In Memoriam: Ray Barretto (1929-2006)

 

Escrito por: ©Tommy Muriel

Miembro fundador de Herencia Latina

[nota: Este extracto cedido a Herencia Latina forma parte del libro "Fania All-Stars: Su Verdadera Historia Musical," actualmente en post-producción y registro legal. El libro se espera salga al mercado en verano del 2006. ©2006 Tommy Muriel]

 

 

Añado estas breves líneas a última hora, lo admito; a solo horas de enterarme en la tarde del viernes 17 de Febrero de 2006 mientras me acicalaba en mi barbería de siempre. Y la verdad que me negaba a creerlo, pero luego de volver a mi carro y prender el radio, lo inevitable. Z93 transmitía un sabroso maratón con lo mejor de la música de Ray Barretto, o por lo menos lo mejor dentro de lo que se puede tocar (ya saben que el repertorio de Tite sigue guardado con pestillo gracias a los mercaderes de siempre…). Ya no había margen de duda. Barretto, el mismo a quien los puristas del jazz homenajearon tardíamente como Gran Maestro del género, partía ahora hacia el mayor de los homenajes: su entrada al Reino Celestial.

A mí en el plano personal me duele mucho la pérdida de un Gigante (sí, en mayúsculas) como Ray Barretto. Si bien nunca tuve la dicha de conocerlo en persona, sí asistí a muchos de sus conciertos, de la misma manera que conservo muchos de sus discos de salsa y jazz en mi colección. Y sí, como percusionista que soy no les niego (y seguramente muchos como yo hacían lo que voy a relatar), yo solía y aún suelo practicar con su música. (Y dentro de mi lista selecta de canciones con las cuales practico, "Cocinando," "Fuerza Gigante," "Sola Te Dejaré" (por aquello de que en la grabación original ese tema no tiene bongosero) y su versión del "Killer Joe" nunca faltan en ese set... es lo más cercano que he tenido, aunque sea imaginariamente, de tocar timbales o bongó al lado de Mr. Manos Duras.) Y como yo seguramente muchos, por varias generaciones, hemos tenido a Barretto como modelo a emular, un "role model" como dicen en el difícil. Y es por eso que su muerte me es tan difícil de digerir como si fuese la muerte de un padre, la muerte de un padrino, la muerte de ese familiar cercano con el que más nos identificamos.

Para darse cuenta de su calidad humana, no necesariamente había que ser cercano a Barretto, aunque definitivamente era preferible. Es que ese don de gente, el mismo que mencionáramos en la semblanza de Tite, también lo reflejaba Ray en tarima. Como también se reflejaba su eterno espíritu luchador, ese que no se rinde ante nada y ante nadie y que en tantas ocasiones a lo largo de su carrera dejó plasmado en sus discos (ese mismo espíritu que podemos palpar en los extractos de los temas que preceden esta semblanza). Cuenta por ejemplo mi colega y amigo Ian Seda como Barretto luchaba contra su propio cansancio y la falta de aire (dada su condición de asma) para entregarse por completo en tarima en su concierto en el Anfiteatro Tito Puente donde celebraba sus 50 años en la música (concierto que luego Sony plasma en un disco doble). Era, contaba Ian, como si Mr. Manos Duras, empeñado esa noche en dejar su alma en la tarima, tuviese debajo de su ropa de conciertos el famoso emblema de Superman, el mismo que el propio Barretto una vez le recriminara a Izzy Sanabria y se resistiera a utilizar para las fotos de la carátula de su antológico disco Indestructible.” Y yo personalmente fui testigo, por ejemplo, de cómo en 1994 Barretto luchaba también contra su propio cansancio para dejar satisfecho a su público con un violento solo de congas al final de “Ponte Duro” en el estadio Hiram Bithorn, ante la mirada exigente y los gritos de apoyo de sus propios colegas en tarima. Un lustro mas tarde, vi cómo a uno de esos mismos colegas lo salvaba de una mala noche en tarima buscando redimirlo a toda costa al final del concierto y exigiéndole un solo que lo complaciera a él y a la fanaticada, no sin antes advertirle disimuladamente en pleno escenario “you gotta play some serious shit now, brother” (traducción casi literal: “tú tocas más que eso, así que déjate de mierdas y vamos a tocar en serio ahora”). Y en esa ocasión recuerdo que Barretto no le quitó los ojos de encima y no le dejó terminar su solo final hasta convencerse de que el público, que anteriormente abucheaba a este colega por su pobre demostración en tarima, quedara complacido con su ejecución. Este es el mismo Barretto que, tras un aparatoso accidente a finales de los 70’s que por poco le cuesta una mano (y por ende su carrera), resurgía como el ave fénix con un disco de esos que solo genios musicales como él son capaces de producir. El mismo Barretto que en el ’73 tras perder a más de la mitad de su orquesta en un costoso malentendido (más de esto en breve), volvía por lo suyo con sangre nueva y se debatía en un sangriento duelo de congas con Mongo Santamaría en el Yankee Stadium.

  

 

Foto archivo de Tommy Muriel

 

 

