UN SONERO INCOMPRENDIDO

 

Foto de Fernando Sánchez. Archivo personal.

Tomada de El Libro de La Salsa.

César Miguel Rondón

 

Ismael Rivera

13 de mayo 1987 – 13 de mayo 2007

Vigésimo aniversario de su desaparición

 
Incomprendido
Composición de Bobby Capó
 
Yo, yo, yo, yo
creo que voy,
solito a estar,
cuando me muera,
he sido el incomprendido,
ni tú ni nadie me ha querido,
tal como soy,
bituqui pero yo, yo, yo, yo,
solo estaré,
y jurare,
que cuando muera,
aun así con mi presagio,
tendré tu nombre a flor de labio, y moriré,
miro una estrella y deja de brillar,
toco una flor y se ha de marchitar,
negra suerte la que me toco,
que es todo lo que quiero yo,
por eso se que solo voy,
yo no fui nada, nada, nada soy, ya sin ti,
bituqui batilin tin,
yo, yo, yo,
pero que yo solo estaré,
y jurare, que cuando muera,
belen que aun así con mi presagio,
tendré tu nombre a flor de labio, y moriré,
alalae, por que no me comprenden a mí,
si yo soy, un negrito chévere,
suelta negra,
miro una estrella y deja de brillar,
toco una flor y se ha de marchitar,
negra suerte la que me toco,
que es todo lo que quiero yo,
por eso se que solo voy,
yo no fui nada, nada, nada soy,
bituqui batilin tin para ti,
pero que yo, yo, yo, yo, yo, yo, solo estaré,
y jurare,
que cuando muera,
belen que aun así con mi presagio
tendré tu nombre a flor de labio,
y moriré,
incomprendido, yo soy Maelo el incomprendido,
ja-ja-ja-ja-ja-ja,
epa, quémala.
 

 

 

Por. Noemí E. Herrera De Castillo

Especial para Herencia Latina

Lima – Perú

 

Genio o sonero incomprendido, parafraseando el tema que expresamente le compusiera Bobby Capó, Ismael Rivera es referencia fundamental para todo aquel que se adentre en los vericuetos de la salsa. Este 13 de mayo se cumplen 20 años de su partida, por lo cual van estas humildes líneas.

 

 

Hablar de Ismael Rivera supone, necesariamente, referirnos a uno de los mejores cantantes de música afro caribeña de todos los tiempos. Esta afirmación es rigurosamente objetiva si consideramos que Ismael, al margen de sus indudables virtudes como sonero, supo trascender la circunstancia de su primera etapa con Cortijo, inserta en el complejo de la música típica de Puerto Rico (entiéndase, bomba y plena) hasta llegar a la salsa de los años setenta, expresión en la cual fue protagonista de primer orden.

Hombre de extracción humilde, criado en el barrio negro de San  Mateo de Cangrejos, donde nació y le sirviera de inspiración.

 

Su soneo  era inconfundible, podía estar minutos y minutos repitiendo frases, refranes de lo cotidiano, sin perder la clave del ritmo, bien imitado jamás igualado.

Maelo, vivía en Loiza Aldea, en Santurce, en la Calle Calma nº 2003, su arte es universal, en todas partes estaba presente, siempre al lado de sus “caras  lindas”.

 

 

Cortijo y su Combo junto al maestro Arsenio Rodríguez

"La gente decía que tocabamos distinto (Cortijo y su Combo) . . .

yo no sé . . . parece que era el hambre".

Ismael Rivera

 

  

CORTIJO Y SU COMBO

 

Durante su permanencia con Rafael Cortijo, período que comprende los años 1954 a 1962 (desde el álbum Dance with Cortijo, editado por Seeco, hasta la producción Danger, grabado con la colaboración de Rolando La Serie para Gema) Maelo supo sacar provecho de la música puertorriqueña, ya mencionada, aunque añadiendo giros estilísticos netamente cubanos, lo cual se evidencia en las interpretaciones de Ismael en las cuales, por ejemplo, una bomba era rematada con el montuno privativo del son.

 

Del mismo modo, Rivera amplió el camino que abriera Beny Moré en lo que se refiere al soneo pues la respuesta del cantante al coro rompió los esquemas tradicionales, “pisando” el coro pero sin que este alarde desvirtúe el tema interpretado. Precisamente, esta virtud en Maelo le valió el mote de Sonero Mayor que le fuera dado, precisamente, por el Bárbaro del Ritmo.

 

Otro factor coadyuvante al éxito de Ismael Rivera fue nada menos que el Combo de Cortijo. Una breve combinación de dos trompetas y dos saxos más rimo completo, encargándose el propio Rafael del timbal, supuso en la década del cincuenta una irreverencial puesto que las principales emisoras de radio y sobre todo la televisión, muestra de ello es el espacio estelar en la Taberna India, de Telemundo, mostraban a este grupo de hombres de raza negra (quizás con la excepción de Kito Vélez en la trompeta) desplegar su arte sin ningún tipo de complejos, lo cual resintió ciertos sectores sociales reaccionarios que no soportaban esta suerte de reivindicación a través de una música feliz y honesta.

Temas como: “El bombón de Elena” de don Rafael Cepeda, “El negro bembón”, “Juan José”, “Besitos de coco”, “Maria Teresa” entre otros, pegaron con mucho éxito.

