Jesús Caunedo: El Vuelo Musical de una Grulla Tropical

 

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El Grupo de Julio Gutiérrez descargando en El Torero de Nueva York en 1963.

Jesús Caunedo "La Grulla" en la flauta, Willie Chirilo en el timbal, Carlo Oliva y al final Bobby Valentín en el bajo.

Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

 

24 de agosto de l934, La Habana l3 de junio de 2006, San Juan

 

 

 

Por: ©Luis Tamargo

Versión al español de: Israel Sánchez-Coll

isanchez_coll@yahoo.com

Fotos de: Jesús Caunedo, Leonardo Acosta y Paquito D'Rivera.

 

Here

English Version

 

Presentación

 

Había nacido en La Habana, el 24 de agosto de l934. Con muchos esfuerzos económicos realizó sus estudios musicales en el Instituto Cívico Militar de Ceiba del Agua. Apenas graduado, por su versatilidad, pues tocaba saxo alto y tenor, flauta y clarinete, su técnica excelente y rapidez en lectura musical, fue muy solicitado en orquestas y sobre todo en grabaciones. Como señala Nat Chediak, junto con  "El negro" Vivar, era uno de los más cotizados músicos de estudio en Cuba. "La grulla", como le decían sus compañeros por su estatura, pronto agrega a sus habilidades, la de director y excelente arreglista.


Se domicilia en Nueva York a principios de los sesentas y comienza con la orquesta de Machito. De ahí pasa a la de Tito Puente y comienza a intervenir en muchas grabaciones, como la de "Progressive Jazz" con Julio Gutiérrez. Se establece en los setentas en Puerto Rico, donde continúa haciendo grabaciones con otros artistas o con su propio grupo, como "Fire and Sugar"(1973) o "Puerto Rican Jazz"(1986) y otras de música latina bailable, pero su preferencia era el jaz latino. Intervino también en el trabajo dirigido por Paquito D'Rivera "40 years of cuban jam session"(1993).


Gustaba de trasmitir su experiencia a otros músicos.  En cierta ocasión en que la esposa de Paquito, Brenda, escuchaba un disco en que intervenía Caunedo, le comentó a éste que Caunedo tocaba parecido al estilo de Paquito; y éste, con su característica honradez, le dijo: "Es al revés, aprendí muchas cosas de él". En una entrevista le pregunté a que se debía el éxito de la música cubana, y me contestó: "A que el músico cubano siempre está inventando, innovando".En los últimos años había estado haciendo arreglos para el destacado cantante boricua Gilberto Santarrosa, dirigió por años la orquesta del Hotel San Juan, y siempre enseñó, aconsejó y ayudó a los músicos jóvenes.  Su gran sueño era editar su disco de jazz afrocubano, álbum producido por él, como arreglista y director, con un big band de músicos boricuas y al que llamó"  Cuban Rican Task Force". También estaba en conversaciones con Arturo Sandoval para grabaciones en que iban a intervenir Walfredo de los Reyes y Cachao.

 

Los vecinos lo encontraron muerto frente al televisor de su hogar, en la noche del martes del pasado l3 de junio, en Carolina, Puerto Rico Además de extraordinario músico, era todo un caballero.


Cristóbal Diaz-Ayala.

 

 

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A sus 9 años en el Instituto Cívico Militar de Ceiba del Agua, cerca de 1943.

Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

 

Introducción

 

Nació en La Habana en 1934 y fue considerado como uno de los músicos cubanos de estudio, más procurados de finales de los años 50.  Caunedo fue uno de los miembros fundadores del Club Cubano de Jazz (CCJ), además participó en numerosas grabaciones clásicas habaneras desde Chico ÓFarrill a Las D'Aidás.  Un hecho sin precedentes, Caunedo colaboró en 1957 con Omara Portuondo, Julio Gutierrez y su conjunto Magia Negra, y el conjunto de Walfredo de los Reyes Jr.  en la inauguración del sello Gema  de propiedad de Ernesto Duarte y Álvarez Guedes  (Cuban Jazz, 1960).

 

Después de salir de su isla nativa en 1960, el autor de Guanguajira realizó igualmente, notables contribuciones en los ambientes musicales de la Gran Manzana y en su isla adoptiva: Puerto Rico.

