Entrevista a Pablo Yglesias

 

Israel Sánchez-Coll, Charlie Rosario y Pablo Yglesias.

 Durante el Puerto Rico Heineken Jazz fest 2005.

Foto de ©Antonio Esquilin.

 

 

 

 

Por: ©Israel Sánchez-Coll

Miembro Fundador de Herencia Latina

isanchez_coll@yahoo.com

Entrevista realizada en Bostón

En el mes de agosto de 2005.

 

 

Israel Sánchez_Coll: ¿Cómo concibió la idea de escribir un libro sobre el arte en las carátulas de los LP?

 

Pablo Yglesias: Mi afición comienza cuando tenía 10 ó 12 años de edad. Me agradaba estudiar las carátulas de los álbumes de Rock and Roll, pero también recuerdo que había una tienda que vendía discos latinos en el “subway” de Nueva York. Sus dueños colocaban las carátulas clásicas de los sellos TICO, FANIA, ALEGRE, etc. Todos los días cuando me disponía a tomar el tren, pasaba por el lugar y ellos siempre mantenían la música a alto volumen.  Me fascinaba ver los colores y las parejas que los álbumes mostraban bailando. También contribuyó una pequeña colección de mi padre, que él sacó de Cuba durante la Revolución.  Él salió para mediados de 1959, y la única cosa que él llevaba consigo era su pequeña colección.  Estos discos latinos sirvieron para despertar en mí la afición por este arte, y son la parte central de mi libro.

 

Hace aproximadamente 10 años, tomé en serio la idea, y me dediqué a estudiar los libros que estaban en el mercado, los cuales presentaban el arte de las carátulas en la música Rock, el Jazz, el Blues y la música Country.  Me decía a mí mismo: “Caramba, no hay nada escrito sobre las carátulas latinas. ¿Qué pasa con este campo?, si el arte latino es precioso y muchas de las carátulas son bellas; tienen mucho que decirnos sobre su diseño, sobre su arte, los colores, el manejo fotográfico y la cultura misma”.  Me pareció que era muy interesante trabajar en esta dirección, debido a que nadie hasta el presente ha documentado de manera histórica el tema en mención. La investigación abriría un nuevo campo y así se sentarían las bases primarias para elaborar futuras propuestas.

 

Por otro lado tenía un gran deseo de conseguir o contactar las personas que aparecían como diseñadores en los créditos que mostraban la contracarátula de los álbumes. En efecto, siempre encontraba nombres como: Ely Besalel, Izzy Sanabria, Charlie Rosario, Ron Levine, Drago, etc.; estos nombres poco a poco se fueron familiarizando en mi obsesión, y se constituyeron en el principal aliciente para planificar mi proyecto.

 

Israel: ¿Cómo lograste contactar a cada uno de estos artistas para elaborar tu libro? ¿Fue acaso una odisea?

 

Pablo: (Risas) Deseaba verlos, y sospechaba que la gran mayoría vivía en Nueva York. De ellos estarlo, me era más fácil contactarlos.  Comencé a rastrear a Izzy Sanabria a través de su página cibernética. En efecto, tengo la convicción que es más fácil iniciar un contacto vía “e-mail”, porque es una opción poco coercitiva por tanto, se le puede preguntar a la persona si tiene interés en hablar, dialogar o iniciar una entrevista. En cuanto a si usas el teléfono, el resultado es algo más personal.  Entonces, el paso siguiente fue escribirle a Sanabria, exponiéndole de manera general mi idea; le di mis datos personales y los números telefónicos.  No fue necesaria una espera prudente, pues Izzy me llamó de inmediato; su respuesta fue positiva y entusiasta.  Agregó: “Esa idea es fabulosa; yo la tenía en mente, pero eres el primero que la propone y consolida. Recuerdo que una vez le planteé al Museo Smithsonian, en Washington, un texto que recogiera la obra de La Fania All Stars, pero argumentaron que carecían de fondos para financiar dicho proyecto.  Bueno yo estoy a tu disposición”. Izzy Sanabria me facilitó el contacto con el maestro Ron Levine. 

