Una estrella de la salsa con raíces judías en Brooklyn
Por Larry Rohter
Tomado del New York Time
13 de agosto de 2010
Versión libre al español de Israel Sánchez-Coll
San Juan-Puerto Rico
Larry Harlow, conocido como "El Judío Maravilloso", dirigiendo los ensayos. Chang W. Lee/The New York Time
Poco en el linaje de Larry Harlow sugería que algún día se convertiría en una de las figuras más importantes de la historia de la salsa. Pero desde hace más de 40 años, el Sr. Harlow es conocido cariñosamente en el mundo de la música latina como "El Judío Maravilloso", pianista, compositor, productor y arreglista con un sentido infalible de la clave, —el ritmo de cinco tiempos de la música latina—, y un gran oído para los éxitos.
El Sr. Harlow ayudó a crear el sonido de Fania Records el cual llegó a definir la salsa y también descubrió, y dio forma a las carreras profesionales de muchas de las principales estrellas del género, como el cantante Ismael Miranda. Su propio trabajo para el sello abarca desde ágiles números de baile como "La Cartera", "Señor Sereno" y "Abran Paso", hasta una ambiciosa suite llamada "La Raza Latina", que se grabó en 1977 y se interpretará en directo por primera vez el sábado 14 de agosto por la noche por una orquesta de 40 músicos como parte del festival Out of Doors del Lincoln Center.
"Larry es un gringo con clave, que entiende y respeta nuestra música, pero también sabe ser innovador", dijo el cantante y actor Rubén Blades, que al comienzo de su carrera cantó con la banda del Sr. Harlow y será el cantante principal en el espectáculo gratuito del sábado. "La mayoría de la gente de Fania, independientemente de su edad, puede ser muy conservadora. Pero Larry llegó con una mentalidad abierta y renovó el formato, añadiendo nuevos ingredientes, nuevos acordes, nuevos instrumentos, y eso creó entusiasmo y condujo a un éxito tremendo para mucha gente, incluido mi persona”.
Nacido como Lawrence Ira Kahn, el Sr. Harlow, de 71 años, procede de una familia de músicos con raíces en Brooklyn. Su madre, Rose Sherman, era cantante de ópera; su abuelo tocaba el piano en el cine mudo y en el teatro yiddish; y su padre, un vodevil y director de orquesta que usaba el nombre artístico de Buddy Harlowe, dirigió durante muchos años la banda del club nocturno Latin Quarter, el cual fue dirigido por el padre de Barbara Walters, el Sr. Lou.
Larry Harlow, conocido como "Larry Harlow, en el centro (de pie), ensayando con una orquesta para un concierto, al aire libre en el Lincoln Center, que contará con la primera actuación en directo de su "Raza Latina". Chang W. Lee/The New York Times
"Allí me crie entre bastidores", dijo el Sr. Harlow, quien adoptó el nombre artístico de su padre ligeramente modificado. "Cuando era niño, tendría algunos 10 u 11 años, Barbara y yo solíamos sentarnos en la cabina junto a los focos, y veíamos todos los espectáculos que pasaban por allí, Dean Martin y Jerry Lewis, Joe E. Brown, Sophie Tucker”.
Cuando él tenía unos 5 años, empezó a estudiar piano. Pero el Sr. Harlow expresa que su fascinación por la música latina comenzó en su adolescencia, cuando "oía esa extraña música que salía de las bodegas, de las tiendas de discos y de los bares latinos" mientras se dirigía a sus clases en la Escuela Superior de Música y Arte de la calle 135 Oeste, en Hamilton Heights.
De allí a formar parte de bandas de baile latino que tocaban en los cinco distritos durante el curso escolar y en el circuito de mambo de Catskills en verano, sólo había un paso. Se matriculó en el Brooklyn College, pero finalmente opto por marcharse a La Habana, donde asistió a clases de música durante el día y salía por las noches a discotecas y a las salas de baile.
Durante aquella estancia a finales de los años 50: "me salsifiqué, absorbí totalmente la cultura latina", afirma. "La música aún no se llamaba salsa, pero me convertí en un loco afrocubano, estudiando la historia y las fotografías antiguas y yendo a ver a Beny Moré, a la Orquesta Riverside y a toda esa gente en persona".
