Recientemente se le preguntó a Marty Sheller cuantas de sus
composiciones estaban registradas con B.M.I. Su respuesta fue
aproximadamente unas 80. Cuando surge la pregunta de cuantos discos
contienen arreglos de Marty Sheller, él nos expresó que había perdido la
cuenta desde hace mucho tiempo y que no tenía una respuesta precisa.
Considerando la agudeza del oído de Marty, lo ancho y profundo de su
conocimiento musical —esto no es sorprendente. El ha tenido la buena
fortuna de que su trabajo ha sido grabado por algunas de las personas
más talentosos en la industria de la música en general, incluyendo a:
George Benson, Rubén Blades, David Byrne, Willie Colón, Jon Faddis, The
Fania All-Stars, Larry Harlow, Giovanni Hidalgo, Manny Oquendo y Libre,
Sabú Martínez, T.S. Monk, Idris Muhammed, Luis "Perico" Ortíz, Louie
Ramírez, Tito Puente, Mongo Santamaría, Lew Soloff y Woody Shaw. Marty
se unió al grupo de Mongo Santamaría en Noviembre del 1962 como
trompetista y para fines de los años 60’s ya había dejado de tocar la
trompeta y comenzó a ganarse la vida exclusivamente como arreglista,
compositor, director y productor. Presentamos las razones de Marty para
tomar esta decisión; leyendo esto en el contexto de escuchar uno de sus
candentes, a su vez lógicamente organizados solos de trompeta con el
grupo de Santamaría [Mongo at the Village Gate, OJC 490] nos evidencia
su nivel de estándares y su modestia. Este artículo es extraído de
diversas entrevistas hechas en el hogar de Marty Sheller en Newark,
Delaware durante varias secciones en 1996.
David Carp (DC): Comenzaste tocando con varios grupos latinos
cerca del 1960. Viniendo de una formación en jazz y música americana
bailable: ¿Te tomó tiempo acostumbrarte este ritmo?
Marty
Sheller (MS): ¡Definitivo! ¡La primera vez que toque con una banda
latina y tomando en consideración la idea, de que el bajo no toca en el
uno me tomó por sorpresa! Pero como mis primeros estudios fueron en
percusión y siempre tuve un buen sentido del tiempo, además de el
sentido del ritmo, solo me tomó tocar en una actividad para comenzar a
reconocer lo que era y porque me gustaba tanto. Tuve la suerte de
conocer a Frankie Malabe cuando comencé a tocar música latina. El me
vio como un individuo que estaba abierto a un tipo de música diferente a
lo que estaba acostumbrado y yo vi lo mismo en él. Entonces él escuchaba
los discos de jazz que yo le di mientras yo escuchaba los discos de
música latina que él me ofreció. Frankie estaba muy bien preparado en la
percusión y en los ritmos Afro-Cubanos. También era muy fanático de
Mongo, tenía muchos tambores y discos. Desde ese momento creció mi
obsesión por todos estos ritmos. Frankie trabajaba con una banda, al
mismo tiempo me introducía a formar parte de esa banda, de igual forma
lo hacía con otra nueva banda y nuevamente me incluía. En efecto, hizo
eso cuando trabajó con Harvey Averne, con Louie Ramírez, con Pete
Terrace, entre otros. Siempre me consideré una persona afortunada de
tener a alguien como Frankie quien me ayudó a iniciarme con una base muy
fuerte.
DC: Fuiste testigo de la increíble popularidad que tuvo Mongo
Santamaria con Watermelon Man y los intentos del ambiente discográfico
en tratar de recrear esa popularidad. ¿Cómo afectó esto a la música y
cuál fue tú rol en las negociaciones de Mongo y las compañías de discos?
MS: Desde hace varios años cada compañía de discos en cada álbum
que salía al mercado, siempre sugería de que Mongo grabara canciones con
ritmos no-latinas. Ellos opinaban: “Nosotros no podemos obligarlo a que
él produzca un álbum completo así (con canciones no-latinas), pero si él
grabara unas cuantas; entonces vamos a dejar que él grabé una cantidad
de canciones latinas y otra cantidad de canciones no-latinas en el
álbum”. A mi parecer eso constituía un problema, ¿Por qué a qué público
le vendemos ese álbum y cuál es el mercado a qué iba dirigido? Porque
alguien que quiera oír algo como ‘Shotgun’ van a oír entonces a ‘Afro
Blue’ y le va resultar un mundo diferente. Mongo es un verdadero
profesional, porque él nunca expresó de su parte nada negativo en las
secciones de estudio ó en las presentaciones en vivo. Es todo un
profesional, se trepaba en tarima y trataba de meterle ‘swing’ a todo lo
que tocaba, ¿Me entiendes? Pero yo sé que él hubiera preferido algún
otro tipo de material. Recuerdo cuando Mongo firmó por primera vez con
Atlantic Records, y eso fue justo cuando salieron las grabadoras en “casettes”.