 

A Ely Besalel lo contacté por intermedio de un amigo que publica en un magazine, y había publicado un artículo sobre él.

                                             

Israel: ¿Cómo contactaste a Charlie Rosario?

 

Pablo: A Charlie, por la suerte. Él es amigo de un conocido mío, el cual a su vez conocía a un cantante de las tradiciones afrocubanas, que se llama Emilio Barretto — Emilio es sobrino de Ray Barreto. Ese señor tenía dos álbumes. Yo dialogué con él acerca del proyecto y me dijo: “Oh, si tú piensas escribir un libro sobre el arte en el diseño de las carátulas, no debes pasar por alto a un amigo que creció conmigo en Brooklyn durante las décadas del 50 al 60, que se llama Charlie Rosario; él tiene las carátulas con los diseños más diversos y experimentales que se hicieron para la década del 70, y tengo su número de teléfono en Puerto Rico”. “Bueno, cédemelo”, le contesté.  Sin embargo, no le llamé de inmediato, ya que había unas personas en Nueva York y Miami que me eran más fáciles de contactar. Poco después, Charlie resultó una sorpresa; él tenía muchas carátulas interesantes. Su técnica es diversa y el juego de los materiales que usó para construirlas lo hacen una persona muy inquieta, muy progresiva.  Sólo le conocía pocas carátulas, fue toda una revelación.

 

 

 

 

 

El libro de Pablo Yglesias sobre el arte en  las carátulas latinas. Un trabajo seminal.

 

Israel: Noto que el material del libro lo colocas por etapas. Al comienzo se muestran carátulas diseñadas con fotos, luego con dibujos artísticos, posteriormente unas caricaturas y, en el corazón del libro, el arte moderno. ¿Cómo pensaste el libro?

 

Pablo: Si pensé en una evolución; partí desde los años cincuenta en adelante.  Al comienzo la música era presentada como exótica, primitiva, muy sexual, peligrosa o salvaje — era la visión que tenían de ese mercado la Columbia Records, la RCA Victor y otros sellos. Ellos creían que la música latina era salvaje, con un corazón primitivo, algo selvática, con mensajes secretos. Algo así como dos ojos ocultos en la maleza espiándote. En realidad la música no era salvaje; era su estrategia comercial. 

 

Luego incursionan Izzy y Ely, y ellos estaban más al centro de la realidad, no en la periferia. Tenían más claro el mensaje y el control de la emoción. Había mucho humor. Por ejemplo, Izzy Sanabria, en el diseño del LP Indestructible, captura a Ray Barreto en el preciso momento en que se está transformando en Superman; era la personificación de un “héroe”, pero en el centro de esta metamorfosis había algo más en serio, porque representa una imagen de poder. Era casi como tener por primera vez un superhéroe latino. Imagínate un conguero y líder de un grupo, donde su rostro se presenta apacible y con sus gafas  — a lo Clark Kent  —, y que poco a poco se transforma en una imagen de poder.  Es un héroe a nuestro alcance.

 

 Izzy Sanabria tenía un taller con un grupo de profesionales, que se encargaban en diseñar el arte para las carátulas de los discos; a su vez servían para mostrar parte de su concepción de la cultura y otras veces para subvertir. Imagínate colocar a Willie Colón en pose de convicto; es algo poco positivo, pero si se le observa más allá del delito, Willie resulta una imagen de poder, de subversión, es más bien un acto simbólico para sacudir el orden.

 

Izzy me comentó que existían muchas carátulas en el mercado carentes de mensaje. Por lo regular usaban a la mujer como un objeto para atraer clientes; la mostraban con senos inmensos, bikinis provocativos, miradas libidinosas.  Había otras carátulas que querían expresar algo sobre la música latina, pero no eran arriesgadas.

