Entrevista al Director de Orquesta, el Flautista

Antonio Arcaño, "El Monarca".

Realizada por Jesús Blanco, en La Habana, Cuba el 28 de noviembre de 1988

Cedida muy gentilmente por Jaime Jaramillo

Especial para Herencia Latina

 

"Bueno, dénse cuenta que las charangas eran de seis músicos y yo la aumenté a ocho. En el treintipico nos reuníamos en casa de Orestes López para descargar, turnándonos en pequeños grupos. Yo siempre escogía a Orestes para el piano, porque al final de los danzones hacía una cosita muy sabrosa que resultó ser el mambo. Pérez Prado fue un músico muy inspirado, pero el mambo nació así. En los años 30 nosotros ya le poníamos mambo a los danzones."

Antonio Arcaño

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La orquesta "Maravillas de Arcaño" fue una de las agrupaciones musicales de mayor influencia en la musica cubana que tuvo a Cachao y su hermano y otros grandes musicos creadores de un estilo que presagio la llegada del mambo y grandes interpretes del danzon.

Entrevista completa

 

 

 

Antonio Arcaño

Por. Joaquin Ordoqui Gracía. Madrid.

http://arch.cubaencuentro.com/enclave/semblanzas/2001/06/04/2567.html

 

El 29 de diciembre de 1911 nace en la ciudad de La Habana Antonio Arcaño, quien quedó para la historia como el gestor de una agrupación que contribuiría a definir el futuro de la música cubana.

Antes de que ello ocurriera, pasó su infancia del otro lado de la bahía, no en Miami, sino en Guanabacoa, villa que tiene en su average a Rita Montaner, Bola de Nieve y Ernesto Lecuona.

El joven Arcaño estudió flauta con José Antonio Díaz y se inició profesionalmente en la famosa charanga de Valdespí. Después pasa a la Orquesta Gris y, en 1937, crea una verdadera maravilla: su orquesta, que junto al Septeto Nacional, al Conjunto de Arsenio Rodríguez o a Irakere, llega a ser uno de los más importantes laboratorios experimentales de nuestra música.

La primera orquesta de Arcaño era, también, una charanga tradicional de siete músicos: flauta, dos violines, contrabajo, piano, timbal y güiro.

Es interesante percibir que gran parte de las innovaciones que se producen en nuestra música bailable están directamente relacionadas con la adición de uno o más instrumentos dentro de un determinado formato orquestal. La introducción de la trompeta no sólo trasmuta el sexteto en septeto, sino que abre las puertas a sucesivas revoluciones en el son. Cuando, a principios de los 40, Arsenio Rodríguez decide añadir un piano, una tumbadora y una segunda trompeta al septeto, no sólo crea el conjunto, sino que sienta las bases de muchos devenires.

En 1944, Arcaño decide cambiar el formato de su agrupación: aumenta los violines a cinco e introduce dos violoncelos, una viola y una tumbadora. Esa innovación cambiaría el futuro de la música bailable.

Por cierto, Helio Orovio comete un error aritmético en su diccionario al afirmar que esta charanga estaba compuesta por 17 músicos, cuando en realidad eran 14, error que repite Sonia Pérez Casola en la presentación del CD Orquesta Arcaño y sus Maravillas (Discmedi 218 CD) y lo más curioso es que ambos autores, cuando mencionan a los integrantes de la nueva big charanga, se refieren a los 14 músicos que la componían.

El pretexto de este espectacular incremento fueron unas presentaciones en vivo en la emisora 1010, por lo que la orquesta fue bautizada con el título de "radiofónica" lo cual, evidentemente, no significa nada. Además, Félix Reina, uno de los violines de las Maravillas de Arcaño, cuenta una interesante versión de cómo se produjo la introducción de la tumbadora, el aporte más significativo de la nueva agrupación: "Cuando la orquesta sale no tiene tumbadora. Inclusive, el que comienza como tumbador de la orquesta es el utilero, 'El Colorao', como le llamábamos. Por lo general, alternábamos en los bailes con el Conjunto de Arsenio Rodríguez y 'El Colorao' siempre se ponía a llevar el movimiento del son en la tumba cuando tocaba Arsenio y, después, cuando tocaba la charanga, lo seguía marcando. De ahí se le prende la chispa a Arcaño junto a Israel López y se les ocurre dejar la tumbadora para que vaya también apoyando la cosa rítmica".

Por supuesto, atribuirle la innovación al Colorao sería como sugerir que fue una manzana la que enunció la teoría de la gravedad, pues algunos de los integrantes de la orquesta (verdadera "todos estrellas" de la época), liderados por el propio Arcaño, estaban buscando formas para innovar el danzón, lo que se logra a partir de los aportes de los hermanos Israel (contrabajo) y Oreste (cello) López, quienes dan forma al "ritmo nuevo", génesis del mambo y, hasta cierto punto, del chachachá.

También resulta significativamente simétrico que las dos agrupaciones que marcarían los destinos de nuestra música, el Conjunto de Arsenio Rodríguez y Arcaño y sus Maravillas, simultanearan en bailes y que de esos encuentros surgieran sinergias como la descrita dos párrafos atrás.

Aunque la charanga de Arcaño se mantuvo vigente hasta mediada la década de los 50 –cuando se disolvió, probablemente arrollada por la euforia del chachachá–, desde 1945 este gran flautista delegó la interpretación de su instrumento en su primo y maestro José Antonio Díaz, conocido como El Cojo, a quien consideraba "el flautista más completo y consumado que había conocido por su combinación de calidad, técnica y sonido".

Hoy, gracias a la digitalización, podemos escuchar esta verdadera maravilla y llama la atención la calidad de la orquesta, su concepto musical, los solos de flauta y piano y el brillante manejo de los silencios, tan importantes en nuestra música, sobre todo en el entorno del danzón.

 

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