Francisco Aguabella

Por. Jesse “Chuy’ Varela Tomado de Latin Beat Magazine
página 27 - Marzo 1994
página 16 - Abril 1994

Versión libre al español de Israel Sánchez Coll
San Juan, Puerto Rico

Francisco Aguabella

Francisco Aguabella. Tomado de la web. Fotógrafo desconocido.

"Tocar el tambor es un asunto serio para él”
Poncho Sánchez

Un tambor por sí solo es un instrumento que no genera nada, hasta que alguien con conocimiento previo lo ejecuta y extrae el poder de su magia. Hay percusionistas en todo el mundo que preservan y mantienen la historia de sus tradiciones, además de la cultura de sus pueblos a través de antiguos ritmos sagrados y populares. Lo que es en sí, una gran responsabilidad.

En este país, alguien que mantiene encendida esa llama es el maestro de la percusión ubicado en Los Ángeles, Francisco Aguabella. Su trabajo con Mongo, Puente, Dizzy, Palmieri, Malo, así como su profundo conocimiento de la música secular afrocubana, le han granjeado una respetable reputación mundial como uno de los mejores percusionistas existentes. Con profundas raíces y conexiones, Francisco Aguabella está verdaderamente consagrado al tambor.

Nacido en Matanzas (Cuba), el 10 de octubre de 1925, su árbol genealógico tiene raíces que se remontan al Congo africano y a Nigeria. Fue iniciado desde muy pequeño en los ritmos ceremoniales de la tradición afrocubana Lucumi, empezó a tocar el tambor sagrado Bata a los 10 años. Al principio tocaba pequeños tambores, y su maestro fue un percusionista llamado Esteban Vega (Chachá). Al cabo de dos años pasó al Bata de tamaño normal y con él llegó el conocimiento del espíritu que habita en el tambor.

"Mi abuela pertenecía a una rama de la (religión) Arara, que tiene sus descendientes en los (pueblos) Dahomey. Aprendí a tocar en la tradición Arara desde niño. Ella también tiene raíces en la religión Yeza, que es otra cosa que aprendí una vez llegué a mi adultez".

La vida en la provincia rural de Matanzas era dura e incierta, sobre todo para un niño. Cinco hermanos sucumbieron a la temida fiebre tifoidea mientras Francisco crecía. A los 12 años dejó la escuela y se puso a trabajar con su padre en los muelles cargando sacos de azúcar de 200-300 libras en cargueros. Al final de la jornada aún encontraba energía para tocar en bandas y rumbas locales. Pronto empezó a correr la voz sobre el chico delgado con un gran sonido en el tambor.

"Lo que me inspiró a tocar en Cuba fue el ambiente musical de la calle. Sin instrumentos, tocábamos en el mercado encima de los mostradores y formábamos una rumba. Cuando no había rumba, alguien siempre decía: “vamos a hacer algo. Yo traigo el arroz, tú el picadillo, otro el pan, el ron, y nos poníamos a descargar”. El tambor lo era todo durante las 24 horas del día.

En la década de 1940, Francisco se mudó a La Habana, al barrio de Jesús María (irónicamente, frente a la tía de Mongo Santamaría, a quien conocería mucho más tarde). En 1950, comenzó a colaborar con la revista musical Sun Sun Ba Ba Ey. Se convirtió en el principal percusionista de un grupo de tamboreros que incluía a Candito, Trinidad, Raúl Díaz, Asako y, posteriormente, Julito Collazo, con la Orquesta de Rafael Ortega. Fue allí donde conoció a la reconocida coreógrafa afroamericana Katherine Dunham.

Conocida por sus espectáculos de danza teatral basados en el folclor ceremonial y tradicional del Caribe, de Brasil y las Indias Occidentales, quedó fascinada por la percusión de Aguabella. Unos meses después de conocerse, Dunham recibió la noticia de que estaba a punto de empezar un proyecto cinematográfico en Italia para el que él sería perfecto, y quería que se uniera a ella.

