En el Panamá de los sesentas y los setentas – y posiblemente los ochentas –, me atrevería a decir que no había un ciudadano en ese país que no conociera el nombre “Bush y sus Magníficos” o “Bush y su Nuevo Sonido”. Y, ¿porqué no iba a ser así?, si la agrupación de Francisco “Bush” Buckley era “la orquesta” que tocaba la música salsa como la que venía de Nueva York.
El sonido que emanaba de las orquestas de Bush era de sonora, con las trompetas dominando los metales, aunque inicialmente se usó saxofón, y, en ocasión, la flauta. Además, también contaba con un timbalero. Este formato, quizás, le permitió sobresalir sobre los otros grupos de ese entonces, que tenían un sabor único panameño, conocido como los “combos nacionales”. Los otros grupos, con contadas excepciones, presentaban un sonido que, de momentos, parecía combos nacionales y otras veces la salsa de Nueva York.
Luego de un período de hibernación musical, Bush regresa con un nuevo proyecto. Esta vez nos sorprende con un libro de su autoría, titulado “La Música Salsa en Panamá y Algo Más”. Y déjenme decirles que Bush ha hecho una proeza increíble, debido a que ha creado una crónica sobre la música afrocubana en Panamá que quedará en la historia.
En el primer capítulo del libro, Buckley apropiadamente comienza introduciendo al lector a una pequeña dosis de historia de la música cubana en general. Luego procede a describir la influencia de los ritmos cubanos – afrocubanos, para hacerlo más universal – en la música popular panameña. Nos menciona, por ejemplo, la contribución de los cubanos en la radio y televisión en Panamá. ¿Quién no se acuerda de ellos?: Leopoldo Fernández “Tres Patines”, Blanquita Amaro, Armando Roblán, y tantos otros.
Bush prosigue su obra describiendo el impacto que la música de salsa con sabor boricua causó en Panamá, que dejó una huella imborrable en ese país, y con cuyas orquestas su grupo exitosamente alternó. Menciona, además, los otros formatos musicales que se escuchaban en el istmo, llaméense los Combos Nacionales, que mencioné anteriormente. Algunos de ellos fueron Los Silverstone, Los Soul Fantastics, Los Mozambiques, Los Beachers, Combo Impacto, entre muchos más. Bush también nos habla de los grupos de música Típica panameña, como Dorindo Cárdenas, Osvaldo Ayala, los Hermanos Sandoval y algunos otros.
Buckley continúa hablando un poco sobre los carnavales de Panamá y las famosas comparsas que de ellos formaban parte. Esta discusión sirve como puente para lo que sigue, pues fueron en los carnavales que las orquestas locales e internacionales marcaron su huella para siempre.
El segundo capítulo del libro le pertenece a Bush en su totalidad. Allí nos describe sus antecedentes musicales y cómo surgió Bush y su Magníficos. Bush nos habla sobre Epoca Records, casa disquera de la fue accionista y con la que grabara algunos de sus grandes éxitos, como “9 de enero”, “La Chola Caderona”, y “Mariana Soba”. El autor además nos describe algunos de sus músicos y cantantes claves, como Félix Wilkins, Benito Guardia y Marcos Barraza. Especial atención le dedica a Rubén Blades, quien cantara con Bush y sus Magníficos antes de irse a Nueva York. Finalmente, el autor nos menciona las orquestas con las cuales alternó y músicos que acompañó mientras visitaban Panamá, entre la cuales estaban: El Gran Combo de Puerto Rico, Daniel Santos, Joe Cuba y su Sexteto, La Sonora Matancera, Kako y su Trabuco, Larry Harlow, Héctor Lavoe con su orquesta y con Willie Colón, Ernie Agosto y la Conspiración, Celia Cruz, Pete Rodríguez (el del boogaloo), Richie Ray & Bobby Cruz, Tito Puente, La Sonora Ponceña, La Lupe, Las Estrellas de Fania, y muchos, muchos más.
En el último capítulo, Bush le rinde homenaje a su patria y los grandes músicos que de ella salieron. Aquí Buckley habla más a fondo de los artistas y orquestas que han hecho música afrocubana en Panamá, haciendo un breve recuento de la cada uno, en especial de Armando Boza y Clarence Martin. Este capítulo del libro es oro, pues el lector descubrirá algunos artistas que seguramente desconocía. Es en este segmento donde Bush realmente demuestra que hizo su tarea antes de escribir este tratado. De ayuda fue el libro “Las Expresiones Musicales en Panamá: Una Aproximación”, escrito por Noel Foster Steward, y publicado en 1997. Este trabajo previo nos abrió un nuevo mundo a muchos sobre la historia de la música afrocubana en Panamá. El libro de Bush va más allá y corrige algunos errores de ese trabajo. En este capítulo, el autor también nos hace un listado sobre las orquestas de salsa que han actuado en Panamá. Además, Buckley va más allá del deber, y generosamente nombra a casi todos – sino todos – los personajes que de una forma u otra han ayudado al desarrollo de la salsa en Panamá. El libro cierra con un glosario, donde se describen algunos términos usados en la música afrocubana y panameña. Debo también mencionar las excelentes fotografías que Bush puso en este fantástico trabajo, pues son de alto valor histórico.
El pueblo panameño y los historiadores de la música afrocubana le deben estar agradecidos a Francisco “Bush” Buckley por escribir esta obra. De acuerdo a él, este libro fue escrito como resultado de la entrevista que le hiciera éste servidor para OasisSalsero.com, en la serie La Salsa de Panamá. Bush quedó tan entusiasmado con la misma, que decidió expandir la entrevista a manera de un libro que, dicho sea de paso, iba a inicialmente ser acerca del propio Bush y sus experiencias en la música. Sin embargo, al comenzar a escribir, se adentró tanto y tanto, que terminó escribiendo sobre la historia de la música salsa en Panamá.
Todo amante de la música afrocubana debe obligatoriamente obtener una copia de este magnífico trabajo. Todo lo que se necesita saber sobre la música afrocubana en Panamá está aquí. Con este libro comienza y termina su búsqueda, y no hace falta más. 292 páginas de gran calidad. Con un precio muy módico, el libro lo pueden adquirir contactando al autor en: bushbuckley@hotmail.com, o los teléfonos en Panamá 232-5497 o 680-8249.