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Pastorita todavía tiene su guararey
A la nonagenaria guantanamera Pastora Yuani Sayús, inspiradora de El Guararey de Pastora, famoso tema, de Roberto Baute Sagarra, popularizado por Los Van Van, dedican la IV edición del Festival Nacional del Changüí
Por: Eyder La O Toledano y Lisván Lescaille Durand. Fotos de: Leonel Escalona Correo: digital@jrebelde.cip.cu
20 de junio de 2009 00:22:33 GMT
Pastorita tiene guararey conmigo / Yo no sé por qué será / Yo nunca le he hecho nada / Ella es mi amiga del alma/ La llevo con el corazón...
Sin embargo, la pieza musical devenida himno allá por los 70, carga consigo una historia costumbrista cuya protagonista vive hasta nuestros días para contarnos cómo y en qué circunstancias, se convirtió en la musa inspiradora de ese tema, compuesto por el changüisero guantanamero Roberto Baute Sagarra, por desgracia, muerto ya.
Pastora Yuani Sayús se llama aquella mujer que hace más de 30 años recorrió el mundo en una canción, y quedó como la Longina, de Corona o la Yolanda, de Pablito, prendida en la memoria de la música popular cubana.
Hasta su casa, en la comunidad de Uveral, distante a 15 kilómetros de la ciudad de Guantánamo, fuimos al encuentro de Pastorita. Campechana, sonriente, de hablar pausado y claro, la morena anciana vive todavía con la nostalgia de cuando era una gran bailadora, y da por sentado en cada palabra su apego al tradicional ritmo campesino guantanamero, una de las variantes primarias del son.
—¿Cómo se siente, Pastorita?
—Si es de salud muy bien, aunque ya no veo, pero siempre con ganas de bailar changüí.
—¿Y en Uveral no tocan changüí?
—¡Que va, mijo!, por aquí no se oye eso, porque los jóvenes no están para esas cosas, no les interesa. Desde que vivo aquí yo nunca he oído una rumba.
—Cuando era joven, ¿cómo eran las fiestas de changüí?
—¡Lo más grande!, duraban días, se tocaba sin parar. En el tiempo de antes, el changüí sí era changüí, no como ahora que los rumbones son más módicos.
—Cuentan que fue una gran bailadora...
—¡Ay, la Pastorita de aquellos tiempos! Dondequiera que había una rumba ya fuera en El Sigual, Beltrán, Boquerón... en cualquier rincón de esas lomas de Yateras, donde nací y me crié, para allá iba; eso lo llevo en la sangre: mi madre, Leonor Sayús, era muy changüisera, aprendí a bailar con ella. «Yo bailaba sin parar, cuando había fiesta ni comía ni dormía. Era una locura, mientras más bailaba, más ganas me daban de seguir. El hombre que bailaba conmigo no me soltaba.
—¿Por eso Roberto Baute Sagarra le dedicó la canción?
—Èl y yo teníamos una buena amistad. Nosotros íbamos a El Sigual, donde él vivía, y nos conocimos en las fiestas de changüí que se hacían allí, con el tiempo él se enamoró de mi hija Petronila, con la que tuvo dos niñas.
«En un inicio no estuve de acuerdo, porque él era casado y además le llevaba 20 años. Un día me fui a recoger café a Monte Verde, Yateras, y cuando regresé ya estaban de novios, no pude decirles nada, ambos eran adultos, pero eso me incomodó mucho, pues entonces, no estaba de acuerdo con su relación; pero eso fue al principio, después lo acepté.
«Èl compuso la canción para hacerme sentir bien, y con el tiempo me gustó tanto que la bailé muchísimo».
—¿Cómo recuerda a su yerno Baute?
—Èl era un negro alto, muy elegante, que halaba una guitarra endemoniada y con su pico de oro era capaz de seducir a cualquier mujer.
—¿Cómo ha recibido el homenaje durante el Festival?
—Estoy contenta y agradecida por este homenaje. Es bueno que se haga una fiesta de changüí como esta, y voy a disfrutarla como en mis mejores tiempos».
Fuente: http://www.juventudrebelde.cu/cultura/2009-06-20/pastorita-todavia-tiene-su-guararey/
Derechos Reservados de Autor Herencia Latina |
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