“Le dije que no me iba para ningún lado, pero ella me explicó que era una muy buena oportunidad, así que decidí pensarlo." Al acercarse la fecha, Dunham le envió un contrato. Aún indeciso, Francisco buscó el consejo de su amigo de la infancia, Julito Collazo. "Habíamos crecido juntos tocando tambores en Matanzas y La Habana. Me dijo: ¡Francisco, ve! ¡Yereka, esta es una buena oportunidad!". Me dijo: "Yereka" (hermano) porque ambos somos de la religión abakwa, pero me convenció y empecé a poner mis papeles en orden.”

Llegó a Italia a finales de 1953 y se quedó hasta la primavera de 1954, trabajando en la película Mambo, con Anthony Quinn y Shelley Winters. Cuando terminó la película, Dunham le pidió a Francisco que se quedara en la empresa. Un poco nostálgico, le dijo que sólo podía quedarse dos meses hasta que ella encontrara un sustituto. Nunca lo encontró, y los dos meses se alargaron hasta 1957, y como Aguabella descubrió que estaba en compañía de una de las grandes bailarinas del siglo XX se quedó. Las notas de su LP de Audio Fidelity The Singing Gods dan una idea de su visión intercultural.

“Una forma de difusión, quizás más popular, surge a través del impacto de una compañía teatral como la nuestra. Francisco, de Cuba, conoce a La Guerre, de Haití. Hablan sobre la diosa del agua Yemanyá, como se la conoce en sus respectivos países... (como resultado) se recuerdan, se refrescan, las lenguas de culto africanas olvidadas.”

Julito Collazo se unió a la empresa en 1954 por recomendación de Aguabella. Los dos recorrerían literalmente el mundo con Dunham. Francisco también conocería a su futura esposa, Marbel Martin, oriunda de Oakland (California), bailarina de la compañía. En 1957, él y Marbel dejaron la compañía y, con el cambiante clima político de su país, decidió emigrar a los Estados Unidos.

Al llegar a Nueva York, encontró a Mongo Santamaría y sus mutuas raíces cubanas, hizo que se convirtiera en un importante trampolín que le abrió un nuevo capítulo en su carrera. Por aquel entonces, Mongo actuaba con Tito Puente, y entonces aprovecho para presentárselo al maestro del timbal. Impresionado por sus habilidades y conocimientos, Puente lo reclutó rápidamente para su fecha de grabación con la RCA Victor del álbum Top Percussion, que contaría con Mongo, Willie Bobo, Julito Collazo y Marcelino Guerra.

"Contribuí con un par de canciones, Obatala Yeza y Alaumba Chemache, y con ese disco fui el primero en introducir el ritmo Yeza en este país. ¡Pego durísimo! Después de eso, Tito y Mongo querían que me quedara en Nueva York, pero no me gustaba la ciudad. Todo era demasiado rápido, muy complicada. Mongo también le menciono a Tito que yo tenía algunas composiciones que debería escuchar y por sugerencia de Mongo le di Complicación, y Agua Limpia Todo, que el arreglo y grabo. Pero yo tenía que irme a Oakland, Marbel me estaba esperando para casarse conmigo, y el día que iban a estrenar mis canciones yo tenía que irme a Oakland. Les llamé al Palladium desde el aeropuerto para decírselo".

Los dos temas acabarían en la larga duración Dancemania de Tito para RCA, grabado a finales de 1957. El álbum se convirtió en uno de los más vendidos de la música latina y le dio a Francisco una enorme exposición. Pero ahora era un hombre casado que vivía en Oakland, California.

"No conocía a nadie cuando llegué, pero alguien me habló de un club de San Francisco llamado Copacabana. Fui allí y conocí al timbalero Benny Velarde. Él me presentó a los hermanos Duran: Manny, Carlos y Eddie, que tocan el piano, el bajo y la guitarra. Al poco tiempo me llamaron para tocar las congas con ellos y me quedé en el Copa hasta que me mudé".

