Herencia Latina: Dos Décadas de Salsa, Sabor y Control
1ro de septiembre de 2024

Por. Ian J. Seda-Irizarry
isedairi@gmail.com

Hace varios meses atrás el camarada salsero Israel Sánchez-Coll me invitó a escribir una reflexión personal sobre el vigésimo aniversario de nuestra queridísima revista cibernética Herencia Latina. Mi reacción inmediata al pedido de Israel fue “¿pero cómo es posible que ya hayan pasado 20 años?.” A eso se le sumó una rafaga de memorias que me marcaron profundamente, algunas de las cuales quiero compartir con ustedes, estimados lectores.

Al menos para mí, es evidente que no se puede hablar de Herencia Latina sin hablar de su página progenitora, Oasis Salsero. Y es que yo llego a Herencia Latina cuando los compañeros Eric González e Israel Sánchez-Coll deciden reaccionar al cierre de Oasis Salsero abriendo una página alternativa donde se seguiría haciendo nuestro trabajo de documentar el fenómeno salsero en todas sus expresiones.

Mi historia como colaborador de Oasis Salsero comienza a mediados del año 2002 tras una kilométrica conversación de muchos días a través del internet, y muchas veces tarde en la noche, con el investigador y hermano Tommy Muriel. En algún momento en esos intercambios ricos en historia, donde aprendí muchísimo, Tommy me ofreció unirme al equipo que en ese entonces conformaba la que para mí era la mejor página de internet sobre el tema salsero. En ese entonces los anclas de Oasis Salsero eran Tommy, Eric y Javier Rivera. También recuerdo varios escritos de Richie Blondet que me fascinaron. En fin, ¡para mí era un inmenso honor recibir esa oferta de ser parte de tan destacado grupo de melómanos e investigadores!

Luego de la invitación cibernética, Tommy me ofreció encontrarnos en la tarde de un fin de semana en el antiguo local de Viera Discos, en la Calle Cerra en Santurce, calle que albergaba varios distribuidores de música en Puerto Rico. Y bueno, resulta que aparte de mí, otra persona había sido reclutada para el equipo. Nunca voy a olvidar ese día por dos simples razones. Primero, porque el gran Tite Curet Alonso estaba, como de costumbre, en una silla de mimbre haciéndole anécdotas a los allí presentes, entre los que se encontraba el maestro Willie Rosario. Y segundo porque, al ver quien era la otra persona que aparte de mí había sido reclutada por Tommy Muriel, inmediatamente noté que ya yo lo conocía.

Resulta que unas semanas antes, una tarde de un sábado, yo me encontraba detrás de la barra del legendario salón salsero El Coabey que era propiedad del igualmente legendario Eugenio “Geño” Acosta, productor de los inolvidables discos “De Aquí Pa'lla” y “De Allá Pa'ca,” y cuyo hijo Geñito es un renombrado bailarín en la isla. Esa tarde Geño me había dado la luz verde para poner música en su local (¡también me dejó servirme el trago que quisiera como recompensa!). Solo recuerdo que en un momento en la tarde aparecieron dos clientes con una bolsa de plástico que caminaron directamente hacia la barra, se sentaron, y sacaron un CD que recién habían comprado y el cual me pidieron que pusiera a tocar. El disco era “Bang Bang, Push Push” de Joe Cuba y el número que me habían pedido era la descarga “Cocinando”. Los clientes eran dos colombianos que recién llegaban de comprar música precisamente en Viera Discos y era evidente que ambos compartían conmigo la locura por la salsa. Lo único que recuerdo del resto de la noche es que, al igual que con Tommy Muriel, la discusión sobre temas salseros nos tomó la tarde y la noche. Y pues, semanas después de este evento uno de esos dos hizo su aparición en Viera Discos, y ese era el barranquillero Israel Sanchez-Coll.