Barretto literalmente era la excepción a la regla cuando se habla de congueros. Contrario a la inmensa mayoría, Ray no se hizo en la rumba, sino en el jazz (y su primer instrumento, incidentalmente, lo fue la batería). Y su inspiración lo fue la combinación de Dizzy Gillespie con Chano Pozo en “Manteca,” clásico que descubrió durante su estancia con el Army estadounidense en Alemania. El mismo “Manteca” que, a su regreso de su compromiso con las Fuerzas Armadas, fuese uno de los primeros temas que graba en vida como conguero, cuando el reconocido pianista de jazz Red Garland lo incorpora a su trío de piano, bajo acústico y batería, expandiéndose entonces a un cuarteto. Su entrada a lo latino propiamente dicho se da después de hacerse notar en el jazz, cuando se incorpora a la orquesta de José Curbelo, de donde luego sale para asumir el reto de sustituir a Mongo en la orquesta de Tito Puente, debutando con este último en su disco mas famoso de todos los tiempos: Dance Mania.” Entrada la fiebre de la pachanga en Nueva York, y siguiendo la sugerencia de Orrin Keepnews, graba su primer disco como líder de orquesta Pachanga With Barretto,” seguido de una sesión de descargas titulada Latino con Chombo Silva, El Negro Vivar y Willie Rodríguez, entre otros. Luego de eso, y a su entrada al sello Tico Records, Barretto deja ver sus inquietudes al crear su Charanga Moderna, un grupo donde, tras sus primeros años siguiendo el formato tradicional de charanga, altera para siempre el formato al eventualmente sustituir la flauta solista (en su primera etapa ejecutada por José Canoura) por una sección de vientos de trompeta y trombón de pistones (a cargo de los hoy también fenecidos Roberto Rodríguez y Joe Wohletz, respectivamente). Una formula innovadora que dos décadas mas tarde implantaría Juan Formell con sus Van Van al añadir una sección de dos trombones (luego tres) a su charanga, aunque sin eliminar la flauta. Durante esta etapa, y paralelo a su trabajo con la Moderna, Barretto era frecuentemente solicitado para sesiones de jazz de la época con figuras del calibre de su ídolo Gillespie, Freddie Hubbard, Wes Montgomery y Cal Tjader, entre muchos otros. Cierto, a la vista de muchos Barretto no tenia las credenciales rumberas que tenían y tienen antecesores suyos como Mongo, Patato, Aguabella, Tata Güines y Peraza, por mencionar a cinco de los bravos de siempre. Pero para brillar como brilló en el jazz y en la salsa, no le fue necesario el carné rumbero a Barretto. Total, a él le bastaba con ser músico… y en ese sentido se puede decir que era más músico que los antes mencionados (y por “más músico” me refiero a mucho mejor preparado en fundamento y teoría musical que los antes mencionados, no que fuese mejor o peor que éstos… a fin de cuentas ya ese tipo de opinión depende del gusto personal de cada cual y cada cual tiene su opinión).

Una virtud que hay que destacar de Barretto, además de la suma de todas sus partes que lo separan de la mayoría de los congueros de (y anteriores a) su generación, entiéndase  arreglista, compositor, lector a primera vista, director de orquesta y multi-percusionista, lo es su ojo clínico a la hora de reclutar talentos para sus proyectos. Por sus diferentes orquestas pasaron muchos de los grandes virtuosos de ahora y de siempre. En su Charanga Moderna, aparte de los ya mencionados, hace su debut neoyorquino el entonces poco reconocido Orestes Vilató, luego compañero suyo por poco más de una década y uno de los timbaleros más completos y más influyentes que haya dado la música latina. Orestes a su vez reemplazaba en el grupo al maestro Ray Mantilla, quien al igual que Barretto luego se labra una buena reputación y una brillantísima carrera como uno de los percusionistas de jazz más solicitados de todos los tiempos. También hace sus primeros trabajos en Nueva York con la Moderna el hoy legendario pianista colombiano Eddie Martínez. A su entrada al sello Fania, periodo que Barretto mismo definiera como “un salto a la libertad,” y disuelta su Charanga Moderna para convertirse en un conjunto (o en una orquesta de salsa propiamente dicha, como la conoceremos en adelante), a Vilató, a Rodríguez, a Pete Bonet y a Adalberto Santiago (estos últimos dos uniéndose a la Moderna en sus últimos discos) se unen futuras leyendas como el bajista Andy González, el pianista Louie Cruz (a quien Barretto mismo luego le produce su primer disco como director de orquesta) y el entonces joven veterano Johnny “Dandy” Rodríguez. Disuelta su primera gran orquesta salsera cuando Dandy funda la Típica’73[1] llevándose consigo a Vilató, a Adalberto, al bajista Dave Pérez y al trompetista Rene López,[2] Barretto bota el golpe y se reagrupa, conformando entonces su segunda gran orquesta al traer consigo al virtuoso flautista Art Webb (a quien originalmente trae de invitado para una sesión de jazz, The Other Road,”…y termina quedándose), al veterano trompetista Manny Duran, al también veterano y virtuoso multi-percusionista Ray Romero y, primeramente a Héctor Casanova, luego a Tito Allen y finalmente al dúo de Tito Gómez (recién llegado de la Sonora Ponceña) y Rubén Blades.

  