A instancias del timbalero Jerry Rivera, quien vivía en Los Ángeles, Francisco se trasladó a esta ciudad tras dialogarlo con Marbel. Viéndolo como un abanico de oportunidades debido al lucrativo trabajo disponible en los estudios de allí. Ya en Los Ángeles, Francisco se integró inicialmente a la orquesta de René López, y trabajaría también con René Touzet y Pérez Prado. Aguabella no tardaría en vivir un idilio entre San Francisco y Los Ángeles. Una llamada telefónica de Mongo Santamaria le impulsó a regresar al Área de la Bahía.

"Mongo me llamó para decirme que había dejado a Tito Puente y se iba a mudar a San Francisco. Había hablado con Fantasy Records para hacer un LP solo de percusión. Era alrededor de 1958 (diciembre) y todavía no se había unido a Cal Tjader. Cuando se preparó para grabar el disco me pidió que le arreglara algunas canciones. Yo hice cinco y Mongo hizo otras cinco. Ensayamos dos años antes de la sesión de grabación en San Francisco, con los músicos de Los Ángeles Modesto Durán, Carlos Vidal, Pablo Mozo y Al McKibbon".

El álbum se llamaba Yambu, subtitulado Mongo Santamaria y sus Ritmos Afrocubanos. Al igual que los discos de Tiro Top Percussion y Puente in Percussion, el LP marcó una pauta en la exposición y apreciación de los ritmos folclóricos afrocubanos en este país. La revista Jet Magazine le dio al álbum un pulgar hacia arriba, asombrada por su profundidad y calidad musical. En mayo de 1959, Francisco volvería aparecer con Santamaría en su segundo LP para Fantasy, Mongo. Estando en las primeras fechas de Mongo como líder, y dado el éxito de estos álbumes, Aguabella fue abordado por Fantasy para producir su propio disco. Eso no ocurriría hasta dos años más tarde con Dance The Latin Way.

"Yo quería que Mongo grabara el disco conmigo, pero ellos (los productores) me decían: “no esperes a Mongo, hazlo tú”. Yo seguía explicando que quería hacer esto y lo otro, y ellos me decían, no nos importa lo que grabes. Si tu disco se vende, saldrás ganando; si no, tendremos que desgravarte en la declaración del contrato". En el álbum participaron Emil Richards (vibráfono), Al McKibbon (bajo), Shirley Price de Oakland (piano), Rolando Lozano (flauta), Cuco Martínez (timbal), Johnny Rodríguez (el padre de Johnny «Dandy») y René Hernández (piano).

Aunque fue un éxito regional, el álbum no tuvo la repercusión nacional que habían tenido los discos de Mongo, pero aun así demostró el tremendo talento de Aguabella. A finales de 1962 grabó con la orquesta de Dizzy Gillespie en Los Ángeles, con la composición y los arreglos del pianista argentino Lalo Schifrin. Actuó con Dizzy en 1963 y 1965 en el Festival de Jazz de Monterey, y con los años se convirtió en su conguero preferido en la costa oeste.

"Fue Dizzy quien me presentó a Peggy Lee. Ella buscaba un percusionista que supiera leer. Así que Dizzy habló con Benny Carter, que le habló de mí a Peggy Lee, y todos fuimos a su casa a dialogar sobre el proyecto. Ella ya había tenido 3 o 4 percusionistas que pasaron por su banda, y que no pudieron realizar el trabajo que ella necesitaba. Me quedé con ella siete años, pensé que nunca me iría".

Peggy Lee era una estrella de la época, grababa para Capitol Records, actuaba en el cine, en la televisión, en salas de conciertos y en los lujosos clubes de copas. Francisco estaba ya muy lejos de Matanzas.

"Tenía una canción en 6/8 llamada Goldfish en la que yo actuaba en solitario. También tenía una samba, Mañana. Tocaba todos los instrumentos de percusión con ella y, por supuesto, tenía que leer música. Con Frank Sinatra pasó lo mismo. Nueve de nosotros viajábamos con él, y cuando llegábamos a una ciudad como Las Vegas, tenía 139 músicos. Era una orquesta de 48-50 músicos. Era enorme con todo el mundo tocando su parte.”

