Reseñas de Libros y Revistas

 

 

La tristeza del rumbero Andrés Caicedo

 

 

 

En el 30 aniversario de su muerte,

se publican las memorias del primer y mejor novelista de la salsa.

 

Por Enrique Romero

elmolestoso@latincoolture.com

 

Dada la ocupación discómana, rumbera, salsómana, de mi enamorado, yo no podía pedir más, pensará el lector. De principio, así es. Pero ninguna salsa le llega a usted entera, al final azota el llanto, quiebra el miedo, afloran las tristezas inexplicables. Conocí, traspasé la marea, las negras arenas, las difíciles armonías de uno con las melodías de la madrugada.[1]

 

El 4 de marzo de 1977, en pleno boom de la salsa, se publica Que viva la música, la novela salsera más importante y precoz de todos los tiempos, escrita por el colombiano Andrés Caicedo (Cali, 29 de septiembre de 1951). Ese mismo día, con apenas 25 años de edad, el autor se suicida y da comienzo a una leyenda vital, literaria, teatral, cinematográfica y rumbera que crece con el paso de los años. La penúltima sorpresa ha sido la publicación de El cuento de mi vida[2], una suerte de memorias (él no quiso llamar Diario a estos apuntes) escritas en tiempo real que nos desvelan aspectos desconocidos de su vida interior y nos confirman su gran talento y sensibilidad.

 

 

La presentación del libro se llevo a cabo el pasado 7 de marzo en Bogotá y el acto fue apoteósico, con presencia de vieja guardia y gran cantidad de gente joven, además de los snobs y los infiltrados tan inevitables como necesarios en la vida social moderna. Esta apoteosis se explica por el impacto que, desde 1977, tuvo su salsosa, rockera y musical novela, cuya estela brilla y se alarga en todo el país y América Latina y, aunque escrita en el slang colombiano de los años 70, ya ha sido traducida a varios idiomas.

 

A sólo seis años de la explosión del boom salsero, Caicedo escribió y publicó Que viva la música, en la que sintetizó de forma magistral, urbana y sandunguera las tensiones fundacionales de la salsa. La obra narra la transición y las contradicciones de una joven melómana que se ve obligada a cambiar de palo pa rumba o, como mínimo, a tratar de compatibilizar a los Rolling Stones con Ray Barretto “Acabo de descubrir la salsa a la astilla. Hay que sabotear el rock para seguir vivos”, le dice por teléfono a un amigo desde la tienda de la esquina (Pág. 104). La novela no sólo es la obra más elaborada sobre el pathos salsero y la iniciación juvenil, sino que inaugura, para Colombia, la literatura urbana y cosmopolita. Por ello se ha convertido en una obra de culto, releída con fruición por la vieja guardia y descubierta con perplejidad militante por las nuevas generaciones. Esto explica, también, la avidez con que ha sido recibido El cuento de mi vida.

 

En las memorias, que ahora se publican gracias a la decisión de sus hermanas Vickie, Pilar y Rosario, quienes habían retenido el manuscrito celosamente durante estos 30 años, Caicedo no habla de salsa, excepto una broma que hace con una frase de Richie Ray (Pero yo empezaré de nuevo, y eso lo sabrá la gente -más que estilo trascendente, la última frase es una variación de una canción de Richie Ray-. Pág. 74), pero todo el ambiente que describe de su vida personal, de su gente, de Cali, su ciudad, las drogas, los afectos (con o sin sexo, homosexual o heterosexual aunque, en su caso, más valdría hablar de stereosexual), la soledad, el trabajo y la familia es un ambiente netamente salsero, intimo, pero con esquina, popular y culto, musical como teatral, literario, cinematográfico y, en suma, todo el universo urbanita y contradictorio de los años setenta del que Caicedo fue devoto reflejo, el Caicedo de la leyenda.

 

El libro discurre por diferentes estados anímicos, por diversas esperanzas, pero un único estupor, el de la tristeza y la soledad, una tensión aparentemente inexplicable en una naturaleza joven, rumbera y que, desde la adolescencia, ya conocía las sorpresas del éxito social. En la página 57 confiesa: “Lo que he sentido hoy al menos por tres horas me hace pensar que tengo adentro un río de arena hirviendo que poco a poco se agota en un hoyo profundo y negro, y no he tenido tiempo para probar en verdad el placer de la compañía, eso que intuyo, el placer de la celebración, del amor, de la música.” Sorprende este estado de animo en alguien que hacía felices a los demás con sus relatos, sus cine-forums, sus rumbas y mil proyectos más. Pero la procesión iba por dentro, caballeros: “Miraré una cosa distinta cada día. Haz de cuenta que estás interno, lejos del hogar y escribes para matar el tiempo y para darle una forma independiente a la tristeza que ahogas.” (Pág. 83). Lo dicho, estas memorias son, por encima de todo, la tristeza del rumbero, pero una tristeza vital, de lo contrario no habría escrito ni una sílaba. Su pathos era, en consecuencia, activo y reflexivo sin sucumbir a lo meramente anímico.