Aquella reunión en Santurce con Israel y Tommy sería el preludio de varios momentos memorables para mi en lo que fueron mis últimos años viviendo en Puerto Rico (en el verano del 2005 me fui a los Estados Unidos a vivir en el frío estado de Massachusetts para proseguir con mis estudios en economía en lo que sería el comienzo de una estadía en suelo americano hasta el día de hoy, pero ahora en la ciudad de Nueva York).

En Herencia Latina mis responsabilidades fueron varias, desde contribuir escribiendo y traduciendo artículos, hasta hacer entrevistas y moderar una página de mensajes que le daba continuidad a unos bien acalorados debates que anteriormente se daban en la página de comentarios de Oasis Salsero. De hecho, fue en esos intercambios que pude conocer al reconocido disc jockey y maestro de ceremonias en Nueva York, Nando Albericci, quien fuera uno de los protagonistas de las eternas y míticas batallas sobre el significado de la palabra salsa. Y un poco antes, recuerdo la propuesta de darle continuidad a Oasis con Herencia con esto del chat y tanto Israel como Eric y Tommy tenían sus dudas, muy respetadas por mi, sobre si hacerlo o no. Al final me dieron el apoyo y me eché encima la responsabilidad de moderar el mismo. Allí pude conocer a varias personas, demasiadas para mencionarlas sin equivocarme, de las que aprendí muchísimo.

Pero sin lugar a dudas, los momentos que yo más me gocé en esos 20 años usualmente incluyeron a Tommy y a Israel, a veces por separado y a veces juntos, con o sin música en vivo. Compartimos en varios “Día Nacional de la Salsa”, varios “Heineken Jazz fest”, fiestas patronales, barras, calles etc. Por ejemplo, todavía recuerdo el sábado que llegaron a mi casa por la mañana para recogerme porque habían averiguado dónde iba a ser el ensayo de las Estrellas de Fania para su concierto en el Día Nacional de la Salsa del año 2003. Ese sábado 15 de marzo del ensayo, y luego el domingo 16 del concierto, son para mi de los momentos más preciados que la Salsa me ha dado. Solo por mencionar algunas cosas que vi en ese fin de semana:

  1. El papel que desempeñaba “la joda” y “el joder” en sus sentidos más felices cuando, por ejemplo, Roberto Roena le metió un codazo al piano mientras Papo Lucca improvisaba con los ojos cerrados y volando en sendo viaje musical. Roena llevaba tiempo jodiendo con los otros músicos haciendo muecas con la cara implicando que Papo tenía que terminar ya, que el solo se estaba volviendo muy largo para un ensayo. Y bueno, el brinco que dio Papo Lucca tras el codazo y “despertarse”, y la reacción de Roena, quien terminó tirado en el piso muerto de la risa, son eventos míticos para mí.
  2. Ver a Cheo Feliciano y Bobby Cruz improvisando en “Ahora Vengo Yo”, recordando ese 1971 y las distintas versiones del tema que salieron y las hipótesis sobre el mismo
  3. Ver a Richie Ray “disciplinar” a Nicky Marrero al quitarle el solo de Hermandad Fania y dárselo a Alfredo de la Fe porque en el ensayo Nicky no estaba en la mínima forma adecuada, aun para un ensayo (no estaba en las mejores cuando llegamos al ensayo, esos años no fueron buenos para Nicky).
  4. Recibir la versión de los eventos de lo ocurrido en el Yankee Stadium desde la perspectiva de Nicky Marrero donde, según él, son él mismo y Mongo Santamaria son los últimos que abandonaron la tarima.
  5. Estar parado a unos pies al lado de Jimmy Bosch mientras este se montaba en la moña que le habían preparado (no recuerdo para cual número).
  6. Hablar con la trompeta nacional, el fenecido Juancito Torres, justo antes de la presentacion de la Fania y poder recoger, con sus propias palabas, el resumen de su vida: “a mi lo que me gusta es joder”.