Jerry Wexler que era el hombre clave allí, le dio a Mongo una grabadora
nueva marca Sony con 2 bocinas portátiles, además de dos ó tres cintas
llenos de canciones que habían sido éxitos en bandas vocales de R & B (Rhythm
and Blues )
para la compañía Atlantic. Le dijo: “Mongo, aquí está todo este
material, escoge un álbum de todo esto.” (Jerry Wexler, creo que vas a
oír esto ahora por primera vez), pero cuando Jerry le entregó esos
“casettes” a Mongo, Mongo me llamó y me dijo: “Toma, escoge tu”. Era
como decir: “Bueno, tengo que hacer esto porque quiero tener a la
compañía contenta, pero no quiero sentarme y pasar todo este tiempo
escuchando todas esas canciones y tratar de decidir o identificar cuál
va ser la mejor, de eso si sabe Marty.”
Frankie Malabe. Foto de Martin Cohen
DC: Te convertiste en el director musical de Mongo luego de la
partida de Pat Patrick. ¿Cuál específicamente fue tu rol?
MS:
Originalmente dirigía los ensayos, marcando el tiempo al comienzo de
cada canción, me reunía con Mongo antes de cada ‘set’ para discutir que
íbamos a tocar, también agrupando a los músicos para asegurarnos que
estuviésemos completos y a tiempo para el ‘set’. En aquellos tiempos
muchos de los trabajos eran en establecimientos de jazz y la primera
canción del ‘set’ Mongo no tocaba, eran los del ritmo y los vientos los
que tocaban. Aquello era estrictamente jazz. Al final de eso, el músico
que estuviese tocando viento ó si había mas de uno destacándose en los
vientos entonces me correspondía a mí presentar a los miembros de la
banda y finalizada la presentación entonces anunciaba: “Y ahora un
fuerte aplauso para Mongo Santamaría”, entonces él subía a la tarima y
tocaba. Así que el director musical tenía que coordinar quien iba a
tocar y cuando.
DC:
Estas identificado como conductor/director en varias grabaciones de
Mongo aún luego de haber renunciado a la posición. ¿Cómo surge esto?
MS: Cuando Yo estaba tocando con Mongo la banda estaba tocando
tanto que no necesitábamos un director porque estábamos tocando las
canciones en todas las actividades, así que cuando nos tocaba entrar al
estudio de grabación era como tocar otro ‘set’ en una actividad. Yo era
el que usualmente marcaba en la banda, pero Mongo era quien en ciertas
canciones me miraba y me avisaba cuando marcar. Durante sus solos y
hasta a veces, cuando otro de sus músicos estaba tocando, él sentía que
era el tiempo para ir a otra parte de la canción. Me daba una mirada y
Yo marcaba. Después de que me fui de la banda, quien fuera su director
musical era quien daba los cortes. Pero yo fui quien estaba en los
ensayos, quien iba sobre los números y marcaba, entonces la banda los
tocaba en las giras. Cuando era el tiempo de grabar yo todavía era quien
marcaba y dirigía en el estudio. Al día de hoy cuando él está grabando
él quiere que yo ensaye a la banda y dirija a los músicos en la
grabación. También me tenía presente en la mezcla cuando esto fuese
posible.
Hubert Laws (flautista), Bobby Capers (saxofonista), Marty
Scheller en la trompeta y Mongo Santamaría.
Nueva York, 1967. Foto de
Playthell Benjamin
DC: Me has mencionado que dejaste de tocar la trompeta luego de
la frustración causada por una técnica incorrecta de tocar. Cuando dices
“técnica incorrecta de tocar”, ¿te refieres a la embecadura incorrecta?
MS: Si.
DC: ¿Incorrecta en términos de donde posicionabas los labios?
MS: Bueno, en realidad no, porque hay músicos muy buenos que
tocan con la boquilla un poco hacia un lado ó el otro, no necesariamente
tiene que ser en el centro. Pero no importa donde la colocas tienes que
tocar duro, tienes que hacer que los labios vibren. Yo estaba tocando
completamente hacia un lado y el ángulo de la trompeta estaba muy pero
muy abajo, lo que significa que el labio de abajo apenas la estaba
tocando, solamente actuando como una guía. Toda la presión estaba en el
labio de arriba, al tocar los registros altos tenía que tocar aún más
duro. Lo que sucede es que al comenzar la actividad yo tenía un sonido y
escala decente pero al ir transcurriendo la actividad no me estaban
saliendo los tonos como yo quería; definitivamente no tenía la escala
que un trompetista debía tener y no había manera de practicar usando la
embocadura para hacerla mejor.