Foto archivo de Tommy Muriel

Su ojo clínico le lleva a darle su primera oportunidad en las grandes ligas de la salsa a un joven timbalero de 17 años llamado Jimmy Delgado, a quien presenta en grande en su magno concierto de 1976 en el Beacon Theater de Nueva York, ocasión en la que, luego de botado el golpe de la dimisión del ’72, se reúne con Vilató, Santiago, Blades, Rodríguez, Vivar, Allen, Gómez y la aparición sorpresa de Tito Puente en lo que se anunciaba en ese entonces como una celebración de su carrera en la salsa y un alto en la misma para dar el salto hacia el mercado norteamericano. En ese mismo concierto debuta igualmente un joven Oscar Hernández, a quien Barretto recluta nuevamente en el ’79, botado otro golpe (esta vez su desilusionante periodo con Atlantic Records y un accidente que paralizó momentáneamente su carrera al fracturarse una mano), para su regreso triunfal al ruedo salsero con una portentosa banda nueva donde el conguero vuelca su creatividad y su visión vanguardista, lejos de regresar al sonido comercial de antaño. En esta nueva banda, de nuevo, el ojo clínico de Barretto entra en acción al reclutar a otro entonces desconocido, el virtuoso timbalero Ralph Irizarry, a quien pule cual diamante crudo durante su estadía de cuatro años en la orquesta (y a quien, como el mismo Irizarry narra en una de sus anécdotas favoritas, Barretto le da el empujón definitivo y uno que otro regaño para que desarrollara su talento al máximo en momentos en que el entonces incipiente timbalero se sentía incapaz de asumir el reto de tocar con la orquesta en esas primeras sesiones de Rican-Struction). Otros cuatro diamantes sin pulir, el bajista boricua Eddie Resto, su contraparte dominicano Ray Martínez (quien lo sustituye en la orquesta), el trombonista Joe De Jesús y el virtuoso sonero boricua Ray De La Paz, también se suman a esta nueva orquesta (llamémosle a esta la Fuerza Gigante, en referencia al disco de igual nombre que graban en 1980), la cual se mantiene unida hasta pasado el 1982, cuando esta poco a poco se disuelve luego de grabado el álbum Tremendo Trío con Adalberto y Celia Cruz. Irizarry y Hernández pasan a fundar Seis Del Solar, De Jesús pasa a la orquesta de Puente antes de mudarse a Inglaterra, Martínez pasa a ser el bajista de Mongo Santamaría (casualmente sustituyendo otra vez a Resto) y De La Paz, tras un periodo experimental con el Interamerican Band de Jorge Dalto, da su salto definitivo a la fama con Louie Ramírez. En el ínterin el conguero sigue con su ojo vigilante, trayendo consigo de vuelta a Jimmy Delgado, entonces terminado su trabajo con Luís “Perico” Ortiz y ahora más maduro y mucho más experimentado (y formando ahora una mancuerna con Barretto similar a la de este último con Vilató en los 60’s[3]); sustituyendo a De La Paz con un prospecto nicaragüense que ya armaba su reputación en ese entonces: Cali Alemán; a Hernández con otro virtuoso pianista en la figura del entonces novel Ricky González, hijo menor del inmenso Jimmy Sabater; y sustituyendo a De Jesús con otro joven que venia subiendo como espuma: el aguerrido Jimmy Bosch. Calladamente, un joven trompetista de nombre Ángel Fernández, hoy un respetado productor musical, también se sumaba a la orquesta. Para 1984 ya Barretto tiene los ingredientes para su última gran orquesta de salsa que le conocemos, con la cual graba sus últimos trabajos para Fania Records. Durante esta etapa también se suman a la orquesta los soneros Ray Saba (fenecido) y el panameño Carlos Ferrer, alias Carlos El Grande, el virtuoso Sal Cuevas en el bajo y los trompetistas Héctor “Bomberito” Zarzuela y Charlie Sepúlveda, entre otros. Ya en los predios del jazz, Barretto también se arma con una escuadra de virtuosos. Por su New World Spirit han pasado caballos de pelea como el virtuoso trompetista Ray Vega, los bateristas Bobby Sanabria y Vince Cherico, el trompetista/trombonista Michael Philip Mossman y el pianista Héctor Martignon, entre muchos otros (de nuevo, su ojo clínico descubre en esta etapa a otro diamante sin pulir: el baterista japonés Satoshi Takeishi, quien graba en los primeros dos discos del grupo).

Por muchos años, Barretto se mantuvo con un pie en la salsa y otro en el jazz que siempre amó y al que eventualmente le entrega por completo sus últimos años, desencantado con la forma en que las multinacionales manejan el mercado salsero hoy día y sobre todo desencantado con la falta de visión entre los nuevos mercaderes del género y con la falta de respeto imperante hacia los músicos veteranos que, como él, pavimentaron el camino para muchos de los de ahora. La negativa de las multinacionales a invertir en su propuesta salsera terminó indudablemente alejando a Ray del mercado salsero, lo cual desencadenó en otra gran batalla suya en estos últimos tiempos: el que algunos fanáticos injustamente le acusaran de abandonar a su fanaticada salsera y el desconocimiento (o enajenamiento, si lo prefieren) del salsero promedio hacia su trabajo en el jazz, al punto que en ocasiones que se presenta con su New World Spirit siempre aparecía uno que otro pidiendo sus clásicos salseros de siempre, en abierto desconocimiento (o enajenamiento, de nuevo, si así lo quieren) de lo nuevo de Barretto. Algo así como asumiendo que, erróneamente por cierto, Barretto debía seguir eternamente reciclando sus viejos temas en vez de continuar innovando y creando nueva música (no es secreto que se sentía irrespetado por ese sector del publico que, confundido, asistía a sus conciertos de jazz y le exigía que tocara su salsa clásica, como si el trabajo que en ese momento presentaba en tarima no interesara). Aunque esa pelea no era necesariamente nueva: a su regreso a la Fania luego de su época con Atlantic, el mismo Jerry Masucci disimuladamente le recriminaba durante las sesiones de Rican-Struction el que el disco no era comercial y que entre todo el repertorio nuevo que preparaba para este disco no había nada parecido al “Guararé” de hacía ya un lustro atrás… Pero a fin de cuentas Barretto tuvo la última palabra (el disco en cuestión definitivamente estaba adelantado a su época y, mas de 20 años mas tarde, aún conserva su frescura original[4]).

Muchos de nosotros, o al menos la mayoría de nosotros, teníamos la esperanza de que Barretto se recuperara de su crisis de salud y regresara a los escenarios y a los estudios de grabación. Después de todo, a sus tiernos 76 todavía le corrían demasiadas ganas y creatividad musical por sus venas. Deja concluso, pero aun sin mezclar al momento de redactadas estas líneas, el que ahora será su ultimo disco, Standards Rican-Ditioned,” el cual saldrá póstumamente y era uno de sus últimos sueños: un disco de jazz tradicional con un elenco 100% puertorriqueño (John Benítez, Hilton Ruiz, David Sánchez, Miguel Zenón, Papo Vázquez y Adam Cruz, aparte del debut discográfico de su hijo menor Chris Barretto en el sax). También quedaba en el tintero la propuesta de un junte experimental salsero entre Adalberto Santiago y su New World Spirit. Pero como todo en la vida, el hombre propone y Dios dispone. Y fue voluntad de Dios que Barretto fuese el más reciente exaltado a la Súper Orquesta Celestial, precedido por el legendario bajista Víctor Venegas, quien fallece días antes, el 12 de febrero de 2006, para ser exactos.[5] Como decía El Conde en "Macho Cimarrón" con la Fania (y donde por cierto Barretto era el conguero):

"de los salones del Cielo me mandaron a buscar... porque Dios tenía anhelo en oírme improvisar."