También con Israel y Tommy pude presenciar el último concierto de Willie Colon y Ruben Blades antes de su ruptura definitiva. Y bueno, un día en el Coabey nos pudimos reunir con Javier Rivera, nuestro antiguo colega en Oasis Salsero, en lo que fue una larga tarde de cerveza, conversación y salsa vía LP (Israel y yo habiamos convencido a Edwin, que trabajaba alli en el Coabey y cuyo apellido ahora olvido, que arreglaran la aguja del tocadisco para poder deleitarnos con el material que Geño Acosta tenía allí en formato de vinilo.

Otro evento importante, y del que desgraciadamente no pudimos publicar material, fue del entierro de Tite Curet Alonso en el 2003 donde tomamos fotos y videos (en algún momento nos quedamos sin batería) y donde pudimos compartir con Rafael Ithier, Ruben Blades, Cheo Feliciano, William Cepeda y la gran cantidad de seguidores que se dieron cita en el cementerio nacional en el Viejo San Juan para despedir a uno de los gigantes de nuestra cultura. Nada como ver al pueblo desbordado por Tite y seguir su propio ritmo de celebración y despedida. Digo esto porque en algún momento había una carpa “oficial” desde donde se pedía silencio para comenzar la actividad, pedido que llevó los decibeles del rumbón a la estratosfera en acto de desafío ante la formalidad que se le quería dar al evento.

En fin, a través de los años fueron muchos los músicos con los que conversamos y gozamos de maneras formales e informales. Una lista parcial incluye a los ya mencionados anteriormente, más otros como Johnny Segui, Jimmy Bosch, Pijuan, Polito Huertas, Cachete Maldonado, Charlie Collazo, Anthony Carrillo, Giovanni Hidalgo, Andy Montañez, Richie Ray, Toñito Vázquez y muchos muchos más.

Ian Seda compartiendo con el fenecido Pijuan durante la entrevista que Herencia Latina le hizo en el año 2006.

Eso sí, si hay un artista que constantemente pudo evitarnos, ese fue nada más y nada menos que el Sol de la Música Latina, Eddie Palmieri. Al menos yo traté de acercarme a él por cerca de 20 años sin éxito en múltiples eventos, fuese en un Jazz Fest en el pueblo de Carolina en Puerto Rico o en un club de música en Estambul Turquía. La constante en todos esos intentos fallidos fue la protección y espacio que su esposa Irma le daba en muchas de esas presentaciones.

Finalmente pude alcanzar a Eddie en el año 2022 en una actividad celebrando su disco en el Sing Sing y la relación con el movimiento que promueve la abolición de las prisiones. La misma se celebró en la Universidad de Columbia y una vez finalizada pude estar cerca de 25 minutos a solas con Eddie, haciéndole preguntas y escuchando sus anécdotas. Si bien a base de este breve encuentro no pude producir material para publicar en la revista, si puedo compartir que los dos timbaleros favoritos de Palmieri que participaron en su orquesta fueron Manny Oquendo y Charlie “El Pirata” Cotto!

Eddie Palmieri e Ian Seda compartiendo en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, (23 de septiembre de 2022).

Eddie Palmieri e Ian Seda compartiendo en la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York, (23 de septiembre de 2022).

Finalmente, creo que es importante reconocer y celebrar el incansable trabajo del hermano Israel Sánchez-Coll para que la revista siguiese en pie todos estos años. No es posible medir la cantidad de horas que Israel le ha puesto a este proyecto a través de todo este tiempo, sea desde la cuestión técnica de subir y maquillar los artículos para cada nueva edición, hasta salir a la calle a buscar o traducir entrevistas y artículos.

Son muchos los proyectos hermanos que hemos visto nacer, crecer, y eventualmente morir pero gracias al liderazgo y esfuerzo de Israel, la revista Herencia Latina sigue abriendo caminos y expandiendo su proyección a través de los medios. ¡Definitivamente son 20 años de historia que hay que celebrar!