 

En simbología salsera, Caicedo podría ser una síntesis de Juan Pachanga, El Cantante y Juana Peña. Y en el panteón de nuestra cosa latina podría estar, con todos los honores y sus respectivos horrores, junto a Héctor Lavoe cantando a dúo “vagabundeando voy, soy vagabundo, por no encontrar en este mundo dónde poder echar hondas raíces, dónde poder pasar horas felices.” Este es el sentimiento que queda después de leer estas memorias que, recordemos, fueron escritas en tiempo real y sin pretensiones póstumas, comerciales o políticas. Hay quienes viven para contarla, Caicedo prefirió contarla para morir.

 

Nuestro hombre fue precoz y prematuro. En sólo diez años, de los 15 a los 25, escribió y dirigió obras de teatro (Los imbéciles también son testigos, La piel del otro héroe, Recibiendo el nuevo alumno, Las curiosas conciencias, el fin de las vacaciones); escribió guiones de cine (Un hombre bueno es difícil de encontrar, La sombra sobre Innsmouth, y The nameless Offspring); escribió sobre cine en diversos diarios y revistas, publico cuentos que, después de su muerte, han sido reeditados en libros como Angelitos empantanados o historias para jovencitos, Destinitos fatales, El atravesado, Cali calabozo, y Berenice; intentó vender sus guiones, sin éxito, en Hollywood, y, por último, la primera edición de su memorable novela musical la recibió la mañana del mismo día en que decidió suicidarse.

 

Pese a su genialidad y éxito artístico, en El Cuento de mi vida, Caicedo se concentra en una reiterada e intensa queja sobre sus fracasos afectivos con la familia, con los amigos y, sobre todo, con Patricia Restrepo, la mujer de su vida. Aquí tendría que dejar el dúo con Lavoe y retomarlo con Maelo “yo, yo, yo, creo que voy solito a estar cuando me muera, he sido el incomprendido, ni tu ni nadie me ha querido, tal como soy”. Si bien su tristeza en vida se podía intuir, en este nuevo libro las sospechas se confirman, como está confirmado que la salsa, más allá de su excitante ritmo y la exhuberancia de su baile, contiene un componente melancólico inexplicable, pero que se hace sentir de alguna manera. Y este sentimiento lo captó Caicedo de forma sin igual y lo amplificó de forma inequívoca en su novela Que viva la música, nuestra novela.

 

[1] Andrés Caicedo. Que viva la música. Pg.114. Plaza & Janes Editores. Colombia 1994

[2] Andrés Caicedo. El cuento de mi vida. 120 páginas. Editorial Norma. Colombia 2007.

 

 

 

NORO MORALES

LATIN PIANO MAN

 

 

 

Autor: Frank M. Figueroa

PILLAR PUBLICATIOS

 

Por: Israel Sánchez-Coll

 

En los Estados Unidos a Noro Morales se le considera como una de las principales estrellas que en la música y en el medio artístico, ejerció una apreciable influencia, tal consideración se da a partir de los años treinta. Con el transcurso de los años su banda fue muy solicitada en los celebres clubes: La Conga, El Morocco, el Store Club, el Copacabana y el China Doll, entre muchos otros.  El periódico hispano “La Prensa” de Nueva York, seleccionó su banda como “La Orquesta Latina más popular de la ciudad”.  Otro rotativo, el New York Daily  News, contrató por varios años la Orquesta de Noro Morales para que animara sus fiestas anuales: “Harvest Moon Ball”. Por otro lado, Billie Holiday en su obra biográfica "Lady sing the blues" (La Dama Canta Blues), menciona que su banda junto con la del Hispano Noro Morales, compartieron varios escenarios en algunos sitios nocturnos de la ciudad de Nueva York.

 

Noro Morales era de una personalidad afable, se caracterizó por estar siempre sonriente y de buen humor además que ejecutaba el piano de una manera excepcional. Su primer trabajo como miembro de una orquesta fue con la candente orquesta de Alberto Socorrás, la cual realizaba muchas presentaciones en clubes nocturnos de jazz y del ambiente latino. Él abandonó la orquesta de Socorras para trabajar en presentaciones ocasionales con las bandas de Augusto Cohen, Leo Marini, y Johnny Rodríguez (hermano de Tito), con quien realizó sus primeras grabaciones el 2 de enero de 1936, para el sello Columbia Records (Max Salazar).

 

Para la primera mitad de los años 40s, los grupos de Noro Morales y Xavier Cugat fueron las bandas más populares en los lugares artísticos de la ciudad de Nueva York. Luego en 1945, el principal rival de la orquesta de Noro Morales fue la orquesta de Machito. En este periodo, la banda de Noro recibía el mayor pago que orquesta alguna podía recibir; por donde quiera que Morales y su grupo aparecían, los músicos de otras bandas venían solamente para ver a la orquesta en acción. Eso fue lo que hicieron en muchas ocasiones Tito Puente, Tito Rodríguez, Charlie Palmieri, Héctor Rivera, Lou Pérez; Pete Terrace, Frankie Colón y Ken Rosa (Max Salzar). En cuanto a la cantidad de sus grabaciones el Sr. Frank Figueroa destaca que el compositor y pianista Noro Morales grabó 95 discos de 78 rpm, 60 álbumes, 55 discos sencillo o 45 rpm y 7 CD. Noro grabó para los principales casas de grabación como: Decca, MGM, Columbia y RCA Victor.  Poco después, fundó su propia compañía: Rivoli, donde grabó con su propio nombre y otras veces usando el nombre de Luisito Benjamín. La primera grabación que Noro Morales realizó en Nueva York con su propia banda fue con la Columbia Records en 1938 y lo hizo bajo el nombre de la Orquesta de los Hermanos Morales, no obstante, el Sr. Figueroa reporta que encontró una grabación fechada el día 19 de mayo de 1938

