Joe Bataan
El Maestro Joe Bataan en un concierto en España para el año 2004. ©Foto de Herencia Latina
“Díganles que el verdadero Bataan esta de regreso” Joe Bataan
Autor-Max Salazar Tomado del libro: “Mambo Kingdom-Latin Music in New York” Traducción-Ian Seda Miembro Fundador de Herencia Latina
Durante la década de los cuarenta y los cincuenta, el Este de Harlem en la ciudad de Nueva york se hizo notorio por las guerras entre gangas que contribuían con la alta incidencia de la criminalidad y muertes entre los adolescentes. Cada bloque, desde las calles 100 hasta la 125, tenía gangas que jugaban “stickball” o peleaban. Ese Harlem tenía pocos modelos a seguir aparte de las figuras del deporte y de la música.
A mediados de los cuarenta, intérpretes como Miguelito Valdes, Machito, Noro Morales, y Marcelino Guerra atraían a los jóvenes al mundo de la música latina. Tito Puente, Tito Rodríguez, Cal Tjader, Johnny Pacheco, Ray Barreto y Eddie Palmieri fueron la inspiración para los jóvenes en los cincuenta y sesenta. Para esta época es que Joe Bataan obtiene el aprecio por la música latina que determinaría el curso de su vida.
Nació con el nombre de Meter Nitollano Jr. En el hospital de Harlem el 15 de mayo de 1942. Su madre afro americana era de Newport, Virginia y su padre era un filipino. La familia vivió en varios apartamentos alquilados hasta que se establecieron en 1947 en la calle 104, entre las avenidas Lexington y Park. Comenzó sus estudios en PS 72, continuó en la elemental Patrick Henry y luego fue a la escuela superior Comerse, de la cual desertó al año.
“Mi más temprana recolección asociada con música fue cuando tenia cinco años”, dijo Bataan. “Yo cantaba con cualquier cosa que se escuchase en la radio. Después me la pasaba en la tienda de dulces Gitch en la 103 con la Avenida Lexington, donde compraba la revista mensual Hit Parade, la cual ponía una lista de los éxitos más populares. “Aprendí la lírica y cantaba canciones como “Tennessee Waltz”, “Cruising Down the River”, “Stranger in Paradise”, “Cry”, y “Oh! My Papa”. Mi apreciación hacia la música latina comenzó con “Anabacoa”, “Ran Kan Kan”, el “Chinese Mambo” de Alfredito y el merengue “A lo Oscuro”. Entonces en 1955 fui influenciado por “Why do Fools Fall in Love” de Franki Lyman. Yo era uno de esos chicos en el Paramount de Brooklym que presenció a los Harptones, los Chantels, los Heartbeats, Bo Diddley y a Fats Domino. Como adolescentes teníamos música que era nuestra. . . Nos identificamos con los artistas jóvenes y las líricas. . . Digo esto porque los padres tienden a olvidar que una vez fueron adolescentes, que tenían anhelos y que querían ser tratados como adultos. Los adolescentes negros y los puertorriqueños nacidos en los guetos no tenían palabra sobre la pobreza y opresión en la cual nacieron, pero teníamos a nuestras hermosas hermanas y música que nos permitía ser tan ricos como los niños que vivían en los sectores privilegiados.”
Durante la adolescencia de Bataan, sus habilidades para la pelea y sus rápidas manos fueron legendarias en el Este de Harlem, donde se le conocía como el Sugar Ray Robinson afro-filipino. “Las muchachas siempre eran la razón de las peleas”, dijo. “Comenzarían con un tipo rapeandole a la muchacha de otro; eso ofendía a su hombre, quien buscaría la venganza con su ganga…Entonces la otra ganga buscaría su revancha. . . nunca terminaba. . . Ser malo me trajo atención . . . Yo quería una identidad. Tipos que estuviesen en las esquinas y se vieran malos eran impresionantes, aunque nadie quería pertenecer a una ganga compuesta por matones, por lo que el grupo se llamo “grupo social atlético”.