DC: ¿Pero cómo es que estabas tocando para el lado?
MS: Cuando recién comenzaba en la trompeta mi familia estaba de
vacaciones en Rockaway Beach, entonces yo estaba saltando y cuando caí
al suelo, caí en una posición mala y me di un golpe en la rodilla con
mis dientes y estos se me aflojaron. Al regresar a la escuela estaba
tocando con la boquilla hacia el lado. Ahora, el maestro que nos
enseñaba música no tocaba la trompeta sino el saxofón y creo que yo
tenía mucha habilidad natural y estaba progresando muy rápido —digo,
él me asignaba una tarea y la siguiente semana yo regresaba tocándola
como todo un experto. Así que me imagino que me miró y dijo: “Bueno, no
se ve bien pero el muchacho está tocando muy bien así que no lo voy a
detener”. Así pues continué sobre esa formación.
DC: Pudiste generar ingresos trabajando como un arreglista a la
vez que fuiste echando a un lado la trompeta. ¿Alguna vez has estudiado
arreglos ó trabajado con algunos de los métodos tales como el Sistema
Schillinger?
MS: No, era todo un experimento de preguntas, muchas preguntas.
Yo tuve mucha suerte porque Mongo quería que su música viniera de los
mismos músicos de la orquesta, muchos contribuyeron con números a la
banda. Varias cosas que escribí las tocábamos en las actividades,
posteriormente las grabamos y pude oír como sonaban tocadas por músicos
excelentes. Noté rápidamente que habían cosas que sonaban mejor de lo
que yo creía y algunas otras que no sonaban tan bien como yo estimaba,
entonces re-examinaba lo que había escrito y trataba de analizar porque
sonaba tan bien cuando yo no lo esperaba y viceversa. Hasta el día de
hoy tengo la misma actitud, si oigo a alguien sentarse en el piano y
tocar algo que me gusta, pero que en realidad no sé lo que es, no me
avergüenzo de ir hacia la persona y preguntarle: “Muéstrame lo que
hiciste ahí.” Ellos me lo muestran y cogen un pedazo de papel y lápiz,
dibujan la escala, escriben lo que acaban de tocar, me lo llevo a casa y
lo estudio. También he comprado libros de composiciones de músicos de
jazz para examinar como llevan sus acordes y estudio las transcripciones
de sus solos. Pero no, nunca he estudiado formalmente.
DC: ¿Has podido hacer avances en términos de escribir para los
medios comerciales, como anuncios y cosas por el estilo?
MS: Como por cinco ó seis años estaba haciendo arreglos para
anuncios comerciales que eran producidos por un verdadero caballero en
el negocio llamado Bernie Drayton. Bernie tenía cuentas con compañías
grandes, Seven Up, Amtrack, cosas así y él les explicaba que una gran
parte de sus clientes eran hispanos y era humillante que para anunciar a
esos hispanos ellos simplemente tomaban esa música que había sido hecha
para un público americano y las doblaran con las voces al español. Les
decían: “Si van a anunciarse a un público joven van a hacer música
‘rock’, si se van anunciar para la Costa Oeste/Texas/Méjico entonces van
a hacer lo propio. En efecto, ¿Por qué no buscar mejor arreglistas que
hacen los arreglos para las orquestas de salsa y que ellos hagan los
anuncios? Por varios años yo hice ese tipo de cosas que no eran tú
“anuncio típico”, el propósito era tratar de que el anuncio tuviera
‘swing’. Cuando digo “anuncio típico” quiero decir el tipo de anuncio
donde la música no es muy importante, media rara y en el trasfondo, en
contraste con los que hice con Bernie Drayton la música era una parte
muy importante.
DC: ¿Cuánta influencia tienes en decidir a quién se va a
contratar para tocar?
MS: En muchos casos, con Willie Colón, con Mongo, y con muchas
otras personas. Yo si tuve influencia conseguí mucha gente para
trabajos que quizás ellos nunca hubiesen ido. En una de las grabaciones
de Willie Colón logré que un baterista llamado Alphonse Mouzon que es un
baterista increíble de jazz —él
estaba tocando con McCoy Tyner en aquel tiempo—
y Willie necesitaba sobregrabar en algunos números y yo se lo conseguí.