Los años 60 fueron buenos para Francisco, que además de actuar con Peggy Lee, tocó o grabó con Don Ellis, Francis Faye, Joe Henderson, The Jazz Crusaders, Mary Kaye Trio, Emil Richards, Three Dog Night, Modesto Duran, Vladimir, AI Hirt, Dinah Shore, Rosemary Clooney y Nancy Wilson. Aunque mantuvo una carrera comercial, siguió en contacto con la música latina, grabando en 1967 con Tito Rodríguez, en 1968 con Tito Puente y Eddie Palmieri.

"Mientras trabajaba con Peggy Lee, íbamos a Nueva York dos veces al año y estábamos allí un mes. Cuando terminaba el espectáculo con ella, iba al Palladium. Allí conocí a Eddie. Conocí además a uno de sus músicos, Tommy López. Eddie tenía problemas con sus congueros y cada vez que llegaba a Nueva York me preguntaba cuánto tiempo iba a estar en la ciudad y empezaba a llamarme para tocar en sitios de Manhattan y el Bronx. Tocábamos hasta tarde. Por aquel entonces, Eddie solía cerrar con aquella comparsa Carnaval en Camagüey. Solía dejarme tocando solo mientras iba a buscar al promotor para cobrar el dinero. A veces tocaba de 15 a 20 minutos en solitario mientras Eddie se abría paso entre la multitud abarrotada".

Uno de los grandes documentos de la época es el LP Justicia de Eddie Palmieri para Tico Records, que incluía a Francisco en compañía de Chino Pozo, Ray Romero, Nicky Marrero y Manny Oquendo. Fue una sesión que literalmente explotó musicalmente.

"Para mí, Eddie Palmieri es el maestro del piano. Puede agitar y mover una orquesta tan bien como su piano. El ritmo y el “sabor” que posee ese hombre es único en sí mismo. Cuando yo toco con él, toco tan fuerte que mi traje se ajusta totalmente a mi cuerpo, porque está totalmente empapado de sudor. Con Tito Puente pasa lo mismo. Hay que tener mucha energía para tocar con gente así. Tienes que saber lo que haces, y cuando ellos te sueltan, debes ser capaz de tocar con todo lo que tienes. Para mí estos hombres son gigantes".

Al volver a casa recibió rápidamente una llamada de Frank Sinatra, que le pidió que se uniera a su orquesta. Trabajó por todo los Estados Unidos con el «viejo de ojos azules» y se marchó cuando el cantante tenía previsto actuar en Inglaterra. Aguabella ya estaba harto de ese tipo de giras. No se imaginaba que la siguiente fase de su carrera también estaría repleta de conciertos nocturnos y estadios. El descanso y la instalación con su familia durarían poco.

Aguabella actuó con el trompetista de jazz latino Luis Gasca en una serie de conciertos que le llevaron a la zona de la bahía. Gasca, que se había hecho un nombre en el jazz y la música latina con Woody Herman y Mongo Santamaría, se había convertido en cabeza de cartel tras su disco de finales de los 60, Little Giant, para Atlantic. El éxito de Santana había motivado a muchos músicos latinos progresistas a trasladarse a San Francisco, y Gasca era uno de ellos.

A través de él, Aguabella se asociaría con el grupo de rock latino Malo. Fue en una época en la que las grandes discográficas llegaban a la zona con la esperanza de repetir el éxito de descubrir a un rock latino de moda como Santana, fue lo que hicieron con los grupos: Malo, Azteca y Sapo. Malo se formó a partir del núcleo de la banda del Mission District, The Malibus, con Jorge Santana y Arcelio García.