 

"Usted nunca espere que un músico verdadero se retire totalmente", declaró otro legendario músico cubano en el exilio: Tata Palau, en una entrevista para LATIN BEAT MAGAZINE. El comentario de Palau puede aplicarse, por supuesto, al sujeto en mención.

 

En sus últimos años Jesús Caunedo residió en Carolina, Puerto Rico.  Caunedo participó en numerosas e importantes grabaciones incluyendo la reunión de músicos cubanos nominado a un Grammy: Los Originales (Pimienta, 2001) y participó en el debut del pianista puertorriqueño José Lugo (piano Con Mata, Bronco, 2003).

  

 

LUIS TAMARGO: Previo a su trayectoria ¿Existen otros músicos en su familia?  

 

JESÚS CAUNEDO: No realmente. Puesto que mi padre fue panadero, sin embargo, mi vocación musical probablemente tenga algo que ver con los panes estilo flauta, que él coció en el horno (Risas). Podría afirmar que soy un producto musical del sistema de educación pública de mi país, antes de Castro (Fidel). Me crié y aprendí música en el Instituto Cívico Militar de Ceiba del Agua, una escuela vocacional interna para niños huérfanos, mí padre murió cuando yo sólo tenía 6 años de edad —a dicha edad me matricularon y permanecí allí hasta que alcancé mis 17 años. En el instituto estudié música con el maestro Manuel García Gatell, él era natural de Cienfuegos, y fue muy compresivo, tanto que se comportó como mi segundo padre. Ya a mis 15 años tocaba con una banda que organizamos en el instituto, la cual dirigía Juvenal Blanco, un profesor que también se crió en ésta escuela.

 

LT: ¿Tiene un instrumento preferido?

 

JC: Mi primer instrumento fue el clarinete, pero también disfruto tocando todos los instrumentos que estén a mi disposición. Los instrumentos son como las mujeres; cada instrumento tiene su propia particularidad, un swing que los hace distintivos. En efecto, cada instrumento tiene una sonoridad diferente, una diferencia expresiva en su feeling. No puedo afirmar que tenga un instrumento particularmente preferido.

 

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La Orquesta de Rafael Ortega, la banda de planta del San Souci durante el programa La Voz Dominicana, de la TV de República Dominicana en 1954.  Jesús Caunedo se encuentra sentado en la segunda fila al extremo derecho, tocando el saxofón.

Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

LT: ¿Es verdad que comenzaste tu carrera profesional en 1950 como saxofonista, a pesar de las quejas que expresaste del profesor García Gatell?

 

JC: Sí. Él quería que yo me convirtiera en clarinetista, una profesión que podía haberme llevado a la pobreza y al hambre (Risas). Inicié mi carrera tocando el  saxofón con las bandas dirigidas por Otoniel Acosta y Pantaleón “El Cojo” Pérez Prado, en sitios como El Palete y la Sierra.  A pesar de la poca paga, debo confesar que tenía ratos maravillosos como hombre soltero, tocaba en lugares “empaquetados” de  mujeres atrevidas (Risas).

 

LT: ¿Cuándo adquiriste el apodo de La Grulla?

 

JC: Fue poco después, cuando trabajaba con la banda de Rey Díaz Clavet en la estación de radio de C.O.C.O. El apodo tuvo que ver con la historia de un anuncio político utilizado durante la carrera al senado de Batista (Fulgencio). Esto supuestamente después que una grulla que pasaba por su finca1 se accidentó, entonces, él tomó las medidas apropiadas para que el pájaro accidentado obtuviera una prótesis, en efecto, le colocó una pierna de madera (Risas). Bien, para ese tiempo, me fracturé una pierna mientras jugaba un partido de fútbol y tuve que colocarme un yeso. Por lo tanto, siempre que estaba de pie y caminaba al micrófono en la estación radial, utilizaba una muleta. Entonces un bongosero de nombre Lázaro “Manteca” Plá, gritó dicho apodo, en clara referencia a la grulla previamente mencionada. . . Siguiendo con está idea, yo grabé por primera vez con la orquesta de Díaz Clavet. Ésta grabación incluyó la tonada titulada: Al Compás del Chachachá, exhibiéndose por primera vez como cantante María Luisa “Pucha” Choréns, hermana de Olga Choréns.

 

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La Orquesta de Félix Guerrero en el Havana Rivera (1957).

