In Memoriam: ALBERT TORRES

Por Eric E. González

Muere el 25 de mayo de 2017https://www.youtube.com/watch?v=pM65y3DMmDU

 

A veces resulta relativamente fácil comenzar un escrito; otras veces, ese no es el caso. Lo segundo me sucedió al tratar de empezar a redactar esta nota. Nunca es fácil escribir cuando se va un amigo, alguien que era especial para uno. Escribir sobre el fallecimiento de Albert Torres me rompe el corazón, pues nunca le pude decir adiós o dar las gracias.

Conocí a Albert en 2000 o 2001 -- no recuerdo precisamente --  durante el Congreso  Bacardi de Salsa, antes que el mismo cambiase su nombre a Congreso de Salsa de la Costa Oeste. En esa ocasión la estrella del mismo fue Andy Montañez y Orquesta. Era mi propósito reseñar el congreso para el ya extinto OasisSalsero.com. Albert inmediatamente acogió mi petición, y, desde entonces, cada año durante el congreso obtenía pases de prensa para mí y para mis fotógrafos, Bruce Brewer y Carlos Velásquez.

Gracias a Albert Torres pude disfrutar y tener el privilegio de presenciar a orquestas como Los Van Van, Johnny Pacheco, Roberto Roena, Sierra Maestra, Orquesta Aragón, Willie Rosario, Salsa Céltica, Son Sublime. Maraca, Cachao, Son Boricua. Machito (el hijo), Jimmy Bosch, Cheo Feliciano, Manny Oquendo y Libre, Típica 73, Jillian, Orquesta Harlow, Alfredo de la Fe, El Gran Combo, Richie Ray y Bobby Cruz, Bobby Valentín, Wayne Gorbea, Orquesta de La Luz, Spanish Harlem Orchestra, y otras que no me vienen a la mente de momento. Recuerdo que de vez en cuando (por joder, en buen panameño) le preguntaba a Albert que cuándo iba a traer a La Selecta de Ralphy Leavitt, los Hermanos Lebrón, o La Excelencia, y nunca me podía dar una explicación.  Eventualmente, pude ver, independientemente a La Excelencia -- ya había visto a La Selecta en Panamá en los años setentas. Pero quería que Albert las trajera para que el público viera un buen espectáculo. Albert también pudo lograr el prodigio de presentar a las Estrellas de Fania en el Hollywood Palladium. Para esa presentación, por cuestiones legales, el grupo se llamó Las Estrellas de Siempre. En ese entonces, yo todavía no escribía para ningún medio, pero pude estar allí esa histórica noche. Curiosamente, Albert casi nunca disfrutó de las orquestas, debido a que durante las presentaciones de las mismas, Albert se encontraba en otra sección del congreso siendo maestro de ceremonias en las competencias de baile, las cuales no eran de mi interés.

Durante años recientes, dejé de asistir a los congresos, no por culpa de Albert, sino por las pésimas condiciones que los publicistas y relacionistas imponían a la prensa. En el pasado, todos éramos familia – la prensa, la seguridad, los músicos. Eso dejó de ser cuando Albert contrató un nuevo elenco de publicistas, relacionistas y seguridad. El acceso se hizo imposible, y, por ende, mis ganas de participar. De vez en cuando veía a Albert en algún evento, y me decía: “¡Lo que te perdiste!” Y era cierto, pues Albert disfrutaba de mezclar músicos de diferentes orquestas en una sola. ¡Imagínense ver al Gran Combo, con Andy Gonzalez en el bajo!

El mundo perdió a una gran persona al irse Albert Torres. Ese empuje, ese deseo de hacer sus sueños realidad, en un mundo cambiante, se desvaneció. Gracias a Dios, Albert me dio todos esos momentos de felicidad y le estaré agradecido en esta y otras vidas. La Ciudad de Los Ángeles no será la misma sin ti, mi hermano – nadie te puede reemplazar, sólo Dios. De verdad nos harás falta.  Por ahora sólo te puedo decir hasta luego, Albert, y que pongas a las almas celestiales a rumbear.