 

Norberto Morales nació el 4 de enero de 1911, en Puerta de Tierra, Puerto Rico, en el seno de una familia de músicos. Su padre, Luís, un violinista, y su hermana Marina fueron sus primeros tutores. En 1924, Luís Morales, su esposa, y sus nueve hijos se mudaron para Caracas, Venezuela, y Luís se unió a la orquesta oficial del Presidente Juan Gómez. Meses después, Luís Morales murió, y Noro llego a ser su director musical. (Max Salazar)

 

Por razones desconocidas la orquesta se desintegró. Entonces la familia Morales retornó a Puerto Rico en 1930, luego de que los miembros de la orquesta se dispersaran. De regreso a la isla, Noro se desempeño como pianista invitado (freelance pianist) para orquestas como la de Rafael Sánchez y Su Sinfónica, The Midnight Serenaders, Carmelo Díaz, y Rafael Muñoz, antes de reubicarse en la ciudad de Nueva York en el año de 1935. (Max Salazar)

 

 El director musical Xavier Cugat fue quien abrió las puertas para que algunos artistas latinos actuaran en las películas del cine sonoro norteamericano. Noro Morales siguió a Cugat y así el 31 de diciembre de 1941, la orquesta de Noro Morales apareció en el filme: “The Gay Ranchero”, en dicho filme comparte algunas escena con la ingeniosa actriz  rusa Luba Malina.  El 9 de febrero de 1942, Noro Morales y Luna Malina trabajan en un filme corto titulado “Cuban Pete”, allí la orquesta de Noro anima dicho filme con varias de sus rumbas.  Posteriormente el 18 de mayo de 1942, la orquesta de Noro regresa al estudio para actuar en el filme “The Mexican Jumping Bean”.  El mismo año, Noro aparece en el filme “Ella”.  En 1944 Xavier Cugat y su orquesta interpretan la pieza musical de Morales: Bim Bam Bum en la voz de Lina Romay y lo hacen para el filme “Bathing Beauty”.  La música de Noro Morales la utilizan en el filme francés “L’Ennui” (Maracaibo) y “Aprile” (Campanitas de Cristal) ambas piezas fueron remasterizadas en el año 1998.  Tres piezas de Noro Morales se escuchan en el filme “The Girl on the Brigbe”(1999) (Perfume de gardenia, ¿Quién será? y Malditos Celos), más recientemente la música de Noro Morales se incluyó en el filme “Mambo King”.

 

Muchas otras cosas se pueden aprender de la vida del renombrado artista puertorriqueño si se consulta el libro: NORO MORALES LATIN PIANO MAN una obra del profesor Frank Morales.  El libro es totalmente biográfico y es un ensayo cuidadosamente escrito en 97 páginas.  El autor aborda varios episodios en la vida del maestro Noro Morales recreandolos a través de varias fotografías hasta ahora desconocidas del Sr. Morales y de sus hermanos, quienes fundaron la Orquesta de los Hermanos Morales. La discografía se encuentra al final del texto y está bastante completa. Es criterio del autor, que la misma puede ser de utilidad para los coleccionistas y otros amantes de nuestra música.

 

Este libro se puede encontrar en la Casa del Coleccionista – Viera Disco: calle Cerra 632 en Santurce, Puerto Rico. Además usted puede comunicarse directamente con Pillar Publicaciones al siguiente teléfono: 787-787-9195. Otra opción es accediendo a la página del autor: www.frnkfigueroa.com

 

El valor del libro es de $25.00 dólares.

 

Max Salzar. Noro Morales. Herencia Latina Edición de agosto de 2005

‘Ritmo latino’

Autor: Ed Morales

Editorial: Manontroppo (Robinbook). Barcelona (2006).

Páginas: 318

Precio, 23,5 euros.

 

Por: Pablo Audal

 

El libro‘Ritmo latino’, de Ed Morales, se configura como una condensada aproximación al fenómeno de la música latina visto desde una perspectiva neoyorquina, con voluntad de ab arcar de los orígenes hasta el momento comercial actual.

Desde un análisis que se remonta a la península ibérica medieval, señala la importancia de la décima (tan presente aún en Cuba, en las Canarias), la evolución de la música cubana hacia la salsa, la incidencia del bugalú, el fenómeno de los nuyoricans, la música cubana contemporánea y la balada latina (del bolero al nuevo pop latino).