De pie y  de izq. a der. Cachaito, José Luis, un líder de orquesta visitante de USA, la estrella de cine Giger Rogers,

Edilberto "El Billetero" Escrich, Felix Guerrero, Jesús Caunedo "La Grulla", Rabanito y Farachi. Sentados y en el mismo

orden: Kneeling, Nino Agudin, Gualaqui y el Pibe. Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

 

LT: En 1954, usted se convirtió en un componente vital para la sección de cuatro saxofones de Rafael Ortega… 

 

JC: Fue un tour muy lucrativo. Ortega2 era un excelente pianista con un temperamento muy irascible (Risas). Mientras tocaba con su banda en el Sans Souci, tuve el honor de acompañar a numerosos iconos del jazz, desde Cab Calloway a Ella Fitzgerald y Sarah Vaughn. Naturalmente, me enamoré del jazz de los E.E.U.U. y comencé a frecuentar varios lugares como Habana 1900 (en Humboldt y P, casi frente al Montmartre) y Las Vegas (frente a Radio Progreso), y en estos locales participé en las “jam session” (o descargas), con varios de los músicos que habían contraído el mismo virus musical. Fue un momento extremadamente hermoso y en el cual aprendí sobre la existencia de otros criterios musicales. Fue el momento cuando yo tocaba el tenor y el barítono con el trombonista Jorge Rojas, cuyo cuarteto no poseía piano, e intentó emular el formato instrumental de Gerry Mulligan.

 

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María Llopis, Alvarez Guedes, Paquito y Elsie, en Miami.  Foto de Paquito D'Rivera.

 

LT: Eventualmente, usted trabajó con Walfredo de los Reyes en la banda de planta del Casino Parisién3, del Hotel Nacional.

 

 JC: Sí. La banda de Walfredo (baterista) acompañó a cantantes como Eartha Kitt y Miguelito Valdés. También trabajé con la banda de Félix Guerrero en el Habana Riviera. Guerrero fue el mentor de los principales arreglistas cubanos; él fue uno de los más grandes músicos nacidos en América Latina. De hecho, sus trabajos todavía son interpretados por la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Él era un hombre muy humilde, y tenía una capacidad creativa increíble. Mientras tanto, participé en varios programas de televisión y de radio con la banda de Ernesto Duarte. Duarte y (Guillermo) Álvarez Guedes habían unido sus fuerzas para fundar la casa de grabación Gema Records.  También participé para las grabaciones de varios artistas de la Gema como: Celeste Mendoza, Rolo Martínez y Rolando Laserie. En 1959, trabajé con la banda gigante del excepcional Rafael Somavilla (pianista) en el Hotel Habana Hilton. Fui básicamente un tenorista hasta que Somavilla me empleó a última hora como reemplazo de Tata Palau4, quien no había podido regresar de Venezuela. Fue cuando me embrollé definitivamente en el negocio del saxofón alto. En efecto, terminé tocando de líder alto con Somavilla y Guerrero en Cuba, y poco después con Machito, Tito Puente y muchas otras bandas cuyo destino era trabajar en los E.E.U.U.

 

LT: Al final de los años cincuenta y comienzos de los años sesenta,  tuviste la oportunidad de grabar y actuar con el desaparecido Arturo “Chico” O'Farrill. 

 

JC: Sí. Me plantearon una colaboración para la banda gigante de Arturo y el cuarteto vocal de Las D'Aida5. También toqué en el último concierto en Cuba que ofreció Arturo, en la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC)6. Después, empaqué las maletas y me trasladé a Nueva York. 

 

 

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Foto de la izq. La Orquesta de Rafael Somavilla, en el Club Cubano de Jazz (Tropicana).

 De pie Jesús Caunedo en el saxofón para 1954.  Foto de la der. la Orquesta de Chico O'Farrill:

Mosquifin, Pedro Chao, Gustavo Más y Jesús Caunedo (sección de saxo). En la segunda fila: Walfredo de los Reyes y Papito Hernández, durante una grabación en los Estudios "Havana Parnat", en 1960.  Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

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Gustavo Más en el saxofón tenor, acompañado por Chico O'Farrill en el piano, 1960. Foto de Leonardo Acosta.

 

LT: En los primeros años de la Revolución, había muchos saxofonistas cubanos valiosos que a pesar de sus importantes contribuciones, virtualmente han sido olvidados.

