from mambo to hip hop

 

   

Henry Chalfant y Mike Amadeo

 

 

Retrato musical del Bronx

Un artista estadounidense apasionado por la cultura latina lleva a la pantalla los años de oro.

Por Carmen Valdivieso

Nueva York — Un artista estadounidense apasionado por la cultura latina lleva a la pantalla los años de oro de la música del Bronx, desde el esplendor del mambo y el nacimiento de la salsa hasta su decadencia en los años 70, cuando nació el hip hop.

“From Mambo to Hip Hop: A South Bronx Tale”, del reconocido fotógrafo de la cultura urbana Henry Chalfant, nos transporta a través de varias generaciones a partir de la inmigración de cubanos y puertorriqueños en los años 40 y 50 que convirtieron al condado neoyorquino en la Meca del mambo y la música latina en general.

El documental de una hora, producido por la musicóloga Elena Martínez y Steve Zeitlin, del grupo comunitario “City Lore”, es parte de la muestra del Festival de Cine Hispano de Nueva York, que presentan la Universidad de Columbia y el Instituto Cervantes con la colaboración de la Sociedad Fílmica del Lincoln Center y que transcurre esta semana.

En una entrevista reciente en el corazón del Bronx, Chalfant llevó a la AP en un recorrido por los lugares donde transcurre su historia, otrora casa de clubes de baile y otros puntos que marcaron una época en la formación de una cultura musical y donde se fusionaron elementos cubanos y puertorriqueños para dar lugar a la salsa.

Caminando por la calle, el realizador de 67 años se detiene frente a la escuela pública 52 y la señala como el sitio donde se educaron grandes figuras de la salsa como Eddie Palmieri, Ray Barreto y Manny Oquendo.

“Aquí también estudió Collin Powell”, ex secretario de estado del gobierno de George W. Bush, agrega con una sonrisa.

“El sistema educativo de Nueva York por aquel entonces era el mejor de todo Estados Unidos y se les enseñaba música y tenía instrumentos musicales a su disposición a condición de que animaran las fiestas de la escuela”, anota.

“La salsa es un concepto, una reconciliación de toda la música que hacíamos aquí”, destaca Palmieri en el documental, que muestra a los músicos reunidos en la misma escuela ya de adultos.

A lo largo del filme, Palmieri, Willie Colón y el fallecido Barreto relatan anécdotas con gran sentido del humor sobre su evolución musical dentro de la comunidad.

La cinta incluye imágenes de los bailes en populares en clubes locales como el Tropicana y el Hunts Point Palace, un concierto de Celia Cruz en 1973, presentaciones de Tito Puente y escenas callejeras cargadas de melancolía, a la vez que el drama urbano que experimentara el Bronx en esos años.

De los clubes de esa época no queda nada. En su lugar se han erigido edificios modernos que surgieron tras la destrucción del sur del Bronx en medio de una severa crisis financiera.

Durante la década de 1970 la ciudad de Nueva York cayó en una depresión económica que llevó a la reducción de recursos fiscales y el condado quedó oprimido económicamente. Ese hecho se dejó sentir en mayor escala en el sur del Bronx, que quedó aislado tras la construcción de la carretera Cross Bronx Expressway, lo que provocó el éxodo de las familias de clase media a los suburbios.

“La población de bajos ingresos, en su mayoría negros y latinos, quedó a merced de los propietarios de edificios que en muchos casos prefirieron incendiarlos para cobrar el seguro”, relata Chalfant.

“En 1982 la ley de seguros fue modificada y pararon los incendios. Pero fue durante ese período de gran desesperación cuando reinaba la destrucción por doquier cuando surge el hip hop, como el ave Fénix, de las cenizas”, destaca el artista, cuyas fotografías de la cultura urbana se exhiben en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York y el Instituto Carnegie de Pittsburgh, Pensilvania.

El hip hop nace “como expresión cultural de la desesperación comunitaria durante los incendios”, recalca.

El sur del Bronx está hoy revitalizado gracias a programas de reconstrucción que comenzaron en los años 80 con la administración del alcalde Ed Koch, la colaboración de la Iglesia Católica y personajes como el padre Louis Gigante. El centro de la historia, destaca Chalfant, es la expresión cultural de esta comunidad en sus diversas situaciones.

“Para una comunidad afligida se busca algún tipo de solución, y en el caso del sur del Bronx la medicina fue la expresión cultural”, concluyó el director.