 

Israel: Notas que cada uno de los artistas que expones en tu libro se manifiesta en su estilo y concepción, además de que tienen características propias en la idea de hacer arte, las diferencias son apreciables. ¿Qué opinión tienes?

 

Pablo: Bueno el arte de Charlie es diferente; hizo escultura con diversos materiales, fusionaba estilos, jugaba con artículos reciclables. Ejemplos concretos: las llaves para el LP de Cortijo, las fotos de los zapatos usados y sucios — que le dan un aire bien natural —, y tapices. Charlie tiene una mente muy fresca nadie se había acercado a estas dimensiones. 

 

En la obra de Ely hay mucho espacio en blanco. Algunas de sus carátulas son muy interesantes, porque el sujeto — ya sea Jimmy Sabater, Joe Cuba, Machito o Palmieri — está colocado en el centro del cuadro, y el resto está vacío. Mírese el caso del LP Justicia; en un rincón muy pequeño está Eddie [Palmieri], sentado, y sus manos sostienen su cabeza.  Es el uso del espacio para representar el lenguaje del drama. Pero hay otros diseños con los que Ely juega con el color.

 

Ely no creció en el Barrio; creció en Brooklyn, en medio de italianos, judíos, irlandeses, negros, blancos y una minoría gitana. Entonces él no tenía actitud de promocionar la idea del Barrio, de la identidad latina, como lo hacía Izzy. Izzy tenía un compromiso como emigrante de la primera minoría latina que se asentó en los EE. UU.; muchas veces presenta una idea política o una social, y con sus inquietudes aspiraba a hacer algo grande para su comunidad.  Sus comentarios estaban cargados sobre la identidad puertorriqueña y el folclor latino. 

 

En tanto, Ely y Charlie no se acercaban a la frontera del compromiso social.  La cosa más importante que se destacó para esas décadas, fue diseñar un producto atractivo, el cual lograra atrapar a los consumidores, y convertir las carátulas en algo artístico en su dimensión y escala.

 

Israel: En el libro se presentan muchas carátulas con un gusto artístico inteligente. ¿Te fue difícil conseguirlas o te apoyaste en los coleccionistas para documentar tu libro?

 

Pablo: Me apoyé en algunos amigos músicos que me prestaron sus discos para escanearlas. También contacté a dos profesores universitarios — uno en la Universidad de Yale y el otro en la Universidad de Nueva Orleáns.   Ellos me sugirieron algunos LPs que debía colocar en el libro.  Al comentarles que carecía de ellos, fueron muy amables en cedérmelos para tomarles fotografías o escanearlos. 

 

También visité la casa de Izzy Sanabria; él, de manera gentil, me condujo a su desván, donde atesora una librería, sus diseños, sus pósteres, arte, discos, fotografías, etc.  De allí tomé lo que se presenta en los capítulos que son dedicados al Boogaloo, al Latin Soul y la Salsa.  Lo mismo sucedió con Ely; fui a su casa — la mayoría de estos artistas conservan sus “pruebas”. En efecto, se denomina “prueba” a la impresión que hace la imprenta previo a la producción masiva.  Ely conserva los suyos, me los cedió y les tomé copias. Los incluí en el libro, por lo tanto muchos de estos trabajos no son tomados directamente del disco, sino de la impresión de prueba.

 

Israel: Dentro de este arte, ¿dónde encontraste un mayor riesgo artístico? ¿Fue acaso en la época del mambo, en el cha cha cha, en la pachanga, en el boogaloo o en la salsa?

 

 

 

 

 

 

 

El maestro Xavier Cugat, dibuja su autorretrato en caricatura.

Foto de ©William P. Gottlieb.   The Library of Congress de los EE. UU.