En 1959, un guardia de seguridad de un complejo agarró a Bataan guiando un vehiculo hurtado, y le sentenció a cinco años en la prisión estatal en Coxsackie, Nueva York. Mientras estaba encarcelado, Bataan aprendió los rudimentos musicales bajo la tutela de Mark Francis. “La música fue mi salvación”, dijo Bataan. “Me enseñó disciplina. Adquirí una actitud madura hacia la vida. Fui puesto en libertad condicional luego de dos años, y para este tiempo había leído muchos libros y había obtenido mi diploma de escuela superior. En la tarde me la pasaba en el centro juvenil William Ettinger en la calle 106 entre las avenidas Madison y Park, y allí aprendí a tocar el piano leyendo un libro para principiantes. Copié el estilo de mi caballo, Eddie Palmieri. Aprendo el baile latino en el Chez Jose, me case, y estaba esperando un hijo cuando en 1964 violé mi libertad condicional y regrese a Coxsackie.”
Un día en prisión se puso a pensar sobre la gran cantidad de afro americanos y latinos de su edad que estaban en ahí en la cárcel. Comenzó a analizar líricas y a reinterpretar al mundo luego de escuchar “Eddie My Love” de las Teen Queens, “Gloria” de los Cadillacs y a “Since I don’t Have You” de los Skyliners. Absorbió los mensajes positivos y emprendió el camino de escribir canciones que lograran un cambio en las actitudes de las personas sobre la vida. Un Bataan diferente salio de la prisión luego de que un alguacil le aconsejara que “la adquisición del conocimiento ayudaría a uno a evitar las trampas de la vida que normalmente llevaban a la prisión y a la muerte”.
Un año más tarde Bataan fue puesto en libertad. Organizó su banda reclutando a cualquiera que entrase al Centro Ettinger con un bulto para instrumentos. Ensayaba al grupo cinco días a la semana. Cuando necesitó a un vocalista, llamó a dos viejos amigos, Tito Ramos y Tito Rojas, quienes no aceptaron ya que estaban cantando para la recién organizada orquesta de Johnny Colón.
“La banda de Colón estaba llevando a cabo sus ensayos en el Banana Club en la 102 con Primera Avenida”, dijo Bataan. “Ambos Titos decían que Johnny no le permitía a nadie escuchar su banda. Esto no me aplicaba a mí porque yo y Johnny éramos apegados. Habíamos atendido la escuela de comercios juntos. Entré al club y me senté en un área oscura. El sonido del trombón y las congas de Milton Cardona me tenían loco. Me acerque Johnny, quien estaba sentado en el piano, para felicitarlo. Con un tono fuerte me pidió que me fuera. Me puse furioso y fue su actitud beligerante la que me prendió por dentro. Quería venganza, así que en vez de patearle el trasero, pensé en dirigir una banda que fuese mejor que la de él. Me encomendé crear un nuevo sonido, una fusión de R&B con latino. Cada día, por los próximos seis meses mi banda fue mejorando y comencé a utilizar el nombre de Bataan. Mis chicos estaban listos para toques luego de que le añadimos a nuestro repertorio números originales y a Georgio Pagan de vocalista.”
“En el vestíbulo del Boricua Theatre en la 107 y Lexington, me acerque a Federico Pagano y le dije que tenía una banda buscando trabajo. Le di mi tarjeta de presentación que me habían dado ese mismo día. En la tarjeta estaba impreso “Joe””. El ya no recuerda quien era “Joe”, pero escribió su nuevo apellido y su número de teléfono. “Esa tarde debutamos en el Bronx Tropicana, y cuando vi el afiche de presentación note que Pagani había combinado el Joe con el Bataan. . . Desde entonces he sido Joe Bataan”.
Luego del primer set de Bataan, Pagani le ofreció un trabajo estable. “Finalmente iba a ganar dinero, pero mis compañeros eran todos adolescentes y tenían que estar en sus casas a las 10:00 pm. Yo le suplique a sus madres, las que me dieron trabajo de convencer debido a mi fama de gangster. Las convencí de que era un nuevo Bataan, y que me dieran una oportunidad para demostrárselos. Pagani proveía presentaciones en el Tropicoro, Colgate Gardens y el Bronx Casino, y pagaba bien”.
