Santiago Cerón Pérez Un tenor conducido por Arsenio Rodríguez
Por. Orlando Montenegro. Entrevista realizada el viernes 26 de febrero de 1999 En el Hotel Los Reyes de Cali, Colombia
Hijo del matrimonio formado por Marcelino Cerón Carreño y Altagracia Pérez, el primero ya fallecido, su madre sigue siendo parte de la ilusión de su vida. Integrante de una numerosa familia, por el lado de su madre tiene dos hermanos y por el tronco de su padre diecinueve.
Nació a plenas 12 del día en Santo Domingo, el jueves 25 de julio de 1941, en el Hospital del barrio Ciudad Nueva, pero sostiene que se crió en barrio San Carlos. En la fecha que le abrió los ojos a la luz de la vida, se celebraba en República Dominicana el día de San Santiago El Mayor, fiesta compartida por los católicos y santeros, por lo que fue bautizado con el nombre a su vez compartido, el del apóstol y del santo.
Iluminada Fernández es su actual y segunda esposa, es dominicana y la unión se ha mantenido por espacio de 35 años y con ella procreó 4 hijos: Eddie que falleció, Antonio, Brenda y Sandy. De su primer matrimonio le sobreviven tres hijos: Julio César, Marcos Santiago y Carlita Altagracia.
Primeros pasos en el canto
Su infancia transcurrió hasta cierta edad, similar a la de un niño normal, realizando muchas cosas al tiempo y queriendo hacerlo todo a la vez, sin importar lo que se le ocurriera. En su familia no hay una tradición musical para mostrar, aunque Santiago confiesa que sí existían músicos que ejecutaban instrumentos de cuerdas como el violonchelo, pero sólo su prima de nombre Fellita Puello Cerón estaba dedicada al canto. De las nuevas generaciones su hija Brenda era muy aficionada al canto, a su juicio tiene buena voz, pero él prefirió encaminarla hacia los estudios. Hoy ya está titulada en Sociología y Sicología y, aunque sigue ejercitando su garganta, canta para ella sola.
«De niño hacía muchas cosas, iba al gimnasio de boxeo porque me gustaba ver entrenar a los boxeadores, aunque tenía claro que eso no era lo mío, a mí me gustó cantar desde muy muchacho. En estas andanzas me acompañaba sólo uno de mis hermanos, Julio César que le decían Joe Luis porque él si boxeaba y los otros del grupo eran amigos con los que me mantenía casi siempre. Me acuerdo muy bien de ese entonces porque mandaba en mi país la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina (1930 a 1938 y 1942 a 1954) y casi a todos nos tocó el servicio militar obligatorio. Por esa circunstancia no pude terminar mis estudios y dejé de asistir a la escuela en el 8º grado en jornada del día, aunque luego pasé a tomar clases nocturnas para alcanzar mis primeros grados del bachillerato. A todo esto seguía pá arriba y pá abajo con mis amigos de infancia, cantaba en las fogatas que organizaban las iglesias, en los paseos y en otros eventos con la comunidad. Cuando me escuchaban, la gente me alentaba y decían que fuera a los programas de radio para aficionados.»
«A los 14 años y con los nervios de punta comencé a participar de los espacios para cantantes principiantes. La verdad es que al ver tanto público me ponía nervioso y parecía que me moriría del susto. En los estudios de radio conocí al señor Beltrán Trujillo, él dio la orden que me pasaran para la Escuela de Canto. Además, era familiar del dueño de la emisora más grande de República Dominicana La Voz del Yuna, hoy en día es la estación estatal de Radio Televisión Dominicana- RTVD. Arranqué los estudios con una beca, me pagaban $60 dominicanos mensuales, con ese dinero tenía que intentar vestirme bien y hacer un chorro de cosas para las cuales el billete se queda corto.»
