SEMBLANZA DEL GUITARRISTA COLOMBIANO

 

GABRIEL RONDON

 

Por.  Jairo Grijalba Ruiz, Colaborador de Herencia Latina

jairogrijalbaruiz@gmail.com

Popayán, Colombia

 

Gabriel Rondón, el mejor guitarrista colombiano de todos los tiempos,

durante su concierto en Popayán el Jueves 25 de Septiembre del 2008.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

El hombre y su música……

 

 

Gabriel Rondón, aunque nació en Medellín el 4 de Febrero de 1942, se autodefine como Barranquillero. De padre barranquillero y madre antioqueña. Ella decidió que sus hijos nacieran en Medellín, sin embargo tanto Gabriel como sus hermanos –entre ellos Alfonso, músico también-, crecieron en La Puerta de Oro de Colombia. Las calles de Barranquilla vieron formarse a este estupendo guitarrista, compositor, arreglista y director de orquesta. Rondón es un ingeniero químico graduado en la Universidad del Atlántico y especializado en Los Ángeles City College. Llegó a California en 1961, y tras algún tiempo en la academia, dejó la ingeniería química y se definió por la guitarra, instrumento que lo venía acompañando desde 1957, cuando siendo un niño de 15 años, integraba con su hermano Alfonso el dueto de los Hermanos Rondón.

 

Aunque en su ciudad natal se inició como músico desde la infancia, se hizo profesional en Los Ángeles. Desde entonces su trayectoria ha sido tan larga como variada e intensa. En 1964 hacía parte del grupo de Elizabeth Waldos, pasando luego a conformar su propia agrupación, Los Andes Sextet, integrada por tres peruanos, a quienes se sumaban su hermano Alfonso y el propio Gabriel Rondón. En 1968 participa con el grupo de José Estévez en la grabación del álbum “Besos de Caramelo”. Establecido en Los Ángeles, ciudad en la que permaneció hasta 1974, Rondón hizo parte del grupo del cantante Glenn Yarbrough, con quien participa en la grabación del disco “Jubilee”. El argentino Lalo Schiffin produjo en 1971 el disco “La Clave”, del grupo La Clave, del cual hizo parte Rondón como guitarrista.

 

Enrique Luis Muñoz Vélez [1] escribió sobre Rondón lo siguiente:

 

“Guitarrista barranquillero de una larga trayectoria musical en el desarrollo de un concepto del Jazz colombiano. A él se debe una permanente labor divulgativa de la música de Jazz en nuestro país, a través de sus composiciones, sus interpretaciones, sus distintos grupos y sus participaciones en históricos momentos del Jazz en Barranquilla y en Colombia, lo que ha constituido la pasión de toda su vida. El Jazz colombiano le es deudor de su auge, él ha sido un valor en la popularización del Jazz y lleva un alma de aficionado a pesar de más de 40 años en el ejercicio musical como compositor y arreglista.”

 

Todavía en California, habiendo dejado atrás al cantante Glenn Yarbrough, con cuyo grupo trabajó por dos años, recorriendo Estados Unidos y Canadá, Rondón se residencia en San Francisco, otra de las grandes capitales musicales de la unión americana. En San Francisco se une al grupo de Jazz de Rick Silverberg, y trabajando con esta banda como guitarrista –acota Muñoz Vélez-, “inventa un sistema de digitación para la mano izquierda utilizando siete modos de la escala diatónica”. En su etapa californiana, en 1970, Rondón trabajó con el recordado grupo Shades Of Joy dirigido por Martín Fierro, un saxofonista y compositor texano, y alterna con la connotada agrupación Sly And The Family Stone.

 

En Bogotá en 1974, tras su retorno a Colombia, Gabriel Rondón se suma al grupo del pianista Armando Manrique. Esta agrupación del extraordinario jazzista guajiro, animaba las noches bogotanas en el Club Manricura, de propiedad de Manrique, que por aquel entonces se había convertido en el epicentro del Jazz bogotano. En 1975, y durante unos cuatro años, tras separarse temporalmente del grupo de Manrique, Gabriel Rondón se integra al grupo La Onda Tres, dirigido por el pianista barranquillero Jimmy Salcedo, con quien trabajó durante varias temporadas, tanto tocando, como grabando discos y haciendo programas de televisión.

 

En 1978 Rondón se asocia con el compositor y director de orquesta Francisco Zumaqué[2], y participa con este en la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Durante ese año, junto a un ensamble codirigido con el afamado pianista cartagenero Joe Madrid, Rondón graba en Bogotá el disco “Que Ya Llega El Carnaval”, publicado por Phillips – Polydor, al año siguiente.

 

Rondón en 1976 había formado su propia agrupación en Bogotá, llamada Grupo Café. Como bien lo ha mencionado el propio maestro en varias entrevistas a medios de comunicación, el grupo estaba integrado por el pianista Jorge Guarín, el baterista Javier Aguilera, el conguero Bernardo Ossa, el bajista Edgar Bernal, el saxofonista Fernando Sáenz y el percusionista y arreglista Jimmy Tanaka. Se presentaban en muchos clubes nocturnos de Bogotá, no solamente de ambiente jazzístico, pero especialmente animaban las noches de Jazz del Club Doña Bárbara. Junto a Doña Bárbara, la noche jazzística bogotana contaba con otros escenarios importantes como La Pola, El Café del Jazz, el Jazz Bar 93, el Hipocampus, La Cacerola, el Grill La Pampa, el Grill Candilejas, el bar El Freddys y el Watson Bar. Muñoz Vélez afirma que:

 

“Con su grupo Café alterna el Jazz con la música brasilera, el Pop, la Salsa y se convierte en músico de estudio, trabajando para todas las casas disqueras y todos los productores de música publicitaria (jingles). Dedica parte del tiempo a su autoformación estudiando los conceptos de arreglos y orquestación”

 

En 1979, el Grupo Café pasó a llamarse Grupo Madera. Por esa época trabaja con los cantantes Rafael Urraza y Carmenza Duque, haciendo parte de la incipiente escena del Pop nacional. El Grupo Madera en 1982 se convierte en el Grupo Bitches Brew. Durante 1983, Rondón indistintamente trabaja con el grupo del violinista cubano Alfredo de la Fe, con los grupos de Joe Madrid y con la orquesta del pianista pastuso Edy Martínez, quien durante una breve estadía en Colombia, revoluciona la escena jazzística y la escena de la música afrocaribeña en la capital de la república, haciendo presentaciones en los principales escenarios bogotanos y en la televisión. De esa época quedan algunos discos, especialmente hechos con Joe Madrid. En 1984 Rondón toca la guitarra en el disco de la cantante ecuatoriana Patricia González “Cuéntale”. En 1985 vuelve a reunirse con Francisco Zumaqué para una serie de presentaciones con el afamado director de orquesta cordobés. Hacia 1987 se da en Bogotá su primer encuentro con el compositor, pianista y cantante mexicano Armando Manzanero. Posteriormente Rondón trabajó durante diez años con Manzanero, haciendo parte de su grupo en presentaciones en diversos países de América Latina.

 

En 1989 Rondón se asocia con el baterista Wally Keiderling, para dar varios conciertos en instituciones educativas de todo el país.

 

En 1990 Rondón trabajó en Medellín como director de la big band de Jazz de esa ciudad. En 1988 Gabriel Rondón había fundado el grupo de Jazz Vox Populi. Con este grupo se presentó en Bogotá en 1990 en el Festival de Jazz del Teatro Colón. En el transcurso de ese mismo año el grupo cambió de nombre y pasó a llamarse Grupo Orekagua, nombre con el que se le conoce hasta la actualidad.

 

En 1991 se presentó con su grupo en Caracas en el Festival de Jazz de esa ciudad. El director de orquesta uruguayo Federico García Vigil lo contacta para que intervenga en un concierto de Jazz con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que tuvo lugar en el auditorio León de Greiff.

 

Durante 1994 trabajó intensamente en giras por el continente con Armando Manzanero, igualmente se sumó al dueto de Jazz conformado por el saxofonista cubano Carlos Averhoff, exintegrante del afamado Grupo Irakere, y por el pianista estadounidense Eugene Uman. Ese año fue una de las figuras del llamado Festival de Jazz Bajo La Luna, que se realizaba en Cartagena de Indias. En el transcurso de 1994 graba el disco “Gabriel Rondón y Su Guitarra”, al año siguiente viaja a Brasilia para presentarse en el Festival Internacional de Boleros, participa igualmente en el Festival Jazz Al Parque de Bogotá, y hace parte de la orquesta conformada para acompañar al afamado tenor español Plácido Domingo. Al año siguiente Rondón trabaja como guitarrista con una serie de artistas tales como Antonio Arnedo, el tenor español José Carreras, Patricia González y Alfredo de la Fe; igualmente se presenta con su grupo en el Festival Internacional de Jazz de Medellín. En 1997 se reencuentra con Manzanero para una nueva serie de recitales en Colombia y otros países del área. Igualmente regresa al Festival Jazz al Parque. Al año siguiente Rondón graba con Patricia González el álbum “20 Boleros”. En 1999 toca la guitarra en el disco “Se Morir” del cantante Andrés Cepeda, figura de la escena del Pop nacional. Igualmente trabaja durante ese año con el saxofonista y flautista Gilberto “Tico” Arnedo. En el año 2000 Rondón acompaña a la reconocida cantante de Jazz venezolana María Rivas, durante su presencia en Colombia. En el año 2001 graba con Ana María González el disco “No Fue Tu Mejor Noche”; graba igualmente con Andrés Cepeda el disco “El Carpintero”. En ese mismo año figura en otras grabaciones, con Juan Carlos Coronel, “Canciones Para Mi Pueblo”, y con el panameño Gabino Pampini, “Havana Nights”. En Otras oportunidades había sido guitarrista de Claudia de Colombia. En el año 2002 se reencuentra con la popular cantante manizalita[3], y en ese mismo año acompaña a la española Martirio y a la cubana Nereida Naranjo; también trabaja con Andrés Cepeda en conciertos. La escena del Pop nacional se renueva con la presencia de Andrea Echeverri y su Grupo Aterciopelados, y en el año 2003, Rondón participa en la grabación del álbum “Andrea Echeverri”;[4] del mismo modo en ese año regresa a sus colaboraciones con Andrés Cépeda. En el campo internacional, en el año 2003 se presenta en la ciudad de Salvador de Bahía en Brasil. En el año 2004 retoma sus colaboraciones con el bolerista mexicano Armando Manzanero y además participa en una serie de grabaciones con diversos artistas nacionales de las nuevas generaciones del Pop local. Igualmente actúa como invitado con su grupo en el Festival Barranquijazz. En el año 2005 toma parte en la grabación “Pedazos De Mi” del cantante cubano Amaury Gutiérrez, y además acompaña a la venezolana María Rivas durante sus presentaciones en Colombia. En el año 2007 retoma sus colaboraciones con la cantante ecuatoriana Patricia González. Entre el 2008 y el 2009, Gabriel Rondón mantuvo sus actividades musicales en el país y el exterior, presentándose en festivales de Jazz con el Quinteto Orekagua, haciendo discos y dictando talleres de guitarra en universidades bogotanas y de otros lugares de Colombia. A Popayán llegó en Septiembre del 2008 con su grupo y presentó un extraordinario concierto en el Teatro Municipal Guillermo Valencia de esta ciudad, sorprendiendo al público por sus imaginativos solos, sus arreglos de vanguardia y la calidad de las composiciones. En dicha ciudad Rondón hizo el lanzamiento nacional de su más reciente disco “Orekagua”.

