LA SONORA MATANCERA Y EL BENY MORÉ

 

 

La Sonora Matancera con  Beny Moré.  

En la parte de atrás están Calixto Leicea y Caito.
 

 

 

POR: UMBERTO VALVERDE

Colaborador de Herencia Latina

Cali-Colombia

 

 “Estaba en el Sierra precisamente tomando en la barra, hablando un poco con el Beny. Déjeme hablar del Beny. El Beny es Beny Moré y hablar de él es como hablar de la música, de manera que déjenme hablar de la música”.

Guillermo Cabrera Infante, Tres Tristes Tigres (Cabrera Infante escribía Beny con una sola N).

 

Leonardo Acosta, gran investigador cubano, afirma en el libro biográfico de Amin E. Naser, que Beny Moré se negó a grabar en el sello Panart con la Sonora Matancera, “porque a él esa sonora, nunca le había sonado”. Si no le sonaba para grabar, le sonó para tocar en una emisora, porque en mi libro Memoria de la Sonora Matancera, ese episodio queda aclarado con los testimonios de Rogelio Martínez, Calixto Leicea y, especialmente, de Chocolate Armenteros, quien explica como se acompañaron de otros músicos para aumentar los vientos. Armenteros, trompetista de la Sonora Matancera, fue el primer director musical de la Banda gigante del Beny Moré. La investigación la adelanté para mi libro cuya primera edición se hizo en 1997  por parte del sello Caimán Records.

 

A propósito del natalicio del gran cantante cubano (24 de agosto de 1919), es pertinente hacer estas precisiones porque algunos presuntos musicólogos o investigadores siguen ignorando lo que fue historia. Es de lamentar que no se haya escrito una biografía de mejor calidad literaria de Beny Moré y me sorprende aún más que Leonardo Acosta no haya precisado con el tiempo un comentario tan poco afortunado.

 

Pedro Knight, trompetista de la Sonora Matancera y esposo de Celia Cruz, me aseguró: “Beny Moré cantó con nosotros en el programa Cascabeles Candado y para acompañarlo se puso una tercera trompeta que fue precisamente “Chocolate” Armenteros”.

 

Elpidio Vázquez, bajista de la Sonora me certificó este encuentro: “Yo toqué en esa ocasión que acompañamos a Beny Moré. Eso ocurrió en la CMQ, en el programa Cascabeles Candado. Fue necesario incluir dos saxofones y una trompeta más que precisamente la hizo “Chocolate” Armenteros. Igual vino a tocar el bongosero del Beny, a quien le decían Chicho”.

 

Calixto Leicea, trompeta de la Sonora, precisó: “Llevamos dos músicos de la orquesta de Montesín y montamos el tema Mucho Corazón”.

 

Alfredo “Chocolate” Armenteros era primo segundo de Beny Moré, también fueron compadres, por cuanto fue padrino de su boda en Cuba y padrino de una hija. Armenteros cuenta que por esos tiempos acompañaba a Bebo Valdés en la RHC Cadena Azul. Lo llamaron para unirse a la Sonora Matancera y completar el formato musical que necesitaba. A esto se suma el testimonio de Rogelio Martínez y de Humberto Corredor, el gran coleccionista de la Sonora Matancera, quien sostiene que un coleccionista de Miami decía tener esas grabaciones históricas de Beny Moré con la Sonora Matancera, porque en ese entonces los programas eran en vivo y algunos los copiaban. Corredor habló con el coleccionista para que lo dejara conocer las grabaciones y no fue posible.

 

El 21 de marzo de 2009,  Senén Suárez, el gran compositor cubano de los temas Reina Rumba y Sopita en botella, me confirmó desde La Habana, que ciertamente ese encuentro en el programa Cascabeles Candado fue absolutamente indiscutible. Senén Suárez confiesa que era testigo de la enorme admiración de Celia Cruz por Beny Moré. En el libro “Celia mi vida”, escrito por la periodista Ana Cristina Raymundo se publica una foto no muy difundida de Celia Cruz, Beny Moré, Rolando La Serie y Celeste Mendoza.

 

 

Cortesía de Umberto Valverde

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al respecto, Celia Cruz lamentaba que no hubiera podido grabar con Beny Moré, aunque hay programas de radio donde cantaron juntos.  A través del Beny More conoció a su pianista, Rolando Columbie, quien trabajo mucho con Celia y le pedía el favor que le comprara regalos a su novia, Gilda. Ellos se casaron, se fueron a vivir a España y mantuvieron con Celia esa amistad de tantos años.

 

Alfredo Armenteros también tiene su versión particular sobre el final de Beny Moré: “Yo estaba con Machito y lo acompañamos. Una noche no quiso trabajar para andar conmigo, porque aparte de ser compadres nos queríamos, había entendimiento y comprensión. No es cierto que hubiera oposición entre Rolando La Serie y él, Rolando era timbalero. Tampoco es verdad que tuvo problemas políticos en Cuba. Murió de sobredosis hepática, bebía mucho y muchas veces me decía: “Compadre, hace tres días o cuatro que no como”.

 

Mario Bauza, en su apartamento de Nueva York, con Graciela Grillo a su lado, me relató también la presencia de Beny Moré en la capital del mundo. Con una frase quiso decir mucho: “Beny se quedó en el pasado porque no estaba interesado en conocer el futuro”. Graciela contó que el frío de la navidad lo congeló. El baile que dio fue todo un éxito y quedó gratamente satisfecho por la asistencia.

 

En el libro “Sin clave y bongó no hay son”, de Fabio Betancur Alvarez, publicado por la Universidad de Antioquia, se registra que el 6 de agosto de 1955 coinciden en Medellín Beny Moré, quien se presenta en el club Campestre y alterna con Lucho Bermúdez, mientras que la Sonora Matancera se presenta en el Grill Candilejas.

 

La película sobre Beny Moré, llamada El Beny, dirigida por Jorge Luis Sánchez, tampoco fue afortunada en las taquillas fuera de La Habana. La historia de un cantante que murió a los 43 años, por cirrosis, que tenía voz de tenor, no sabía de música y dirigía a sus músicos con el movimiento de su cuerpo.

 

Beny Moré, sin ser reconocido en los créditos, apareció en las películas mexicanas El Ángel, Novia a la medida, Cuando el alba llegue o Fuego en la carne, Al son del mambo. Agnes Varda incluyó un fotomontaje de vistas fijas en el filme cubano Cuba Baila. Y en 1987, la producción cubano-mexicana, Hoy como ayer, de Constante Rapi Diego, toma como referencia episodios del cantante cubano.

 

Sánchez le entregó la interpretación del Beny Moré a Renny Orozarena, joven actor de teatro sólo con una experiencia cinematográfica anterior. En la banda sonora de la película, realizada por Juan Manuel Cerito, participaron Chucho Valdés, Orishas, Juan Formell y Eduardo Ramos. Pero lo más increíble, la voz del Beny no es la Beny Moré sino de Juan Manuel Villi, un cantante bohemio, sin fama, que vive en Santiago.

 

Este es un capítulo de la vida de Beny Moré que merece analizarse porque los cubanos (tanto de adentro como los de afuera) tienen visiones parcializadas, incompletas para hacer una memoria cierta del hombre que vestía con tirantes, sombrero y usaba bastón.

 

 

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