Muere el maestro José Carbó Menéndez

Homenaje en ausencia

Carbó Menéndez en la tumba del maestro Ernesto Lecuona.

Santiago de Cuba el 13 de mayo de 1921 - Nueva Jersey 31 de diciembre de 2005

 

José Carbó Menéndez, célebre por sus temas 'Pasito Tun Tun' y 'Cao cao, maní picao', murió en Nueva Jersey.

 

 

Por: Armando López, Nueva Jersey

miércoles 11 de enero de 2006

Tomado de la Revista electrónica: http://www.cubaencuentro.com

 

José Carbó Menéndez se fue sin avisar. The Jersey Journal invitó a despedirlo en la Jorge Rivera Funeral Home, con la aclaración de que había muerto en el Palisades Medical Center el 31 de diciembre de 2005, y como único dato biográfico: "was born in Cuba. He was a composer".

La pared que separa las dos capas de la cebolla no permitía conocer al diario anglo que el cubano fue uno de los más populares compositores de guarachas, sones, mambos, chachachás y boleros, que cantaron desde Celia Cruz, Benny Moré y Olga Guillot, hasta la Sonora Matancera y Cortijo y su Combo, que varias generaciones de caribeños, mexicanos, colombianos bailaron su Pasito Tun Tun, y hasta el charro Tony Aguilar enamoró con sus boleros en el cine mexicano.

Trini, guitarra y voz segunda de Las Hermanas Márquez, lo conoció en La Habana de los años cuarenta, cuando Carbó, flaco como un güin, trabajaba en la editora Peer y era miembro de la directiva de la Asociación de Compositores de Cuba. Luego, brincado el charco, los dos coincidieron a fines de los sesenta en Nueva York, en el cabaré Havana-Madrid, donde el compositor compartía madrugadoras descargas con sus colegas Julio Gutiérrez, Boby Collazo y Orlando de la Rosa, y en el que crearan a cuatro manos, en diálogo musical, el inmortal bolero Esto es felicidad.

De la Rosa le preguntó a Carbó: "¿Tú me quieres?". Y este le respondió: "Yo te quiero", los otros amigos se sumaron: "¿Tú me adoras?/ yo te adoro/ ¿Me quieres?/ te quiero/ me adoras/ te adoro/ esto es felicidad". Silvio Cebrián, autor de la guaracha Monsier José, nos cuenta la bolerística anécdota, y describe a un Carbó refunfuñón, pero siempre artista, y en guerra abierta a que rebautizaran el son con el nombre de salsa.

Un palo tras otro

José Carbo Menéndez (hijo de farmacéutico) nació en Santiago de Cuba el 13 de mayo de 1921, bajo el signo de Tauro. Quizá por eso fue tan obsesivo y se impuso en la competitiva Habana de los años cuarenta, donde pronto logró componer para Radio Cadena Suaritos, y que sus temas los cantaran renombrados intérpretes. De aquellos primeros boleros sobresalen Hablemos de los dos, Ya me cansé de ti, Embrujo Antillano, En tu ausencia. Pero con lo que Carbó logró dar un palo tras otro fue con sus sones y guarachas, entre ellos El baile del sillón y A burujón puñao.

A principios de la década del cincuenta, Roberto Faz le grabó el chachachá Pínchame con tenedor, rotundo éxito en Cuba y México. Cuando Celia Cruz, con la Sonora Matancera, le pegó la guaracha Cao cao, maní picao (1950), Benny Moré impactó con Manzanillo, el boricua Vitín Avilés arrasó con La Televisión, y su guaracha-cumbia Pasito Tun Tun puso a gozar al Caribe y a México, con una veintena de intérpretes, el flaco Carbó estaba en la cúspide de su carrera. Pero llegaron los desmanes de la revolución, las recogidas de homosexuales en los cabarés, el miedo a caer preso. Carbó no esperaría, y en 1960 se fue para Puerto Rico, donde lo recibió su entrañable amigo Rafael Hernández.

Pero en los años sesenta San Juan no era La Habana, y el compositor se trasladó a Nueva York, donde la música cubana aún repletaba los clubes. Acá, Tito Puente tocaba sus temas, Ortiz Tirado le había hecho popular el bolero Hablemos de los dos, y Roberto Torres, el bolerón Ya mismo. La Gran Manzana que no dormía le fascinaba, y el santiaguero la viviría intensamente.

Eran tiempos de tres días de exposiciones de arte cubano en la Catedral Episcopal San Juan el Divino, de profesionales y obreros cubanos de traje y corbata en la católica San Patricio, de banderas cubanas ondeando en balcones del Bronx (barrio de Patato, Miguelito y Vicentico Valdés), de Olga Guillot desbordando el Carnegie Hall, La Lupe, el Madison Square Garden, y Panchito Riset sonando en las vitrolas del Alto Manhattan. Los cubanos estaban en todas partes. Carbó escribía en semanarios en español su columna periodística "Do re mi" (en defensa de la música nuestra), y sería por años el tesorero de los Premios ACE, de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York.

¿Ya es tarde?

Pero la vida no la para nadie: los newyoricans crecían en inglés, los cubanos envejecían, se mudaban para Miami; en las discotecas, los disc jockey sustituían la música en vivo, las estaciones de radio no mencionaban al autor de la canción. La maquinaria industrial imponía la salsa.

Carbó, mulato blanconazo, caminador, de arroz congrí y guayabera, prefirió cruzar el río Hudson, hasta la placidez de Nueva Jersey, donde se estableció en la esquina de Park Avenue y la calle 52, en Weehawken. De allí caminaba, a pasitos rápidos, eléctricos (como él mismo), hasta la Avenida Bergenline, a tomar un café tras otro y contar anécdotas de la Cuba que desangraba en su corazón a todo joven que quisiera escucharlo.

Recuerdo cuando se me acercó en el Shuetzen Park, al finalizar mi espectáculo Cubamanía (2003), y me dijo: "Gracias por este hermoso show, yo soy músico, no sé si usted ha oído hablar de mí, mi nombre es Carbó Menéndez". No puedo olvidar su humilde sonrisa, cuando le respondí: "Maestro, yo he crecido bailando sus guarachas y he amado con muchos de sus boleros". Era tal su sencillez, que casi me pidió disculpas por haber creado tanta música popular. Siempre estuve por llamarlo, pero con el ajetreo de sobrevivir en la nieve, no nos vimos más.

Los cubanos de este lado del mar nunca le dimos el merecido homenaje a Carbó Menéndez. Ninguna calle de Union City lleva su nombre. Su obituario se redujo a cuatro líneas. ¿Ya es tarde? Nunca es tarde si la música es buena: el grupo Niche, La Onda y Kumbia King renacen Pasito Tun Tun, y a los cubanos de mañana les toca recobrar sus historias.

Fuente:

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro_en_la_red/cultura/articulos/homenaje_en_ausencia

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