Especial para el Homenaje a Joe Quijano

Jairo Grijalba Ruiz
Popayán-Colombia
diciembre de 2010
Especial para Herencia Latina.

Joe Quijano - Cesta Records

El Maestro Joe Quijano

Vi por pura casualidad a Joe Quijano por primera y única vez, en diciembre de 1977, durante una Feria de Cali. Yo estaba vinculado a una organización juvenil y me correspondió en suerte participar de un encuentro regional en esa ciudad del suroccidente colombiano. Las calles aledañas al lugar donde se presentaba con su Conjunto Cachana eran un hervidero humano. Predominaba la gente joven, chicas y chicos adolescentes como yo. Muchos habíamos ido a Cali desde diversos lugares del país para el encuentro regional de jóvenes y nos dimos cita en el anfiteatro donde se presentaba. La tarde era espléndida, ni calurosa ni fría, y al atardecer, tras la clausura del evento juvenil, todos nos apresuramos a darnos cita en el concierto. Quijano y su agrupación, con Ray Cruz como cantante[10], alternaban con la famosa Charanga del flautista cubano José Fajardo, conocida como Fajardo Y Sus Estrellas. Esta agrupación venía de Miami, donde residía Fajardo, quien también de vez en cuando se presentaba en los clubes nocturnos de la ciudad de Nueva York, aunque no con la frecuencia de décadas pasadas.

Por aquellos años, finales de la década del setenta, es preciso aclarar, la música de charanga había alcanzado en la ciudad de Nueva York, y en el ámbito latino en general, un segundo auge, posterior al de los años cincuenta y comienzos de los sesenta. Grupos como la Típica Novel, Gilberto Suárez y la Típica Ideal, Pupi Legarreta y su Charanga, la Orquesta Broadway, Lou Pérez, y José Fajardo, entre otros, estaban sonando de nuevo con mucha fuerza, y tocaban tanto su viejo repertorio, como temáticas nuevas de interés para el público más joven.

Joe Quijano, quien tenía una especie de Charanga con trompetas, en la que la flauta sonaba con una tímbrica hedonista por entre la estridencia de los metales, se había colado con habilidad en esa nueva fiebre aparecida en pleno Boom de la Salsa, y remozando viejas melodías con lenguaje contemporáneo estaba sonando muy fuerte en la radio colombiana, en especial en la de Cali y Popayán, con su número La Salsa Se Baila Así, a caballo sobre las armonías de su viejo hit cincuentero La Pachanga Se Baila Así. También tenía pegado La Salsa Se Impone, vocalizado por Ray Cruz, que en Cali le sonó muy convincente a los miles de espectadores de aquel atardecer decembrino y ferial.

La Orquesta Cachana - 1961

La Orquesta Cachana - 1961. Foto de Max Salazar

El show lo abrió Fajardo con la ortodoxia de sus violines tocados al unísono en armonización con la típica flauta de madera, que en aquella oportunidad fue magistralmente tocada por aquel genial exponente de la música afrocubana. El número favorito de la fanaticada caleña era Ritmo De Pollos, un Mambo de los cincuentas recibido con mucho entusiasmo por la concurrencia, que no paró de bailar desde aquel instante, contagiada por la cadenciosa música de aquella charanga estelar. Después, tocaron Fajardo Salsa, un número cuyo estribillo decía: “Con Fajardo y Sus Estrellas, la Salsa se baila ahora, con Fajardo y Sus Estrellas, la Salsa se goza ahora”[11]. Enseguida vino La Botija De Abuelito, que despertó igual hilaridad en el público, bailador por excelencia, de la Sultana Del Valle, y ya entrada la noche, Fajardo cerró su aparición con su composición Los Tamalitos De Olga, una experiencia danzable y culinaria al mismo tiempo que la orquesta reiteró hasta el cansancio a pedido del delirante público, que se apretujaba entorno a la tarima.

Al cierre, y con el público ya bien caliente tras la faena danzaría con Fajardo Y Sus Estrellas, le tocó el turno al Conjunto Cachana. Aunque Quijano vivía por aquel entonces más en Puerto Rico, se anunció como procedente de Nueva York. Lo trajo a Colombia un empresario llamado César Agredo, conocido en los ambientes neoyorquinos con el pseudónimo de Larry Landa, un caleño de difícil vida quien terminó sus días hundido en una mazmorra de los Estados Unidos, pagando una condena por diversos delitos relacionados con el trafico de drogas ilícitas y el blanqueo de dinero ilegal. Landa fue un hombre muy activo que trajo a Cali a varios artistas latinos de renombre entre quienes recuerdo a Ismael Rivera con Sus Cachimbos de Nueva York y al inefable Héctor Lavoe, a quien alojó en Cali a finales de 1982 para una hipotética desintoxicación de su adicción a las drogas, que aquí terminó por agravársele.