Cerón me confesó que su inclinación inicial era por la música clásica, se sentía atraído y muy cómodo vocalizando óperas ya que su timbre de voz era fuerte y alto, esto fue lo que motivó su paso por la Escuela de Canto- Centro de Bellas Artes. También descubrió que desde muchacho tenía fibra y vena para componer ―los temas que interpretaba en los programas aficionados eran de su inspiración―, aunque en principio no se le ponía mucha atención. Siempre tuvo fija la idea de algún día poder grabar sus propias composiciones. Me comentó que tiene guardadas muchas canciones escritas por él y que en la medida que pueda las irá grabando, aunque algunos cantantes amigos le han pedido les facilite algunas, no lo ha hecho. Entre esas creaciones celosamente guardadas hay un tema en homenaje a Cali que se llama: Me voy pá Cali.
«Recuerdo que el General Trujillo apoyó la organización de un programa radial para los muchachos que estábamos adelantados en los estudios de canto y participé con Johnny Ventura y otros jóvenes que ahora no me acuerdo de sus nombres. El espacio se llamó Nuevas Estrellas, actué en varias ediciones interpretando temas de música clásica. Por esas cosas propias de la edad se dieron cuenta que salíamos a tomarnos unos traguitos a la calle en compañía de chicas alegres y nos sacaron del programa a Johnny, Fausto Cepeda, que hoy por hoy es el barítono más grande de República Dominicana y a mí.»
Bueno, la cosa no podía quedarse ahí, salimos a buscar trabajo a los cabarets y otros sitios de actividad nocturna de la capital. Conseguimos nuestro objetivo, hacíamos show casi hasta el amanecer por $1.50 la noche. Tampoco abandoné mis estudios, ingresé al Instituto de Bellas Artes y me gradué de Tenor Lírico. Ya con el diploma en mano, me sentía otra clase de artista; mientras Johnny Ventura se le dio por cantar merengues y otras cosas. Yo no me sentía que tenía ese swing. El mundo da muchas vueltas y son tantas cosas por las que uno pasa que después de cumplir mis 20 años, se me mete la idea de viajar y salgo a Puerto Rico, en la isla me hice amigo de varios músicos y cantantes, recuerdo muy especialmente a Danny Rivera y a Johnny El Bravo López que me decía: “Deja esa vaina de cantar óperas, aprende a cantar lo nuestro”. Pero, era que a mí esa música no me entraba, tampoco sabía sonar maracas ni ningún instrumento. Pero las palabras de Johnny “El Bravo”, siempre me quedaron sonando y, decidí en 1963 viajar a Nueva York en busca de nuevos horizontes, entre otras cosas estaba recién mi primer matrimonio y tenía que cumplir responsabilidades.»
Nueva York y Arsenio
Llegó a la Capital del Mundo cuando apenas cumplía 20 años de edad y los primeros amigos que contactó lo guiaban para que conociera los establecimientos nocturnos.
«Estando actuando una noche acompañado por un trío, en un bar que se llamaba La Ronda Night Club, llegó el difunto Arsenio Rodríguez con su hermano Quique y se sentaron a escucharme, entonces Arsenio le dijo su hermano: Anda, llámame a ese muchacho; cuando se me acerca me dice: ¿Tú conoces a ese señor?, al tiempo que me señalaba al Maestro Arsenio, le respondí: ¡No...no!. De inmediato mis amigos me miran y a una sola voz me repican, ese es el gran Arsenio Rodríguez El Ciego Maravilloso. Cuando me acerco a él me pregunta: ¿Quieres venir a aprender conmigo? Y le respondo: ¡Sí, como no!. Me mira y dice: Anota la dirección, mañana te espero en mi casa de la 104 de Manhattan entre Columbus y Amsterdam.»
«Al otro día me fui entusiasmado, desde que llegué sólo escuchaba al grupo ensayando música cubana. El volteaba a verme y me decía: ‘Canta...canta’. Yo lo que hacía era ayudar en los coros metiendo la primera voz arriba, lo que pasaba es que no me sabía las letras. Arsenio se dedicó a escucharme y a enseñarme no sólo las canciones, también me guiaba mientras sonaba el tres, su hermano la conga y un muchacho le pegaba al bongó, esa era la base del grupo.»