 

Rondón ha recibido numerosos galardones por su aporte a la música colombiana y al Jazz, igualmente ha sido jurado en innumerables eventos musicales tales como el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla y el Festival Jazz al Parque. Más allá de ser un extraordinario músico, quien toca magistralmente otros instrumentos de cuerda aparte de la guitarra, tales como el laúd, el tres cubano, el cuatro puertorriqueño, el tiple, la bandola y el cabaquinho brasilero, Gabriel Rondón es un ejemplo de humildad, sencillez y amabilidad. Conversar con él es rememorar la historia de la música colombiana de los últimos sesenta años, la historia del bolero, la historia de la música brasilera, la historia del Jazz y la historia del Blues.

 

Gracias a la gentileza de Ángel Duque Márquez, el Maestro Rondón vino a Popayán para presentarse con su quinteto, en el marco del Festival Internacional de Jazz. Edgardo Bossio, un pianista que no requiere presentación, el bajista Flavio Cuta, el conguero Alexander Morales y el baterista Pedro Acosta, lo acompañaron durante su presencia en esta ciudad. En la tarde del Jueves 25 de Septiembre del año 2008 tuve la fortuna de conversar con Gabriel Rondón en el Teatro Municipal Guillermo Valencia de Popayán. Nos acompañaron en esa amena charla, su esposa Elsa de Rondón y el Maestro Ángel Duque Márquez, director del Jazz Club Studio 54 de Bogotá. Quizás esta haya sido la última entrevista que concedió el Maestro Rondón, antes de verse aquejado por una grave enfermedad.

 

Rondón dice….

 

Jairo Grijalba Ruiz: Esta es una conversación con el gran guitarrista Gabriel Rondón, una de las verdaderas leyendas del Jazz y de la música colombiana. Gabriel buenas tardes, bienvenido a Popayán.

 

Gabriel Rondón: Muchísimas gracias, fíjate, te estaba comentando, es la primera vez –increíble pero cierto-, es la primera vez que yo estoy en Popayán. Nunca se había dado la cosa y es la primera vez; y yo como te digo, me conozco casi toda Sur América. No conocía Popayán… Es increíble…

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cómo te parece Popayán?

 

Gabriel Rondón: Muy lindo, muy lindo, porque me recuerda mucho a Villa De Leiva, por ejemplo, pero lógicamente es mucho más grande ¿no? Pero te digo, las construcciones antiguas… Lástima por los terremotos que ha habido ¿no? Pero me parece muy linda la ciudad, muy fresca. El aire se siente muy limpio todavía. No hay polución.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Eso han dicho todos los músicos de Bogotá que han venido Gabriel.

 

Gabriel Rondón: Risas…

 

Al Escobar……

 

Jairo Grijalba Ruiz: Aunque yo se que por tu acento costeño tú eres más barranquillero que paisa y bogotano.

 

Gabriel Rondón: Si, yo soy de Barranquilla, pero salí de Barranquilla en el año sesenta. Entonces imagínate. He vivido en muchos lados.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y viviste en Estados Unidos. Tocaste muchos años allá.

 

Gabriel Rondón: Viví en California doce años; allá me hice músico precisamente. Sí señor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Pero tu carrera empezó mucho antes, a los quince años, en Barranquilla, cuando hiciste parte de Los Cromáticos, del Trío Electrónico de Jazz, del grupo Los Hermanos Ferrándiz y del dueto Los Hermanos Rondón, con tu hermano Alfonso.

 

Gabriel Rondón: Pues cuando yo estaba pelao en Barranquilla empezamos allí a hacer cositas, imagínate tú en la emisora del Colegio BIFI de Barranquilla que era de hermanos cristianos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Allá estudió Al Escobar.

 

Gabriel Rondón: Claro. Mi hermano tocó con Al Escobar, dos años o tres.[5]

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Tu hermano, qué tocaba?

 

Gabriel Rondón: Contrabajo.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿En Barranquilla?

 

Gabriel Rondón: No señor, en Los Ángeles. Claro, porque Al Escobar vivía en Los Ángeles, nosotros también, y se dio la cosa. Alguna vez se juntaron y mi hermano (Alfonso Rondón, contrabajista y bajista eléctrico), tocó con él como dos o tres años.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y alguna vez tocaste tú con él?

 

Gabriel Rondón: No, yo no toqué pero si lo conocí y hablábamos mucho y todo; y yo lo admiraba mucho. En ese tiempo nosotros estábamos empezando y Al Escobar ya era un jazzista pero pleno.

 

 

Contacto con el Jazz

 

 

Jairo Grijalba Ruiz: En tu disco “Orekagua” mencionas a varios de tus héroes musicales. Mencionas a John Coltrane, mencionas a Charlie Christian, mencionas a Wes Montgomery. Háblame un poco de eso.

 

Gabriel Rondón: Pues fíjate tú, te voy a hablar de esta manera, que es una historia muy linda. Empezando yo en la Universidad del Atlántico…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Ingeniero Químico ¿no?

 

Gabriel Rondón: Si. Empezando la Ingeniería Química –mi hermano estaba empezando la arquitectura-, entonces fíjate tú, nos conocimos con otro amigo que estudiaba arquitectura también, que tenía un programa en una emisora que se llamaba Radio Piloto de Barranquilla -muy famosa-, que tenía un programa de Jazz. Y él no era el locutor. El locutor era Chinchilla que fue un famoso locutor también.[6] Pero él era el asesor. Él era el que decía qué discos traían, qué discos ponían; y pues él era el que tenía toda la historia de la cosa, porque él era un jazzista afiebrado. Porque resulta que nació con una oreja despampanante. ¡Nació con un oído musical, la cosa más atortolante que tú te puedas imaginar! Entonces él nos vio que nosotros tocábamos las guitarras, y nos gustaba la música y no sé qué, y tal, y nos vio como talento, y entonces dijo: -venga, vamos a envenenar a este par de muchachos-. El ya estaba como en tercero de arquitectura, nosotros estábamos empezando. El estaba en tercero o cuarto. Entonces yo, lógicamente había escuchado mucho Jazz, pero el Jazz, cómo te digo, el Jazz blanco, el Jazz de las grandes bandas…

 

Jairo Grijalba Ruiz: De Benny Goodman, Glenn Miller, Tommy Dorsey, todo eso…

 

Gabriel Rondón: Entonces empezamos… El primer disco que me dio duro a mi lógicamente… que fue un disco de Miles Davis que se llama “Someday my prince will come”, ¿me entiendes? Eso me… Yo dije: ¿esto qué es? Yo no sabía si me gustaba o no, pero a mí me pareció rarísimo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Era un Miles muy cool ¿no?

 

Gabriel Rondón: Claro. No… Divino. Ese disco después lo conseguí, y es uno de los discos que yo más amo de Miles Davis.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y yo lo tengo entre mis discos favoritos.

 

Gabriel Rondón: Bueno, fíjate tú. Entonces que pasó. Ahí principió… El oído de nosotros, que pues, modestia aparte, también teníamos un buen oído, ya se nos encaminó, se nos encausó a esa parte. Porque nosotros manejábamos toda la música folklórica, no solamente nuestra sino suramericana también, manejábamos el bolero, manejábamos la Salsa, pero no manejábamos el Jazz.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Cuéntame, el Bolero Jazz?

 

Gabriel Rondón: No, no, nosotros principiamos a los quince años tocando boleros de Los Panchos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Ah, no con feeling todavía?

 

Gabriel Rondón: No, no, nosotros no teníamos ni idea qué era eso. Algún día si lógicamente a través de este amigo que te digo, conocimos el famoso disco de Lucho Gatica con Arturo Castro en la guitarra, que es…, fue influencia del feeling en Cuba, en México, en toda Sur América. Fue uno de los discos, que me lo dijo Martha Valdés, la compositora, que fue uno de los discos que influenció el feeling. Entonces si lo alcanzamos a conocer en Barranquilla, a oírlo y lógicamente a tratar de escarbar a ver qué era lo que hacía Arturo Castro que era un guitarrista con una armonía pero tenaz, que todavía se lo sugiero a los estudiantes míos para que lo oigan, para que se den cuenta qué es el bolero feeling.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Porque además de ser músico, tú eres también profesor de música ¿no?

 

Gabriel Rondón: Yo estoy de docente en la Universidad del Bosque hace diez años, Jairo, y me gusta mucho. Allá tenemos un programa… Yo soy un poquitico como interesado en la cosa; me parece que es el mejor programa de Colombia, en cuanto a guitarra. Tenemos también muy buen programa de bajo, que lo hizo Lucho además. O sea, tenemos muchas cositas allá, sobre todo en la música popular, que me parece que están faltando todavía en las universidades.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Te podríamos traer a Popayán, en otra oportunidad, para que tú dictes algunos talleres dirigidos a los músicos y a los estudiantes de música de esta región del país…

 

Gabriel Rondón: Talleres con mucho gusto. Mira, acabo de hacer un taller en Uninorte en Barranquilla. El año pasado hice un taller en la Universidad de Antioquia. O sea, yo hago talleres por todos lados. Claro que sí, con mucho gusto.