Solía presentarlo en su propia discoteca, un establecimiento nocturno que llegó a estar de moda, llamado Juan Pachanga, ubicado en un sector popular de Cali denominado Juanchito. Landa, rodeó a Lavoe de su propia orquesta, la Juan Pachanga Charanga, un grupo que lideraba el timbalero Alejandro Longa, conocido en el ambiente como Pichirilo, y quien años después lideró una disidencia del Grupo Niche, llamada Los Niches, surgida hacia 1988. Lavoe, hilvanando un escándalo tras otro, estuvo entre nosotros hasta Enero de 1983, fecha en la que retornó a la ciudad de Nueva York, no curado de sus adicciones pero si con los ojos llenos del paisaje del puerto de Buenaventura, al que solía ir para contemplar los atardeceres del océano Pacífico sentado en solitario fumando marihuana[12].

Landa quien era representante de artistas en la ciudad de Nueva York, igualmente incursionó en la industria disquera y estuvo regentando una empresa llamada Latin American Records, de la cual era el productor. La empresa se conocía como LAR CORP., y tenía domicilio en el 850 7TH AVENUE, NEW YORK, tal como aparece en las carátulas de algunos discos de agrupaciones sesenteras relanzados en los ochentas y noventas en la ciudad de Nueva York y conocidos en Colombia, como el álbum “Monte Adentro” [FM Records], de Gilberto Y Su Charanga[13], originalmente grabado para Estacy Records, y cuya música fuera editada por NENA MUSIC Co.

Volviendo al show de esa inolvidable jornada de la Feria de Cali, hay que decir que Quijano vino con una estupenda agrupación musical y que gustó mucho su repertorio nuevo, en especial por la voz del cantante Ray Cruz, sin embargo la amable concurrencia, en la que figuraba un grupo representativo de melómanos de la vieja guardia, le solicitaban sus clásicos temas como El Rey Del Amor, Llegó El Dulcerito, Doña Pepa, Tocando En El Ruffo, Yo Soy El Son Cubano, Pachanga En Changa, Pachulín y otros más, todos representativos de aquellas memorables jornadas de la era de la Pachanga, que el artista boricua no tuvo el menor inconveniente en interpretar con la sabrosura de siempre, para complacencia de su numerosa fanaticada. Fue la única vez que lo vi, bien de cerca por cierto, ya que con mi grupo de amigos y amigas, nos habíamos apostado a pocos metros del estrado.

[10] Los mayores le reclamaban a la organización del concierto por qué no había venido el cantante Paquito Guzmán. Nota del autor.

[11] Con este número José Fajardo hacía un esfuerzo parecido al de Joe Quijano por incursionar en el lenguaje de la Salsa, un lenguaje que no les pertenecía ni al que ellos pertenecían [al menos como protagonistas de primera mano], puesto que venían de la Pachanga, el Mambo, el Danzón, la Guaracha y el Cha, cha,chá. Sin embargo, en su afán por no quedarse por fuera del circuito comercial del llamado fenómeno de la Salsa, hacían este tipo de concesiones. Aunque a la Salsa no la podemos considerar como un género, no se puede sin embargo descartar que fue y ha sido un fenómeno musical-comercial que desde Nueva York y La Habana se irradió hacia el mundo y creó una cultura con su propio código de significados y un rico lenguaje tanto verbal como danzario y gráfico. Nota del autor.

[12] Ver al respecto el magnífico artículo del periodista colombiano Hugo García Segura, publicado por El Espectador de Bogotá el 1° de Octubre del 2006: “En El Nombre De Lavoe… A Los Sesenta Años De Su Nacimiento. ‘El Cantante De Los Cantantes’ Se Enamoró De Cali Y Vivió En Ella Entre Octubre Del 82 Y Enero Del 83. Homenaje”. Nota del autor.

[13] Gilberto Cruz, pianista originario de Ponce, Puerto Rico, quien tuvo en su agrupación como cantante a Nacho Sanabria, un destacado intérprete boricua oriundo de Cataño, y quien ha gozado de enorme aceptación en Cali, incluso hasta años muy recientes. Nota del autor.