 

Pablo: El problema ¿qué es la definición de arte? ¿Es la fotografía?, ¿es la pintura?, ¿la combinación de ambas? o ¿la sinceridad de lo que se plasma? Me parece que este arte es una persona creciendo, cuando se hace más natural; son los años 70’s donde este arte es más arriesgado. Pero hay que tener en cuenta que no solamente se debe juzgar la idea artística; la nostalgia juega un papel preponderante, porque entre más viejo es el disco, más rápido se convierte en pieza de colección, en un objeto raro, en un tesoro.  También se vuelven interesantes los discos que presentan fotos antiguas, donde se ven personas ya desaparecidas o conjuntos musicales extintos; entonces los discos antiguos se revierten en joyas de colección.  Para los años cuarenta y cincuenta existían muchos diseños gráficos, porque era demasiado caro hacer fotos a colores.

 

Existe un arte de Xavier Cugat, que es una caricatura, dibujada por él mismo, tal como si fuera su autorretrato.  Es bien fuerte, bien colorida y simpática.  Xavier no solamente ejerció como guionista y director musical, sino que fue un artista.  Esa carátula no está en el libro la tengo ahora y la colocaré en la segunda edición del libro.

 

Es muy difícil decir qué edad tiene más arte. Cada edad tiene algo importante que decir sobre su arte.

 

Israel: Importante ese punto. Tenemos el caso del Boogaloo. Este movimiento se apoyó en el arte sicodélico y en el Pop Art, pero otras veces repitió muchas fotos de parejas bailando en ambientes discotequeros.

 

Pablo: Claro, el baile en las discotecas era muy fuerte, para los años 60s — todas las discotecas o clubes de Londres, Paris, Nueva York, Los Ángeles y Tokio.  Existía una corriente juvenil excitada, loca por el disfrute y cargada de frenesí.  También la moda fue un factor importante, — se colocaban más discos que en otras épocas —; surge el “discjockey”. El impacto del movimiento joven del Rock and Roll fue un elemento importante para el boogaloo, no tanto en el sonido — ya que en el boogaloo había más soul —, pero sí en el arte. Ambos movimientos compartían mucho del arte de la sicodélica, además de la protesta social y la lucha a favor de los derechos civiles — en medio de ese calor surgen los hippies.

 

Un arte precioso y cargado de colorido al maestro Mongo Santamaría.

Autor de Stanislaw Zagorski.

 

El Gran Combo tenía letras sicodélicas; Tito Puente se vio abocado al boogaloo, y en el álbum que graba sobre ese ritmo, presenta un arte sicodélico elaborado por Charlie Rosario, cuando éste sólo tiene 16 ó 17 años, entonces era un movimiento joven que estaba cambiando muchas cosas. Tito Puente tiene que echar mano de gente joven que le supliera un lenguaje diferente, y abandona las imágenes clásicas.

 

Israel: Varios discos de los años cincuenta tendieron a presentar en sus carátulas paisajes del país de origen — ya sea Cuba o Puerto Rico—, y fotografías de las agrupaciones por la parte de atrás. Otros discos presentaban mujeres bailando encapsuladas en unos trajes ceñidos se veían simples. ¿Qué usted opina?

 

Pablo: Fueron muy aburridos. Cuando tenía pocas páginas de mi libro, era como un doctor: tenían que tomar decisiones de qué se iba a salvar y qué se obviaba. Para mí fue muy importante darle primacía al diseño y al dibujo artístico; tuve que hacer decisiones muy duras.

 

Israel: Hay un punto a destacar. En tu libro se ve al creador de la Pachanga, Eduardo Davidson, en una pose de ruptura. Se le ve reivindicando su género y preferencia sexual, en un gesto bien libre. Pese a que ahora existe un movimiento bien fuerte que reclama cambios drásticos para esa comunidad, ya Eduardo había dado un paso adelante.