Aborda, también, el jazz latino, la repropuesta de Brasil, los ritmos de México, Colombia y la República Dominicana, el rock y el hip-hop latinoamericanos, hasta la rumba catalana de Peret y el mestizaje de Ojos de Brujo y la música portuguesa de Amalia Rodrigues y Madredeus.

Estos textos de Ed Morales incluyen factores empresariales y comerciales, a menudo ignorados por los estudiosos de cada género. Por ejemplo, cuando se refiere a Tito Puente, Morales también habla de Ralph Mercado.


Aunque algunas opiniones sean discutibles y mezcla baladistas insulsos con grandes músicos, este trabajo es como un manojo de llavecitas que entreabren mucha
s de las múltiples puertas de los mundos musicales afrohispánicos.

 

OTRA VISIÓN DE LA MÚSICA POPULAR CUBANA

 

Autor:Leonardo Acosta

Editorial: La Iguana Ciega Barranquilla - Colombia (2006).

 

Por . Rafael Bassi Labarrera

 

Encontrar un texto de Leonardo Acosta me sigue produciendo una gran emoción. Igual me sucedió cuando me inicie en estos ajetreos de indagar sobre la música popular. Sus esclarecedores escritos van mucho más allá de la reseña histórica y nos incorporan en una “descarga conflictiva” con puntos de vistas audaces que nos alientan a meditar y a reflexionar en torno a la problemática de los géneros musicales del Caribe.

 

Recuerdo que cuando los organizadores de Barranquijazz anunciaron que para la tercera versión del festival internacional de jazz de Barranquilla en septiembre de 1999 vendría una numerosa delegación cubana que contaría con la presencia de algunas de las legendarias estrellas participantes en el famoso proyecto Buena Vista Social Club, ganadores del premio Grammy 1998; como a todos los amantes de la música cubana me embargó el júbilo, pero la alegría fue mucho mayor cuando supe que haciendo parte de esa comitiva musical vendría don Leonardo Acosta. Inmediatamente me di a la tarea de establecer contacto con él; y en una comprobación de la máxima trotskista del desarrollo desigual y combinado le envié vía Internet un extenso cuestionario.

 

Al saludarlo al momento de su llegada al aeropuerto Ernesto Cortissoz y luego de las correspondientes presentaciones, me hizo entrega de sus respuestas escritas en su vieja y querida máquina portátil que años después tendría oportunidad de conocer en su apartamento del habanero barrio del Vedado y con el fino humor que lo caracteriza me dijo: “Aquí te entrego el examen”.

 

Desde ese día hemos mantenido una fraternal relación.

 

Debo confesar que sentí una extrema felicidad cuando recibí la noticia por correo electrónico que el Ministerio de Cultura de Cuba había otorgado a Leonardo Acosta el Premio Nacional de Literatura de 2006. Me conmovió muchísimo su discurso de aceptación, donde haciendo gala de su humildad Leonardo Acosta dijo: “A mis años un premio de esta envergadura se reciba mas bien con parsimonia, con la discreción que exige la humildad, sin alardes triunfalistas ni celebraciones a bombo y platillo”.

 

En sus Palabras de Elogio al Premio Nacional de Literatura 2006 decía el escritor cubano Reynaldo González que Leonardo Acosta “Cuando escribe, musicaliza. Sus páginas nos traen una partitura de sorpresas y transiciones. Parecería que las palabras se le llenan de acordes para hallarle sentido al sinsentido, penetrar en la historia desde la idiosincrasia. La suya es una escritura aleatoria, inconforme con los caminos trillados y las fijaciones que más que enriquecer, constriñen”. Destacaba igualmente el poeta González la rica diversidad en la obra ensayista de Leonardo Acosta y su espíritu renovador: “En su mesa de trabajo los asuntos que lo inquietan hallan un tratamiento profundo y documentado, sin que le falte la sal de la polémica, sin acceder a caprichos o modas. Su interés denominador es un conocimiento ambicioso de los historiado y lo inmediato, lo popular y lo culto aunados en un cuerpo único y múltiple, el de la cultura cubana”.

 

Ahora tenemos el privilegio de observar en una publicación de la editorial La Iguana Ciega la forma en que Leonardo Acosta nos presenta sus Visiones de la Música Cubana. Aquí encontrará el lector “otra” forma de mirar nuestra música popular que seguramente lo llevará a confrontar algunas de sus “verdades”.

Armado con su incisiva pluma, Leonardo Acosta cual caballero andante, derrumba en la primera parte de este libro titulada Visiones y Mitos, unas cuantas leyendas y fábulas del mundo de la farándula que oscurecen la historia de la música popular del Caribe, iluminando el camino y ofreciéndonos nuevas visiones. Afirma Acosta que “Existe una necesidad real de liberarnos de innumerables mitos y dogmas que con el tiempo han ido saturando y desvirtuando toda nuestra musicografía”. Precisamente un dogma muy extendido es el relacionado con agrupar en complejos a los ritmos populares, discusión que aborda en la parte denominada De los complejos genéricos. Luego en Música y Cultura Popular Cubana nos muestra algunas pistas para seguir en la exploración de la cultura caribeña. Como diría un aficionado a la tauromaquia, en los ensayos Los Inventores de Nuevos Ritmos y Realidad sobre Cachao y el Mambo, corta rabos y orejas, usando como premisa fundamental que “Esta comprobado que casi nada surge de una sola fuente ni nadie crea nada por si solo”.