 

 

La “Colombia All Stars”

 

 

Descarga Colombia All Stars. Cerca de 1978 en Bogotá - Colombia

La idea fue de un muchacho barranquillero llamado Carlos Carvajal

 

Jairo Grijalba Ruiz: Bueno, he visto muchos videos donde tú apareces –gracias a la gentileza del Maestro Ángel Duque Márquez, director del Jazz Club Studio 54 de Bogotá-, y me llamaron la atención dos que son, diríamos de la nostalgia de nuestra música. El de la “Colombia All Stars” y el de Jimmy Salcedo, que son filmados quizás hacia el año mil novecientos setenta y ocho. Hablemos de eso un poco Gabriel.

 

Gabriel Rondón: Pues imagínate, yo tenía cuatro años de haber llegado. Yo llegué en el setenta y cuatro; en Enero del setenta y cuatro (…..)

 

Jairo Grijalba Ruiz: Tenías el pelo largo como ahora, cogido atrás en una trenza y estabas usando sombrero y botas negras.

 

Gabriel Rondón: Venía de Los Ángeles…...

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Dónde hicieron ese video, en Bogotá o en Barranquilla…, el de la “Colombia All Stars”?

 

Gabriel Rondón: No, ese video fue en Bogotá, en los estudios JES o quién sabe dónde, Punch Televisión, una cosa así.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Entiendo que la idea fue de un muchacho barranquillero de veinticuatro años. Un tal Carlos Carvajal. Está la historia. Él llamó primero a Joe Arroyo, a Wilson Saoco, a Fruko, a Juan Piña, a Piper Pimienta, a Jimmy Salcedo; entonces les tocó la idea.

 

Gabriel Rondón: Pero sabes qué Jairo….., que yo conociendo a Jimmy, yo creo que no hay tal de este muchacho que tú me dices. Eso yo creo que lo hizo Jimmy porque ese Jimmy siempre andaba buscando vainas donde protagonizar, y meterlas al programa de él. Él era un tipo supremamente dinámico, muy dinámico. Yo trabajé con él tres o cuatro años y él era un tipo muy, muy dinámico.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Aparte del video hicieron algún disco, grabaron algún disco?

 

Gabriel Rondón: Si, un par de discos, en Codiscos.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Había un Cañaveral que era el tema que más sonaba.

 

Gabriel Rondón: No me acuerdo Jairo. Pero si me acuerdo de haber estado en Codiscos, por ahí en el año setenta y cinco, que entré yo con Jimmy a hacer un disco allá, que creo que se llamaba “Desconcierto”.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Pero con la “Colombia All Stars” no hicieron discos?, sólo ese video…

 

Gabriel Rondón: No, no, ningún disco, solamente ese video.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Recuerdas los músicos?

 

Gabriel Rondón: Bueno, estaba Piper Pimienta de cantante; Juanchito Piña; estaba Wilson Saoco también; Jairo Licazale, Jairito Licazale, mi gran amigo y compatriota, claro que sí. Quien más…, Willie Salcedo en las congas; Wilson Viveros en el timbal…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Había un guitarrista…

 

Gabriel Rondón: Javier Gutiérrez, Javiercito. Yo estaba con un tres cubano. Claro que sí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y los trombonistas quiénes eran?

 

Gabriel Rondón: No me acuerdo, trombones…. Me acuerdo que estaba Adolfo Castro en la trompeta principal, pero no me acuerdo quiénes eran los otros manes….. Pajuelín, de pronto, los trombones…., no me acuerdo…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Y el piano de Joe Madrid.

 

Gabriel Rondón: El piano de Joe y de Jimmy, claro. Bueno, Jimmy estaba como dirigiendo, y Joe tocando.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Y el bajo?

 

Gabriel Rondón: El bajo era Fruko. El bajo era Fruko, claro.

 

Jairo Grijalba Ruiz: ¿Se alcanzaron a presentar en público o sólo en televisión?

 

Gabriel Rondón: Yo creo que no, Jairo. Yo creo que eso fue una vez y no más. Eso lo grabó Punch Televisión, y no hay más. [Ángel Duque Márquez tiene la grabación original en blanco y negro].[7]

 

Armando Manzanero

 

Jairo Grijalba Ruiz: Hablemos de Manzanero un poco, y volvamos al bolero.

 

Gabriel Rondón: Claro que sí. El bolero. Tú sabes que yo he sido amante del bolero a través de mi vida, aunque me conocen más por el Jazz, pero a mí a veces me da risa porque yo manejo no solamente el bolero, manejo la música colombiana, manejo la Salsa, manejo de todo. Lo que pasa es que el Jazz pues ha sido como mi espina en el corazón para estar siempre tratando de tocar Jazz. Bueno el bolero…. Armando, yo conocí a Armando en el año ochenta y uno, creo, en el año ochenta y pico. A principios de los ochentas, porque resulta que él se vino con su grupo a hacer un par de conciertos allá arriba por La Calera, en Massay, en un sitio que se llamaba Massay o se llama. Si exactamente. Entonces resulta que el guitarrista a Armando le sacó la mano a última hora, y él se vino con los tres o cuatro mexicanos que lo acompañaban, menos guitarra, y entonces apenas llegó acá: –¡que me consigan el mejor guitarrista de Colombia!- (expresa el maestro Rondón, imitando jocosamente el acento mexicano de Manzanero). Eso lo supe yo mucho después. Entonces resulta que me llamaron. Yo tenía un concierto ese fin de semana con Helenita Vargas. Le dije a Helena: “-Manzanero mata a Helena”. Me da mucha pena-. Me entiendes, entonces…… Yo dije pues…, yo no conozco a Armando; que lindo……, porque yo lo admiraba mucho. Yo tenía el primer disco que sacó Armando en el año sesenta y ocho, me lo traje de Los Ángeles, porque lo conseguí allá. Con un trío muy humilde. Armando haciendo su vaina…… Entonces yo lo admiraba mucho. Todos esos boleros me parecían a mí verraquísimos. Salidos del feeling, porque eran con una armonía muy chévere, y lógicamente, también fusionados con la balada que estaba saliendo en ese tiempo. Entonces ensayamos, tocamos las dos noches, nos hicimos muy amigos. Le cayó en gracia, muy en gracia mi señora Elsa, y me dijo antes de irse……, me dijo: -Maestro, ¿qué pasa si yo lo llamo un día y le mando los tiquetes y me acompaña a Guatemala?- (o yo no sé para dónde iba). Yo le dije. Maestro, con mucho gusto. Pero yo no le creí. Imagínate (…..), bueno yo había viajado y había hecho cosas, pero….., pero yo no pensé pues que la cosa fuera verdad. Y resulta que….., eso fue como a mitad de año. En Diciembre me llama y me dice: -mira recoge tus pasajes en Avianca que nos vamos para tal parte. . ., Viña del Mar. . .

 

Jairo Grijalba Ruiz: Lo habías tomado en broma.

 

Gabriel Rondón: Si, si, ¿no? Chévere. Además porque Armando es un tipo supremamente humorista, histriónico….., Armando tiene un talento fuera de serie, fuera de serie. Fuera de serie.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Gran hombre del bolero mexicano.

 

Gabriel Rondón: Entonces pues ahí arranqué yo. Yo viajé diez años con Armando. Entonces tú te imaginas esas parrandas, esas tertulias, esas sentadas a contar chistes de Armando. Porque él se sentaba en la palabra y nosotros salíamos con el estómago doliéndonos por tanto reírnos. (……) De tal manera que cultivamos con Armando una amistad muy linda que perdura hasta ahora. Él cada vez que viene me llama y me invita, y vamos. Ahora estuvimos en Diciembre del año pasado; estuvimos en Cartagena. Él nos invitó. No a tocar porque él tiene ya su grupo formado hace muchos años. Me dijo: -vénganse para acá y desayunan conmigo y almuerzan conmigo-, y no sé qué. Nos fuimos para allá y efectivamente, desayunamos con él, almorzamos con él y comimos con él. Y lógicamente fuimos al show. Muy lindo; el guitarrista que es el director me admira mucho, me quiere mucho y no sé qué….., y estuvimos ahí pues muy sabroso con Armando Manzanero. Entonces como te digo todavía a veces viene, nos invita y nos reunimos en El Bosque, allá en Bogotá, en Santa Ana y almorzamos o comemos juntos.

 

Rudy Calzado y Francisco Aguabella…

 

Jairo Grijalba Ruiz: Maestro Gabriel Rondón, he visto en tu historia musical que hiciste un disco con unos cubanos; con Rudy Calzado, en Estados Unidos, y otros músicos. ¿Quiénes eran estos otros músicos?

 

Gabriel Rondón: Yo trabajé con la pesada pues…… Yo digo que fue coincidencia así, universal, que me tocaron esos personajes. Rudy Calzado era uno de los cantantes y compositores -porque no sólo era cantante sino uno de los compositores más pesados de Cuba-, que vivía en Nueva York y se mudaron para Los Ángeles. Allí….., la gente….., unos se quedaron en Nueva York y otros se mudaron para Los Ángeles, porque eran como las dos mecas de la música latina, ves.[8] Trabajé también con Francisco Aguabella.[9]

 

Jairo Grijalba Ruiz: El percusionista.

 

Gabriel Rondón: Claro, que Francisco debe tener como cien años y todavía está. Ahí lo vi en las noticias el otro día. Si, ¿con quién más trabajé?……, con Carlos Vidal que era otro percusionista cubano……[10]

 

Jairo Grijalba Ruiz: De la época de Machito……

 

Gabriel Rondón: Exactamente…… Entonces quién más……, con un poco de gente……, estuve trabajando; pues mi hermano y yo empezamos a trabajar con ellos, porque nosotros empezamos en Los Ángeles con un sexteto latino. Un grupito mío –o de mi hermano y yo-, (…..), éramos tres peruanos y tres colombianos. Lo pusimos Los Andes Sextet. Por la vaina de Perú y Colombia, y tal. (….), entonces empezamos a involucrarnos ahí en el medio y no sé qué, a buscar trabajo y eso; pero eso no se dio, entonces (……), nos separamos todos y empezamos a buscar trabajo nosotros.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Gabriel, yo estuve oyendo un disco; tú hiciste los arreglos, y el grupo lo sentí espectacular. Con una cantante ecuatoriana.

 

Gabriel Rondón: Con Patricia González.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Qué belleza de disco.

