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Manu Dibango vistiará ColombiaEn entrevista con EL TIEMPO, el músico camerunés habla de su trayectoria musical.
El saxofonista camerunés Manu Dibango es una leyenda viva de la música africana. Creador del género musical soul makossa, este artista de 76 años ha colaborado con grandes nombres de la música como la Fania All Stars, Peter Gabriel, Herbie Hancock, Eliades Ochoa y Sinéad O'Connor. Este hombre alegre, de sonrisa contagiosa, será uno de los invitados al Hay Festival, que se realizará en Cartagena del 28 al 31 de octubre. También se presentará en Bogotá. EL TIEMPO lo entrevistó en París, a propósito de su visita al país. Esta es una entrevista necesariamente incompleta porque los lectores no podrán ver ni, sobre todo, escuchar las carcajadas de este gran señor de la música. ¿Qué expectativas tiene de su viaje a Cartagena? Quiero conocer Colombia. Es una gran fortuna conocer gente, respirar, comer, oler, ver paisajes, escuchar otra música. Además, sé que hay mucha gente en su país que ama la música africana. ¿Quién es Manu Dibango? Un africano que llegó a los 15 años a Francia. En algunos momentos soy camerunés porque nací en Camerún, pero también soy afro-europeo. Soy músico, saxofonista, pianista, vibrafonista, organista, compositor. En los espectáculos, a veces reemplazo al pianista cuando acompaño a la cantante. Nino Ferrer, con quien tocaba el órgano, me dijo un día: "No sabía que eras saxofonista". Y yo le contesté: "Tú tampoco me lo habías preguntado" (carcajadas). Usted tocó salsa con la Fania All Stars. ¿Cómo llegó a esa orquesta legendaria? Viajé a Estados Unidos para tocar en Harlem porque los negros americanos me descubrieron. Pero los hispánicos de Harlem también me reclamaban para que tocara con ellos. El patrón de la Fania All Stars, Jerry Masucci, vino a verme adonde yo tocaba y me dijo que no podía tocar solamente para los negros de Harlem porque los hispánicos también tenían raíces africanas. Yo estaba encantado de que me dijera eso porque me gustan todas las músicas que tienen raíces en África como el jazz, la soul music, la salsa, el reggae. ¿Qué significó para usted tocar en la Fania All Stars? Cuando era joven, aquí en París, admiraba mucho a Mongo Santamaría, Celia Cruz, Johnny Pacheco, Héctor Lavoe. No pensaba tener algún día la suerte de estar en el mismo escenario con ellos. Es un recuerdo magnífico haber participado en esa epopeya. Estuve de gira con ellos en 1974 y 1975 en Puerto Rico, Venezuela y Panamá. Celia Cruz me quería mucho y su marido era adorable. Los dos me adoptaron como a un hijo. ¿Y aprendió a bailar salsa? En la cabeza..., sí (carcajadas). Antes de que llegara la salsa, mis padres en Camerún bailaban la música latina, el son cubano sobre todo. Usted creó el soul makossa, un género musical que revolucionó la música disco. ¿Cómo nació ritmo? La makossa es uno de los cuatro ritmos característicos de Camerún. Se baila como la salsa o el tango. Yo creé la soul makossa. Pero no podría decirle cómo me llegó la inspiración. La suerte cuenta mucho. A veces se puede componer algo que a usted le gusta mucho, pero luego el público se muestra indiferente. Por qué al público le gustan más una o dos canciones? Es un misterio. ¿Y continúa creando? Sí, claro. En Navidad compuse una canción para la televisión africana con el organista negro americano Roda Scott. También compuse la música para la película de dibujos animados 'Kirikú y las bestias salvajes' (que se exhibió en Colombia). Además, tengo una orquesta fija y siempre estoy de gira. El teléfono de un artista siempre debe estar sonando. Como cuando me invitaron a Colombia. En Estados Unidos, un músico se inspiró en el soul makossa para una canción de la campaña electoral de Barak Obama. Un gran honor para usted, ¿no es cierto? Ah, eso es porque el soul makossa es muy muy conocido (carcajadas). Desde el decenio de los 70 funciona muy bien. A propósito de Obama, ¿piensa que Francia tendrá algún día un presidente negro? No creo. Francia es un viejo país mientras que Estados Unidos es reciente, como son los países latinoamericanos. Es muy distinto. En Estados Unidos está todo el mundo; aquí, en cambio, solo están en principio los europeos. Aunque las cosas están cambiando porque cuando usted suma los antillanos, la gente de los departamentos de ultramar, los del norte de África, todos ellos agregan un poco de color al cuadro. Usted fue condecorado en el 2004 como Artista de la Unesco para la paz y se dice que es un humanista y un luchador contra las desigualdades sociales. ¿Qué tan importante es este compromiso en su carrera? Mi mayor compromiso es ser el mejor artista posible. Lo que pasa es que en el camino de la música, uno termina encontrándose muchas cosas. La gente viene a buscarlo a uno porque uno representa algo para ellos. Pero cuando uno hace música, no la hace buscando hallarse en tal o cual situación ni por las apariencias, sino porque Dios le dio una pasión. La mía es la música. Usted ofrecerá una conferencia en el Hay Festival de Cartagena sobre jazz, al lado del escritor y periodista francés Oliver Guez. ¿Podría adelantarnos algo? Ah, ¿sí? Yo no sabía nada de esa conferencia. La verdad, yo me organizo para no conocer demasiados detalles de antemano. Prefiero descubrir las cosas más adelante, porque de ese modo es una experiencia más fresca. Usted conserva la modestia y es un placer conocerlo. Los colombianos van a quedar encantados. La modestia es obligatoria porque no importa cuál sea el talento personal, uno no está adelante sino detrás de la música. Pero lo que sí tengo es el don de comunicarme con la gente. En todos los oficios hay personas comunicativas. Es la naturaleza de cada uno. Hay músicos geniales que son tristes. Si yo no hubiera sido músico, quizá hubiera mantenido a pesar de todo este don. Presentaciones en Cartagena y Bogotá
- 28 de enero, a las 8:30 p.m., en la
Plaza de la Aduana de Cartagena. Entradas en Tuboleta. Tomado del periódico EL TIEMPO de Bogotá-Colombia
Edición Diciembre 2009-Enero 2010 Herencia Latina
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