 

JC: Sí, comenzando con Edilberto Escrich quien ganó mucho más dinero que cualquier otro saxofonista en Cuba, mientras tocaba con la banda de Félix Guerrero en el Habana Riviera y grabara prácticamente con cualquiera.  Escrich era un poco parecido a Johnny Hodges, alcanzó  renombre por su toque hermoso y melódico. También recuerdo al maestro de maestros Bebo Pérez, quien tocaba música cubana de una manera muy encantadora. Como muchos músicos cubanos, él se trasladó a Nueva York en los años ‘60s. Vale mencionar al tenorista de la Orquesta Riverside, el señor René Ravelo, quien fuera admirado por sus  compañeros por sus magníficos solos. Él está residiendo actualmente en Miami vivito y coleando. Germán Letabard era un técnico increíble que había demostrado ya sus tendencias al jazz en los años ‘20s. Conocido por su toque magnífico, Perro Chino7 (Rubén Morales) frecuentemente trabajaba como cirquero (músico de circo itinerante), él fue el primer saxofonista cubano que vi tocar bebop. Rafael “Tata” Palau (saxo tenor) es un músico excelente y muy solicitado, trabajó por 17 años con la mejor sección de saxofones en el casino MGM en Las Vegas. Tata y yo con frecuencia nos divertimos cuando viajo a Miami. Nuestra amistad es más vieja que la esperanza de Matusalén (Risas). Gustavo Más8 (saxo tenor), fue el tenorista cubano más joven que tocaba saxofón, incluyéndome a mí; para aquel tiempo nuestra generación intentaba imitarlo. Él fue nuestro ídolo, pero nunca conseguimos acercarnos a él, —como lo deseábamos—, porque fue una persona poco accesible. Pedro Chao (saxo tenor) fue como de mi familia. Trabajamos juntos en la Orquesta de planta del Hotel Habana Hilton y en el canal 4 (Canal 4 de la TV en Cuba). Consumíamos a menudo cervezas y el pan fresco y recientemente horneado de una panadería en La Habana, la cual estaba muy cerca de los estudios del canal 4 (Mazón y  San Miguel). Gustavo Más y Pedro Chao tocaron con la banda de Woody Herman; Gustavo incluso hizo un solo con la banda de Herman en un corte titulado Gus, el jefe.

 

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Foto a la izq. el saxo tenor Tata Palau y el tompetista Alejandro "El Negro" Vivar durante un "jan session" en La Habana, 1954.

Foto a la der. el saxofonista tenor Pedro Chao, 1957.  Fotos de Leonardo Acosta.

                                                                                                             

LT: ¿Es verdad que el venerable trompetista Alfredo “Chocolate” Armenteros fue el responsable de facilitar su salida de La Habana a finales de 1960? 

 

JC: Sí. Él diseñó un contrato falso para tocar con la orquesta de Machito el cual nos permitió a mi esposa y a mí, salir de la isla y establecernos en Nueva York.  En Nueva York trabajé brevemente con Machito (en el LP el Sonido de Machito), luego me entró la necesidad de estudiar la flauta, que fue el último instrumento que aprendí, entonces, Chocolate me refirió a un instructor apropiado, el maestro Alberto Socarrás. En 1961, dejé la banda de Machito y comencé a trabajar con Emilio de los Reyes en el Chateau Madrid y en los Catskills de Nueva York. Entonces Julio Gutiérrez9 me invitó a que viajara con él a Puerto Rico, donde pasé un rato maravilloso. Después de una discusión con Gutiérrez en el Tropicoro de San Juan, preparé mis maletas y me fui de nuevo a Nueva York, Palau me recomendó con Tito Puente quien me dio empleó inmediatamente. Viajé con Puente a varias de las ciudades de los E.E.U.U. (Boston, Washington, Los Ángeles, San Francisco, San Diego) y a los países del Caribe (Bahamas, Barbados, Islas Vírgenes, Puerto Rico, Venezuela). Desde una perspectiva musical, el trabajar con Puente fue una experiencia realmente fresca, además Puente fue un buen amigo mío, pese a que mi nombre (o los nombres de los otros músicos que lo acompañaron) nunca aparecieron en las cubiertas de sus álbumes.

 

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En el night club Las Vegas: Walfredo de los Reyes (batería), Pedro Chao (saxo tenor), Cachaito López (contrabajo), Frank Emilio Flynn (piano) y Leonardo Acosta (saxo alto).  La Habana, 1955.  Foto de Leonardo Acosta.

