Congo, uno de los personajes representativos del Carnaval de Barranquilla.

 

Muere el Maestro:

Antonio María Peñaloza Cervantes

Gran compositor y folclorista colombiano

 

Nació el 25 de diciembre de 1916 en Plato, Magdalena - Murio el 18 de julio de 2005 en Barranquilla - Colombia

 

Su infancia transcurrió en Ariguaní (departamento del Cesar, con su padre y lejos de la madre), allí aprendió a tocar la “caja”, no la “Vallenata” sino una grande de madera donde se guardaba la manteca y petróleo en las tiendas de los pueblos; luego se trasladó con su madre a Fundación (departamento del Magdalena).

A principios de la década de 1930 se inició con el músico Andrés Ospino, ya fallecidó, en la ejecución de la trompeta y realizó sus primeras composiciones. La primera fue “La Cruz Roja”, una especie de homenaje al grupo de voluntarios que se creó en Fundación por la guerra colombo-peruana, que estaba en su punto álgido hacia 1932.

 

La canción tuvo buena aceptación por parte del público y luego en 1946 fue grabada por Antonio “Toño” Fuentes bajo el título “La Vallenata”.

 

Luego partió para Aracataca a estudiar con Rafael Acosta (tío de Lucho Bermúdez) y de ahí siguió a Ciénaga para integrar la banda de Dámaso Hernández.

 

Un desengaño amoroso lo llevó a tomar un barco para Barranquilla. Allí ingresó como trompetista a la Banda Departamental y a la orquesta de Luis Felipe Sosa.

En octubre de 1940 decidió viajar a Bogotá, donde se dedicó a estudiar la música más a fondo y a trabajar con la Banda Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional y luego de varios años de residencia en Bogotá y algunos viajes a Medellín retornó a Barranquilla, ciudad donde residió hasta el final de su vida.

 

Fue compositor, arreglista, trompetista. Adquirió mucho éxito con el arreglo en ritmo de garabato al poema del español Mariano San ldelfonso “Te Olvidé”, al convertirse en el himno del Carnaval de Barranquilla.  Para la música se inspiró en un ritmo autóctono de la ribera del Río Magdalena y en 1949 (algunos musicólogos aseguran que fue en el 50) la grabó con la voz de Alberto Fernández y el acompañamiento de un quinteto de jazz en el estudio de La Voz de Colombia de Discos Fuentes.


La canción es un mito del folclor costeño, de las entrañas del pueblo que sale a rumbear desde el amanecer del sábado de Carnaval y que sólo descansa cuando Joselito se va a la rumba el martes con la esperanza de resucitar el próximo año con más bríos. La letra nada tiene que ver con este jolgorio, por el contrario sus versos evocan el despecho y la desesperanza. 
El maestro Peñaloza quiso hacerle varios arreglos a la letra de SanIdelfonso pero al momento de grabarla por primera vez el cantante no tomó en cuenta las correcciones y la cantó tal como aparecía en el original, y “por aquella época no se podía corregir, porque cuando se prendía el bombillo rojo en el estudio, era hasta el final”. El sabor costeño de la canción lo logró con el ritmo peculiar de los tamborileros del Carnaval, específicamente de la danza del Garabato que tanto le gusta desde niño. Cuando el disco se escuchó por primera vez en las fiestas de 1954, los garabatos se apropiaron del éxito y lo adoptaron como su “himno de combate” (1).  Dicha pieza fue interpretada por un sinnúmero de orquestas destacandose la del sonero panameño Gabino Pampini. Otros temas son “Adiós Fulana”, interpretado por Totó La Momposina, “Danza al Sol”, “Mátese Media Vaca”, “Mochilismo”, “Ripiti Ripititi”.

 

El maestro Peñaloza fue profesor de música típica en la Facultad de Música de la Universidad del Atlántico, donde se pensionó desde hace muchos años ,además fue profesor del gran saxofonista colombiano quien reside en Los Angeles, Justo Almario(2). Le gustaba viajar con frecuencia a Cartagena a visitar a una de sus hijas que vive en esa ciudad o se pasaba una temporada en Plato (la tierra del caimán), su tierra natal, en compañía de sus familiares.
 