 

Pablo: Sí, él y El Lupo ¿Lo recuerdas? Ellos fueron las personas que mostraron abiertamente su homosexualidad, en un medio cargado de machismo. ¡Ah! Yo conozco a otro: Luis Carbonell. Pero él en sus carátulas no muestra sus preferencias sexuales.  Me parece que Davidson lo podía hacer porque estaba en Nueva York (risas), ya que en Cuba le era un poco difícil. 

 

 

 

 

 

El Lupo. Famoso travesti que imitaba a La Lupe.

 

Es una lástima que no podía hablar sobre este tema; tenía un editor que me limitó.  Me parece que para la segunda edición — que va hacer más grande y se presentaran más carátulas — voy hablar sobre el machismo, las identidades sexuales, y que en este medio hay pocas cantantes femeninas — hay muchas mujeres posando en las carátulas, pero pocas cantando.

 

Israel: Para el financiamiento del libro y de tus viajes, ¿con qué ayuda contaste?

 

Pablo: Fue de mi bolsillo. No conté con la ayuda de ninguna fundación. Este fue un proyecto de amor hacia la música y a los diseñadores de los álbumes: Izzy Sanabria, Ron Levine, Ely Besalel, Charlie Rosario, Chico, y el desaparecido Drago, un cubano que vivió en Miami, quien hizo carátulas interesantes.  Al momento en que diseñaba el libro, no tenía nada de su arte; ahora tengo tres o cuatro que son bien fuertes, muy duras, y las voy a colocar en la segunda edición. 

 

También existía un italiano que sacaba fotos para los sellos Fania, Vaya y otros; se llama Dominiqe. Cuando era joven, estudió para sacerdote, pero confrontó problemas con sus valores, porque le gustaban las mujeres y la música.  Ambas pasiones son pecaminosas para la iglesia. En su adolescencia, él emigró para Nueva York y se defendió sacando fotos. Trabajó para Izzy y Fania; pero ahora nadie sabe dónde está. Fue a California, pero allá tampoco saben de él.

 

Israel: ¿Consideras que el CD ha desmejorado este arte?

 

Pablo: Sí, el tamaño es demasiado pequeño, y el arte es muy digital. Las personas que trabajaron los álbumes lo hacían a mano, eran muy especiales. Hay algunos CDs interesantes, [pero] en la música tropical no hay buenos. Hay algunos que se destacan, como Spanish Harlem Orchestra — “Un Gran Día en El Barrio” tiene muy buen diseño. Me gustan los de Buena Vista [Social Club]; son hechos con buenas fotos y buen papel.  Tengo poco interés en la cara de Jennifer López o Marc Anthony. Este arte es fatal.

 

Israel: ¿Entrevisto a Joe Caín?

 

Pablo: Sí. Joe Caín, es un intelectual. Yo fui a entrevistarlo a su casa y noté  que tenía una colección de muchos libros de filosofía. Algo igual sucede con Eddie Palmieri, él desarrolló algunas notas intelectuales, en su LP Lucumí, Macumba, Voodoo; escribió sus interpretaciones sobre la música cubana, sobre la santería y sobre la música moderna. Mezcla algunos términos muy complicados sobre la teoría de la música.

 

Israel: Qué carátulas son de tus preferencias.

 

Pablo: He notado en los artículos que han reseñado el libro, que ellos han tendido a escoger las siguientes: Tito Puente El Rey, Izzy Sanabria: La Gran Fuga y el Conjunto Melao — está carátula les resulta diferente.

Me gusta el arte del álbum de Machito Afrocuban Jazz (Música de  Chico O' Farrill) allí se ven dos manos extendidas hacia arriba. Una es blanca y la otra es negra, me encanta es muy gráfico, tiene una idea increíble sobre las raíces y el otro álbum es de Carlos Santana, donde está el señor negro con una paloma blanca en su mano derecha y la esta sujetando contra su pecho.

 

Israel: Muchas gracias Pablo.

 

Edición de aniversario

Octubre - Noviembre de 2005

 

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