 

LT: ¿Para aquel tiempo había un lugar en Nueva York en que  después que se cerraba el negocio, los músicos del local se reunían para descargar y retarse musicalmente? 

 

JC: Sí. Recuerdo que Julio Gutiérrez tocó en un lugar llamado “El Torero” donde nosotros organizabamos unas “jam session” (descargas) después que el negocio se cerraba para el público. Julio Gutiérrez, Chombo Silva y yo éramos los únicos músicos veteranos. La prueba era para los jóvenes aficionados, unos músicos desconocidos que Julio había invitado al negocio, la mayor parte de ellos era de Miami: Willy Chirino, Carlos Oliva y Bobby Valentín. En 1966, y antes de trasladarme para la  Isla del Encanto también toqué en el Apolo acompañando a estrellas del calibre de Dionne Warwick y Joe Williams. Mi primera agrupación en Puerto Rico fue un cuarteto con el cual alterné en el Hotel Dorado Beach, un lugar exclusivo que atrajo, para aquel tiempo, a muchos millonarios.

 

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En el Torero de Nueva York, 1963.  De píe Bobby Collazo. Sentados en la fila izq. Pancho Cristal y su esposa, una desconocida, la primera esposa de Caunedo, Silvia y a su lado Jesús Caunedo "La Grulla".   Sentados en la fila der. desconocida, Miguelito "Babalu" Valdés, desconocido, Julio Gutiérrez y desconocido. Sentados al fodo Tito Puente y a su lado der. Nico Tandrón.

Foto de Jesús Caunedo (Latin Beat Magazin, 2003)

 

LT: ¿Cuántos álbumes grabaste con la banda de Tito Rodríguez en Puerto Rico?

 

JC: Cerca de cinco o seis, incluyendo el que está titulado como su 25to aniversario, éste se produjo con una  voz sobrepuesta, fue un truco que se diseñó para fingir que fue grabado en Perú, aunque realmente fue grabado en Puerto Rico. De verdad que no vale la pena comentarlo, pero dicho fraude fue llevado a cabo sin nuestro consentimiento y autorización, no obstante, ninguno de nosotros fue recompensado monetariamente. . .Inicié mi carrera como líder de orquesta en Puerto Rico en el Hotel Caribe Hilton, estaba al frente de un quinteto el cual tenía en el bajo a “Bol” Vivar (Salvador Vivar), el hermano del “Negro” Vivar.

 

LT: En aquellos días, fuiste afortunado en contar con la ayuda  del pianista René Hernández

 

JC: Eso es correcto. René fue una de las glorias musicales de Cuba. Él era bien admirado entre sus compañeros profesionales, pero no fue suficientemente reconocido por el público en general. En 1973, organicé a un grupo para tocar en el Club Luau, el cual estaba localizado en San Juan y cuyo dueño era un cubano de nombre Joaquín Soler. Era un verdadero trabuco (una banda de muchas estrellas) que abarcaba músicos de mucha valía: René Hernández, Bobby Valentín y Camilo Azuquita. El club Luau se convirtió en el epicentro de las descargas en el Condado. Un año más tarde, substituí como líder de la banda de planta del Hotel San Juan, al señor Sacassas. Este hotel presentaba show de estrellas como Sammy Davis Jr., Peggy Lee y Nancy Wilson. Gané un montón de dinero y todo iba de maravilla hasta que los músicos del local se fueron en huelga y arruinaron todo. Entonces me fui a trabajar para la firma “Stevens Productions”, le proveía grupos de todos los tamaños para que alternaran en las convenciones que se organizaban en los hoteles de la isla. Durante mi estancia de 37 años en Borinquen, he grabado con músicos puertorriqueños como: Gilberto Monroig, Lucecita Benítez, José Lugo, entre otros. También lancé varios álbumes como líder: Fire and Sugar y Puerto Rican Jazz.

 

 

Publicado en la Revista Latin Beat Magazine, agosto de 2003, páginas 30 a 33.

 

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De pie y de izq. a der.: Chombo Silva, Rene Toledo, Alfredo Pérez,  Alfredo «Chocolate» Armenteros, Nicky Orta, Paquito D'Rivera, Israel «Cachao» López, Jesús Caunedo «La Grulla», Leopoldo «Pucho» Escalante, Juan Pablo Torres, Mike Orta.  Sentados en el mismo orden:  Rigo Herrera, Waldemar Gómez, Rogelio «Yeyito» Rivero, Tata Palau, Horacio «El Negro» Hernández y Víctor Valdez.