 

Encontramos en la segunda parte titulada Visiones y Confluencias, interesantísimas miradas sobre el intercambio musical cubano con el mundo en los capítulos La Diáspora Musical Cubana y El Impacto de 1898 en la música del Caribe, continuando con la combinación de la música afrocubana con las músicas populares de otros países en Jazz Afrocubano y Afrolatino y La Fusión en la Música Popular cubana; para rematar con una profunda reflexión sobre los sonidos contemporáneos  en Música Techno, ruido y medio ambiente.

 

En la parte tercera titulada Visiones sobre la música tradicional, Acosta nos expone importantes enfoques sobre la vigencia de la denominada música comercial en los capítulos: Buena Vista Social Club y las trampas de la nostalgia de la popularidad y Sabor a Bolero: algunos interrogantes acerca del bolero. Cierra el libro la parte cuarta titulada Visiones sobre Salsa y Timba mostrando dos ensayos relacionados con el movimiento de la salsa, su curiosa incidencia en Cuba y las nuevas tendencias bailables de la música cubana.

 

Seguramente algunas de las opiniones expresadas por el Maestro Leonardo Acosta en este libro van a provocar cierto escozor y hasta rechazo por parte de los espíritus tradicionalistas y conservadores. Pero los investigadores y lectores avezados van a encontrar en su interior una cantera de información útil y certera como solo podría formularla uno de los grandes musicólogos cubanos de todos los tiempos.

 

Indice

 

PRIMERA PARTE-

1.TODO EMPEZO ANTES

2. DE LOS COMPLEJOS GENERICOS

3.MUSICA Y CULTURA POPULAR CUBANA

4.LOS INVENTORES DE NUEVOS RITMOS

5.LA REALIDAD SOBRE LA DECARGA, EL MAMBO Y CACHAO 

 

SEGUNDA PARTE- VISIONES Y CONFLUENCIAS

1.LA DIASPORA MUSICAL CUBANA

2.- INTERINFLUENCIAS Y CONFLUENCIAS ENTRE LAS MUSICAS DE CUBA Y LOS ESTADOS UNIDOS

3.- EL IMPACTO DE 1898 EN LA MUSICA DEL CARIBE

4.- JAZZ AFROCUBANO Y AFROLATINO

5. LA FUSION EN LA MUSICA POPULAR CUBANA

6. TECNO, SONIDO Y RUIDO: DE VARESE A LA CHAMPETA Y EL REGUETON

 

TERCERA PARTE- VISIONES SOBRE LA MUSICA TRADICIONAL

1. POPULARIDAD, UTOPIA Y REALIDAD DEL BUENAVISTA SOCIAL CLUB

2. SABOR A BOLERO: ALGUNOS INTERROGANTES ACERCA DEL BOLERO LATINOAMERICANO

 

CUARTA PARTE- VISIONES SOBRE SALSA Y TIMBA

1. UNA PELEA CUBANA CONTRA LA SALSA

2.LA TIMBA Y SUS ANTECEDENTES EN LA MUSICA BAILABLE CUBANA

 

 

Revista Melómanos

 

 

Tomo 36

 

Tomo 37

 

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El Cuaderno Latino de la Salsa
 

Autor: Gary Domínguez (El Vagabundo de las Islas)

 

Por: Rafael Quintero

 

La Taberna Latina, donde nacieron los Cuadernos a lo largo de múltiples audiciones en 18 años, fue inicialmente un pequeño local con ambición sin límites, que compartió su espacio con otro establecimiento. Nació La Taberna un 2 de diciembre de 1983 y desde el mismo dia de su inauguración se advirtió que detrás de esta iniciativa se escondia un proyecto trascendente, cuando su gestor, Gary Domínguez, relató a los asistentes los alcances de su misión, en una descripción abrumadora de sueños, propia de la inventiva que a él siempre lo ha caracterizado. Desde ese dia el lugar estuvo bendecido por la magia, que le daba la personalidad fuerte y arrolladora de Gary, que le permitiria mas adelante situarse como un auténtico líder de las propuestas musicales alternativas y de las salsotecas con sabor de barrio, en Cali, su ciudad natal.
A los pocos meses La Taberna cambió de lugar y algunos pensaron que estaba tentada a desaparecer. Pero este espacio para la audición musical estaba consagrado por la fuerza de una elección de vida, que como apostolado guiaba los actos de su fundador. Desde ese nuevo momento, La Taberna iniciaria un viaje sin retorno hacia la tradición, cuando Gary Domínguez asume una relación didáctica con la exposición de la música, hasta convertirse en un auténtico profesor y maestro de salsa, para quienes asisten a sus periódicas audiciones.