"Lo primero que noté fue que él sabía tocar música latina", recordaba Pacheco esta semana. "Tenía la banda montada, y estaban bastante compenetrados, pero cuando hacía un solo, era cuando realmente me atrapaba. Hacía unos solos increíbles. Se notaba que había escuchado mucho a Peruchín y a todos esos tipos de Cuba. Las escalas que tocaba me dejaban atónito. Él realmente es El Judío Maravilloso”.
Durante sus años en la Fania, Harlow hizo más de 40 álbumes bajo su propio nombre y produjo alrededor de más de 200 para otros artistas firmados para el sello. Él y Pacheco tocaron juntos en el supergrupo Fania All-Stars, en sitios tan grandes como el Yankee Stadium, y también supervisaron la realización de “Our Latin Thing”, el documental de 1972 que llevó la salsa estilo Fania a una audiencia global.
"Se convirtió en un pilar", dijo el Sr. Pacheco. "Era muy bueno en el estudio. Conocía la música, sabía componer, trabajaba rápido y sabía sentarse detrás de los controles y sacar lo mejor de los chicos, aunque no tuvieran experiencia y nunca habían grabado”.
Con la "ópera salsa" llamada "Hommy", el Sr. Harlow ayudó a resaltar la carrera de la cantante Celia Cruz. También lideró campañas a favor de los derechos de los músicos, pagando una auditoría de los libros de Fania cuando sospechó que le estaban estafando en los derechos de autor, y para que la música latina recibiera un mayor reconocimiento en los premios Grammy, lo que le llevó a recibir un premio a toda una vida de logros de la organización en el año de 2008.
"Más que nadie, Larry Harlow es el responsable de los premios Grammy Latinos", expresó Aurora Flores, que cubrió la escena de la salsa para la revista Billboard en el apogeo de la era de la Fania, escribió las notas del CD "Grandes Éxitos" del Sr. Harlow y ahora dirige la banda Zon del Barrio. "Gracias a su persistencia y su tenacidad, nuestra música dejó de estar relegada a la categoría general étnica, donde competíamos con los esquimales".
La fascinación del Sr. Harlow por todo lo cubano también le llevó a sumergirse en la religión conocida como Santería. Ha sido santero durante muchos años, y aunque le resta importancia, bromeando con que su madre solía decir que vestirse con esas vestimentas blancas de ese oficio religioso le hacía "parecer al Mister Softee" [la persona con la vestimenta completamente blanca que vende helados de crema], le da credibilidad y quizá incluso inspira cierta aprensión entre sus colegas.
"Gané mucho respeto", dijo el Sr. Harlow. "La gente ya no se metía conmigo, me aceptaban, y también me protegían de cualquier influencia externa que hubiera. Era: 'Si te metes conmigo, yo me meto contigo'. "
En los últimos años, el Sr. Harlow ha realizado giras como líder de la banda Latin Legends. Ocasionalmente también toca o graba con una generación de músicos mucho más jóvenes que han crecido escuchando sus discos y admiran su enfoque ecléctico, como el grupo de rock alternativo Mars Volta
"Yo crecí con el Rock and Roll, pero fue en la universidad cuando muchos latinos descubrimos nuestras raíces, y Harlow nos acompañó mientras lo hacíamos", dice Agustín Gurza, crítico musical e historiador de Los Ángeles que escribió las notas de la grabación remasterizada y recién reeditada de la suite bilingüe "Raza Latina". "Aportó algo de ese estilo y sensibilidad rockera con lo que nos resultaba fácil identificarnos. Con su cabello largo, su desenvolvimiento y talento para el espectáculo, hizo que la música sonara fresca y moderna, por lo que era genial ser un fanático de la salsa”.
Pero puede que la estima por el Sr. Harlow sea mayor entre los músicos que siguen tocando salsa. Bobby Sanabria, percusionista y profesor de música que tocará la batería en el concierto del sábado 14, es 18 años más joven que Harlow y recuerda que, cuando estaba en el instituto a principios de los setenta, la conversación en el comedor del instituto solía girar en torno al último disco de Harlow.
"La música y la influencia de Larry siguen estando por todas partes", afirma. "Siempre que ves los discos que dicen 'producido por Larry Harlow', sabes que van a sonar original y potente, con claridad en la voz y las trompas, y la percusión al frente. Es el sonido prototípico de Nueva York, y eso se debe totalmente a Larry".