 

Durante la grabación del CD Paquito D'Rivera Presenta:

40 años de Descagas Cubanas - 40 Years of Cuban Jam Session

Grabado en Criteria Studios, Miami, February 1993.

 

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CHOCOLATE ARMENTEROS

 

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Notas de interés

 

1 La finca de Batista  se llamaba  “Cuquine”.

La Grulla es un pajaro gigante que se parece al  pelicano, son familias. Ese fue el emblema que escogió Batista para sus campañas presidenciales.

 “El apodo de "La Grulla" le ajustaba a Jesús Caunedo ya que él era muy blanco, largo y flaco como esas aves que habitan cerca de los ríos  de Cuba”. (Paquito)

 

2 Rafael Ortega fue un pianista y arreglista de gran calidad, dirigió una orquesta con la cual trabajó en el lujoso Sans Souci, un cabaret que competía con el ya famoso Tropicana y en ocasiones lo superó.  Está banda tuvo en la sección de trompetas a Walfredo de los Reyes (padre), Alejandro “Coco” Barreto y El Negro Vivar; los saxos altos Juanito Martínez y Oreste Barbachán, en los  saxos tenores Jesús Caunedo ("La Grulla" ) y Charles Rodríguez y el trombonista Ernesto Romeo.

 

3 La primera orquesta que tuvo el Cabaret Parisién funcionaba en el Hotel Nacional la dirigía el veterano trompetista Walfredo de los Reyes; la segunda que se formó, la dirigió su hijo el baterista Walfredo de los Reyes Jr.  La primera orquesta contaba con Amadito Valdés, Luis Barrera, Triana, Hugo Yera y Jesús Caunedo (saxos); Walfredo, Jorge Varona y Evelio Martínez (trompetas); Alejandro Enésimo (trombón); Rubén González (piano), Fernando Vivar (contrabajo), y Luisito Palau (batería).  En está orquesta se destacaron: el saxo tenor Jesús Cauneda (“La Grulla”), el pianista Rubén González y el gran trompetista Jorge Varona, quien sería uno de los fundadores de Irakere en 1973, así como  Luisito Palau.  Muchos de estos músicos pasaron hacia 1960 a la banda de Leonardo Timor (Jr.) cuando ambos Walfredo, padre e hijo, se marcharon a Estados Unidos.

 

4 Tata Palau fue a Venezuela con la orquesta de Luis Alfonso Larraín y en 1956 ayudó a organizar en Caracas la orquesta Casablanca, en la cual figuraban tres músicos cubanos: el bajista Kiki Hernández, el trombonista y arreglista Pucho Escalante y el pianista y también arreglista Eduardo Cabrera, que recién había dejado la banda de Benny More. En 1958 Tata   Palau pasó a Puerto Rico, donde lo reclutó Tito Puente y luego continuó hacia los Estados Unidos.

 

5 El grupo vocal femenino Las D’Aidas fueron dirigidas por la pianista y arreglista Aida Diestro, y estaba integrado por Elena Burke, Moraima Secada, Omara Portuada y Haydeeé Portuado.  Las D’Aida se convirtieron en atracción principal del exclusivo Club 21 (en la 21, frente al Hotel Capri) y luego actuaron en La Campana (en la calle Infanta), el Sans Souci y Tropicana.

 

6 El concierto en la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC) se llevó a  cabo en abril de 1959, Chico O’Farrill vino desde México y trajo a su esposa, la cantante Lupe Valero, y a dos solistas  mexicanos que trabajaban en su orquesta: el pianista Raúl Stalworth (Ël Güero”) y el trompetista César Molina.  Chico O’Farrill utilizó cuatro saxofones a la manera de Woody Herman, tres tenores, que fueron: Gustavo Más, Pedro Chao y Jesús Caunedo (“La Grulla”) y un barítono: Osvaldo Urrutia; en las trompetas figuraban César Molina, Luis Escalante y Nilo Argudín, y los trombones fueron Alejandro Enésimo, Luis González (“El Pibe”) y Alberto Giral; el contrabajista fue Papito Hernández y el baterista Walfredito de los Reyes.  Chico O’Farrill escribió especialmente para ese concierto “The Bass Family”, para los bajistas: Felo, Kiki y Papito Hernández.