El grupo fue literalmente una producción moldeada en el estudio por el gran productor e ingeniero de sonido y especialista en rock, David Rubinson. Tres músicos que ayudaron a definir el sonido de Malo en su lanzamiento debut fueron Luis Gasca, Víctor Pantoja y Coke Escovedo. Huelga decir que Malo se disparó con su primer lanzamiento, sobre todo gracias a un buen chachachá compuesto por Richard Bean (que canta en ese tema), "Suavecito", que se convirtió en un sencillo a nivel nacional. Fueron Raúl Rekow y Víctor Pantoja quienes tocaron las congas en el LP, pero Francisco se unió a la banda y formó parte de la primera gira nacional del grupo en 1972.

“Malo fue una gran inspiración”, recuerda Aguabella. "Era una banda potente y aprendí mucho. En nuestra primera gira hicimos 42 one-nighters, y en la mayoría de los sitios éramos cabezas de cartel. Todo el mundo esperaba a Malo".

Francisco se dio a conocer en Malo, Dos. Con un corte muy parecido al del primer álbum, fue una grabación explosiva. Aguabella coescribió Hela para la fecha con Arcelio García y apareció en las voces cantando «inspiraciones» en yoruba. El Latin Boogaloo es también un buen ejemplo de sus tremendos solos y sus innovaciones que ayudaban a facilitar sus ideas.

"En estas manos traje más instrumentos. En efecto, fui el primero en tocar cinco congas en los Estados Unidos. Cambié la idea de que había que tener los tambores en línea recta, en lugar de eso los coloqué a mi alrededor para que tocar resultara más natural."

A medida que Malo evolucionaba, Jorge Santana, miembro fundador, tomó las riendas y el grupo empezó a echar raíces. Malo grabaría otros dos álbumes, Evolution y Ascencion, pero el interés por el grupo fue desapareciendo. Se estaba preparando un quinto álbum, pero nunca llegó a publicarse. Jorge Santana cree que la sabiduría y madurez de Francisco fortalecieron al grupo. Francisco sigue lamentándose de la ruptura del grupo, que se produjo para el año de 1974. Francisco, que se había trasladado de nuevo a Oakland, consiguió un trabajo y partió de gira con el conjunto de jazz-fusión Weather Report. En los tres años siguientes actuaría con Santana, Cal Tjader, Dizzy Gillespie, Machito, Joe Henderson y, localmente, con Cesar Ascarunz's Latin All Stars, la banda del Cesar's Latin Palace. Es importante señalar que, además de grabar y actuar, Francisco le dedicó mucho tiempo a la enseñanza en el Área de la Bahía, enriqueciendo enormemente a la comunidad de percusionistas.

En los años de 1977 y 1978 fueron cruciales para Francisco, que participo en algunas grabaciones emblemáticas que ahora son clásicos del jazz latino. Ecue Ritmos Cubanos, una destacada cita de Louie Bellson y Walfredo de los Reyes para Pablo Récords [grabado en los días 20 y 21 de enero de 1977, en Sun West Studios, Los Angeles-California], fue una soberbia descarga con Israel López “Cachao”, Alejandro “El Negro” Vivar, y los incondicionales de Los Ángeles Alex Acuña, Emil Richards, Luis Conte, Clare Fischer y Lew Tabackin. Francisco también grabó un LP con su propio nombre para Epsilon/Musimex Records, Hitting Hard, en el que participó el vibrante pianista del área de la Bahía Nerio De Gracia. Era una mezcla de jazz latino, funk y soul. El principal defecto del álbum era que las congas estaban demasiado atrás en la mezcla, pero tenía buenos ritmos bailables y la portada del disco captaba a Aguabella en acción.

