AQUÍ ESTÁN TODAVIA: JACQUES BRAUNSTEIN

 EL IDIOMA DEL JAZZ EN VENEZUELA: “GASTAR MUCHA PLATA COMPRANDO DISCOS, EN EL FONDO ES UNA INSENSATEZ”

 

 

Por Alfredo Churión D.

Maracay, Venezuela

 

 

Esta entrevista se realizó en el año de 2008.

 

        Mantener un programa radial en el aire durante la friolera de 53 años ―a cumplirse el próximo primero de julio— es un hecho que merece no solo dedicación, sino pasión, entrega y ¿Por qué no?, mucho de sacrificio.

 

        El autor de esta hazaña es un señor de apariencia apacible y calmada, con una devoción sin límites hacia el jazz, un género que aún hoy puede ser considerado en nuestro país como de minorías. Y es así que este señor —Jacques Braunstein― lanza al aire el primero de julio de 1955, por la desaparecida Radio Libertador, el programa El Idioma del Jazz, escribiendo así una página fundamental en la historia de la radiofonía y la música en Venezuela.

 

        Cuatro años antes Braunstein había llegado a Venezuela proveniente de Brasil y de inmediato se dedicó a contactar a las pocas personas que hacían jazz en el país, iniciándose así su amistad con el Maestro Aldemaro Romero, cuya orquesta, sonido y música llegaron definitivamente a conquistarlo.

 

 

“Señor Braunstein: A su llegada a Venezuela ¿no encuentra un panorama desolador con respecto al jazz?”

 

          “Encuentro un panorama más bien subterráneo a ese respecto. Había jazz. Los músicos se reunían a tocar. Había un night club en el sótano de un edificio en Chacaito llamado “Le Maseau”. Un sitio pequeñito, que era el sitio del jazz en Caracas. Allí tocaba un pianista llamado Johnny Rogers, criollo, a pesar de su apellido, que en aquel entonces estaba empatado con Rosalía, la hermana mayor de Aldemaro.   Ella parece que tenía una predilección especial por los pianistas. Y alguna vez en que la hube piropeado me decía que siquiera aprendiera algo por el método Susuki.”

 

        Sin embargo, nuestro entrevistado aclara que para la época no se puede hablar de un verdadero movimiento en el estilo, sino de la existencia de músicos que tocaban jazz, pero que ganaban la vida interpretando otros estilos. Músicos como Luís Alfonso y Billos eran amantes del jazz y ya existían verdaderos virtuosos como Joseph Katz, Leopoldo “Pucho” Escalante, Rafael Velásquez,  Tata Palau y hasta Rafael Solano, el reconocido músico dominicano que vivió buen tiempo entre nosotros. 

 

        Braunstein resalta la labor de algunos músicos venezolanos actuales como los pianistas Otmaro Ruiz, Luís Perdomo, Silvano Monasterios y Edgard Simon y el saxofonista Pablo Gil, músicos de quienes vaticina llegarán a tener una relevancia impresionante.

 

 

 

“¿Cómo ve este nuevo movimiento- surgido en parte de la llamada Ley Resorte- que ha permitido el surgimiento de artistas como Ensamble Gurrufío, Huáscar Barradas y otros que tienen mucho de jazz en su música?”

 

          “¡Esos grupos aparecieron mucho antes de la Ley Resorte! Me va a disculpar, pero yo discrepo acerca de que esta ley haya traído algún tipo de beneficios. Yo no creo en nada impuesto. La calidad es lo único que se impone. Y la calidad de Huáscar, por hablar de alguno, no tiene nada que ver con leyes.”

 

“52 años en el aíre con un programa de una música todavía tan “extraña” para el gran público… ¿Cómo ha hecho para mantenerlo sin patrocinantes?”

 

          “Mira, yo creo que mi cabeza está hecha de un material sumamente duro: soy muy “testaduro”. Yo prosigo porque sí, porque tengo que hacerlo. Porque si no lo hago yo no lo hace nadie. Yo creo que cada uno tenemos una o varias buenas misiones en la vida. La mía ha sido divulgar una música con la cual he disfrutado muchísimo en mi vida.  Yo creo que es una cuestión de constancia y dedicación. Y más nada. Pero además, te voy a decir un secreto que creo que no se lo he dicho a nadie: la gente necesita siempre una razón para hacer ciertas cosas que no son muy sensatas. Por ejemplo: gastar mucha plata comprando discos en el fondo es una insensatez. Pero yo necesitaba una justificación racional para gastar esa plata. Y si no tenía programa de radio no podía comprar tantos discos.”

 

“Una vez lo escuché decir- mientras presentaba a un grupo en un espectáculo- que usted tocaba el contrabajo, pero con mucho trabajo”

 

          “Si, es cierto. Pero ahora no lo tocó ni siquiera así. Mi bajo se extravió, o lo extraviaron. Pero me sigue gustando, aunque creo que realmente mi instrumento es el tocadiscos”.

 

 

El señor Jacques Braunstein murió en la madrugada del día 27 de noviembre del 2009, en la ciudad de Caracas, Venezuela.

 

 

Edición diciembre 2009-Enero 2010

 

 

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Herencia Latina

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