«El Maestro era muy buena persona y mejor como amigo. Lo único era su genio volado, durante los ensayos gritaba mucho. Yo le atribuyo eso a su limitación visual, es posible que le costara dificultad medir las distancias y hablaba fuerte, es que casi todos los ciegos se acostumbran a hablar duro. Se ponía incómodo y rabioso cuando decía que quería algo de una manera y por alguna razón se la variaban un poquito, ¡vaya!, se regaba y decía: ¡Coño, Carajo!, se salía de casillas y se tornaba bien explosivo. Pero, eso era cosa momentánea, al poco rato se le pasaba y decía: ¡Ven, vamos a bebernos un café! Y se le pasaba la rabieta. Tanto él como su hermano Quique eran unas bellas personas, que Dios los tenga en gloria.»
Varios amigos y yo teníamos la cosquillosa inquietud de conocer cuál fue el primer tema que el dominicano ensayó y cantó oficialmente entre 1964 y 1966 con el tresero cubano y además que nos confirmara la realización de un trabajo discográfico con el músico de Tuluá, Valle del Cauca- Colombia Edgar Moncada. Sin ningún reparo admito que detrás de este desvelo están mis dilectos amigos Pablo Emilio Delvalle y Jaime Jaramillo. Le indagué sobre estos temas al avispado sonero, él me comentó:
«Yo le dirigí una grabación a Edgar, en el LP se incluyeron canciones de su inspiración. Sobre el primer tema que canté o grabé con Arsenio, la verdad es que no me acuerdo exactamente, pero lo que sí tengo bien claro es que él hizo unos temas para que yo los cantara, entre ellos: Lo que le pasó a Luisita- Guaguancó, Jugando al silo- Montuno y Maldita droga- Bolero. Cuando me los entregó me dijo: Apréndetelos que esos los vas a cantar tú de ahora en adelante. Así fue como empecé a presentarlos en todos los bailes, hasta que llegó el momento de meterme por primera vez en un estudio de grabación, a donde nunca había ido y a hacer mi sueño una realidad. Así fue como se inició la grabación de mi primer LP con el Maestro Arsenio.»
«De esa época recuerdo al compositor y cantante Marcelino Guerra y al otro guitarrista de apellido Berrío [Israel] de Puerto Rico, entre los tres le pusimos las voces al álbum. Después, seguí cantando en el grupo del difunto, hasta que se presentó la ocasión de hacer el segundo LP. Terminada la grabación él decidió marcharse para los Ángeles, me invita a que lo acompañe, pero yo estaba recién casado de mi primer matrimonio. Pasado algún tiempo, supe que había muerto. Pero antes de él falleció su hermano Raúl y por último Quique que a más de su hermano era su compañero fiel.»
Recorrido con otras agrupaciones
Al dejar Arsenio el ambiente de la música caliente de New York, el tenor dominicano siguió su lucha por la supervivencia, al fin de cuentas la vida no para permitir bajarnos a descansar un rato y volver a la brega con nuevos alientos. Santiago no cesó su narración y hago un alto para agradecerle que aceptara conversar conmigo a pesar encontrarse con quebrantos de salud y en pleno reposo en la habitación del hotel donde me atendió.
«Seguí cantando en diferentes grupos pequeños que interpretaban merengue, eso lo hacía para irme puliendo. Hasta tuve que aprender a sonar el güiro, ese grande y metálico. Superado esto, cogí las maracas hasta dominarlas. Luego vino el llamado de Tito Puente que me preguntó que sí quería cantar en su orquesta, pero que él me iba a decir la forma en que debía hacerlo. Pienso que eso fue porque yo seguía con mi voz de tenor, pero nada de eso se dio. Al parecer se arrepintió porque consiguió para el puesto de cantante a Junior González. Como no se concretó nada, Pete El Conde me llamó para que lo acompañara en unos viajes que tenía pendiente y me fui con él como corista y sonaba las maracas. A veces, él no iba y me quedaba yo solo cantando en la presentación. Al final de una de las giras que terminó en Venezuela, ya instalado nuevamente en New York, comencé a cantar en la orquesta La Protesta de Tony Pabón y al poco tiempo participé de una de sus grabaciones que se tituló: Sal y Pimienta. En la carátula del LP, estoy sentado y tengo en mis manos un par de maracas y él parado detrás de mí con su trompeta. Cuando le dije a Tony que me iba, me respondió: ¡Tú verás!. De ahí, me fui a dar al lado de Johnny Pacheco y su Tumbao, al poco tiempo de mi salida, Tony desbarató la banda.»
