Ray Barretto - Indestructible
Anfiteatro Tito Puente
27 de abril de 2001
(Material recuperado de Oasis Salsero)
Fue una noche gloriosa para los salseros "de lamata", los que buscan el swing, afinque y sabor de esos grandes maestros de la épocadorada de la Salsa. Grande entre los grandes, en estatura y trayectoria, lo es el conguero Ray Barretto quien celebró sus 50 años de carrera musical con un concierto en el que reunió a varios de sus mejores vocalistas de su época en la Fania."Indestructible" fue el título que se le dió al mismo, y Barretto a sus 72años de edad pareciera que llevara bajo su camisa el uniforme de Superman, como en la portada del disco que lleva el nombre de este concierto, porque tocó hasta más no poder, literalmente. Pensé que el hombre se desmayaría cuando se levantó exhausto de su asiento luego de la descarga final en el quinto como parte de "Que Viva La Música".
El concierto comenzó con los acordes al piano de "Cocinando", mientras el DJ de Z93, Néstor Galán "El Búho Loco", presentaba a los integrantes de la orquesta. Con esa introducción ya se sentaba el tono de una de esas veladas clásicas de la Fania. A renglón seguido, inició Ray De La Paz cantando par de números del álbum "Fuerza Gigante". De La Paz vocalizó muy bien y soneó respetablemente.
"Nadie Se Salva De La Rumba" contó con el dúo de Yolanda Rivera (conocida a través de la Sonora Ponceña) y Adalberto Santiago. Rivera lució aceptable, un poco ronca en ciertas notas y un timbre de voz un tanto estridente, al que algunos pudiera tomarle un tiempo acostumbrarse. Adalberto quedó solo en tarima para "Hipocresía y Falsedad" interpretándola con su sabor y simpatía, ganándose el aplauso de la audiencia.
Tito Gómez no pudo asistir al concierto porque su maleta estaba un poco pesada con $96 mil dólares falsificados que intentó pasar por el aeropuerto Kennedy. Ello propició que de forma sorpresiva, se anunciara a Víctor Manuelle, "El Sonero de la Juventud", para cantar el exitazo "Guararé". Presiento que al igual que yo, muchos en el público habrán sentido un escalofrío al tratar de imaginar cómo asumiría esa empresa, pero el joven sonero no decepcionó, atacando el número con clave y buenos soneos. Otra muestra más de que algunos de estos jóvenes soneros, llevados de la mano de un buen líder de orquesta, podrían cantar"salsa gorda". Pero, como decimos acá, esos son otros 20 pesos.
Tito Allen,
muy elegantemente vestido, interpretó "Indestructible" y "El Hijo de Obatalá", entre otras. En esta última, se unió a él su tocayo Tito Nieves y en el bongó nada más y nada menos que Roberto Roena. ¡Para qué fue eso! El rumbón subió de temperatura mientras Barretto y Roena se enfrascaban en un diálogo de llamado y respuesta (call and response) en los cueros. Volvió a tarima Adalberto junto a la sección rítmica original (circa 1970) compuesta por Andy González (bajo), Johnny Rodríguez (bongó) y Orestes Vilató (timbal) para números como "Arrepiéntete" y "Quítate La Máscara". Vilató lució magistral en sus solos, así como Andy en el bajo, mientras Johnny cumplió a cabalidad. La penúltima canción fue una composición especial en apoyo a la isla - municipio de Vieques, en la cual Juancito Torres, Elías Lopés, Charlie Sepúlveda y Luis "Perico" Ortiz (los llamados "Metales del Terror") desplegaron virtuosismo en sus solos. La misma quedará estampada en la grabación de este concierto, que saldrá a la calle como tal vez el álbum final de Salsa de Barretto.
Finalmente, el himno "Que Viva La Música". Con todos los cantantes en tarima, El Rey de las Manos Duras entregó todo lo que le quedaba. Sus solos fueron consistentes y excitantes, mucho más enérgicos que en el concierto que escenificara dos años atrás junto a Giovanni Hidalgo en ese mismo escenario. Personalmente, fue inspirador observarlo de cerca desde el "pit" de los fotógrafos. Luego de entregársele varias placas de reconocimiento, Ray Barretto reiteró su agradecimiento a Puerto Rico por el apoyo brindado a través de su carrera.
La orquesta demostró estar en forma desde el primer número, y bien ensayada, a pesar de que por lo menos acá en Puerto Rico sólo tuvieron un ensayo, dos días antes, con Barretto. Eric Figueroa en el piano, con unos solos monstruosos y tendencias "Palmerianas", Pedro Pérez en el bajo con su afinque monumental, Edwin Clemente con un solo respetable en "Indestructible", y José Clausell en la percusión menor (y sustituyendo a Barretto en "Hipocresía y Falsedad" y en el final de "Que Viva La Música") todos fueron valiosos participantes en un concierto para la historia. Si esta fuese la despedida de Ray Barretto de la Salsa, sería un cierre con broche de oro.
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