Gary, como el mismo lo afirma, habia sido siempre un discjockey: "Primero fui discómano agualulero y despues de Bar la 15, donde conocí la otra cara de la salsa. En esa época se colocaban pachangas y boogaloos en 45 revoluciones y fue en este punto donde tuve la primera confrontación en el campo de mis apreciaciones musicales. Encontré un choque entre la música tal como fue grabada en 33 rpm y el bailarín, enfrentamiento que nunca se pudo superar en Cali y menos en esa época. Los grilles empezaron a no querer aceptarlo a uno, tanto sus administradores, como sus bailarines. Seguí mi búsqueda y aprendí de los mejores dj de los años 70's. Aunque yo empecé a oir la salsa con verdadera dedicación a los 15 años, fue en 1971 cuando empecé a reflexionar sobre ella, quise coleccionarla por cuenta propia, en especial música de la vieja guardia, busqué lo desconocido y descubrí en mi casa la colección de mi papa, quién ha sido un tradicional seguidor de la música de las Antillas. Hallé a Machín, a Beny con los Matamoros, música de Rafael Hernández, como El Buen Borincano, el Cumbanchero, y encontré los originales de una cantidad de temas que habia oido en la salsa."


La preparación en la escuela de la rumba caleña y en la colección de su padre, el reconocido profesor de futbol el maestro Edgar Mallarino, facultó a Gary Domínguez para emprender su carrera de profesor en apreciación musical de salsa. Como todo maestro respetable, él asume la investigación directamente en los epicentros de donde proceden buena parte de las orquestas y personajes de la salsa, para lo cual realiza constantes viajes a Cuba, Puerto Rico, a la ciudad de Nueva York, a recoger testimonios de fuente directa de los protagonistas, material fotográfico, audiovisual y discográfico. Esta documentación luego es procesada y presentada a su alumnado, los asistentes a la Taberna, en clases magistrales ambientadas por diapositivas, videos y textos escritos que hoy son las hojas de los Cuadernos Latinos. Crea una auténtica cátedra de historia de musical de la salsa, a la cual asisten sobre todo jóvenes universitarios, que recrean su aprendizaje con libaciones de cerveza, de la denominada jarra latina, y presentan cada año el examen denominado ICFES de la salsa. A sus audiciones también asisten músicos de la ciudad y algunos intelectuales interesados en la cultura de esta música.


Hacer audiciones fue la primera intención que tuvo Gary Domínguez con la salsa y no propiamente establecer un sitio donde realizarlas. Deseaba presentar a la gente, la música en un orden sencillo pero cronológico. La primera audición fue sobre los Matamoros, pero su linea musical siempre tuvo una alta incidencia urbana y con inclinación a la música mensaje.


Las audiciones de La Taberna Latina, tuvieron momentos estelares, pero una de las mas estremecedoras y documentadas siempre fue la de Rubén Blades. Gary recuerda de ella el canto de sus alumnos, a quienes tomaba la lección bajándole el volumen al sonido de las canciones, para que ellos cantaran a capella Maestra Vida. Dice Gary: "Cuando todos en la Taberna la cantaban, sentía todo lo que encierra ese coro cuando dice, maestra vida camara, te da y te quita, te quita y te da; oye uno por alla debajo del coro una voz que grita, Carmelo!, escucha su desesperación y siente uno lo que pasa en el mundo, la violencia, la muerte y al mismo tiempo la belleza". La audición mas enloquecedora, a la que mas miedo le tenia Gary, "porque era cuando temblaba la Taberna y había que estar pendiente hasta de los cuadros en las paredes", era la de Richie Ray años 65's-70's. La audición mas curiosa fue la de Las Mujeres en la Salsa, a la que asistían especialmente conocedoras de la música. También se recuerdan las audiciones del Gran Combo, La trilogía Suprema de la Salsa Boricua (Roena, Valentín, Rosario) y La Sonora Ponceña, la orquesta preferida de Gary, "emotivamente, afectivamente", según lo afirma él.


Pero no era únicamente entablar relación con la música grabada a lo que aspiro Gary Domínguez con esa legión de aplicados estudiantes de salsa de la Taberna Latina, el quiso que sus alumnos conocieran en vivo a los artistas idolatrados y que tuviesen acercamiento con ellos, tanto personal como en su expresión mas pura de su talento musical, la descarga y la improvisación. Por la pequeña taberna pasaron o "descargaron" su música grandes orquestas de la salsa y músicos eminentes del universo latino como: Chucho Valdés y músicos de Irakere, Gonzalo Rubalcaba y sus acompañantes, Silvio Rodríguez y su banda, Papo Lucca y su Sonora Ponceña, Larry Harlow invitado especial de la feria de Cali a inaugurar en 1991 el primer Encuentro de Coleccionistas, Juan Formell y Los Van Van, Los músicos de N.G la banda comandada por Jose Luis Cortez que convirtió la Taberna Latina durante tres meses en su punto de reunión bohemia por su paso en Colombia, Giraldo Piloto y el grupo Klimax, Willie Rosario, Bobby Valentin, La Orquesta Aragon, Orquesta La Selecta, Orquesta Mulenze, Adalberto Alvarez y su Son, Orquesta Son 14, Henry Fiol y su hijo, Marwin Santiago, Tito Gómez, Tony Vega, Papo Pepín, Jose Mangual Jr, Frank Fernández, Eduardo Ramos y músicos de Pablito Milanes y destacados músicos locales.