«Al regresar Casanova a donde Pacheco, nos quedamos los dos, él cantaba lo suyo y yo lo mío. Con Johnny grabé 1 LP que se tituló: Johnny Pacheco y Santiago Ceron El Fenómeno que incluyó: El Fenómeno, Palo é Cucuyé, Como dice ella, La Vida castiga, Sin dinero, La Vida, Juan José y Copa de copa. Este contacto me valió para estar con el sello Fania por espacio de algo más de tres años, pero nunca me dejaron grabar y me quedé hasta terminar el Contrato. Cuando salí, me encontré con el señor Ismael Maysonnave representante del sello Mary Lou Record y me ofreció que grabara para su casa disquera y enseguida le respondí: ¡Claro!. De inmediato firmé un Contrato con él por $US800, eso fue en los 80s y ya no me acuerdo del mes. Arreglado ese asunto, el empresario me dice: Vamos a grabar de una vez, pon tú los temas que te gustan. Eso fue como una bendición para mí porque de inmediato metí a Lindo Yambú, Cruel Tormento y otros. Con ese sello saqué 6 LP, uno detrás del otro, entre ellos: Abriendo puertas, Navegando con sabor y Canta si va a cantar.»
Al mencionar esos himnos que fueron muy sonados en Santiago de Cali y sé que por toda nuestra geografía sucedió lo mismo. Osada y espontáneamente empiezo a tararear la letra de Cruel Tormento ―Son que se atribuye la autoría a Julián Fiallo García― y eso fue como si le picara un mosquito a Santiago, acostado y todo, el hombre prendió motores a capela y en seco. En ese preciso instante pude convalidar una vez más que el ser humano sin música estaría predestinado a una existencia estéril e infeliz. A propósito de esa página, pienso que es una de las mejores vocalizaciones de Santiago, ó quizás la mejor, por eso le solicité me comentara alguna vivencia que motivaron de esa composición.
«Es muy buen tema, he tenido que cantarlo donde quiera que voy porque la gente me lo pide siempre. No sé decirte quien es su autor, cuando lo incluí en el repertorio por falta de esa información me tocó colocarle Derechos Reservados (DRA). Quedó grabado en el primer LP que hice para Mary Lou Record en N.Y y...fíjate compadre que fue titulado Abriendo Puerta, la carátula era una pintura que inicialmente dibujó una muchacha de Venezuela, pero el maestro Luis Perico Ortíz que fue el director musical de la producción, dijo que no, que había que sacar en la tapa una foto mía. Por eso por aquí, algunos lo tienen con la pintura y otros con la fotografía. Ahora más tranquilo hoy pienso que fue ese LP el que me dio a conocer por muchas partes del mundo. En New York se pegó Baja y tapa la olla, aquí fue un éxito Lindo Yambú y en Santo Domingo sonaba El Lobatón, en Panamá otro y así fue como cada país acogió un tema”.
Barranquilla su puerta de entrada a Colombia
«Cuando menos lo esperaba me llaman de Barranquilla de una emisora, ahora con el tiempo la identifico plenamente y sé que fue Olímpica Stéreo de los hermanos Char y me contactan para averiguarme por cuánto viajaría a presentarme en esa ciudad. Les respondí que yo nunca era el que pedía el dinero y que me permitieran preguntarle a mi manager y como siempre él cerró el trato y me llevaron de una vez y recuerdo que me hospedé en el Hotel del Prado en plena calle 72, esa fue la primera oportunidad que yo vine a Colombia.»
«Después de esa ocasión volví un par de veces más a Barranquilla, gané premios como el Congo de Oro en los carnavales. Fue para el tercer viaje cuando me solicitan que cuando terminara mis compromisos viniera a Cali. Al terminar aquí, me presenté en Buenaventura y Medellín. Últimamente, hace como un año estuve en Barranquilla otra vez y el que me contrató me llevó también a Cartagena, pero queda claro que entré a Colombia por esa ciudad de la costa Caribe.»