El acento español de Georgio Pagan fue la razón que llevo a Bataan a cantar. Le cambio la lírica a “Gipsy Woman”, la canto y recibió una respuesta favorable en el público. George Goldner y Stan Lewis, quienes fundaron el sello Cotique, escucharon la audición de Bataan en el Ettinger Center.
“Mi banda tocó y yo cante”. Luego Goldner dijo, “Bien, pero tú no deberías cantar. Suenas muy suave; necesitan un tono masculino.” Me moleste y sino llego a ser el nuevo Bataan le hubiese pateado el trasero. Me calme pero mi orgullo estaba herido, así que le dije “Ok grabaré con otra persona.” Goldner dijo, “No te molestes, yo quiero grabarte. Que te importa, si tú eres el líder de la banda; deja que alguien más cante”. Me dijo sutilmente que no podía cantar. El señor Goldner me dio un contrato en blanco para que firmara, lo que hice usando mi seudónimo de Joe Bataan. George Rosas, mi manejador, me presentó al DJ Dick “Ricardo” Sugar, con quien también firmé un contrato bajo el nombre de Joe Bataan.”
Días después, Bataan firmó un contrato con la agencia Alpha de José Curbelo. El mismo introdujo a Bataan con Jack Hooke, el promotor del club Village Gate. Hooke le dijo que Atlantic Records estaba dispuesto a grabarlo con tal de que no les cobrara. Cuando Curbelo se entero de los términos del contrato, le presento a Bataan con Morris-Levy, presidente de el sello Tico-Roulette en su oficina. ¿“Qué quieres”?, le preguntó Levy a Bataan. “Quiero grabar” fue la respuesta a la cual Levy contesto “OK, vamos”. “El chamaco quiere publicar su música y ser pagado por la misma”, dijo Curbelo. “Lo tiene”, respondió Levy. “Voy a programar una sesión para la próxima semana”.
De momento entro George Goldner, quien vio a Bataan y le preguntó que hacia allí. Curbelo y Levy se miraron con caras de confundidos y sorprendidos. “Yo tengo a este chamaco bajo contrato”, dijo Goldner. “Sabio el tipo ah?” dijo Levy, mirando a Bataan. Levy le pidió a Curbelo y a Bataan que se fueran para el discutir el problema con Goldner, pero Goldner respondió que no había nada que discutir ya que el había firmado el contrato. Levy se puso furioso y le dijo a Goldner que abandonara su oficina.
“Aquí estaba yo en tremendo revolu”, dijo Bataan. “había firmado como Joe Bataan contratos con George Rosas, Dick Sugar, Jack Hooke, José Curbelo y Symphony Sid. Lo hice para conseguir el mejor trato, y si alguien me hubiese tratado de coger de tonto, yo hubiese negado el contrato dado que Joe Bataan no era mi verdadero nombre. Se confabularon en mi contra y por un tiempo no pude entrar a los clubes de baile. Eventualmente me decidí por grabar con Fania, dado que Jerry Masucci no era parte del grupo. Jerry me pagó por los arreglos y las grabaciones”.
La noche que Dick Sugar puso al aire “Gipsy Woman” por primera vez, la orquesta completa de Bataan y cientos de familiares y amigos se habían congregado en el parque de un proyecto de viviendas en la calle 103, donde escuchaban a través de sus radios portátiles. “Tenía toda el entusiasmo de una pelea de boxeo de campeonato”, dijo Bataan. “Alrededor de veinte minutos entrado el programa, Sugar la puso y fue el sentimiento más magnifico del mundo. Por las próximas semanas, fanáticos llamaron a la estación pidiendo el número. Una tarde las palabras de Sugar me causaron una gran emoción. Comencé a llorar cuando dijo que el número de pedidos de “Gipsy Woman” eran increíbles y que no le hubiese podido pasar a mejor persona. Era un sueño hecho realidad. No tienes idea lo que significa que un tipo como yo pase de la pobreza al reconocimiento, sentir la experiencia de aceptación de mi música luego de tanto trabajo. Ahora era Joe Bataan, músico y director de orquesta. Mi banda tocó en bailes de negros y latinos”.