Son muchas las generaciones que pasaron por esta institución formadora de la salsa, cuyos egresados han desprendido otros haces de luz que han brillado con personalidad propia (Richard Yori "Tiempo Libre", Mario Campaz y Omar "Nuestra Herencia", Arthur Owen "Proyecto Salsa").
Son indelebles los momentos vividos por muchos de sus asistentes, a tal punto que los romances que alli florecieron y de los hijos que nacieron fruto de esos enlaces amorosos, se estableció cada año la fiesta infantil decembrina de los Hijos de la Latina.


Gary Domínguez encarna dentro del espectro musical el alma del discómano y como el mismo se identifica, ha sido por encima de toda consideración un Disc Jockey Errante. La explicación que el gestor de esta empresa con tiquete de cobro a la historia, da al sentido personal de su obra es: "He querido escuchar la mayor cantidad de música que pueda y eso he buscado en las audiciones. Quisiera destacar las imágenes latinas oyendo música y por eso las diapositivas. Que cuando algo se oiga, tenga imagen, para que la gente amplifique lo que esta escuchando y pueda ver lo nuestro, tanto en la foto de un loco en la calle o de la prensa mundial, como en la placa fotográfica de una artista".


Los cuadernos con la recopilación discográfica de las audiciones y el material textual entregado en ellas, son el registro tangible de una historia vivida que ha quedado grabada en la historia de Cali y que ha servido de faro al movimiento de coleccionistas y salsotecas de la ciudad, donde se congregan los mas jóvenes cultores de la salsa de la ciudad.


Los Cuadernos de la Latina, como la Taberna donde nacieron, son la obra de un apasionado y de un romántico que elevó sus sueños a un proyecto de vida, desde donde convocó a la ciudad que venera la salsa, a apreciar el valor musical que tienen las expresiones menos comerciales y mas contemporaneas de ella, como el latin jazz y la actual música cubana. Silenciosos acompañantes tuvo Gary en esta labor: su entrañable madre, Doña Estella Domínguez Gómez, Estelita su hermana y otros copilotos que mantuvieron el vuelo alto de la salsa en La Taberna Latina, como Gerardo Valdes su primer dj, Chalo Ramos, Osman Arias y Beatriz Valdez.


Este aporte a la salsa, este pedazo de historia reciente de Cali salsera testificada en los cuadernos, dimensiona la grandeza de un destino salsero que ha tenido esta ciudad y que Gary Domínguez hace visible en el sentido de su vida: "La Salsa para mi es mi vida, porque yo vivo para La Salsa y daría todo porque La Salsa no se acabara nunca. Y no solo por La Salsa, por la música latina. Pues, Qué sería de los Caleños sin La Salsa? Nada!. Ella va con nosotros, tal como va en mi".

Este libro se puede encontrar en la Casa del Coleccionista – Viera Disco: calle Cerra 632 en Santurce, Puerto Rico. También puede comunicarse con su autor al correo electrónico:  garylatina@msn.com


 

Ismael Rivera - El Sonero Mayor

 


Autor.  César Págano

 

Por Richie Briñez

 

Con un estilo original, sencillo y picaresco, Cesar Pagano, periodista, investigador musical, escritor, DJ y tabernero, nos relata a través de anécdotas, episodios, alegrías y tristezas, la vida intensa, pero siempre asumida con una honestidad insobornable, del extraordinario cantante Ismael Rivera.

La comprensión total de un artista solo se alcanza si se le involucra dentro de su sociedad y su época, por lo que el autor no se limita a narrar la historia del artista y examina con profundidad el entorno donde nació, vivió y sufrió el cantante. De esta manera es más fácil entender toda su dimensión de conocimientos, sentimientos, pasiones y contradicciones. La situación socio-económica de los puertorriqueños en Nueva York, la admiración por su padre, admirador de Albizu Campos, la crianza modesta, pero cariñosa y musical que le prodigó su madre, doña Margot Rivera, mujer de inteligencia natural sobresaliente y popular, le trasmitieron ese compromiso y sensibilidad social que Ismael Rivera siempre exhibió con orgullo.

Pero es imposible comprender a Ismael Rivera sin vincularlo a su compadre y compañero de vida y música como fue Rafael Cortijo, hombre excepcional que después de acompañar al Trio Matamoros y a Benny Moré, pronto se perfiló como el gran innovador y modernizador de la bomba y la plena que conquista a la juventud de los años 50's en su terruño natal, logrando rapidamente con su Combo convertirse en el estandarte musical de Puerto Rico, impresionando además a los países latinoamericanos y del Caribe, incluso a Cuba.

Se relata de manera interesante pero sin estridencias, los ocho años ininterrumpidos de éxito del Combo de Cortijo con Ismael Rivera, que hicieron temblar la tierra en cada presentación. Luego viene el enredo fielmente narrado del mal manejo de la fama y el dinero, que los llevó al abrupto y desestabilizador camino de las drogas, con las consecuencias de un castigo cruel, una cárcel severa y la desintegración del Combo.