Algunas reflexiones con Santiago
Agradezco la colaboración para hacer el contacto con Santiago a mi amigo César Augusto Ortiz Hernández- La Voz de la Salsa del Ayer, él ahora está en las ondas de Vida Stéreo 91.5 FM, su nuevo programa es Los Gozosos de la Música y se emite de lunes a viernes de 8 a 10 PM.
Antes de encontrarme con Cerón, tuve la fija idea que es un hombre con ángel, la razón es simple: Se inició de la mano de Arsenio, trabajó con Pacheco, El Conde Rodríguez, Tony Pabón, pasó por el sello Fania en los 70s y fue toreado por Tito Puente. En sus trabajos ha sido acompañado entre tantos por músicos de la talla de: Pedro Puchi Bulong (Alegre All Stras), Luis Perico Ortíz y Héctor El Bomberito Zarzuela en la trompeta, Louie khan en el trombón, Eddie Montalvo en las congas, el tres de Charlie Rodríguez, el violinista Eddie Drennon, el bongosero José Mangual, el baterista Ignacio Berroa, el güiro y los coros de Ramón Rodríguez, Leo Temporal, Eddie Temporal, Johnny Kenton, etc…
“Gracias a Dios he tenido en cada paso de mi vida la oportunidad de contar con buenos músicos. Figúrate tú, todavía y aquí, estamos dando la batalla.
Los 6 álbumes con Mary Lou me permitieron ganarme 2 discos de oro y uno de platino. Cuando Maysonnave se retiró de la compañía, vendió el sello y se marchó para Orlando Florida- USA, yo no quise seguir con los nuevos dueños. Me separé y hasta el día de hoy que llevo 28 trabajos discográficos, pasando por varios casas disqueras. De esos, 6 fueron con Mary Lou, 4 con Sabroso y 4 con otros sellos, en total fueron 14 LPs y 10 CDs”.
A la conversación le faltaría algo, sino hablamos de su fallido grupo La Masacre, entre sus seguidores todavía se están preguntando: ¿Qué fue lo que realmente pasó en esta situación?
«La Masacre es una composición de origen cubano, yo le hice unas adaptaciones, lo grabé también y quise ponerle a mi orquesta este nombre, pero, resulta que ya en Puerto Rico existía una agrupación que se hacía llamar así y no se pudo concretar mi idea. Ante esta circunstancia determiné ponerle al grupo: Santiago Cerón y su Conjunto. Así me quedé y realicé giras, a pesar que alguna gente decía: La Masacre, y yo les respondía: ¡No...no, nada de eso!. Y así se quedó. Aunque en principio la cosa fue: Santiago Cerón y su orquesta. Ahora recuerdo que cuando estuve en los Carnavales de Barranquilla y gané el Congo de Oro, participó entre otros: Johnny Ventura y Joe Arroyo.»
En la actualidad no tengo orquesta, la disolví, a pesar de que me contratan mucho de otras partes, por ejemplo de Europa: Suiza y Alemania; cuando estoy en New York salgo mucho a Texas, Miami y Boston. Para eso llevo mis partituras y busco una gran orquesta para que me acompañen. Les envió unos días antes los papeles para que ellos ensayen la música.
Acabo de grabar un CD aquí en un pueblo que se llama Candelaria- Valle del Cauca muy cerca de Cali. Es por eso que estoy por estos lados. La idea es del señor Carlos Vivas y saldrá al mercado dentro de 2 o 3 meses. Se incluyó el tema Las Cuarenta que vocalizó con mucho éxito Rolando Laserie en tiempo de Bolero, para esta oportunidad lo adaptamos, me quedó muy bien movidito. El resto del repertorio lo forman sones cubanos, pero con otro estilo, formato instrumental e incluyendo trombones. Los arreglos son hechos acá y Carlos Vivas realizó varios. Todo los músicos que participaron son colombianos”.