Como dije al inicio de este libro en la dedicatoria, y como repito de nuevo ahora (y seguramente Barretto, reunido de nuevo con Roberto Rodríguez en la Gloria, canta y toca con mayor fuerza): hoy, más que nunca, Que Viva La Música. Bendición.
 

  

P. D.: A manera de nota final en este breve homenaje a Barretto, les dejo con comentarios hechos sobre su persona por varios de sus amigos y colegas en la música, esto recopilado de los diferentes partes de prensa recogidos en Puerto Rico y en el exterior a raíz de la noticia del fallecimiento del Indestructible.[6]

Adalberto Santiago: "Estoy en Chicago y me llamaron como a las 6:30 de la mañana para decírmelo. Pero él se despidió de mí, porque lo soñé la noche antes. Lo vi, se me paran los pelos, y le digo: 'Contra, Ray, que chévere estás bien de nuevo' y él me dice: 'Me dieron tres puyazos, pero estoy bien' y al rato me llaman para darme la noticia. Me dio un adiós.

Estoy acá con mi esposa, que la operaron de la vesícula, pero voy para Puerto Rico el lunes y el jueves salgo para Panamá. Voy a ver si puedo ir a Nueva York, pues hablé con la viuda. La última vez que compartimos fue en el concierto de Bellas Artes (septiembre 2005), que de salud estaba bastante bien e hizo un trabajo fantástico.

Desde el 1967 nosotros estuvimos juntos, y de ahí hasta la fecha. Hicimos el disco 'Rican-Struction', presentaciones de discos en diferentes lugares, grabé con Celia y con Barretto, que fue tremendo trío. Para mí fue un padre musical, aparte de la disciplina que aprendí de él."

Pete Bonet: "Estamos bien sentidos... Ray Barretto y yo tenemos mucha historia. Con Ray comprendí que debía aprender a entonar porque yo era un cantante sin ninguna educación. Estuve con él como cinco años. Yo soy de la Colectora de la 23, en Santurce. Salí de ahí a los 16 años y medio hacia Nueva York. Desde los 23 (años) estoy trabajando con Ray, viajando a Hollywood, Venezuela, fuimos a África. Allí pasamos un susto con él, por poco se nos muere porque nos estaban trasladando en un jeep y levantaba polvo, que era como barro, y ese polvo entraba al frente de nosotros. A Ray le dio un ataque de asma bien malo y nosotros le dijimos al chofer y paramos en un hospital porque se le había quedado la pompa (para inhalar los medicamentos) en el hotel. De ese día en adelante siempre la llevaba en el bolsillo (ríe). En ese viaje de 12 días, como para 1968, compartimos tarima con James Brown.

Otro susto lo pasamos en Nueva York, pues fuimos a comer y prepararon un caldo con mariscos, pero Ray no lo sabía y era alérgico, se hinchó todo. Compartimos muchas cosas. Estuvimos en tantos teatros de negros americanos... como en el Apollo Theater (Nueva York); donde iban los negros bravos.

Recuerdo la canción 'El Watussi' que para mí fue el primer rap que se escuchó, que era más hablado. También nos amanecíamos mucho escribiendo temas y compartiendo. Luego salíamos a jugar billar a las 2:00 de la mañana, pero sin beber... Ray no bebía licor, ni estaba en drogas, lo que bebíamos era Coca Cola.

Si supieras que Barretto trabajó como baterista en la orquesta de Tito Puente. Un día le pidió $5 de aumento, lo que le negaron, y se fue. (Ríe) ¡Quién lo imaginaría!"

Rafi Torres: "De verdad que es un día de luto nacional. Los que compartimos con él en tarima sabemos que era un ser humano de unas cualidades bien especiales, bondadoso, humilde, exigente en la tarima, perfeccionista, pero a la vez le gustaba la inventiva de cada cual, nos daba la oportunidad de aportar. Siempre ensayamos pero a él le gustaba ese detalle, dejar espacio al azar para que la creatividad se viera en tarima.

Hace muchos años atrás en la universidad (Universidad de Puerto Rico) lo trajeron para una de esas presentaciones, y a nosotros nos chocó ver el espíritu incansable de Ray, porque antes de tocar tenía que virarse hacia nosotros, los músicos y darse un par de bombazos porque era asmático. Fue de mucha motivación ver a ese hombre seguir haciendo lo que le gustaba hacer."

Yolanda Rivera: "Tuve la oportunidad de celebrar los 75 años con él en el anfiteatro 'Tito Puente'. Siempre fue un ejemplo, un baluarte. A los 18 años ya era seguidora de 'El Rey de las Manos Duras'. Lamentamos mucho la muerte de este hermano.

Él nos dio mucho, no sólo a Puerto Rico sino al mundo. Ray no hubiera estado contento de estar en vida y no en vida... Papá Dios hizo lo que tenía que hacer. Era preferible así a estar como él estaba... sufriendo. Se nos están yendo muchos (artistas). A su familia le doy el pésame.

Tuve la oportunidad de grabar con él un tema dedicado a Vieques, hace como tres años, junto con Adalberto Santiago y otros colegas."

Jimmie Morales, de gira con Gilberto Santa Rosa al momento de enterarse de la noticia: "Me enteré de la noticia acá, en Venezuela. Ray fue mi modelo a seguir para aprender a tocar congas. Lo conocí personalmente en 1984 en Nueva York, pero soy fanático de él desde los años 70.

