevar tres músicos en la sección de vientos de su orquesta muchas veces él fue con trompeta, saxo y trombón. Entonces yo toqué con su orquesta durante un tiempo. Pero después regresó a vivir a Puerto Rico.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y tú no fuiste a Puerto Rico con él?

 

Marco Katz: No, no porque él quería jubilarse allí en Puerto Rico.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Si, ya estaba un poco cansado. Él mismo lo dijo en algunas entrevistas de esa época que le concedió tal vez al historiador neoyorquino Max Salazar, si mal no recuerdo.

 

Marco Katz: Después del tiempo Charlie Palmieri volvió a Nueva York, pero para entonces yo estaba en otras actividades y no me vi con él sino muy pocas veces.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo era Charlie Palmieri en su manera de ser?

 

Marco Katz: ¡Ah, muy simpático!, él en verdad sabía cómo tratar con la gente. Yo recuerdo que le presenté a un amigo mío trombonista una vez, y le dije: ‘este es mi amigo Steve Correa, y ¡un año después! yo lo vi a Charlie y ese día íbamos con Steve, y Charlie lo saludó y le dijo: ‘ah, Steve, ¿cómo está?’

 

Jairo Grijalba Ruiz: Increíble.

 

Marco Katz: Él se acordaba de los nombres. Hablaba en inglés. Siempre hablábamos en inglés y hablaba un inglés perfecto.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿No hablaba español?

 

Marco Katz: Él hablaba español, pero en general hablábamos en inglés.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tuviste la oportunidad de compartir con él los arreglos musicales o ideas para arreglar alguna pieza del repertorio de su orquesta en esa época? Estamos hablando de 1978.

Marco Katz: Si, y hablamos mucho sobre la música; pero yo estuve más para escuchar. Yo compartí algunas ideas de vez en cuando, pero con músicos como Charlie Palmieri y Mon Rivera yo quería escuchar. Con José Lebrón, por ejemplo, estuvimos siempre en pláticas porque ambos éramos muy jóvenes y teníamos ideas en común.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tocaste con José Rodrigues; ¿cómo era José Rodrigues el gran trombonista brasilero?

 

Marco Katz: Un trombonista fabuloso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tú has escrito en tu homepage que era el mejor del mundo.

 

Marco Katz: Si. Fue de los mejores trombonistas, pero también un trombonista tocando con otros dos trombonistas y nunca nos hizo un desaire, ni fue altanero. Nos dio a entender algo así como: ‘yo soy otro trombonista’. Él solamente me dijo cuando tocábamos con Mon Rivera y su orquesta: ‘a mí me encantan los merengues y yo quiero hacer los solos en los merengues’. Porque su mujer era dominicana.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y él había vivido en República Dominicana.

 

Marco Katz: Si, y entonces él nos dijo al otro trombonista y a mi: ‘a mí en verdad me interesan los merengues y quiero hacer las inspiraciones en los merengues; ustedes pueden hacer como quieran, aparte de eso’.

 

Jairo Grijalba Ruiz: En ese momento en el que tocabas con José Rodrigues en la orquesta de Mon Rivera ¿cuál otro trombonista estaba con ustedes, Frankie Rosa o Frank Figueroa?

 

Marco Katz: Frank Figueroa.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ya se había ido Frankie Rosa.

 

Marco Katz: Si porque Frankie Rosa se marchó para tocar con Larry Harlow.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y te quedaste tú con José Rodrigues y Frank Figueroa?

 

Marco Katz: Bueno, con Frank Figueroa y otros trombonistas. De vez en cuando venía a tocar José Rodrigues. Mon Rivera tenía que tener una actuación muy buena para poderle pagar a José Rodrigues.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque cobraba un poco más.

 

Marco Katz: Si, yo no sé cuánto, pero un poco más.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y José Rodrigues cómo se comportaba con ustedes los otros trombonistas, aparte de lo que ya me has contado?

 

Marco Katz: Era una persona sencilla. Era mucho mayor que yo; porque yo en esa época tenía como 25 años.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y él ya era un hombre hecho y derecho.

 

Marco Katz: Si. Yo estuve como salsero despistado, ignorante, arrogante, estúpido…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Risas.

 

Marco Katz: Y a pesar de todo eso yo tuve experiencias buenísimas y aprendí mucho; y ahora yo soy un poco menos ignorante, un poco menos estúpido y un poco menos arrogante…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Risas.

 

Marco Katz: Y voy aprendiendo poco a poco (risas), pero yo veo estos años de los setentas y me digo: ‘ay, cómo yo no estuve preguntando más’…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y en más grabaciones tal vez, ¿no?

 

Marco Katz: Si.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cuando tú estuviste con Mon Rivera le giraba a él en la mente hacer una grabación o ya no?

 

Marco Katz: No, no.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hubiera sido una cosa muy grande haber grabado con Mon Rivera.

 

Marco Katz: Si, si. Esto es una lástima. Yo recuerdo una vez que estuvimos tocando durante unas fiestas patronales en el East Harlem. Y yo leí en el periódico al día siguiente que había once mil personas allí escuchando la música. Y Mon Rivera me puso al frente como era su costumbre, y yo salí a tocar. A lo mejor es bueno que no tenga una grabación de esos momentos porque en mi memoria esta ocasión quedó como la mejor inspiración que hice en mi vida entera. Yo sentí veintidós mil ojos mirándome intensamente. Nadie estaba bailando en este momento en el que yo tocaba, pero veintidós mil ojos estaban mirándome, y yo estuve durante tres días andando en el aire.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Marco, muchísimas gracias por este rato, para mí ha sido un placer tenerlos aquí en mi modesta morada a Betsy tu esposa y a ti.

 

Marco Katz: Bueno, ha sido un placer para mí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Dos seres humanos maravillosos como casi todos los seres humanos, pero especialmente ustedes.

 

Marco Katz: Para mí es un honor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Mi familia y yo sentimos una alegría muy grande al saber que esta es la primera vez que vienen a Colombia y que justamente haya sido a nuestra casa. Ojalá vuelvan muchas veces más.

 

Marco Katz: Gracias Jairo.

 

 

Nota sobre el autor

 

Jairo Grijalba Ruiz, nació en Popayán, Colombia, el 14 de noviembre de 1962, es antropólogo, periodista cultural, historiador musical y melómano. Entre los años 1978 a 1992 y 1999 a 2010 estuvo dedicado a la radio, como director y presentador de varios espacios musicales especializados en jazz, blues y música latina. Durante el año 2009 produjo y presentó su propio programa de televisión, “La hora del jazz”. Ha escrito una serie de artículos sobre música popular publicados en prestigiosas revistas de su país y del exterior. Igualmente a lo largo de varias décadas ha estado ligado a diversos procesos de difusión y desarrollo del jazz en Colombia. Ejerció la cátedra universitaria en instituciones educativas de su ciudad natal entre los años 1994 y 2005. En el año 2011 escribió el libro “Edy Martínez el hombre del piano”. Actualmente prepara el libro “Arsenio Rodríguez el profeta de la música afrocubana”, además está participando en un proyecto, en asocio con otros autores, para escribir la historia de la salsa en Bogotá, financiado por la alcaldía de esa ciudad, promovido por el escritor Mario Jursich Durán, director de la revista El Malpensante.

 

 

Agradecimientos

 

Expreso mi gratitud al maestro Marco Katz por su colaboración para la realización de esta entrevista, a su esposa Betsy Boone, y a David Cantrell por su generoso aporte discográfico.

 

 

 

 

 

 

 

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2012-2013