 

Esta intolerancia fue la que provocó una reacción desmedida cuando Maelo es detenido en posesión de drogas para su consumo personal. Lo que ya era moneda común en muchos artistas no le fue perdonado a Rivera, que fue recluido en prisión por tres años. Las consecuencias de esta injusticia fueron la disolución del Combo que, posteriormente y bajo la dirección del pianista Rafael Ithier, se reagruparía bajo el nombre de El Gran Combo, institución que llena un capítulo aparte en la historia de la música.

 

Pero el Sonero Mayor no se amilanó. Al salir del presidio busca a Rafael Cortijo y refundan el Combo. Pero la hipocresía de la gente creó un ambiente hostil que los obligó a abandonar la placidez de Puerto Rico por la turbulencia nuevayorquina de mediados de los años sesenta.

 

Grabando para Tico editan un par de discos (Con todos los hierros y Welcome) que si bien ahora son piezas de colección, en el momento que salieron al mercado (1966 y 1967) no recibieron el apoyo del público mayoritario. Consecuencia de ello, Rafael regresó a Borinquen mientras que Ismael, con el apoyo inicial de Tito Puente y Charlie Palmieri, se quedó en la Gran Manzana y formó un grupo que sentaría cátedra en la década del setenta: Los Cachimbos.

 

Ismael Rivera y Samy Ayala

Los Cachimbos en la oficina de Richy Bonilla.

Foto de Richy Bonilla

 

 

 

DE LOS CACHIMBOS A FANIA

 

Esta agrupación repetía el formato breve del Combo de Cortijo, aunque se le añadió un trombón, instrumento fundamental en la gestación del sonido de la salsa y que es influencia directa de Eddie Palmieri. Y cuando se incorporó al grupo el pianista cubano Javier Vásquez, que venía de la Sonora Matancera, se inició una nueva etapa en el derrotero musical de Ismael Rivera.

 

Hasta 1974, Los Cachimbos editaron sendas producciones revestidas de la salsa que en ese entonces arrasaba la ciudad de los rascacielos; “La Controversia”, “La Soledad”, “Mi negrita me espera”, y en lo personal me fascina “La Gata Montesa”, entre otros temas.

Y el mérito de este grupo radica en que Ismael supo enfrentar la feroz competencia que representaba Fania que en base a una agresiva estrategia de mercado estaba a punto de monopolizar el mercado. Pero sobre todo, se trabajó un repertorio muy bien escogido, alternando temas nuevos y añejos así como los infaltables boleros.

 

Precisamente en mayo de 1974, la compañía Tico-Alegre realizó un concierto de despedida en el Carnegie Hall de Nueva York, en el que participaron estrellas como La Lupe, Tito Puente, Joe Cuba, Charlie Palmieri y, por supuesto, Ismael Rivera y Los Cachimbos. Meses después, se cumplía el vaticinio al adquirir Jerry Masucci no sólo el catálogo de estos sellos discográficos sino los contratos de sus artistas.

 

Así, de un momento a otro, contra su voluntad, Ismael Rivera pasó a ser parte de Las Estrellas de Fania. Pero al margen de este reclamo personal, existía un problema mucho más grave que los seguidores del cantante, y el propio Sonero Mayor, se negaban a admitir: la pérdida de voz de Rivera.

 

En una conferencia de prensa en San Juan

Lucecita Benítez, Ismael Rivera " El Sonero Mayor", Rubén Blades,

Justo Betancourt y el maestro Tite Curet Alonso.

Foto de Fernando Sánchez. Archivo personal.

Tomada de El Libro de La Salsa.

César Miguel Rondón

 

 

EL CANTO DEL CISNE

 

En este sentido, los últimos discos grabados por Ismael, entre 1977 y 1984, acreditan un progresivo deterioro en sus calidades vocales. A esto también contribuyeron sus excesos personales que empezaron a pasarle la factura. Pero a pesar de no tener casi voz (debido a unos pólipos de los cuales fue operado sin éxito) siguió demostrando que el arte del soneo no es producto de la garganta sino del alma.

 

Los estudios La Tierra Sound, donde se registró esta etapa, ayudaron la voz del sonero a efectos de lograr una grabación acorde con los standares que manejaba la Fania. Pero cuando en 1984 ingresó al estudio, sólo pudo culminar a duras penas un tema: Ritmo Columbia. Esta interpretación, realizada bajo la dirección de Luis García, es dramática por cuanto apreciamos el canto del cisne de un  Maelo con la voz literalmente quebrada pero que se niega a renunciar, para seguir entregándose a su público.

 

El disco, que fue titulado Legend, fue completado con temas de anteriores producciones y, a la postre, es lo último que grabara Ismael Rivera. Tres años después, un 13 de mayo de 1987, un infarto se lo llevó mientras descansaba en su casa de la calla Calma (hoy calle Ismael Rivera) en compañía de su madre, doña Margarita Rivera.

En junio de ese mismo año, Ismael sería objeto de un reconocido homenaje,  porque  su arte contribuyó a la música popular de la plena, bomba y  salsa.

Al morir Maelo, entró en la inmortalidad, como el mas grande de entre los  grandes, su canto, su soneo, su infatigable ¡Ecuajey¡ quedará en el recuerdo de todos los ciudadanos que amamos su música.

  

Pero los discos están ahí y pueden ser escuchados una y otra vez sin que la voz de Maelo sufra menoscabo. Y también están  los videos como legado invalorable, que muestran a Ismael en la plenitud de sus facultades, pariendo su arte como los grandes.

 

¡HONOR A QUIEN HONOR MERECE¡

 

 

La Sra. Noemí E. Herrera De Castillo, es de profesión economista y trabaja actualmente en el Instituto Nacional de Estadística e Información de Lima – Perú

 

 

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