 

Gabriel Rondón: Si gracias. Claro que sí.

 

Jairo Grijalba Ruiz: El sonido impecable; tuyo, todo tuyo. Eso no se oye todos los días.

 

Gabriel Rondón: ¿Sabes quién estaba de pianista? Edgardo Bossio, el que viene hoy conmigo. Edgardo fue el pianista en esa grabación, y eso fue hace rato; eso fue en los ochentas por ahí. A principios de los ochentas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Gabriel, hablemos de este proyecto de Orekagua ahora, y de este disco que me ha gustado muchísimo. Es un disco bellísimo, y hablemos también de tu grupo actual.

 

Gabriel Rondón: Bueno mira, resulta que yo empecé –cuando yo comencé aquí después de Jimmy-, yo inicié a trabajar en bares y eso……, con un grupo que lo llamamos por diferentes nombres; empecé con el Grupo Café, el Grupo Madera, el grupo no sé qué y tal, el Grupo Bitches Brew, o sea hicimos varias cosas; hasta que un día dije yo: -no sé, yo creo que como yo soy el arreglista, el director, el compositor y todo, dije no……, voy a ponerle al grupo Gabriel Rondón-, y entonces empecé en el Teatro Mary Díaz de Pasto el primer concierto a nombre de Gabriel Rondón. Eso fue como en el año ochenta y uno……, ochenta y dos. Edgardo estaba ahí también fíjate tú, la coincidencia; y poquito a poco, ya hace como tres o cuatro años que yo compuse esta canción de Orekagua; me sonó, me pareció el nombre muy sonoro y dije: -voy a ponerle al grupo así-. Después, me involucré con la cuestión del disco. (……), todas mis canciones, y no sé qué; además le puse al disco así.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Sabanilla es un tema encantador de ese álbum. Es un tema fascinante.

 

Gabriel Rondón: Gracias. Te agradezco mucho. El disco se estrenó en la Universidad del Bosque, en Bogotá.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Proyectos a corto plazo. . .

 

Gabriel Rondón: Yo siempre estoy haciendo cositas mira. A corto plazo, ahorita mismo tengo un par de cosas que –¿cómo te digo?, privadas-, y tengo un compromiso tal vez en Florida Blanca, pero acabo de llegar de Barranquilla, hace un par de semanas, y después hicimos lo del Teatro Libre, que tú estuviste allá también, en Bogotá. Siempre estoy haciendo cositas.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Lo del Teatro Libre lo hiciste con Gilberto “Tico” Arnedo, con Diego Valdés, con Óscar Acevedo, con varios músicos extraordinarios…

 

Gabriel Rondón: Sí, eso salió muy bonito; lo van a repetir por Señal Colombia con entrevistas. Fueron a la casa de cada uno de nosotros y nos hicieron entrevistas. . .

 

Jairo Grijalba Ruiz: Gabriel, para finalizar esta conversación, porque ya vas a ir a probar sonido, dime tu concepto de este Festival de Jazz.

 

Gabriel Rondón: (……) Todo lo que he visto hasta ahora me ha parecido muy bueno. Yo estuve anoche un rato oyendo a los muchachos del Blues, me pareció muy chévere; hoy me los encontré en el almuerzo, los felicité. No….., me pareció muy chévere la cosa, y me parece no solamente chévere Jairo, sino muy loable, una cosa que tiene mucho valor.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Muchas gracias.

 

Gabriel Rondón: ¿Por qué?, porque aquí no solamente -igual que se hace en todos los Festivales de Jazz-, no solamente se hace Jazz, se hace Blues, se hace música contemporánea, se hace de todo. Pero toda es música alternativa, que no tiene mucha ayuda por ningún otro lado. Entonces me parece, como te digo, el aporte que están haciendo ustedes, empezando aquí en Popayán, me parece supremamente valioso.

 

Jairo Grijalba Ruiz: Muchas gracias. Maestro Gabriel Rondón.

 

Gabriel Rondón: Gracias a ti, Jairo.

 

“Que Ya Llega El Carnaval”

 

En la cuarta parte de este perfil libre del Maestro Gabriel Rondón, incluyo una conversación del guitarrista barranquillero, con el colega Rafael Bassi Labarrera en la que ellos dos comentan detalladamente lo que podríamos considerar –dadas las circunstancias de salud del afamado músico-, su último disco, llamado “Orekagua”. Por esta razón me parece importante, a esta altura del texto, hacer referencia a su disco “Que Ya Llega El Carnaval”, [Polydor–Phillips, 2404056, Bogotá, 1979]. Es el primer disco que como líder Rondón publicó en Colombia. Esta es una grabación hecha en 1978. Gabriel Rondón, según nos cuenta Enrique Luis Muñoz Vélez en su libro “Jazz En Colombia, Desde Los Alegres Años 20 Hasta Nuestros Días”, ha tocado o grabado con todos, o casi todos, los más grandes músicos colombianos del último medio siglo, estableciendo como escenario de su trabajo la ciudad de Bogotá, en la que es abonado permanente de casi la totalidad de los clubes nocturnos de interés en los que se tocan Jazz, Blues, Rock, Salsa, Bossa Nova, Boleros, música del Caribe y música Afrocubana. Desde Bogotá ha irradiado su influencia por todas las comarcas del país, y se ha proyectado continentalmente. También es un incansable propulsor de nuestro desarrollo musical, especialmente trabajando con entusiasmo y actitud incansable en universidades e instituciones académicas, en las que se ha encargado de contribuir de manera definitiva a formar nuevas generaciones de músicos. Su producción discográfica es amplia y variada, Tanto sus grabaciones en Estados Unidos como las hechas en Colombia. En los discos ha cumplido diversos papeles: intérprete de instrumentos de cuerda, cantante[11], compositor, letrista, arreglista, productor, director musical e ingeniero de grabación.

 

En la década del setenta se desarrolló un fuerte movimiento salsero en Colombia –especialmente con la presencia de nuevos artistas-, quizás como consecuencia del auge de la llamada Salsa neoyorquina que a su vez era una secuela de todo el desarrollo de la música afrocubana; desarrollo que continuó más allá de las fronteras de la isla. También como consecuencia del enorme desarrollo que había alcanzado nuestra música de estirpe afrocaribeña, nuestra música del litoral pacífico, y la música gestada por creadores procedentes del interior andino colombiano. Música que al menos llevaba siete décadas de fructífero desenvolvimiento, y que ya había dado destacadas personalidades como Lucho Bermúdez, Pacho Galán, José Barros, Luis Carlos Meyer, Manuel Martínez Pollit, Petronio Álvarez, Nano Rodrigo, Marquitos Micolta, Peregoyo y su Combo Vacaná, Esthercita Forero, Nelson Pinedo, Ramón Ropaín, Clímaco Sarmiento, mi paisano Efraín Orozco, Pedro Laza y sus Pelayeros, Edmundo Arias, Efraín Burgos García, Totó la Momposina, Los Corraleros de Majagual, Francisco Zumaqué, Hernando Becerra, Alfredo Gutiérrez, Alejo Durán, Rafael Escalona, Guillermo Buitrago, Sofronín Martínez, Estefanía Caicedo, Gabriel Romero, Mario Gareña, Petrona Martínez, Adolfo Mejía, Alex Tovar, Arty Bastidas, Antonio María Peñaloza, Alex Muñecón Acosta, Al Escobar, Plinio Córdoba, René Grand, Bob Toledo, Edy Martínez, Justo Almario, Joe Madrid y Samuel del Real, entre muchos otros baluartes del pentagrama criollo.

 

En este contexto surgieron con más fuerza en la Región Caribe colombiana, personalidades que ya venían de tiempo atrás vinculadas a la escena musical, tales como los cantantes Jairo Licazale, conocido como Tirijala, y Joe Arroyo. Arroyo pronto se convertiría en una figura nacional e internacional, al asociarse a comienzos de los setentas con el bajista, compositor, director de orquesta y productor Julio Ernesto Estrada, conocido como Fruko, director de la agrupación Fruko y sus Tesos, quien a su vez irrumpió en la ciudad de Medellín, epicentro de la región antioqueña, en la que tomó fuerza la industria disquera impulsora de este nuevo movimiento salsero. Por su parte en el Valle del Cauca, con sede en Cali adquirió relevancia la presencia de mi coterráneo el cantante caucano Edulfamith Molina Díaz, artísticamente conocido como Piper Pimienta, quien junto a su contemporáneo Wilson Manyoma, conocido como Wilson Saoco, confluirían felizmente en Medellín, girando alrededor de Discos Fuentes, agrupados con Joe Arroyo en la orquesta de Fruko.

 

Durante la segunda mitad de los años setentas ya Gabriel Rondón, Jimmy Salcedo, Armando Manrique, Armando Escobar y Joe Madrid, entre muchos otros, se habían encargado de revolucionar el cotarro bogotano impulsando las sensibilidades jazzística y salsera como propuestas para las nuevas generaciones de bailadores y melómanos, dominando todos los espacios de la escena capitalina, tales como radio, prensa, televisión, clubes nocturnos e industria disquera. Rondón arribó a la capital en 1974 y Madrid hacia 1976. Los dos venían de los Estados Unidos, país en el que habían permanecido varios años, prodigando su musicalidad como intérpretes, compositores y arreglistas. “Que Ya Llega El Carnaval” surge entonces en este rico y fértil terreno en el que se daban cita en Bogotá grandes músicos tanto oriundos de nuestro Caribe como de otras regiones del país, y en el que las disqueras Polydor y Codiscos tuvieron mucho protagonismo, como quiera que grabaron a Jimmy Salcedo, a Joe Madrid, a Gabriel Rondón, al puertorriqueño Néstor Torres (en asocio con Joe Madrid) y al conguero Willie Salcedo, entre otras figuras de la época, contribuyendo a engrandecer nuestra discografía nacional.