Capitulo vibrante lo constituye la vida de Ismael Rivera en Nueva York, en donde su indiscutible calidad de sonero le permite recuperar su papel de artista de primera línea e iniciar una nueva etapa con los Cachimbos con viajes artísticos por: Colombia, Ecuador Perú y especialmente Venezuela y Panamá, países donde gustaba demorarse más de lo acostumbrado. Muchos discos, presentaciones en conciertos , grabaciones en cine y videos lo lanzaron a un estrellato continental, donde su fama crece para culminar como invitado especial de las Estrellas de Fania.

Cesar Pagano nos presenta ademas la faceta poco conocida del Maelo compositor y las circunstancias en que brotó la inspiración para algunas de sus obras. Sus composiciones aunque fueron pocas, alcanzaron celebridad como: Besito de Coco, Sola Vaya, El que no sufre no vive y boleros como Amor Salvaje y Mi libertad eres tú.

El libro termina describiendo el retiro paulatino que el astro sufre en la medida que se le mengua la voz. La muerte de su compadre Cortijo le acentúa la tristeza. Cuando aun soñaba con un regreso triunfal, su cuerpo ya cansado de una vida intensa lo sorprende con un repentino deceso a la edad de 56 años en brazos de su madre.

Pero la historia de Ismael Rivera no termina con su muerte, el mito sigue basado en obras y episodios que dejó en su rico peregrinar y que están bien resaltados en esta obra. Una vez leída la primera página, su agradable lectura hará casi imposible parar hasta el final.

El Libro está complementado con un Maelograma y una completa discografía a cargo de Fernando España y Sergio Santana respectivamente. El diseño de portada es una presentación contemporánea del ilustrador colombiano residente en Madrid, Victor Sánchez, Unomás

 

Este libro usted lo puede encontrar en la Casa del Coleccionista – Viera Disco, en la calle Cerra 632 en Santurce, Puerto Rico
 

Salsa El Orgullo del Barrio

 


Autor. Enrique Romero

 

Por Enrique Romero

elmolestoso@latincoolture.com

 

 

Este libro pretende contribuir a definir, de forma clara y rotunda, el significado y las características de la música conocida como salsa.  En consecuencia, sólo trata de salsa  y nada más, o, para decirlo en lenguaje salsero, salsa na'ma. Salsa na'ma porque sólo trata de salsa y no de música cubana u otros ritmos del Caribe que, hoy por hoy, se confunden con la salsa.


Salsa na'ma porque nos referimos a la salsa de verdad y no a los subproductos bailables tropicales que se han puesto de moda bajo dicha etiqueta. Salsa na'ma porque "Salsa na'ma!" fue una expresión musical que sirvió de grito de guerra, en los años sesenta, para defender la cultura y el orgullo latinos.
Salsa na'ma porque aquí hablamos exclusivamente de los aspectos propios más destacados y de los músicos y orquestas más representativos de la expresión.

 

Son éstas las premisas que alimentan este trabajo donde, además de informar y explicar el fenómeno, quisiera ajustar cuentas con los impostores y orientar al melómano rumbero con el respeto que se merece, el mismo que, a su vez, merece dicha música, como toda música popular hecha con rabia, ternura y orgullo.

 

Este libro no pretende ser erudito ni periodístico, sino un alegato personal, producto de una militancia rumbera que me ha llevado a estar al borde mismo del abismo, pues ha sido mi pasión mán intensa y extensa, la más real y, por tanto, la que mayores efectos secundarios me ha producido.  Como saben los que saben, no se puede ejercer una gran pasión sin visitar, de vez en cuando, el cielo y el infierno.  De todas formas, confío que en estas páginas haya algo más que pathos personal, una onomatopeya, al menos, que inquiete al lector y lo induzca a escuchar alguno de los temas musicales que han servido de ejemplo a mi alegato.

 

Este libro usted lo puede encontrar en la Casa del Coleccionista – Viera Disco, en la calle Cerra 632 en Santurce, Puerto Rico.  También puede comunicarse con su autor al email: elmolestoso@latincoolture.com

 

 

 

 

Revista Antilla News.

 

Ya se encuentra en el mercado internacional el número 56 (invierno 2006-2007) de la Revista española Antillas Newsrevista del grupo Antilla.  En este número se publican varios artículos de gran importancia, no obstante dos de ellos merecen destacarse; el primero, dedicado al músico "underground" del regeton y del Hip Hop latino, Tego Calderón y el segundo a los festivales europeos de música afro caribeña.

 

La Revista fue fundada por Abili Roma y su director actual es el Sr.  Enrique Romero, "El molestoso".  Tiene una tirada de 10.000 ejemplares y su difusión es gratuita tanto en España como internacionalmente. Antilla News constituye uno de los vínculos más importantes con su clientela del mundo latino, la prensa, los músicos, los estudiosos y las instituciones.  Su importancia fue refrendada por un articulo de página entera en el Magazín Dominical del diario español La Vanguardia, escrito por Sergio Vila-Sanjuan.

 

Usted puede solicitarla o consultarla a la siguiente dirección electrónica:

 

 http://www.antillasalsa.com/es/revista.html



 

 

Edición  abril/mayo 2007

Herencia Latina