El crossover estaba en los proyectos de Francisco, que también grabó en el viaje de fusión de Eddie Palmieri para Epic Records, Lucumi, Macumba, Voodoo. Del productor de Ache jazz, (mezcla de ritmos seculares afrocaribeños con ideas armónicas y de improvisación del jazz), este disco era una montaña rusa rítmica en la que Aguabella desempeñaba un papel importante. Una colaboración en la producción de Palmieri y Bobby Colomby, el antiguo baterista de Blood, Sweat, and Tears, fue una interesante síntesis de ideas y gran talento. Échale un vistazo a Francisco en, Mi Congo Te Llama. En 1978 salieron a la carretera para promocionar el disco y se establecieron en Nueva York. En 1979 Francisco volvió a Los Ángeles. En 1981 César le mandó llamar y regresó al Área de la Bahía.

Cesar's Latin Palace siempre ha sido el lugar de reunión de Aguabella. El propietario César Ascarunz y Francisco se conocieron a mediados de los años 70, cuando el excandidato a la alcaldía abrió su primer club en la calle Green y Columbus. Con un apretado conjunto de veteranos como Benny Velarde, Aguabella, Roger Glen, y los gatos del jazz Miko Morris, Tom Harrell, Forest Buchtal y Mark Levine, el libro de César estaba lleno de secciones de Salsa como La Murga, Adoración, que le permitió a la banda para estirar y tocar. Aguabella también apareció en el LP de Ascarunz para Flaying Dutchman, Cocar 830, producido por Bob Thiele. Tito Puente, Ray Barretto, Mongo Santamaría, la Típica 73, Joe Cuba y Héctor Lavoe compartieron el escenario con los Latin All Stars con algunos temas memorables.

Hasta cierto punto, Francisco inició un período de relativa oscuridad como acompañante. Quienes necesitaban conocerlo sabían dónde encontrarlo, pero para los cientos de personas que entraban y salían de Cesar's en aquellos días, era solo un conguero más. En 1982, participó en la presentación en vivo de Tito Puente en el “Great American Music Hall”, El Rey, para Concord Records. En 1984, ayudó a completar el cartel del Watts Towers Drum Festival junto con Max Roach, Philly Joe Jones, Tootie Heath, Shelley Manne, Billy Higgins y Babatunde Olatunji. Pero nadie le llamaba a su puerta para grabarlo como líder. Era un secreto bien guardado de principios de los 80.

La gente se dio cuenta y en 1985, Tom Luddy, con los estudios Zoetrope de Francis Ford Coppola en San Francisco, inició un documental sobre la vida de Francisco para dar a conocer al mundo su talento y sus contribuciones. Les Blank, cineasta de renombre mundial de la zona de la bahía, fue contratado para empezar a rodar lo que inicialmente iba a ser una biografía de Aguabella de 30 minutos, como complemento del documental de 90 minutos de Blank sobre la música afrocubana, Drums Across The Sea (Tambores a través del mar), narrado por Harry Belafonte.

Uno de los vehículos para la película fue un concierto que se celebraría en el Cesar's Latin Palace. Coproducido por Zoetrope y Ascarunz, con un gran esfuerzo, Francisco dirigió una compañía folclórica afrocubana y un conjunto de jazz latino y salsa. Carlos Santana y Armando Peraza estuvieron presentes como invitados especiales, y el difunto Bill Graham fue el maestro de ceremonias.

“Este tipo de espectáculo nunca se había dado antes en los Estados Unidos”, fue el comentario de Ascarunz antes de la hora del espectáculo. "Carlos Santana aporta un gran atractivo comercial. Armando Peraza, un maestro de la batería, es uno de los mejores del mundo. Y a Francisco Aguabella le llamamos el caballo, porque es él quien lo logra todo.”

“Para mí, y para otros, Francisco y Armando son los John Coltrane y Charlie Parkers de nuestra música”, es la opinión de Carlos Santana. "Son estrellas en Europa, Japón y América Latina. De repente, la gente en Estados Unidos quiere lo auténtico". Francis Ford Coppola, que está produciendo el documental sobre Francisco, es uno de los muchos que se están fijando en esta riqueza interior, que para mí es nuestro tesoro nacional. Por fin estamos progresando."