 

El disco de Gabriel Rondón está bien impregnado de todas las corrientes en boga para la época; tiene ecos de la Salsa neoyorquina, que se sienten en el peso de los montunos del piano de Joe Madrid, quien permanece discretamente como acompañante al fondo de la guitarra acústica, el tres cubano o la guitarra eléctrica del gran músico barranquillero. Igualmente se aprecia la fuerte presencia de nuestra música vernácula caribeña en temas como Nostalgia Costeña, Que Ya Llega El Carnaval, El Tres Vallenato; Amor Criollo y Mi Sembrado. El sintetizador se conjuga a la perfección con la flauta y la guitarra eléctrica, creando un color orquestal de vanguardia para la época. La voz solista, a lo mejor, es la de Jairo Licazale, aunque en los créditos del disco no se menciona el nombre de ninguno de los músicos que intervinieron en la grabación –con excepción de los nombres de Rondón y Madrid-. Este es un aspecto a criticar y que además fue común en muchas de las grabaciones de música latina de esa época, no solamente hechas en Colombia sino incluso en los Estados Unidos. Que Ya Llega El Carnaval tiene un sonido que yo calificaría como de pionero para el posterior desarrollo de la Salsa barranquillera. Como su nombre lo indica es un tema carnavalero, sabroso, salido de la creatividad de Rondón y Madrid. Valluna, un homenaje a la mujer valluna o vallecaucana, tiene corte salsero, es igualmente de la coautoría de Rondón y Madrid, quienes son responsables por siete de los once temas del álbum. Escuchamos un solo muy imaginativo de Rondón con la guitarra eléctrica, que le da paso a otra intervención del barranquillero con el tres cubano, al cierre del número. En varios de estos temas, Madrid se pasa al piano eléctrico, que se había puesto de moda en todo el ambiente latino tras las grabaciones setenteras de Eddie Palmieri, Larry Harlow y Edy Martínez, quienes impusieron su sonoridad en La Gran Manzana. En La Chicharra, una guaracha de la autoría de Rondón, lo volvemos a escuchar desarrollando un solo de avanzado fraseo hilvanado con el tres cubano, soportado magistralmente por el rítmico pianístico de Joe Madrid.

 

Pajarillo con líricas hermosas, de la autoría de Hugo Vásquez, es el mejor tema del álbum; tanto por la intervención vocal, como por el arreglo, los coros, y la interpretación del piano a cargo de Madrid, y del tres cubano a cargo de Rondón. El flautista se expresa con toda la libertad del lenguaje jazzístico, y bien pudiera tratarse de Néstor Torres, pero no queda claro por la falta de información en la contra carátula del disco. Amor Criollo, dedicada a la mujer costeña (del Caribe), es una guaracha del reconocido compositor Rafael Campo Miranda, con un arreglo de Madrid y Rondón, quienes supieron armonizar la flauta, el sintetizador, el tres cubano y el piano acústico, como ya se dijo más arriba. Por su sabrosura y picardía marca una de las notas más destacadas del disco. Mi Sembrado y Monina son obras con la impronta de Madrid y Rondón. Ellos nos dejan apreciar aquí su visión como compositores y arreglistas, imbuida por todo el torrente de la sonoridad alegre de la música del Caribe; en ellas se siente gravitar el sabor afrocubano de la flauta y de la percusión, y al mismo tiempo están presentes la bomba y la plena puertorriqueñas. Rondón nos deja escuchar frases melódicas de su inventiva, improvisando con la guitarra eléctrica, mientras al fondo Madrid juega con el teclado del sintetizador, creando una atmósfera vanguardista. Todas estas tendencias se redondean en el son montuno Monina. El Tres Vallenato es un híbrido de son cubano con vallenato de las provincias del Cesar y La Guajira; los músicos tomaron esta fusión como un motivo festivo para permitirle al Maestro Gabriel Rondón desarrollar con el tres una nueva serie de enunciados inéditos con el popular cordófono de tres cuerdas dobles oriundo del oriente cubano. Este tipo de sonoridad con el tres, para esa época, la podemos considerar como una novedad en la música colombiana, si bien no hay que perder de vista que ya el instrumento se conocía de tiempo atrás en nuestro país. Sin embargo esta grabación quizás tenga el mérito de ser una de las primeras, sino la primera, en dejarnos escuchar este instrumento en el contexto disquero colombiano. Mi Guajira es una cumbia instrumental influenciada con elementos de la música latina y del Caribe en general. En Nostalgia Costeña se mezclan Las Pilanderas, y Momposina, dos conocidos números de nuestro acervo caribeño. El potpurrí, estupendamente arreglado por Madrid y Rondón, se presta para que apreciemos el virtuosismo de este último en la guitarra acústica y el tres cubano. El álbum se cierra con Guajiro de A. Barceló, número impregnado por la sabrosura de la música afrocubana y latina neoyorquina, con un nuevo protagonismo de Gabriel Rondón como solista del tres.

El Maestro Rondón se ha autodefinido siempre como jazzista, pero también como cultor del bolero, de la música de Brasil, de la Salsa, y de la música diversa del Caribe, con su rumor del mar, su colorido, alegría y complejidad. En este disco se asoman todas estas tendencias musicales, unas en mayor medida que otras, reflejando el cosmopolitismo y la riqueza de la visión tanto compositiva como interpretativa del consagrado guitarrista barranquillero.

 

 

Su legado

 

 

Carátula del álbum “Que Ya Llega El Carnaval”, de Gabriel Rondón y su grupo, publicado en Bogotá en 1979

por el sello Polydor y discos Phillips. Este trabajo discográfico contó con la participación del músico cartagenero

Joe Madrid, como coautor de algunos de los números, arreglista y pianista.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original; fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

Contra carátula del disco “Que Ya Llega El Carnaval”, de Gabriel Rondón y su grupo.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

Gabriel Rondón: El Guitarrista de Orekagua[12]

 

“Como preámbulo a la visita del Maestro Gabriel Rondón el próximo Miércoles 27 de Agosto a la Universidad del Norte he considerado conveniente reproducir una conversación telefónica que tuvimos para el programa radial “Jazz en Clave Caribe”.

 

(RB): Hemos estado escuchando su disco que nos llegó desde Bogotá, donde usted está residenciado ¿Qué es ‘Orekagua’?

 

(GR): ‘Orekagua’ es un producto de mi imaginación. Una mitología inventada por mí, es un dios de la lluvia, de la bondad de la lluvia. Cualquier día me encontré ese vocablo, me gustó mucho y le di ese significado, Dios bondadoso de la lluvia. Tiene la fusión del par de ritmos como son la cumbia que comienza, luego la bossa en la mitad y termina en cumbia.

 

(RB): Encuentro el segundo tema Sabanilla que es muy diciente para un barranquillero. Al leer los títulos de los temas, me gusta mucho que cada tema tenga un recuerdo y una dedicatoria. ¿Cuéntanos cuál es la inspiración del tema Sabanilla?

 

(GR): Lo que pasa es que hay varios elementos. Uno de ellos es una situación que pasó hace mucho rato con un gran amigo: Edgardo Solano. Nos fuimos a Sabanilla, él se llevo su saxofón y yo la guitarra. De pronto alguna melodía me comenzó a rondar en la cabeza y después la desarrollé totalmente. Le puse su introducción, su final, su parte intermedia. Quise ponerla así para recordar aquel momento que fue muy lindo. Un atardecer en Sabanilla. Además Edgardo Solano, tú, Nando Viñas eran como una especie de vanguardia aquí en la cuestión musical.

 

(RB): Cuéntanos un poquito de esos tiempos cuando estaban en la Universidad del Atlántico.

 

(GR): Claro que sí, nos remontamos a los años sesenta. A principios de los sesenta, yo estaba estudiando Ingeniería Química, Edgardo igual, Nando estudiaba arquitectura con mi hermano Alfonso, habían otros dos personajes que completaban el grupo que teníamos y una de las cosas chéveres que hacíamos era que nos íbamos al Colombo Americano que quedaba enseguida de la Universidad del Atlántico. Allí había una colección fabulosa con todos los últimos jazzistas: Miles Davis, Coltrane….. Además nos prestaban los discos. Gozamos mucho esa discoteca del Colombo Americano. El jefe era Nando Viñas que era quien conocía más. Nos fuimos envenenando con esa música.

 

(RB): Tú dejaste la ingeniería química y te dedicaste a la mezcla y combinación de músicas.


(GR): Correcto. Cuando me mudé a California a seguir mis estudios de ingeniería química, al cursar el quinto semestre no lo acabé y me dediqué a la música totalmente. Empecé en la Salsa más bien que era lo que más me llamaba la atención. Yo venía de un medio ambiente primero de música folclórica, después nos pasamos al bolero y seguimos con la bossa nova, la Salsa me gustaba muchísimo. Con el rock me vine a encontrar mucho después a finales de los años sesenta, cuando se destapó la Caja de Pandora de la sicodelia.

 

(RB): Hablando de bolero, el tercer tema titulado Si tú te vas es un bolero dedicado a tu esposa, cuéntanos algo de ese tema.

 

(GR): Claro, ese es un tema que tiene una historia un poquito larga. Fue un premio que me dieron en el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, hicieron un concurso y yo me apunté con una balada-bolero y resulta que fue la que ganó. La incluí en el disco porque está dedicada a mi señora.

(RB): Avanzando encontramos un tema que se llama La Manigua y que está dedicado a Hernando y a tu compadre Sofro. Ese compadre Sofro quién es?

 

(GR): Sofro es el legendario Sofronín Martínez de Cartagena, más exactamente de Turbaco, gran guitarrista, quien fue mi primera influencia en el Jazz. Él tocaba en Curramba en una heladería en la Calle 72, y con Nando lo íbamos a oír. Él tocaba su guitarra eléctrica; para mí era espectacular, ver a este señor con una suficiencia y propiedad tocar toda clase de temas. Después tocó en La Quemada. Pero Sofro siempre fue gran conocedor de todas las músicas.

 

(RB): Inolvidable personaje de la bohemia costeña el guitarrista Sofronín Martínez. Seguimos escuchando el disco y entramos en el terreno del Jazz propiamente con Reflejos.

 

(GR): Reflejos es como recordatorio de todas las influencias que tuve. Ese tema se me parece, la primera parte, a la composición del famoso trompetista de Jazz Fred Jones por la armonía más que todo. Simplemente es el resumen de todas mis influencias por eso lo puse Reflejos.

 

(RB): Uno queda sorprendido al avanzar en el disco y encontrarse con un bambuco, Frente al Río.

 

(GR): Te puedo contar que mi madre era antioqueña y yo nací en Medellín por pura coincidencia, porque a mi madre se le dio por tener los hijos en Medellín, después de tener un mal parto con el primer hijo. Siempre se iba para Medellín con mis abuelos para estar más consentida… Pero vivíamos en Barranquilla. Mi padre era barranquillero…. Nosotros de pelaos, manejábamos todo ese repertorio no solamente costeño de porros, cumbias, vallenatos, también manejábamos la música colombiana andina: bambuco, pasillo, guabina.