Lo recuerdo como uno de los mejores congueros en la música latina... es la representación más grande que hemos tenido en cuanto a percusión. Marcó un estilo en los años 70 que perdura todavía y sé que muchas personas de mi época piensan igual que yo. Él fue bien innovador y siempre estuvo al tanto de los cambios musicales. Hace más de un año coincidimos en Nueva York cuando fui a verlo con su grupo de jazz."

Harvey Averne: “…un caballero, confiable, preparado, puntual. No había como él. Yo le produje el disco Acid,” su debut con Fania. Eran los tiempos donde todos estábamos como locos, pero Ray era “Maestro Limpio” (“Mr. Clean”). No fumaba, no bebía ni nada de eso. A lo mejor hubo gente que por eso se creyó que el hombre era un tipo aburrido.” [Traducción al español por este servidor.]

Willie Rosario: "Me siento muy triste por la muerte de mi amigo desde la juventud en New York, donde nos criamos musicalmente. Espero que el Espíritu Santo lo acoja en su seno y le dé vida eterna.

Como persona fue un individuo educado, decente, responsable. Fue un individuo que le dio prestigio a la música, porque fue un individuo limpio y no tenía ninguna clase de vicio. Y como profesional y músico era de mucho talento, creativo y consciente del instrumento que tocaba. Su solo en las congas lo hacía muy bien. Tenía un sonido grande en su instrumento. La aportación musical que ha hecho al concepto de la salsa y al género del mambo fue intensa y muy creativa.

El primer baile que tocó Ray Barretto de música latina yo era el timbalero de esa orquesta. De ahí hicimos una amistad y él vivía en El Bronx. Hacíamos descargas rítmicas en Crotona Park del Bronx, con Manny Oquendo, Joe Quijano, Orlando Marín, Eddie y Charlie Palmieri.”

Ismael Miranda: "Ray y yo estuvimos juntos hace como siete meses en un concierto que hice en Nueva York y él fue a vernos. Teníamos una amistad chévere, fue compañero mío de trabajo con las Estrellas de Fania. Siempre fue calladito, humilde, buen amigo, un gran hombre, nunca hablaba de nadie, además de ser un músico muy talentoso. Conocía latin jazz, música afro antillana, simplemente un conocedor grande de nuestra música.

Lo sentimos mucho, tuve la oportunidad de trabajar con él y me hizo sentir bien cómodo, es una pena que haya pasado a mejor vida. A su familia no la veía mucho, porque él no acostumbraba a llevarlos a los shows."

Gilberto Santa Rosa, comunicado de prensa: "Autenticidad, musicalidad y mucha valentía son algunas de las palabras que describen la brillante carrera del maestro Ray Barretto, ése es el gran legado que nos deja. Tuve la oportunidad de verlo varias veces con excelentes agrupaciones y recuerdo más su carrera como salsero que como músico del latin jazz.

El último espectáculo en que lo vi fue bastante reciente, en el coliseo 'Rubén Rodríguez',  me impresionó como siempre el dinamismo y vitalidad con que dirigió su orquesta, sin perder el contacto con el público. Mi más sentido pésame a su familia y su fanaticada."

Eddie Palmieri, EFE: "Muy triste... es una pérdida muy grande. Él era un tremendo guerrero de la tarima, un tremendo músico que por muchos años presentó grandes orquestas. Estamos acá muy tristes en la familia Palmieri."

Humberto Ramírez: "Es un día muy emocional para mí puesto que me levanté y lo primero que escuché fue que falleció Ray y, pues, estoy un poquito triste, pero a la misma vez contento porque podemos celebrar una larga trayectoria en la música.

Podemos celebrar que una persona tan importante y tan especial como él nos ha dejado un legado tan importante para esta generación y futuras generaciones."

Néstor Galán "El Búho:" "Compartimos en muchas ocasiones, lo entrevisté y lo presenté en sus últimos tres conciertos en Puerto Rico: en el Centro de Bellas Artes, en el coliseo 'Rubén Rodríguez' y en el anfiteatro 'Tito Puente.'

Era una persona que hablaba muy pausado, muy sabio, conocedor, estudioso de la música. Yo siempre trataba de hacerle preguntas de las cuales tenía curiosidad de algunas grabaciones, sobre sus cantantes, y siempre estaba dispuesto a contestar. Era muy sencillo.

Desde niño lo admiraba, fue un honor conocerlo. Perderlo físicamente es un dolor muy grande, porque era único... era un gran compositor, músico extraordinario, virtuoso, cantante. Fue talentoso dentro del jazz, como en su integración con la salsa, siempre tuvo éxito con todo lo que hacía.

Sólo puedo decir cosas lindas. Él no se imaginaba cuán grande era, admirado y respetado en todo el mundo. Siempre estuvo dispuesto a darle oportunidad a la nueva generación, lo que demostró en sus presentaciones en Puerto Rico."

Pedro Arroyo: "A Barretto lo conocí allá por los años 72 o 73, pero vine a ser un poquito más cercano con él cuando trabajé en la fábrica de discos Fania, cuando era en Canóvanas. Yo corría el departamento de imprenta, ahí fue que empecé a conocerlo. También, fui vecino de Cheo Feliciano por más de 15 años y a través de él conocí a éstas grandes figuras. Luego, cuando me inicié en la emisora (1983) fuimos más unidos, por encima del trabajo. Hubo una amistad bien genuina, de ambas partes. Fue un excelente músico, excelente percusionista.

Barretto nos deja un legado sumamente grande... su resumé de éxitos es enorme y por su orquesta pasaron cantantes como Rubén Blades, Tito Allen, Ray Saba, Adalberto Santiago, llegó a grabar con Celia (Cruz) y viajó el mundo con las Estrellas de Fania y con su jazz. Se habrá ido físicamente, pero su música va a perdurar y espero que lo haga.

Hablamos el día antes de su primera operación de corazón y me pidió encarecidamente que al otro día en la emisora oraran por él, pues 'si me quitan mi música, me muero'. Hemos tenido una programación especial con la música de Barretto, con reacciones de sus colegas, y seguiremos así hasta que le den cristiana sepultura.