Sí, el espectáculo fue un gran éxito. Anunciado como “Tributo a Francisco Aguabella”, se agotaron las entradas y la música fue de excelente calidad. Un gran impulso para Francisco. La prensa hizo eco del evento en los principales diarios, la radio y la televisión en español. Por lo que decidieron repetirlo.

“Ellos (los productores) dijeron: hagamos otro concierto y filmémoslo para terminar el documental”, recuerda Aguabella. "Les dije que tenía la idea de reunir a todos los congueros cubanos de este país para que la gente observara los diferentes estilos de tocar que hay aquí. Quería a Mongo, Patato, Cándido Camero, Julito Collazo, Armando Peraza y muchos otros, pero Mongo no pudo venir, ni Cándido tampoco. Así que Patato, Daniel Ponce, Carmelo García, Julito, Armando y Cachao fueron los que participaron en ese concierto. Ese concierto fue buenísimo. Algunas personas se quedaron afuera, porque no podían entrar."

Francisco Aguabella

Entre amigos: Steve Berrios, Francico Aguabella, Julito Collazos y Patato Valdés. Foto de Steve Berrios.

Un año después, casi al mismo tiempo, se celebró una Cumbre de la Conga de tres días en Cesar's con las figuras mencionadas, la banda de jazz latino de Francisco y las Estrellas Latinas de Cesar's. Lo recaudado en el evento se destinó a financiar la finalización del documental, y aunque fue un concierto históricamente memorable, no fue lo suficiente y aún permanece inconcluso el documental.

Tras trasladarse a Los Ángeles a finales de los 80, Francisco continuó la ruta triangular entre Los Ángeles, San Francisco y Nueva York durante la mayor parte de su trabajo. En 1987, la ciudad de Los Ángeles y la ciudad y el condado de San Francisco le otorgaron sendos reconocimientos por sus logros. En 1989 apareció en el CD Sueño de Eddie Palmieri para Intuition Records. Palmieri siempre ha llamado a Aguabella “EI Tambolero Mayor”. En 1991, la grabación de Pronto Salsa de su grupo se incluyó en la compilación de Rhythm Safari, Latino/Latino. Música de las Calles de Los Ángeles. En 1992, Francisco recibió la Heritage Fellowship de la National Endowment for the Arts, [Beca Nacional de Patrimonio del Fondo Nacional para las Artes], que se otorga anualmente a un selecto grupo de artistas tradicionales estadounidenses. El expresidente de los Estados Unidos, George Bush, le escribió una carta a Francisco en los siguientes términos:

"Nuestra nación cuenta con un rico patrimonio cultural, y a través de su excelente trabajo, usted no sólo ha ayudado a preservar las tradiciones artísticas consagradas, sino que también se ha sumado a la riqueza del arte popular estadounidense. Los Estados Unidos se enriquecen doblemente, ya que su talento, habilidad y dedicación inspirarán sin duda a otros artistas a seguir su búsqueda de la excelencia, afirmando así lo mejor del arte, la historia y la cultura estadounidenses."

El Presidente Bush tenía razón. Francisco Aguabella es un tesoro nacional. Tiene una grabación disponible a través de OLM Records (PO BOX 10342, Burbank, CA 91510) con su grupo folclórico «Oriza». Por mucho que Aguabella haya estado en el candelero con los ricos y famosos, es ese conocimiento que recibió de joven en Matanza lo que le ha servido de inspiración y misión en la vida. Y es esa preservación lo que él guarda.

“Es más difícil organizar un grupo folclórico que una banda de salsa”, comenta Aguabella. “La gente tiene que entender la profundidad de estos ritmos. Son innumerables y los conozco, pero con todo lo que he hecho, todavía no he podido presentarlos con todos los tambores que corresponden a cada ritmo en particular, como los originales. Me gustaría hacerlo en un estadio grande.

Nota

Después de batallar con un cáncer por cerca de un año, el 7 de mayo de 2010, murió el legendario percusionista cubano Francisco Aguabella, quien vivió por largos años muy cerca del aeropuerto de Los Ángeles, en el sector de Westchester.