Una vez Bernie Drayton directamente me dijo: “Nosotros tenemos algunos
músicos latinos que hemos usado cuando necesitamos un sabor latino en el
ambiente americano, hemos usado personas como Víctor Paz. ¿A quién más
puedes recomendar?” Bueno, a veces montaba una banda con tres
trompetas, Víctor Paz, Héctor “Bomberito” Zarzuela y Tony Cofresí; dos
trombones, Barry Rogers y Sam Burtis; en el piano a Jorge Dalto, en el
bajo a Sal Cuevas, en los timbales a Nick Marrero ó Jimmy Delgado. Hasta
conseguí a Mongo para un contrato. Angel Allende tocaba congas y tu
sabes individuos así de ese calibre haciendo ‘jingles’ para anuncios,
era algo muy interesante. Naturalmente cuando hay una banda establecida,
donde siempre son los mismos músicos haciendo las presentaciones y las
grabaciones entonces no es solo eso pero son entonces muchos otros los
que se pueden producir de lo que yo puedo sugerir.
DC:
Hablemos un poco mas de tú relación como arreglista con los directores
de bandas. Por ejemplo, Willie Colón.
MS: Cuando comenzó con él, él estaba grabando con Fania. Jerry
Masucci me llamó y me dijo que le gustaban los arreglos que hacía Willie
pero que éste tardaba mucho en hacerlos. Quería contratarme para que me
reuniera con Willie y trabajáramos juntos. Willie me decía: “Esto es lo
que quiero para el bajo, esto es lo que quiero para el piano, apunta
eso”. Entonces lo que pasó fue que los primeros dos arreglos que
hicimos juntos fueron así, él sabía exactamente lo que quería y yo
meramente transcribí sus ideas al papel. En el tercer arreglo llegó un
punto en que él no estaba seguro y le ofrecí varias ideas y le gustaron.
Y después de ese momento siempre comenzábamos así, él tenía un concepto
de la introducción y lo que quería detrás y delante de la melodía, y
cuando yo hacia una sugerencia: “¿Qué tal si cambiamos este acorde, que
tal si hacemos esto así?” Willie es el tipo de persona que no tiene
problemas de ego en cuanto a cosas de esa naturaleza. Y mientras yo le
sugería algo, si era algo que le gustaba pero que no se recordaba de la
manera que era, él me dicía: “Enséñame que es eso” y yo se lo enseñaba
en el teclado. Él ha estado tan ocupado que ha dejado los arreglos a un
lado y yo he tratado de convencerlo a que siga porque él es muy bueno en
eso. El álbum donde hizo eso se llamó: “Willie Solo,” él realizó los
arreglos para una orquesta grande y la gente venía donde mí y me decía:
“Oye, nosotros sabemos que tú fuiste el que hizo esos arreglos de
cuerdas.” Pero en realidad todo el tiempo fue Willie Colón.
DC: ¿Regularmente tienes este tipo de relación con otros
directores?
MS: No tan a menudo, también trabajaba así con Rubén Blades.
Ambos hacían su trabajo, el material estaba muy bien pensado. Ellos me
enviaban una cinta que comenzaba con ellos hablándome, “Saludos Marty,
espero todo este bien, aquí está la canción”. Yo siempre les pedía una
traducción básica, para tener una idea de que se hablaba en la canción
ya que Yo no hablo el lenguaje. Ellos me decían, “Esta es una idea que
tengo para la introducción” y tocaban, y a la vez la cantaban con
algunos acordes en el fondo y ofrecían sus sugerencias: “Quizás cuando
sigas aquí has algo así y quizás mete un solo encima, no estoy seguro si
debe ser un solo de trombón ó algo así”. Yo entonces cogía todo eso y
antes de comenzar el arreglo me comunicaba con ellos otra vez y les
decía: “Bueno, esto es lo que pienso, que tú crees?” Y siempre salía
bien, yo siempre he estado complacido con lo que he hecho para Willie y
Rubén porque eran muy precisos con lo que querían —mientras
más clara esté la idea de lo que quieren, mas fácil se me hace a mí, ¿tú
sabes?—.
Pero además de ellos, básicamente me lo dan y me dejan hacer lo que yo
quiera.
El trabajo más reciente de Marty Sheller se puede oír en el álbum
‘Verve’ de Steve Turre; su arreglo de ‘Ayer lo vi llorar’ marca la
vibrante voz de Graciela. Fanáticos de la música de Horace Silver (Marty
Sheller siempre ha sido un fanático grande) pueden contar con oír
arreglos en ‘Silver Serenade’ próximamente en un disco de Timeless/Keystone
con los Bronx Horns.
Mongo Santamaria Congas
Marty Sheller Trompeta
Pat Patrick Flauta y saxofón
Bobby Capers Flauta y Saxofón
Rodgers Grant Piano
Victor Venegas Bajo
Frank Hernández Batería
"Chihuahua" Martinez Latin percussion
Julian Cabrera Latin percussion