Llevo más de ocho años cabildeando y luchando para que en este país se apruebe un proyecto escolar para que se enseñe música popular puertorriqueña, sus cantantes, sus arreglistas, los compositores... Que se enseñe que hubo figuras como Ray Barretto, Tito Puente, Charlie Palmieri, Pete 'El Conde' Rodríguez. Esto será una herramienta contra la deserción escolar y, además, vamos a enseñar a los muchachos que van subiendo que si hoy en día existen cantantes como Jerry Rivera o Víctor Manuelle, etcétera, se le debe a esa zapata fuerte de las grandes figuras que la hicieron para levantar el género que hoy conocemos como salsa. Cuando se escriba en las páginas de la historia, el nombre de Ray Barretto habrá que hacerlo con letras en oro y más grandes que él."

Nicky Marrero, en entrevista radial en Z93: "Ray Barretto era uno de los diamantes en la música. Él era mi amigo, como un padre, como mi hermano, con mucha sabiduría... siempre era bien cariñoso y eso siempre me lo llevo en el corazón."

Ray De La Paz, en entrevista radial con Z93: “Es una de las pocas leyendas que quedaban. Nunca lo vi con coraje. Me enseñó a ser disciplinado, siempre con la tranquilidad que lo caracterizaba.” Durante la entrevista con Marcos Rodríguez “El Cacique,” De La Paz también hablaba a manera de anécdota su primer “limazo” (regaño) en un ensayo de Barretto cuando llega a tocar y se le olvidan las maracas y el güiro, los cuales deja en su casa ese día: “un obrero nunca sale de su casa sin sus herramientas. Y sus herramientas como cantante son las maracas. No vuelvas a dejarlas,” cuenta que le dijo en esa ocasión.

Robert Padilla: "Yo como coleccionista, es una de las colecciones más importantes. La tengo completa, inclusive me refiero a cuando empezó en la charanga, la salsa y el latin jazz. Todo lo que hizo lo hizo bien, completo. No dejó cosas a medias porque lo hacía de corazón. Hay músicos que graban por grabar. (Pero Ray) se preocupó por los arreglos, el sonido, la calidad del sonido.

Ray Barretto tenía una facilidad para hablar. Hay muchos músicos que son virtuosos en lo que hacen pero no saben expresarse. Yo me asombré en unos ensayos. Me acuerdo que un día había un poco de fricción y el paró el ensayo... a veces pasan esas cosas cuando hay muchas estrellas juntas... me acuerdo que les dijo: 'Creen, inventen'. Me impactó. Estaban dejándose llevar por los papeles, que tenían unos errores estúpidos, y él les decía que esto es música, que se dejarán llevar por la experiencia. Su aportación mayor es que de la mayoría de todos los mejores congueros que tenemos a nivel mundial, él es su influencia. Era buen comerciante y buen músico."

Willie Colón: El trombonista destacó “su enfoque en la calidad de la música, innovadora, bien hecha. Era un músico dedicado a su trabajo, comprometido con la cultura puertorriqueña. Fue un buen ejemplo para mí. Cuando yo comenzaba me dio buenos consejos.”[7] [Willie organizó el proceso fúnebre en Nueva York, donde los restos de Barretto fueron velados en el Riverside Memorial, donde mismo fueron velados los restos de Tito Puente. También, con la ayuda del alcalde neoyorquino Mike Bloomberg, de George Rivera y de Harry Sepúlveda, tramita el transporte aéreo del cuerpo de Barretto y de la familia de este a Puerto Rico, donde otro grupo de amigos íntimos, entre ellos Bobby Valentín, Cheo Feliciano, Roberto Roena, Pedro Arroyo, Adalberto Santiago, Papo Lucca, Néstor Galán y el Dr. Fidel Estrada (portavoz oficial junto a George Rivera de la familia Barretto), organizaban el velatorio en su honor en la funeraria Ehret en Río Piedras.]

Andy Montañez: “Todos los compañeros que llegamos a conocer Ray sentimos su deceso, fue una persona muy querida, desde que lo conocí cuando yo estaba en el Gran Combo, era un tipo sumamente callado, buen amigo, extraordinario en la música, en la salsa y luego cuando incursionó en el jazz. Aunque estaba enfermo, el deseo era que se recuperara, que no nos abandonara. Se pierde un valor extraordinario. Ray vivió mucho tiempo, se sintió puertorriqueño, quería mucho a esta tierra, no hablaba mucho pero era bien amigable y tremendo compañero.

Tommy Olivencia: “Fue un gran amigo, mi productor, el primero que me puso a sonar a mi a luz pública, viviré agradecido siempre de él. Era tremenda persona, un caballero.”

Rafael Ithier: “Cuando se pierde una figura de esa índole se pierde un gran artista, y la música de nosotros (la salsa) sufre porque nos estamos quedando sin figuras. Para nosotros Ray es un hermano. Siempre estuvo cerca de nosotros. Fue un gran creador. Comenzó con la charanga y terminó haciendo jazz. Era un visionario, aportó mucho a la música. Era un muchacho muy responsable. Toda la vida fue así y organizó muy buenas orquestas. Es una pérdida irreparable.”

Víctor Gallo: “A pesar de su grandeza, siempre tuvo los pies sobre la tierra. Era un hombre con una preocupación social muy grande, enfocado en los problemas de las comunidades y que se esmeraba por entender al mundo. Era un músico total que disfrutaba el bebop, la salsa y la música clásica. Vivía orgulloso de haber tenido la dicha de tocar con Charlie Parker, Art Blakey y otros.”

Johnny Pacheco: “Estoy muy triste, fueron muchos años que trabajamos juntos y a la verdad es que perdimos al conguero más completo del género.”