 

(RB): Precisamente en el siguiente número muestras otra de tus pasiones musicales como es la música brasilera, recuerda que en estos días se están festejando los 50 años de la bossa nova. Cuéntanos algo de tu experiencia con la música brasilera.

 

(GR): Eso es largo porque como te digo nosotros a principio de los 60s., uno de los atractivos que teníamos era investigar en los almacencitos de discos que había en el centro de Barranquilla. Recuerdo uno en San Blas abajo que siempre traía música interesante. Eso es Discos Daro. La primera vez que oímos una música brasilera medio rara. Estábamos acostumbrados a la samba, música bailable más que todo. Lógicamente como guitarrista, quedé impactado con esa guitarrita por allá atrás que casi no se oía, pero que acompañaba completamente diferente a lo que estaba acostumbrado a escuchar. Empezamos a enamorarnos de esa música y empecé a estudiarla, a conocer los temas y los compositores. Para redondear el comentario, hoy día no sólo toco eso, he estado como cuatro veces en el Brasil y me he movido como pez en el agua. Hoy día también la enseño en la Universidad del Bosque donde llevo 10 años trabajando como docente. Entre otras cosas enseño Literatura del Caribe: Cuba, México, Colombia y la música del Brasil.

 

(RB): Oye, como creador de jingles, eres muy impactante con los nombres de tus canciones como este Subachoque.

 

(GR): Lo que pasa es que a mí me ha gustado ponerle nombres diferentes a los temas.  Ese Subachoque resulta que hay un pueblecito aquí en el norte de Bogotá, muy frío por cierto, y nos invitaron a una reunión con un gran maestro hindú que vino……. Siempre me llevo mi guitarra por si acaso tengo oportunidad práctico un rato…… En un descanso me fui al carro y se me vino a la mente una melodía y con el tiempo terminó en esta canción que se llama Subachoque……

 

(RB): Continúas con otro bolero que muestra otra de tus experiencias musicales: El Güero Gil, líder del famoso trío Los Panchos. Tengo entendido que estuviste trabajando en México con Manzanero.

 

 

 

Gabriel Rondón en la carátula de su disco “Orekagua” publicado en Bogotá en el año 2007.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

 

Recuadro de la contra carátula de “Orekagua”, disco de Gabriel Rondón publicado en Bogotá en el año 2007.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

 

Recuadro de la contra carátula de “Orekagua”. Pueden verse, la dedicatoria que le hizo el Maestro Gabriel Rondón al autor de este artículo, y el autógrafo del gran guitarrista barranquillero.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

 

Recuadro de la contra carátula de “Orekagua”, del Maestro Gabriel Rondón.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

 

 

Recuadro de la contra carátula de “Orekagua”, del Maestro Gabriel Rondón.

(Fotografía de Marco Varela, tomada del álbum original, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

 

Elsa de Rondón, Gabriel Rondón y el pintor Diego Pombo, alma y nervio del Festival de Jazz de Cali, departiendo animadamente el Jueves 25 de Septiembre del 2008 en el Afro-Club La Iguana de Popayán, luego del concierto del guitarrista barranquillero con su Quinteto, en el Teatro Municipal Guillermo Valencia.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: archivo personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

El gran pianista colombiano Edy Martínez, el guitarrista Gabriel Rondón y Jairo Grijalba Ruiz, el Jueves 25 de Septiembre del 2008 en el restaurante Los Quingos de Popayán, en el marco del Festival Internacional de Jazz de esa ciudad.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

 

 

Gabriel Rondón, izquierda, a cargo de la guitarra eléctrica, y Edy Martínez, derecha, a cargo del piano, durante su presencia en Popayán el Jueves 25 de Septiembre del 2008.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

Edy Martínez, a la izquierda, el bajista eléctrico Luis Guevara, al centro, y Gabriel Rondón, a la derecha,

en Popayán el Jueves 25 de Septiembre del 2008.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

Gabriel Rondón y Edy Martínez, en el escenario del Teatro Municipal Guillermo Valencia de Popayán

el Jueves 25 de Septiembre del 2008.

En la fotografía se pueden ver igualmente el percusionista Alexander Morales y el trombonista Edilberto Liévano.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

  

(GR): El Güero Gil, eso sí es historia patria para mí. Fue mi primer profesor virtual. En los años cincuenta, mi padre tenía un tocadiscos. Las agujas eran de acero y se tocaban discos de 78 rpm., con una canción por cada cara. Aprendí a tocar boleros y todas las introducciones de los boleros de Los Panchos, escuchando al Güero Gil y repitiendo en mi guitarra. En esa forma empírica, empecé yo. El primer maestro para mí fue El Güero Gil.

 

(RB): Y este tema Plebiscito tiene alguna connotación política.

 

(GR): Plebiscito es un pasillo que escribió mi tío Memo hace muchos años. A mí me gustó tanto que lo adopté y lo adapté al Jazz, y al Maestro Jaime Llano González le gustó mucho.

 

(RB): Regresas con otro tema de Jazz, un blues que dedicas a tu médico.

 

(GR): El Vital Blues tiene una historia muy simpática. En el año 86 tuve un bajón de energía de salud. Y mi gran amigo, médico bioenergético, Oscar Correa para sacarme del bajón de energía que tenía me daba todos los días el jugo vital, que eran un poco de yerbas licuadas, era horrible. Tuve algunos días que pasaba en la cama y con mi guitarra, oyendo en un cassettico a Charlie Parker, se me ocurrió un blues (…..), la idea fue creciendo y en honor a Oscar le puse Vital Blues.

 

(RB): Y cierras, como debías cerrar con El Castillo de Rondón, pura mitología barranquillera.

 

(GR): Correcto. Fíjate tú. Se me ocurrió una idea y dije se los voy a dedicar a mis padres. Cuando comencé a buscarle título, dije no, hay que meter al Castillo que era el protagonista, cuando ellos eran jóvenes. Por eso le puse El Castillo. Es un valsesito muy lindo.

 

(RB): Con quién trabajas en ese disco.

 

(GR): Ese disco es un parto largo, no de 9 meses, sino como de 3 años……; cuando me decidí, hace tres años, en serio, a grabar el disco con mis canciones, el primer personaje que se me vino a la mente para que me acompañara fue el Maestro Kike Fernández…. Él tiene un estudio pequeño en su casa y decidimos hacer las cosas, él y yo básicamente. Casi todos los instrumentos que tú oyes allí son hechos por nosotros.

 

(RB): Recientemente un amigo me envió desde Bogotá un video donde apareces al lado de otras grandes figuras de la música colombiana, esa propuesta que creo que nunca se grabó, fue rescatada de la TV, se llamó la Colombia All Stars.

 

(GR): En ese tiempo el personaje principal de la farándula musical era Joe Madrid, todo el mundo andaba alrededor de él. Yo le servía de copista. Aprendí caligrafía musical correcta. No sé a quién se le ocurrió la idea, creo que fue a Jimmy Salcedo y precisamente él lideró la Colombia All Stars.

 

(RB): ¿Y qué viene ahora?

 

(GR): Ahora viene la promoción del disco a nivel nacional. Tengo planeado ir a Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena para seguir con los lanzamientos del disco ‘Orekagua’…….”.

 

Gabriel Rondón y Orekagua, Editado

Gabriel Rondón y su Grupo Orekagua. Edgardo Bossio, piano; Flavio Cuta, bajo eléctrico; Pedro Acosta, batería y Alexander Morales, congas. Popayán, Teatro Guillermo Valencia, Jueves 25 de Septiembre del 2008.

(Fotografía cortesía de Diego Tobar Solarte, fuente: colección personal de Jairo Grijalba Ruiz).

 

Jueves 29 de Enero del 2011.


 

[1] Escritor y profesor universitario cartagenero, nacido en 1953, autor del libro: “Jazz En Colombia, Desde Los Alegres Años 20 Hasta  Nuestros Días”.  Editorial la Iguana Ciega, Barranquilla, Septiembre del 2007. Nota del autor.

 

[2] “Francisco Zumaqué nació en Cereté (Córdoba), el 18 de Julio de 1945. Zumaqué es un músico versátil en cuya obra se reconoce amplio dominio y familiaridad con las más variadas técnicas de composición contemporáneas. A su talento personal se suman sus experiencias musicales juveniles en su tierra natal y las adquiridas en Europa, Estados Unidos y América Latina para producir un estilo particular, vistoso, flexible y siempre preocupado por establecer su sello cultural. Su catálogo de obras incluye música sinfónica, de cámara, vocal y obras para conjuntos no convencionales. Como otros músicos de su generación también ha incursionado en la creación de obras electroacústicas. (……) Con la intención de innovar en un lenguaje musical popular latinoamericano y particularmente caribeño, Zumaqué escribió Macumbia en 1984. En esta pieza reúne gaitas, maracas, flauta de millo, diversos tipos de tambores, trombones, clarinetes, piano eléctrico, sintetizador, batería de Jazz y tumbadoras. Es una obra muy original para la época en la que fue escrita, es un replanteamiento de la música popular nacional ya que se abre hacia lenguajes más internacionales como Jazz y Rock combinados con la cumbia, de allí su nombre. Según se define en la carátula del disco Macumbia refleja una creación lingüística que aúna el trance de una génesis en América, recuerdos bantúes del Congo y Angola y un dibujo de la sociedad colonial, en cuya expresión danzante se trenzaron el indio, el negro y el europeo. (……) Con Macumbia, disco prensado en 1984, logró cristalizar una producción precursora en un estilo que combina el Jazz, el Pop y la música tradicional colombiana (el disco fue publicado en 1985 por Fonosema Discos).  (….) (Zumaqué) Tomó clases de armonía con Adolfo Mejía. (…..) Estudió en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional en Bogotá. (…..), en el American Conservatory en París con Nadia Boulanger, Michel Philipot y Anettte Dieudonné. En 1997 en compañía de Totó la Momposina y Edy Martínez presentó el espectáculo Colombia suena bien en el Teatro Colón de Bogotá”. [Por: Elisa Arciniegas, "Francisco Zumaqué", Compositores Colombianos. Ellie Anne Duque y Jaime Cortés, eds. (Consulta,) http://facartes.unal.edu.co/compositores/]. Las cursivas y textos entre paréntesis son nuestros. Nota del autor.