 

7Rubén Morales (“Perro Chino”) fue uno de los tres músicos cubanos sobrevivientes al naufragio del buque Euzquera, donde viajaba el Circo Razzore desde La Habana hacia América del Sur.  De los únicos doce sobrevivientes, tres fueron cubanos integrantes de la orquesta del circo: el trompetista César “Piyú” Godinez, el joven pianista de jazz Felipe Yanes Pelletier y Rubén Morales. Y fue “Perro Chino” quien salvó al corpulento trompetista “Piyú”, cuando los ocupantes del único bote que logró ponerse a salvo, en estado de pánico trataron de impedir que un hombre tan corpulento subiera al atestado bote.  Aunque Rubén se destacó principalmente en el saxo tenor, en realidad era multi-instrumentista que ejecutaba con igual facilidad el clarinete, el alto, la flauta, la trompeta, el piano y la percusión.  

“Perro Chino” dirigió una orquesta de Jazz la cual actuaba en el Cabaret Faraón.  En realidad actuaban dos orquesta, la primera fue dirigía por Obdulio Morales, la “segunda orquesta”, más parecida a un combo de jazz de composición bastante heterogénea, era dirigida por el saxofonista Rubén Morales (“Perro Chino”) y en la cual figuraban el trompetista Dagoberto Jiménez (“Rabanito”), el bajista Fernando Vivar, el tumbador   Rolando Alfonso y el entonces bongonsero Cándido Camero; el pianista era Rolando Baró y el baterista Rolando Laserie (después cantante).

 

8 Muchos de los músicos que intervinieron en los “jam sessions” del Tropicana10, comentaron que escucharon por primera vez en dicho lugar al saxo tenorista Gustavo Más y la admiración que despertó fue unánime.  Hasta entonces no creían que pudiera haber en Cuba un saxo tenor que pudiera superar a Chombo Silva o a Tata Palau, pero el propio Tata admitió (antes de comenzar las descargas): “Es algo así como si oyeras a Stan Getz”11. Gustavo residía permanentemente en Miami y viajaba con frecuencia a Nueva York y La Habana; cuando llegaba a La Habana Armando Romeu tenía para él invariablemente la plaza de tenor solista.

 

9 La orquesta de Julio Gutiérrez fue una de las orquestas formadas por los canales de la televisión cubana, que contó con la mayor cantidad de músicos de jazz.  Su banda se organizó a medidos de 1948 para trabajar en la emisora radial RHC Cadena Azul, pero luego se traslado, con algunos cambios en su nomina, al Canal 4 de la TV.   Entre los trompetistas figuraron Nilo Argudín y Alejandro “El Negro” Vivar; en los saxos altos Edilberto Escrich, y Osvaldo “Mosquifin” Urrutia; en los saxos altos Amadito Valdés y Miguelito Franca; en los saxos tenores Rubén Morales (“Perro Chino”), y al salir éste de la orquesta alternaron Emilio Peñalver, Lito Rivero y Leonardo Acosta; contó con los pianistas de gran calidad René Urbino y el brasileño Dick Farney; en el contrabajo, Salvador Vivar (“Bol”) quien sustituyó a su hermano Fernando Vivar cuando éste pasó a la orquesta Tropicana de Armando Romeu; en la batería estaba Daniel Pérez y luego  Walfredo de los Reyes; en la percusión cubana estuvo en un tiempo Rogelio Darias, quien pasó luego a Tropicana; y más tarde a la excepcional combinación formada por Oscar Valdés (tumbadora) y Marcelino Valdés (bongó), ambos fueron hermanos del Vicentico Valdés. 

 

10 Los domingos por las tardes y a principios de los años 50, en el Cabaret Tropicana se organizaban unas famosas descargas lideradas por el   baterista de bop, Guillermo Barreto, con respaldo de Alberto Ardua, entusiasta del jazz y copropietario del cabaret.  La entrada a estos “jam sessions” era libre y no se expendían bebidas de ningún tipo.  El núcleo central de estas descargas fueron los músicos de la banda de Tropicana que dirigía Armando Romeo.  Este grupo base estaba integrado por: “El Negro” Vivar (trompeta), Rafael “Tata”Palau (saxo tenor, “Tata”Palau sustituyó a Pedro Chao en la orquesta de Armando Romeo); Bebo Valdés (piano), Fernando Vivar (contrabajo) y Guillermo Barreto (batería).  Si a   principios de los años cincuenta Tropicana fue el centro de las descargas de jazz, estas luego fueron pasando a otros centros nocturnos como el Club 21, el Maxim’s, el Southland (luego Casablanca), el Pigalle y finalmente el Havana 1900, que fue sede del grupo musical llamado Club Cubano de Jazz (CCJ)12.