“Gipsy Woman” ocupo el lugar dieciséis en las listas de WWRL. Tres meses luego de haber lanzado el álbum Gipsy Woman, Bataan grabó otros dos álbumes, Subway Joe y Riot!. No importaba que el sonido no fuese típico. Él cantaba sobre los eventos diarios del Barrio, y cantaba sobre la gente. Mientras cantaba, el mundo exterior escuchaba sobre tipos ordinarios, madres solteras, viajes en el subway, y el amor por una mujer. La orquesta de Bataan estaba entre las primeras cinco en ventas de música latina. “Polito Vega es el responsable por las tremendas ventas de Subway Joe”, dijo Bataan. “Él la puso al aire más que ningún otro DJ”.
Los sonidos de Johnny Colón, Joe Cuba, King Nando, los hermanos Lebrón, Pete Rodríguez, Joey Pastrana y Joe Bataan eran las que estaban de moda, pero con excepción de Joe Cuba, a todos se les pagaba menos que a las bandas establecidas. Se hablaba de los directores de las bandas de Latin-Soul uniéndose para protestar esta injusticia, pero no se llego a nada. “Yo me estaba llevando a casa cuatrocientos dólares la noche”, dijo Bataan, “pero luego de pagar las comisiones a todos los que le pertenecía, terminaba con cien dólares.”
“En 1968 Tommy James y las Shondells vendieron dos millones y medio de copias de “Cristal Blue Persuasión” para el sello Roulette de Moris Levy, y llego a ocupar la posición numero seis en las lista de Nueva York. Este fue el comienzo de mi desenvolvimiento en el mercado americano del pop. Jerry la hizo grabar para su nuevo sello, Uptite Records, y se vendió muy bien”
Bataan abandono a la Fania antes de que expirara su propio su contrato y fundo el sello Ghetto Records con George Febo. Dado que no podía grabar hasta que expirara su contrato con la Fania, se fue por la ruta de dar conciertos en vivo e hizo actos de presencia personales. Dentro de unos meses Ghetto Records cerró operaciones. En 1973 Bataan fue soltado de su contrato con la Fania y firmó con Mericana Records. Una semana luego de lanzar su disco Salsaoul (1973), fue tan bien mercadeado por el DJ de WBLS Frankie Crocker que ya había vendido móás de veinte mil copias. El LP para el sello Salsoul Afrofilipino también vendió bien y puso a Bataan en ruta hacia el estrellato del pop americano. En el año de1975, en un arreglo de Marty Sheller el sexteto francés Blonde Latin grabó el número de Bataan “Johnny’s No Good”. Pieza que fue tocada en toda Francia y eventualmente Bataan obtuvo mayores ganancias por esa composición, que por cualquiera otra. Luego se dieron unos desacuerdos con Joe Cayre, los que llevaron a que finalizara el contrato de Bataan con Salsoul. El álbum Mestizo (1980), que incluía el numero “Rap-O Clap-o”, reflejaba el comienzo de la era del rap.
Desde mediados de los ochenta, Bataan ha utilizado la mayor parte de su tiempo como orientador juvenil para ayudar a jóvenes con problemas para que se conviertan en ciudadanos productivos. Aún así, la música lo ha llamado y el 27 de abril de 1995 hizo un exitoso concierto de regreso llevado a cabo en Houston College Center para las artes.
“Todo lo bueno que me ha ocurrido se lo debo a Dios”, dice Bataan. “La gente se pregunta que Bataan soy, el viejo o el nuevo. Bueno, díganles que el verdadero Bataan esta de regreso”
Edición de primer aniversario Octubre de 2005
Derechos Reservados de Autor Herencia Latina
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