Papo Lucca: “Barretto tuvo un ojo clínico a la hora de reclutar y desarrollar a los músicos de su orquesta. Roberto Rodríguez, Orestes Vilató, Ricky González, Ralph Irizarry, Jimmy Delgado, Jimmy Bosch... Barretto fue una escuela. Siempre estuvo a la vanguardia y adelantado a su época. Ray es una de las influencias más grandes que tiene este género (la salsa) e hizo de las aportaciones más importantes. Nunca tuvo un grupo malo, siempre mantuvo una calidad excepcional y su presencia irradiaba con un carisma increíble. Con su forma de ser, siempre tan tranquilo… La gente lo agitaba para verlo tocar porque tuvo de los grupos de salsa de vanguardia, una orquesta de todos los tiempos. Fue inspiración para muchos de nosotros y siempre te traía algo nuevo. Es un músico que está a la altura de Tito Puente, con una aportación a la música bien respetable. Recuerdo que mi primer viaje a Nueva York con la Sonora Ponceña fue a alternar con la orquesta de Ray, que en ese momento era una inspiración artística pa' uno. Después de eso, tuve la oportunidad de compartir la tarima con él por más de tres décadas, trabajando y viajando juntos. Su obra es gigante y por eso tiene muy merecido el cariño de la gente.”

David Amram,[8] en comunicado de prensa el 20 de febrero de 2006: “Cuando Ray y yo por primera vez tocamos juntos en los lunes de sesiones en el Club 123 en Harlem fue para el verano de 1955. Ray era el único conguero que se aparecía en esas sesiones y yo era el único que tocaba trompa francesa. Recuerdo que nos reíamos solos porque estábamos rodeados de un ejército de músicos que tocaban instrumentos que entonces se consideraban como los tradicionales del jazz. A Ray lo felicitaban porque era capaz de acoplarse a todo el mundo y siempre tocar en tiempo y afinado y el les contestaba: “yo nací con ese fuego latino y quiero hacerlo parte integral del jazz.” Allí se aparecía todos los lunes gente como Rashaan Roland Kirk, Wayne Shorter (saxofonistas), Art Farmer (trompetista) y los miembros de la orquesta de Mingus, de la cual yo fui parte, a jammear y Ray siempre estaba allí. El tocaba con todo el mundo y siempre sabia lo que había que hacer.

El tenía un entendimiento real de cuanto añadirle a la música, en vez de intimidar con su ejecución e irse por encima de todo el mundo. Ya él era un artista completo en 1955 y siempre lo fue. También inspiraba a otros a ser como él a través de su ejemplo de siempre tener buen oído y ser creativo. En los 70’s cuando regresé de Cuba, donde hice un concierto con mi grupo, con Dizzy Gillespie, Stan Getz y Earl Hines, logramos traer a varios artistas cubanos para un concierto en el Lincoln Center. Trajimos a Los Papines para esa serie de conciertos y a quien ellos querían conocer en persona era a Ray, aparte de a Tito Puente, Mongo y Candido (Camero). A estas alturas ya era reconocido mundialmente, pero nunca actuaba como hacen tantos otros cuando reciben reconocimiento. A través de los años siempre fue un placer colaborar con él, pues él siempre siguió siendo el mismo caballero que conocí allá en los 50’s.

Recuerdo que hace unos pocos años atrás, en un cumpleaños que le celebramos, nos pusimos a improvisar blues, recordando aquellos años en el Club 123. En otra ocasión, donde su banda, la mía y la de Clark Terry coincidimos, las tres bandas nos juntamos al final y mi hijo tuvo la oportunidad de tocar al lado de Ray y al lado de su hijo (Chris). Mirando a mi hijo tocando junto al suyo Ray me decía: “míranos, Dave… ahí estamos nosotros comenzando de cero otra vez.” Espero que de aquí a 50 años mas mi hijo aún recuerde esa noche, pues pienso que fue una bendición para él, como lo ha sido para nosotros todo este tiempo, de compartir la magia de Ray. El espíritu de Ray va a seguir con nosotros y su música va a seguir fuerte y fresca porque la hizo de corazón. El vivía para su música y lo disfrutaba. El abrió muchas puertas y trajo gozo por muchos años a mucha gente alrededor del mundo. Mientras descansa en paz, su música seguirá más viva que nunca.”[Traducción al español por este servidor.]

Joe Bataan: “Vacilábamos y ‘jangueábamos’ juntos. […] En lo que a mí concierne, su hit “El Watussi” fue bien influyente. Uno de los primeros hits latinos que hicieron el crossover (pegar en el mercado norteamericano). Lo que hizo este tema fue incorporar a los negros (afro americanos). De la misma manera que los judíos descubrieron lo latino en el Palladium con los Puente y los Palmieri, “El Watussi” puso a los negros a bailar latino, como lo que hizo Eddie Palmieri con “Azúcar.” El ritmo y la clave los conectaron. Eso nos abrió las puertas a los jóvenes que veníamos subiendo, como yo, y nos dio la idea de lo que se podía hacer. Se que estuvo bien metido en el jazz. El fue como la segunda venida de Chano Pozo. Bien influyente. Sus arreglos y su forma de tocar eran únicos. Lo vamos a extrañar mucho.” [Traducción al español por este servidor.]

Rubén Blades: “Ray Barretto es un hombre que estará ligado para siempre a la música afro-cubana y de fusión con el género del jazz. Siempre agradeceré la oportunidad que me brindó, en 1975, de participar como miembro de su afamada orquesta. Mi debut en Nueva York con Barretto inicia formalmente mi carrera como vocalista del género salsa en Estados Unidos y me proyecta a los escenarios artísticos internacionales. Eso no lo olvidare jamás. Nos consuela saber que sus muchas contribuciones, que abarcan décadas, nunca serán olvidadas y que serán por siempre respetadas como referencia indispensable para atender el desarrollo de la música afrocubana a nivel mundial y también como contribución cultural puertorriqueña al planeta. Viva Ray Barretto, y como él bien dijo: ¡Que viva la música!”