 

11 En la temporada de invierno de 1957 – 1958, La Habana recibió una inusitada visita de un destacado músico: el saxofonista Stan Getz.  Getz le pidió a un taxista llevarlo a un sitio donde se tocara música jazz, lo llevaron al Tropicana, pero era el día en que los músicos de la orquesta del maestro Armando Romeu estaban de descanso, pero un músico le recomendó que fuera al Capri.  Allí confraternizó con la orquesta del excepcional Rafael Somavilla, la banda que lo acompañó estaba conformada por: Somavilla en el piano, Papaito Hernández en el bajo y Barreto en la batería.  Más tarde se organizó una descarga en el Club Havana 1900, ya de madrugada, a la que acudieron otros músicos, incluyendo al pianista Hal Shaeffer, quien estaba trabajando en el Hotel Rivera.  Aquí Stan Getz tocó el saxo tenor, con el instrumento que le prestó Jesús Caunedo (“La Grulla”), luego de probar infructuosamente con el de Pedro Chao.  A Stan Gezt lo acompañaron: Hal Schaeffer al piano, Papaito en el contrabajo, y en la batería alternaron Guillermo Barreto y el guapo de la canción: Rolando La  serie (que antes de ser cantante fue baterista).

 

12 El Club Cubano de Jazz (CCJ) se organizó en una reunión en casa del saxofonista y hoy escritor Leonardo Acosta, y luego establecieron “su cuartel general” en el taller de Toirac.  Fue el único esfuerzo sistemático y con resultados plenamente logrados de traer a La Habana músicos de jazz norteamericanos, de esta manera, los músicos de jazz cubanos tuvieran la oportunidad de tocar periódicamente e intercambiar experiencia con jazzistas norteamericanos de primera línea durante todo el año.  

El CCJ dio cabida tanto a músicos no profesionales como a estudiantes de músicas.  Entre los primeros vale mencionar a los bateristas Germán Gil y Julio Gómez, así como el clarinetista Earl Brandon, norteamericanos residentes en Cuba. Uno de las primeras “jam session” (descargas) se desarrollaron en el Club Maxim’s (entre la 10 y 3ra., Vedado) y está descarga adquirió una connotación histórica al resultar la primera en que tocó un niño de apenas once años de nombre: Paquito D’Rivera (saxo alto).  Otros jóvenes casi niño que se destacaron fueron: Kiki Villalta (piano), Luis Quiñones (contrabajo), Amadito Valdés Jr. (batería) y el guitarrista Sergio Vitier.   

El CCJ luego tocaron, en varios locales y hoteles como el Havana 1900, allí actuaron por una larga temporada y el grupo estuvo formado por: Jesús Caunedo (“La Grulla”) saxofón tenor; Jorge Rojas, trombón y director; León Borrel, piano; Luis “Pellejo” Rodríguez, contrabajo y Germán Gil, batería. Una de las contribuciones que hay que destacar del CCJ fue que contribuyó a la abolición de las barreras raciales en todos los aspectos, desde la composición de su directiva hasta la admisión del público en todos los eventos y locales donde actuaba, desde el Habana 1900 hasta Tropicana o los grandes hoteles, que habían mantenido una política segregacionista.

El CCJ se mantuvo en actividad hasta el año 1960 y sólo se disolvió al romperse las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, con la consiguiente suspensión de vuelos entre ambos países y la interrupción de los fructíferos contactos entre músicos cubanos y norteamericanos. 

 

Para las notas Herencia Latina consultó:

 

Acosta Leonardo.  Raíces del Jazz Latino un Siglo de Jazz en Cuba.  Editorial La Iguana Ciega, 2001.  Barranquilla – Colombia. Pág.: 144 – 208. 

 

 

   

La Charanga de Jesús Caunedo.

Cortesía de David Cantrell

Coleccionista de música afrocaribeña en Arizona

Colaborador de Herencia Latina

 

 

 

Edición de julio de 2006

 

 Derechos Reservados de Autor

Herencia Latina