JOSE (POTHO) RUIZ: EL JOVEN MÚSICO VENEZOLANO NOS CUENTA UN POCO ACERCA DE LAS PENURIAS DE LOS NUEVOS ARTISTAS VENEZOLANOS PARA PENETRAR EN LAS RADIOS

 

Por Alfredo Churión D.

Especial para Herencia Latina

Maracay - Venezuela

           

 

            El de José (Potho) Ruiz es uno solo de esos ejemplos de artistas que ponen todo su empeño en alcanzar un triunfo que a veces se les hace lejano e imposible. Después de una carrera lenta pero segura edita su primer CD con una buena cantidad de temas, algunos de ellos ya con una buena repercusión en otros países.

            Vamos a dejar entonces que sea el propio Potho quien nos cuente sus aventuras y desventuras en el mundo musical.

 

            “Cuéntanos un poquito de tu historia Potho. ¿Naces en Caracas?”

 

            “Sí. Nací en la Parroquia El Valle, pero ya desde muy niño nos mudamos a Caricuao, en donde prácticamente transcurrió toda mi niñez. De allí pasé a Los Teques en donde resido actualmente”

 

            “¿Cómo comienza tu inquietud musical?

 

            “Ya desde muy niño sentía deseos de tocar cualquier instrumento musical. Y era específicamente la percusión lo que me gustaba. Al mismo tiempo me gustaba escuchar mucha música: Cheo García, Los Melódicos, etc. Y por allá, por el año 1978 comienzo mis estudios formales de música en el Conservatorio José Ángel Lamas. Allí estuve hasta el cuarto año y luego pasé a estudiar arte, pero algunas dificultades, especialmente económicas me hicieron abandonar.

            En esos momentos me pongo a ensayar con un grupo llamado Príncipe y su Sexteto. Al principio yo asistía solamente en calidad de espectador, pero cuando Orlando “Watussi” se integra al grupo yo entro como percusionista. En la primera grabación de Watussi con el sexteto yo estoy en el bongó y en la primera voz del coro. También estaba Alfredo “Cutuflá”, actualmente triunfando en Francia.

            Con Príncipe hice una gran cantidad de fiestas y bailes privados y luego paso a tocar con la orquesta de Doris Salas. Allí pasé dos años tocando la batería y luego armé mi propia banda: el grupo Bomba con los que tocábamos mucho en la recordada cervecería La Roca Negra, en donde aterrizaban todos los artistas extranjeros de música latina que llegaban a Venezuela”

 

            De allí pasaría a tocar en el circuito- para la época sagrado- de El Rosal y Sábana Grande. Memories, Poems, Las Trompetas de México y otros sitios inolvidables, de los cuales solo queda en pie el venerable Juan Sebastián Bar. Esto dura hasta los primeros años de los noventa, en que el trabajo abundante y seguro de lunes a sábado desaparece definitivamente.

 

            “Aparte de Cheo y Los Melódicos que otras influencias tenías para la época?”

            “En esos tiempos yo escuchaba mucha música de Richie Ray, de Palmieri y del grupo Libre. Fueron verdaderas escuelas para mí. Sobre todo de Richie que no solo tocaba salsa, sino blues, baladas y bógalo, todos con muy buenas letras y excelente música”

 

            “Todo esto era como instrumentista, pero ¿Cuándo comienzas a cantar?”

              “ Una vez, en una fiestas patronales con mi grupo el cantante no llegó. Y yo por obligación tuve que comenzar a cantar. Pero sucede que poco a poco me quedó el gustico y comencé a hacerlo más seguido. Así que continué haciéndolo, montando canciones y escribiendo letras y ya hoy en día estoy más caracterizado en la vocalización”

 

            El único antecedente musical recuerda en su familia es a su papá tocando el acordeón, instrumento que consideraba muy difícil. Eso, aunado a la escucha de grandes músicos y cantantes solo contribuyó a cimentar su decisión de hacerse músico.

            En sus correrías nocturnas conecta con otro gran músico como lo es el maestro Nelson Alizo quien lo alienta a grabar un disco. Y la historia de este disco es en cierto modo –en palabras del artista- controversial, pues el disco iba a ser editado originalmente por el sello Palacio, pero la inesperado muerte del ejecutivo Luis “Tucuso” Rivero Bruzual echó al suelo los planes concebidos originalmente.

            Es Evelio Álvarez quien decide editar la grabación ya terminada y en el año 91 aparece el disco de vinil con los 8 temas del Potho. Los resultados no son los apetecidos y en el 2003 graba ocho nuevos temas, los cuales junto a los ocho grabados anteriormente son incorporados a su primer CD.

 

            “Prácticamente eres un artista nuevo con respecto al disco. ¿Cómo has encontrado la recepción en las emisoras?”

            “Ha sido en realidad bastante difícil. Me he topado con una pared de concreto ya que eso está muy comercializado. Llegas a una emisora a promocionar el disco y te das cuenta de que si no caes en eso de la payola no suenas en la radio a pesar de lo bueno que sea el disco. Si no pagas no te ponen. Eso ahora se llama “promoción tarifada” y a  mi me sorprende y me duele ver hasta donde hemos llegado. Uno se esfuerza haciendo un buen producto musical y al llegar a la emisora te encuentras con que tienes que pagar para que te lo pongan. Yo pensé que el trabajo más difícil era hacer el disco, pero ¡no! Es hacer que te lo suenen.

            Quiero hacer la acotación de que algunas emisoras si me han dado una muy buena recepción a mi producto sin poner ningún tipo de trabas.

            Pero sigo luchando. Quien quita que algún día alguien se interese por mi producto y lo ponga a sonar sin ningún interés”

 

            Sin embargo, las cosas parecen marchar de modo distinto más allá de nuestras fronteras. Su versión a “Quiéreme tal como soy” incluida en el CD ya logra buena difusión en Colombia y México y solo espera concretar planes para viajar a esos países.

            Mientras tanto hace buena cantidad de presentaciones en Venezuela, muy especialmente en las zonas de Barlovento y de los Valles del Tuy donde se ha convertido en un artista de gran aceptación.

            Si ustedes quieren contratarlo llámenlo al 0416-7078264 o a su promotor Eduardo Leal al 0416- 8113257.

 

Edición de septiembre de 2006

 

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