 

[3] Gladys Caldas Méndez, conocida como Claudia de Colombia, se dice que nació en Manizales. Hay fuentes que mencionan que nació en Bogotá, el 21 de Enero de 1950; esto es extraoficial y es la fecha que aparece en la mayoría de las reseñas de prensa que se le han hecho. Afamada cantante de diversos géneros, entre ellos las baladas y los boleros, estilos con los cuales se hizo particularmente célebre, llegando a ganar doce discos de oro y uno de platino, por sus cuantiosas ventas de discos. Igualmente incursionó en la actuación, protagonizando algunas películas. Su etapa estelar ocurrió entre los años 1970 y 1980, llegando a ser la primera cantante colombiana en lograr el éxito internacional en el campo de la música popular, lo que la llevó a ser reconocida en América y España. “Llévame contigo” grabado en Bogotá en el año 1970, fue su primer hit. Actualmente sigue vinculada al mundo de la canción, aunque ya no aparece públicamente con la frecuencia de antes. Nota del autor.

 

[4] Este álbum representó el debut de Andrea Echeverri como solista. Entre los músicos que intervinieron en la grabación, además de la cantante, guitarrista y compositora, y del Maestro Gabriel Rondón, cabe destacar a Héctor Buitrago, al percusionista Roberto Cuao, al pianista Andrés Álvarez, también a Nadine Vásquez, a Alejandro Gómez, y a Rodrigo Mancera. Este disco fue publicado en el año 2005 por la Warner Bros. Records, bajo la producción de Richard Blair. En su momento recibió una nominación a los premios Grammy como mejor álbum de Pop Latino. Nota del autor.

 

[5] Álvaro Escobar Páez, famoso pianista de Jazz, nació en Barranquilla el 30 de Marzo de 1930. En 1944 se residenció en Estados Unidos. Regresó brevemente a Colombia y en 1946 retornó al país del norte viviendo especialmente en la ciudad de Nueva York. Allí se vinculó a la afamada orquesta del percusionista cubano Pupi Campo como pianista, cuando apenas tenía 16 años de edad. En esa orquesta el director musical era el timbalero y vibrafonista neoyorquino Tito Puente. Al poco tiempo Puente fundó su propia orquesta y Escobar pasó a ocupar la silla del piano en la banda de Puente, entre 1947 y 1948, trabajando, según cuenta Enrique Luis Muñoz Vélez, “dos años en una agitada actividad en vivo en el famoso salón de baile El Palladium así como en algunas grabaciones”. En 1951 regresó a Colombia, trabajando con sus propias agrupaciones, o con otras afamadas orquestas, estableciéndose tanto en Barranquilla, como en Cali, ciudad en la que vivió durante el año 1952. Al Escobar regresó definitivamente a Estados Unidos en 1952, y allí recomenzó una extensa carrera que dura hasta la actualidad, ya que aún trabaja, tocando el piano en la ciudad de Los Ángeles, al frente de su propio grupo de Jazz. Escobar en los años cincuentas, sesentas y setentas, grabó varios discos importantes con su orquesta, y entre los muchos artistas de valor con los que trabajó, cabe citar a Machito and his Afrocubans, Eartha Kitt, Miguelito Valdés, Easy Morales, Pete Bonet, La Lupe, Jack Constanzo y otros. A la hora de escribir la historia del Jazz colombiano, Escobar es uno de los referentes obligatorios, ya que fue uno de los primeros músicos colombianos de talla internacional en alcanzar un verdadero reconocimiento en el mundillo de la música popular estadounidense y afrocaribeña, siendo, junto a Nano Rodrigo, Arty Bastidas, Hernando Becerra, René Grand y Edy Martínez, los pioneros en alcanzar renombre en Estados Unidos, Europa y América Latina. Nota del autor.

 

[6] Enrique Luis Muñoz Vélez en su libro “Jazz En Colombia, Desde Los Alegres Años 20 Hasta Nuestros Días”, en las páginas 121 a 122, escribe (hablando del Jazz en Barranquilla), que “Otra de las presentaciones de las que tiene memoria la ciudad fue la de la Orquesta de Woody Herman, integrada, entre otros, por figuras del Jazz como Al Belletto, Bill Harris, y Al Plank, concierto que tuvo lugar en el viejo Teatro Apolo, situado en el lugar donde hoy queda el Teatro Metro. Se registran también las presentaciones del trombonista Bob Taylor y la del saxofonista Paul Winter y su Sexteto en 1962 acompañado, entre otros, por el pianista Warren Bernhardt en el marco de una gira del Departamento de Estado de los Estados Unidos por varios países latinoamericanos. En contexto con estas presentaciones de Jazz en la ciudad se empezaron a formar pequeños círculos de especialistas que escuchaban el programa “El Maravilloso Mundo Del Jazz” que dirigía el abogado laboralista y gran melómano barranquillero Enrique “El Gordo” Chinchilla en la radio de Barranquilla de mediados de los años 60 hasta más o menos los comienzos de los 70. Este pequeño grupo de aficionados eran Hernando Viñas, Edgardo Solano, Gabriel Rondón (el guitarrista de Jazz) y Hermes Romero, quienes eran asiduos también de la biblioteca del Centro Colombo Americano y allí obtenían en préstamo los discos fundamentales del Jazz moderno que ellos mismos muchas veces se las arreglaban para hacerlos incluir en las dotaciones oficiales que venían desde los Estados Unidos”. Nota del autor.

 

[7] Un destacado colega, apoyado en los recuerdos del bongosero Augusto Villanueva, cuenta una versión un tanto diferente en relación con el origen de la “Colombia All Stars”, y además ahonda un poco más en detalles y pormenores de la forma cómo estaba integrada esta célebre orquesta: “La genialidad musical de Joe era agresiva y no tenía límites, como para reunir, en los finales de la década del setenta, a los mejores músicos de Salsa en Colombia y conformar la Colombia All Stars. De acuerdo a uno de sus amigos músicos, que la conformó, el bongosero Augusto Villanueva, esto es lo que escribió, alguna vez, en el foro de Herencia Latina: ‘….., llegó a Bogotá procedente de New York el pianista colombiano quien trabajó e hizo arreglos para Ray Barretto, Ángel Canales, Mongo Santamaría entre otros. Joe Madrid reunió a los mejores músicos del momento y formó la "Colombia All Stars", conformada entre otros músicos por: John Sáxon Gaviria, trompeta; Adolfo Castro, trompeta; Víctor (se desconoce el apellido), trompeta; Gustavo El Pantera García, trombón; Tripa Seca (se desconoce el nombre), trombón; Dennis López, bajo; Armando Escobar, bajista; Julio Ernesto Estrada Fruko, bajista; Armando Manrique, pianista; Jimmy Salcedo, pianista, Joe Madrid, pianista y director; Germán Chavarriaga, timbales; Willie Salcedo, congas; Augusto Villanueva, bongoes y coros; Joe Arroyo, Wilson Saoco Manyoma, Jairo Licazale y otro cantante (del cual no se tiene el nombre). Realizaron un concierto en la Plaza de Toros La Santamaría de Bogotá, un especial de televisión y una presentación en Barranquilla con un relativo éxito’……” [Texto citado por Walter Magaña en su ensayo sobre la vida y obra de Joe Madrid, publicado por el portal web http://www.herencialatina.com, edición de Mayo del año 2006]. Las cursivas son nuestras. Nota del autor.

 

[8] En una semblanza escrita por el colega Israel Sánchez-Coll, publicada en el portal web Oasis Salsero durante el año 2002, el autor, citando a Luis G. De Quesada, acota lo siguiente: “Para mi Rudy Calzado fue un cantante por excelencia de charangas y como una vez señalé en uno de mis artículos sobre él, (…..) un coro de charanga sonaba mejor si Rudy lo integraba. Rudy también se distinguió como compositor y dejó una huella imborrable en la música cubana grabada. Sus hermanos, Sergio y Luis Mariano Calzado eran también muy buenos cantantes de charanga, sobre todo Sergio quien por mucho tiempo fue la primera voz de las orquestas del maestro Fajardo y de las Estrellas Cubanas de Félix Reyna”. [Luis G. De Quesada columnista del prestigioso portal salsero Descarga]. (…..) De otra parte, Sánchez-Coll refiere que “Pedro Rubén Calzado, nació el 27 de Noviembre de 1927 en la provincia oriental de Santiago de Cuba y murió en 11 de Mayo de 2002 en  la ciudad de Nueva York. Fue un versátil cantante, percusionista, polifacético compositor, arreglista y director de orquesta. Una de esas raras especies de cantantes, que  también son compositores y se adaptaba a cualquier estilo y formato dentro de los estilos exigentes de la música latina. Su familia estaba integrada por músicos profesionales, sus hermanas Esmeralda y Ninfa Calzado eran pianistas”. (…..) “En los años 1961 y 1962 Rudy se traslada a la Costa Oeste de los EUA a trabajar con el sello Fantasy y graba con La Charanga de Mongo Santamaría”. (…..) “En 1961 le proporcionó vocalización a Lou Pérez para sus LP,s en el sello Ajay: “Para La Fiesta Voy” y el significativo hit africano, Bon Bon de Chocolate, ambos reeditados en 1992 con el sello Montuno”. (…..) “Para 1965 en la Costa Oeste, Rudy acompaña con el güiro y el cencerro al timbalero Cuco Martínez y al pianista de Latin Jazz Clare Fischer; ellos graban el estándar Manteca en el sello Pacific Jazz. Fischer trabajó con ambos en la Orquesta Nuevo Ritmo de Cuba”. (…..) “Regresa a la Costa Oeste y comienza de inmediato a trabajar con el prominente Sexteto de Chano Martínez para su LP “A Bailar Señores”, el cual se graba en el sello Decca y es reeditado en 1989 con el sello Palladium. La crítica lo considera un LP excelente donde se mezclan música típica y Jazz Latino”. (…..) “Durante este período Rudy trabajó en dos notables grabaciones de Jazz Latino, en la Costa Oeste de los EUA: él proveyó los coros vocales para el LP de Willie Bobo, “Latin Jazz Legend” grabado en 1972 y luego reimpreso en 1999. También toca la percusión con el vibrafonista Bobby Hutcherson en el LP “Montara”, grabado en 1975 con Blue Note Records, además interpreta su éxito –grabado por Eddie Palmieri-, La Malanga. El personal que tocó en “Montara” incluye a las luminarias Eddie Cano (1927–1988) en el piano y al percusionista Bobby Matos”. [En este disco se incluyó la hermosa composición Little Angel, de la autoría del pianista, arreglista y compositor colombiano Edy Martínez]. (…..) “Al Santiago lo invita a regresar a NYC para que participe en el décimo séptimo aniversario de la Alegre All Stars, en una función en el Madison Square Garden, donde graban el LP “Perdido”También colabora en la composición de las partes 1, 2, 3 y 4 del ambicioso proyecto de Larry Harlow “La Raza Latina, A Salsa Suite”, ganador de un premio Grammy. Es colíder vocal con el cantante panameño Rubén Blades, en Salsa Suite Part. 2., del mencionado álbum”. (…..) “En 1979 La Orquesta de Larry Harlow graba un nuevo éxito compuesto por Rudy Calzado, La Reina del Café, interpretado por El Albino Divino, Néstor Sánchez en el LP “Rumbambola” con el sello Fania”. Rudy Calzado, aparte de ser un magnífico cantante y director de orquesta, fue un prolífico compositor, tanto en el papel de letrista, escribiendo las líricas para unas seiscientas obras de distintos géneros afrocubanos, como escribiendo la música y los arreglos de dichas piezas. Trabajó con decenas de artistas importantes, dejándonos una extensa y variada estela de grabaciones valiosas, con músicos de la talla de Mario Bauzá, José Fajardo, Carlos Patato Valdés, Belisario López, la Sonora Matancera, Eddie Palmieri, Johnny Pacheco, Celia Cruz, la Sonora Ponceña, Charlie Palmieri, Graciela, Enrique Jorrín, Mongo Santamaría, Paquito D’ Rivera, Tito Puente, la Típica 73, Tito Rodríguez, Benny Moré, Pío Leyva, Generoso Jiménez, Félix Reyna y Mariano Mercerón, entre muchos otros. Vivió en Estados Unidos desde 1960, especialmente en Nueva York y Los Ángeles, las dos mecas de la música latina en la unión americana; igualmente vivió y trabajó en España, y en Marruecos. Como ha sucedido con otros artistas latinos de renombre, recorrió Europa, prodigando siempre su musicalidad por el viejo continente, incluso hasta sus últimos días. (Los términos en cursiva y los textos entre corchetes, son nuestros). Nota del autor.