  Notas.

[1] [Aunque los participantes de las sesiones de descarga en And Vinny’s (y futuros fundadores de la Típica’73) ya habían avisado a Barretto con tiempo de sus planes de abandonar la orquesta, Barretto optó por hacer caso omiso de ello, asumiendo que se trataba solo de una forma de pedir un aumento en la paga. Al vencerse el plazo, la orquesta de Barretto pierde a cinco de sus miembros clave, partida que desde luego le dolió al conguero, especialmente la de Vilató, a quien luego de tantos años juntos entendía como insustituible. La mala espina que hubo entre Barretto y los que se marcharon, y que como mencionáramos anteriormente en este libro provoca la salida de Santiago y Vilató de la Fania All-Stars, eventualmente cede con el tiempo.]

 [2] [López es miembro fundador de la orquesta salsera de Barretto cuando este hace su ingreso al sello Fania. Su primera salida de la orquesta, en esa ocasión para cumplir su servicio obligatorio en las Fuerzas Armadas, trae como su sustituto a Joseph “Papy” Román. A su regreso, Barretto lo reincorpora, expandiendo ahora la sección de trompetas de dos a tres integrantes, formato que utiliza por primera vez en “Power.”]

[3] [El ultimo timbalero con quien Barretto forma una alianza de tal magnitud lo es el virtuoso Edwin Clemente, a quien recluta para sus últimos conciertos formales de salsa como director de orquesta en Puerto Rico: su 50 Aniversario y el comentado junte musical, luego de tantos años y la famosa controversia inicial, entre el conguero y la Típica’73. Orestes Vilató figura como invitado de honor en ambos eventos. Un concierto posterior donde logran reunir a Barretto con Rubén Blades y Tito Gómez (los grandes ausente del concierto 50 Aniversario; Blades por compromisos previos y Gómez por su arresto precisamente de camino entre Nueva York y Puerto Rico para participar en dicho evento por cargos de trafico de dinero falso) tiene de fondo musical a la orquesta Puerto Rican Masters dirigida por Luís “Perico” Ortiz y como invitado al virtuoso Giovanni Hidalgo, a quien literalmente Barretto le pasa el batón en una suerte de relevo generacional.]

[4] […y afortunadamente Masucci, contrario a los jeques de ahora, tuvo la inteligencia de darle libre albedrío a sus artistas para crear sus propuestas indiferentemente de sus gustos personales. De lo contrario, discos como el mencionado, como “The Other Road,” también de Barretto, o “Siembra” de Willie Colón y Rubén Blades, que tampoco fueron de su agrado en un momento dado por no considerarlos comerciales, tampoco hubiesen visto la luz.]

 [5] [Venegas, mexicano nacido en 1933 y residente por muchos años en Chicago, donde tocó con la charanga Nuevo Ritmo de Armando Sánchez, radicó por muchos años en la costa oeste de los Estados Unidos, donde grabó importantísimos discos con Cal Tjader y Mongo Santamaría, entre otros. En Nueva York, trabajó con Eddie y Charlie Palmieri, Ismael Rivera y sus Cachimbos, Johnny Pacheco, La Lupe y Celia Cruz. Uno de sus solos más conocidos es el del tema “Canta Bajo” en su versión original, grabado en el antológico disco “Mongo Introduces La Lupe,” debut de la recordada diva de la canción con la orquesta de Santamaría. Es coautor a su vez del clásico “VP Blues,” grabado por Eddie Palmieri en vivo en  1972 y publicado en el primer volumen de “Live at Sing Sing.”]

[6] [Fuentes utilizadas para este segmento: EFE, The New York Times, El Nuevo Día (Jaime Torres-Torres) y Primera Hora (Hiram Guadalupe). La recopilación para este segmento cubre desde la fecha del fallecimiento de Barretto hasta el jueves 23 de febrero de 2006, cuando sus restos son trasladados y velados en Puerto Rico.]

[7] [Un dato que pocos conocen es que Barretto invita a Willie y a Héctor Lavoe a participar en una de las sesiones de su disco “Together,” donde ambos hacen coro en el tema “Hipocresía y Falsedad.” Lavoe regresa de invitado en 1973, haciendo coros con Meñique en el disco “Indestructible.”]

[8] [Amram, uno de los músicos de jazz mas eclécticos que hayan existido en la historia del genero, también domina el piano, el xilófono, la marimba, la flauta y la percusión. Fue miembro, entre los 50’s y 60’s, de la orquesta del legendario bajista Charles Mingus. Propone y logra el primer intercambio cultural entre Cuba y Estados Unidos en 1977. Este histórico evento se realiza en dos partes: una primera visita de Amram y su grupo a La Habana, el cual narra en su comunicado que aquí traducimos, donde participan Los Papines y los entonces miembros del grupo Irakere Paquito D’Rivera y Arturo Sandoval. La segunda parte del intercambio se da en Nueva York, con D’Rivera, Sandoval y Los Papines uniéndose a un nutrido elenco conformado por Amram y que incluía entre otros a los jazzistas Pepper Adams, Thad Jones y Billy Mitchell, los cubanos Candido Camero y Alfredo De La Fe, y los boricuas nacidos en Nueva York Eddie Gómez (virtuoso bajista de jazz), Ray Mantilla, Nicky Marrero (aparece erróneamente como “Morrero” en los créditos) y Johnny “Dandy” Rodríguez. De este intercambio surge el disco “Havana/New York,” lanzado ese mismo año. En 1980 Amram graba “At Home/Around The World,” una suerte de secuela del encuentro del ’77, pero ahora sumando influencias de países tan distantes como Guatemala y Pakistán en su propuesta. Repiten en este proyecto Candido, D’Rivera, Marrero, Dandy, Mantilla y Adams, sumándose al mismo Víctor Venegas, Mario Grillo y Steve Berrios.]

Edición febrero - Marzo de 2006

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