Este 18 de julio del presente año, se produjo su  muerte a las 11:55 de esta mañana en la Clínica del Sol, en el norte de la ciudad de Barranquilla, donde llevaba 25 días recluido.

 

El médico internista Iván Ruiz explicó que, como en todo evento oclusivo, con el maestro Peñaloza se comenzó un proceso de anticoagulación. Este procedimiento derivó luego en hemorragia del colon, donde le descubrieron protuberancias.

 

A raíz de estas complicaciones, en medio de las cuales hubo varias transfusiones de sangre y pérdida considerable de electrolitos, al maestro Peñaloza le sobrevino un shock séptico. Es decir, una condición anormal ocasionada por toxinas o bacterias liberadas en el organismo.

 

La muerte del compositor ocurrió a las 11 de la mañana de ayer. Ni siquiera alcanzó a concretarse la amputación de la pierna.

 

Al momento de su muerte estaban cerca de él su "enfermera personal", como llamaba a Carmen Borrero, quien cuenta que el maestro nunca perdió su buen humor, pese a que no abandonó la sala de cuidados intensivos en los últimos días. "Nos cantaba a todas las enfermeras".

 

Hasta ayer por la tarde no se había definido el día del sepelio. "Vamos a esperar que lleguen todos los familiares, y como era su voluntad, se le hará un cortejo fúnebre con ocho caballos, cuatro negros y cuatro blancos, que vayan jalando un coche con el ataúd", dijo Miguel Enrique, hijo del segundo matrimonio del maestro y quien lo estuvo acompañando los últimos cinco meses.

 

Al destacado músico le sobreviven siete hijos: dos con su primera esposa, Lucila Valencia; cuatro con su segunda esposa, Graciela Yabur (Miguel es uno de ellos), y uno extramatrimonial. A su última esposa fue a quien dedicó Adiós fulana, luego de la separación. Es interpretada por Totó La Momposina y Joe Arroyo.

 

Una de las hijas del maestro es la condesa Rosa Peñaloza Santuchi, quien vive en Italia e insistió en la voluntad de su padre sobre las condiciones de su sepelio. Otra de sus hijas es Dora María Peñaloza, secretaria general de la Comunidad Europea para la América Latina.

 


Te olvide

Congo, uno de los personajes representativos del Carnaval de Barranquilla.

(fragmento de la letra)

Sonora Curro (Antonio María Peñaloza)


Juei, Juei, Jueijua
Yo te amé con gran delirio
De pasión desenfrenada
Te reías del martirio (Bis)
De mi pobre corazón
Y si yo te preguntaba
El porque no me querías
Tu sin contestarme nada
Solamente te reías
Destrozando mi ilusión
Te pedí que vinieras a mi lado
Y en vano tantas veces te rogué
Que por haberme de tu burla ya curado
Te olvidé, te olvidé, te olvidé, te olvidé, te olvidé
Viva el carnavá'
Que vivan los cinco curro
Que viva la danza del garabato
Viva el carnavá'
De la vida que tuviste
Al fin se que te has casado
Y ahora ya quien está triste (Bis)
Es tu pobre corazón
Y aunque digas que me quieres
Yo de tí nunca me fío
Y aunque tu te desesperes
Ahora yo soy quien me río
De tu desesperación
Te pedí que vinieras a mi lado
Y en vano tantas veces te rogué
Que por haberme de tu burla ya curado
Te olvidé, te olvidé, te olvidé, te olvidé, te olvidé
(Transcrito por Carlos G. Coronell C., 1997)

 

Documentación suministrada por el Centro de Documentación Musical del Río Magdalena y el Caribe Colombiano

 Descanse En Paz Maestro

 

(1). ROXANA CASTILLO. http://www.elheraldo.com.co/revistas/gente/99-10-16/noti2.htm

(2). Justo Almario. http://www.fortunecity.com/victorian/kapoor/78/id120.htm

(3) Gabino Pampini. http://www.descarga.com/cgi-bin/db/archives/Profile66?neKFQkGk;;318

(4). http://www.banrep.gov.co/blaavirtual/blaaaudio/compo/penaloza/indice.htm

(5) http://eltiempo.terra.com.co/naci/cari/2005-07-19/ARTICULO-WEB-_NOTA_INTERIOR-2151714.html