 

[9] Francisco Aguabella, conguero y especialista en los tambores batá, nació en Matanzas, Cuba, el 10 de Octubre de 1925, y lamentablemente falleció en Westchester, Los Ángeles, el pasado 7 de Mayo del 2010. Aguabella fue, por decirlo de alguna manera, casi tan notable como sus colegas Chano Pozo, Carlos Patato Valdés, Armando Peraza, Julito Collazo, Mongo Santamaría, Tata Güines, Ray Barretto y Cándido Camero. Dejó para la posteridad una serie de importantes grabaciones con influyentes artistas como Ray Charles, Eddie Palmieri, Jorge Malo Santana, Tito Puente, René Tuzet, Carlos Santana, The Doors, Paul Simon, y otros. Trabajó intensamente como percusionista, popularizando el sonido de las congas y de los tambores batá, por el mundo entero, durante su extensa carrera, a lo largo de al menos seis décadas. Sus colaboraciones con artistas tan disímiles como Peggy Lee, Dizzy Gillespie, Benny Carter, Lalo Schiffin, Katherine Dunham, Israel López Cachao y Frank Sinatra, han sido consideradas memorables. Nota del autor.

 

[10] “Son muchos los momentos en la vida de Carlos Vidal Bolado que bastarían para que ocupase un lugar en la historia cubana del Latin jazz. Su presencia en Nueva York durante la década de los 40 fue decisiva en aquellos primeros años de esta maravillosa historia de seducción, encantamiento y maridaje entre la música cubana y el Jazz. Carlos Vidal Bolado había nacido el 2 de Julio de 1914, en algún lugar de la provincia de Matanzas, que rápidamente dejó atrás para probar fortuna en la capital habanera. Las primeras —y muy brumosas— noticias sobre su vinculación a la vida musical capitalina lo asocian, presumiblemente, al Conjunto Afrocubano de Santos Ramírez; en algún momento, a la Orquesta Casino de la Playa y al ámbito de las comparsas del carnaval habanero. Tras este paso por La Habana, Vidal Bolado seguiría la ruta de muchos otros músicos cubanos que desde la década de los 30 tentaban la suerte en los EE.UU. Carlos Vidal Bolado estaría entre los primeros percusionistas que llegaron en los mismos inicios de los años 40, precedido únicamente por unos pocos que se asentaron en Nueva York, como los timbaleros Tony El Cojito Escollies y José Montesinos —mentor este último del entonces adolescente Tito Puente; Alejandro Ramírez, el bongosero que Mario Bauzá consiguió incorporar por algún tiempo a la banda de Cab Calloway; el bongosero Chino Pozo, que arriba a Nueva York en 1937; Diego Iborra y Guillermo Bill Álvarez, que se cuentan entre los pioneros en tocar con jazzistas afroamericanos. Pero Vidal Bolado está en Norteamérica antes que Chano Pozo, Mongo Santamaría, Francisco Aguabella, Cándido Camero, Patato Valdés… Según la revista Billboard, en Marzo de 1943 aparece en el club Havana-Madrid junto con Lilón y Pablito en la agrupación The Four Cuban Diamonds, como tumbador, bailarín y cantante. Pero hay indicios de que pudo estar ya en Nueva York incluso antes, en 1941. Sus dotes de buen tumbador le sirven a Vidal Bolado de carta de presentación y José Curbelo lo llama para tocar y grabar con su orquesta, que entonces integraban también Tito Puente y Tito Rodríguez, con la cual graba temas considerados entre las primeras manifestaciones del mambo en Nueva York. Su aporte es rotundamente reconocido por algunos investigadores que han estudiado esta etapa, como Ellen Kosoff y John Storm Roberts. De esa época son también algunas grabaciones de la orquesta de Anselmo Sacasas, donde los créditos mencionan a Carlos Vidal Bolado en la tumbadora. En 1946 Vidal Bolado está ya con Machito y los Afrocubans, donde permanece hasta finales de 1948. Según muchos estudiosos, con él se integra la tumbadora de manera estable a la sección rítmica de la banda, hecho considerado por algunos como un hito en el camino de la fusión del Jazz y los instrumentos de percusión afrocubana. El famoso reportero William Gottlieb inmortalizó a la banda de Machito en su imprescindible colección de fotos del Jazz entre 1938 y 1949. La peculiaridad del desempeño de Vidal Bolado, así como del instrumento mismo, llamaron su atención y quedaron reflejados en el trabajo fotográfico de Gottlieb y también en un artículo que publicara en la revista para la que trabajaba, Down Beat, donde vaticina la incidencia de orquestas como la de Machito en lo que estaba ocurriendo en ese momento en la escena jazzística neoyorkina. (…..) Durante 1949 Carlos Vidal tiene una febril actividad musical: graba con la orquesta de Miguelito Valdés una serie de temas para el sello SMC, entre ellos, el guaguancó “Chano Pozo”, según algunas fuentes, de la autoría de Carlos Vidal Bolado, y que se dice fue cantado en los funerales del mítico conguero en Nueva York y La Habana. Pero quizá lo más relevante este año es su inequívoca inserción en bandas y grupos liderados por renombrados jazzistas. Con el saxofonista Charlie Barnet y su big band, deja temas memorables como “Panamericana” donde es recordado por su desempeño; los músicos del bop, frescos aún en su memoria los sonidos que el ya extinto Chano Pozo sacara a sus congas en la banda de Dizzy Gillespie, sin extinguirse aún la era del cubop, no quieren renunciar a las sonoridades afrocubanas dentro de sus formaciones: Vidal Bolado será habitual en muchos de los clubes de Jazz más renombrados. Toca en el Royal Roost con los Big Ten de Tadd Dameron y también con Miles Davis y Charlie “Bird” Parker. De este mismo año es la grabación del tema “Visa por Parker”, que aparece en la inmensa mayoría de los recopilatorios sobre lo mejor de la obra del genial saxofonista y en el que Vidal Bolado integra una banda de lujo. También toca y graba con el trompetista Fats Navarro, el pianista Al Haig, y el saxofonista Stan Getz, y muchos otros nombres de los imprescindibles, como Dexter Gordon, Max Roach, Curly Rusell. (……) En 1950, ya afincado en California, Carlos Vidal es llamado por Dizzy Gillespie —quien ya le conocía de Nueva York, cuando tocó y grabó con Stan Kenton, según su libro autobiográfico To be or not to bop para participar en la grabación de ocho temas en los estudios de Capitol en Los Ángeles, que se destacan en la discografía de Gillespie. Hay un dato que podría constituir, al decir de mi amigo, el profesor Raúl Fernández, un récord único: “Carlos Vidal Bolado ha sido el único tumbador que tocó con las tres bandas que marcaron los tres estilos del Jazz a finales de la década de los 40 y que constituyen la génesis del Latin jazz: Machito y Bauzá con los Afrocubans,  Stan Kenton y Dizzy Gillespie". Carlos Vidal Bolado falleció en Los Ángeles, el 24 de Agosto de 1996, a la edad de 82 años. Con una carrera musical de poco más de 50 años, deja un legado importante en cuanto a la presencia de la percusión afrocubana en la historia del Jazz y una huella que valdría para reivindicarle dentro de la historia de la música cubana”. [Rosa Marquetti Torres, La Jiribilla, La Habana, Cuba, 25 de Diciembre del 2010]. Las cursivas son nuestras. Nota del autor.

 

[11] Gabriel Rondón canta en inglés, portugués, italiano y español. En algunas de sus grabaciones, especialmente en el disco “Orekagua”, lo podemos escuchar cantando sus propias composiciones. Nota del autor.

 

[12] El Heraldo de Barranquilla, 21 de Agosto del 2008. Incluyo en la presente semblanza esta magnífica conversación del Maestro Gabriel Rondón con el destacado colega barranquillero Rafael Bassi Labarrera, dada la importancia de la misma, y en especial por los valiosos puntos de vista que ambos contertulios aportan a través del diálogo. Nota del autor.

 

 

 

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