En lo personal, la página que más me gusta oír interpretar a Santiago es: Momposina del compositor banqueño (El Banco Magdalena- Colombia) José Benito Barros Palomino y tenía la inquietud por escuchar en su voz la versión de cómo fue que llegó a sus manos esa letra.
«Allá en New York había un sitio llamado El Aretama y el disc-jockey, como dicen por aquí, era un muchacho colombiano. Inclusive, anoche anduve con él acá en Cali, su nombre es Wilfredo, con él, entre traguito y traguito me dice: ¡Oye Santiago!, ¿Por qué no grabas Momposina?. Y le digo: ¡No!... todavía, no le he puesto atención. El me contesta: ¡Hombre...grábalo!. A los pocos días, me entregó un cassette que contenía la versión en la voz del barranquillero Nelson Pinedo, lo escuché con tranquilidad y me gustó. Entonces, se lo entregué a Perico Ortiz para que le hiciera el arreglo, en el siguiente LP lo grabé y resulta que fue del agrado del público.»
Todo músico en sus inicios cultivó una ilusión que con el tiempo se transformó en su ideal y fuente de inspiración; era esa figura del pentagrama a quien pretendía emular, escuchaba y estudiaba sus interpretaciones o ejecuciones instrumentales, en este orden Santiago Ceron no fue la excepción.
«Siempre me gustó oír a los septetos entre estos el Nacional de Ignacio Piñeiro, también era de mi preferencia ese bigote cantante, Bienvenido Granda, Panchito Riset. Siempre fui admirador de ellos, todavía colecciono sus discos. De esos vinilos he escogido temas para mis grabaciones, fíjate, Cruel Tormento, salió de un álbum de Panchito Riset y muchas de sus canciones, las volví a grabar con nuevos arreglos.»
Abro otro capítulo e invito al dominicano a que hablemos de la falta de creatividad de las actuales composiciones que giran en torno al sexo y al amor manido y desgastado, le toco el tema de la planitud de los arreglos, reflejado en el cascareo del timbal y de unas maracas mezquinas y carentes de seducción y, ni para qué hablar del letargo de los vientos que semejan una caldereta rota, rematando en el traqueteo insulso de un piano falto de identidad, esencia y razón.
«Ahora hay varios muchachos nuevos que han llegado con otro swing, será por eso. Tienes razón, todo ahora es diferente frente a la música que se escuchaba de Tito Puente, Charlie Palmieri y Machito y su orquesta, eso... ¡Era otra cosa!. »
Mis palabras finales para Santiago: Que se conserve y que siga con su vida aconductada. Su voz hace parte del patrimonio vocal del diccionario de la música caribeña y cada vez que se mencionen a los Santiagos, allí estará presente Ceron Pérez, dispuesto a cantarle a la Momposina, porque la rosa aunque tenga espinas siempre será rosa y cada vez más hermosa.
Y...¡Quieto...quieto que ya Don Lenguas llegó!
Orlando Enrique Montenegro Rolón Director & Editor Revista Melómanos Documentos Cali- Colombia melomontenegro@hotmail.com
Nota de Orlando Montenegro: Este artículo se publicó en la Edición 7 de enero - febrero de 2000. No incluyó por obvias razones detalles del fallecimiento del dominicano el pasado martes de 10 de mayo de 2011 en la ciudad de NY-USA.
Nota del Editor de Herencia Latina. Al parecer Santiago Cerón olvidó que estuvo por vez primera en Barranquilla para el segundo aniversario de Radio Universal, propiedad de la Familia Navarro y el cual se llevó a cabo en el Parque del Sagrado Corazón, para el jueves 22 de enero de 1981. En este aniversario las bandas que actuaron fueron: Johnny Ventura (tocando sus éxitos salseros), Santiago Cerón (lo acompañó la banda de Johnny Ventura), Ramón Quian "Monguito El Único", una Orquesta Colombiana de nombre La Secreta que la dirigía el desaparecido pianista Joe Madrid, entre otras. Al día siguiente. 23 de enero de 1981, este mismo elenco se presentó en una caseta que quedaba al frente del hotel del Prado llamada Curramba La Bella.
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